martes, 20 de diciembre de 2011

La revolución

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Viviendo como vivo entre humanos, he de decir que cuanto más los observo más obligado me siento a constatar su egoísmo. […] La señorita Shirokun, la gata blanca que vive enfrente y a quien tanto admiro e idolatro, suele decirme cada vez que nos vemos que no hay criatura viviente tan despiadada como el ser humano. El otro día, sin ir más lejos, dio a luz a cuatro preciosos gatitos. Pero no habían pasado ni tres días cuando el shoshei de su casa los agarró a todos y los tiró al estanque que había al lado de su casa. Shirokun me narró toda la escena entre lágrimas, y me aseguró que si queríamos aspirar a disfrutar de algo de vida familiar, era imprescindible que nosotros, los felinos, entabláramos una guerra total y sin cuartel contra los humanos. Nuestra única alternativa era exterminarlos, acabar con ellos y con su raza entera, así de sencillo. Me pareció una propuesta bastante razonable, a la luz de los acontecimientos. […] Yo me conformo con vivir el día a día. Cuantos menos sobresaltos, mejor. Pero les juro que los humanos no se saldrán con la suya eternamente. Tenemos que ser pacientes. Llegará un día, y espero que no tarde mucho, en que los gatos dominaremos el mundo.

Natsume Soseki, Soy un gato

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17 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

No sé, me ha dejado mal sabor de boca este texto. Si exterminan a todos los humanos, entiendo que tengo los días contados. Eso de meter a todos en el mismo saco..., no sé, como que no.
La última frase indica que esos inocentes gatitos pasan de ser víctimas a ser verdugos, cosa muy humana, por cierto.

Fackel dijo...

Vaya, hermano, veo que te has decidido a leerlo. Este libro de Soseki es un don. No solo por su estilo narrativo y su ironía sino por su mensaje. Goza el libro.

Bashevis dijo...

Cat Power!

Vero dijo...

Maravilloso. Por desgracia no se consigue en Buenos Aires ese libro. Hay otros del mismo autor, me fijé, a precios violentos. En fin, gracias por el regalo de ese pasaje.

vera eikon dijo...

A veces imagino que el gato es un estadio antes de...(no podría decir antes de qué, pero lo que suelo imaginar es que el humano es un estadio inferior o anterior al estadio gato, que ocuparía el lugar más próximo a ese "qué"). Percibo en ellos como una cierta condescendencia hacia mi persona, y sus ojos me hablan con la voz del lenguaje de las cosas. Un lenguaje que soy incapaz de entender, y entre el que camino a tropezones, pero que no deja de parecerme hipnótico y al que me asomo con todas mis carencias.
No sé, quizás tengo una imaginación un poco loca...
Y bueno, a veces me angustio ante el modo en el que la humanidad ha cambiando la faz del mundo, transformándola en un habitat hostil para el resto de especies. Pero enseguida, como la mayoria, me reconcilio con nuestro cómodo "progreso".
Un abrazo y un ronroneo

anamaría hurtado dijo...

Los gatos permanecen fieles a su alma
reconocen su infinitud
la delicadeza de su trazo
la lamen cada día
hasta dejarla ingrávida y perfecta


quisiera ser gata en tu regazo
ronroneos

Stalker dijo...

José Antonio:

para empezar, se trata de un texto irónico. Es la visión del mundo de un gato lúcido, no hay que tomarlo al pie de la letra...

pero ya hablando en serio, tampoco creo que haya que sobrecogerse por el hecho de que algunos pensamos que los animales son mejores que nosotros. Esto procede de un antropocentrismo que convendría revisar. Como especie somos una calamidad y te doy un dato avalado por muchos científicos: si desapareciera la mosca común, toda forma de vida desaparecería en la tierra en unos cincuenta años. Si desapareciera el hombre, todas las formas de vida, incluidas las que están casi a punto de extinguirse, florecerían en el mismo período de tiempo. La ecuación está clara.

Otra cosa es que los individuos nos agraden, que creamos en las personas. Como conjunto, en cambio, como sociedad, como civilización, es difícil creer en nosotros. Si se extinguieron los dinosaurios, ¿por qué nosotros no? ¿Con tantos derechos nos creemos?

Por mi parte, estoy muy cansado de las atrocidades de este depredador superior llamado humano.

Y si fueran los gatos quienes nos aniquilaran, tendría gracia después de todo. Pero no te preocupes: será el ser humano quien acabe consigo mismo. Las guerras del siglo XXI se están cocinando en este momento y el desastre medioambilental y climático hará insostenible nuestro sistema de vida en menos de un siglo.

Un abrazo desde la discrepancia y el cariño

Stalker dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Stalker dijo...

Fackel:

por suerte soy un lector de gozo, un lector inmensamente gozoso.

Tú también lo eres, en especial cuando sueltas lastre

un abrazo

Stalker dijo...

Kit-Cat Power!

miau-Bash

Stalker dijo...

Vero:

tienes razón, es un libro carísimo, inexplicablemente caro. A mí me lo han prestado...

Ojalá puedas leerlo, tal vez en una biblioteca,

un saludo

Stalker dijo...

Vera:

comparto esa sensación de misterio, ese acercarse al lenguaje del gato, al cuerpo del gato, a su calor e incluso a su ausencia. Son unos animales maravillosos, como todos los animales.

Del gato se aprende una cierta oblicuidad, un estar a través, la ligereza, la quietud, el salto, una forma muy delicada de ser cariñosos (sólo quien no ha vivido con un gato puede afirmar que son desapegados o fríos)

me gusta que consideres al humano como un estadio anterior al estadio gato. ¡Aspiremos a la felinidad en este mundo! Tantas cosas cambiarían...

me encantó, me "engatusó" tu comentario,

un abrazo!

Stalker dijo...

Anamaría:

dulce ronroneo o lumbre de cercanía

descansa...

un abrazo

Unknown dijo...

"estoy muy cansado de las atrocidades de este depredador superior llamado humano".

Se lo digo todas las noches a Alejo. Y el me responde con su pata en mi rostro y algo pasa, lo juro, algo sucede: él está cansado también.

Como siempre todo esto me devuelve y me quiebra y me acelera y me pausa. Lo sabes

Gracias

Say dijo...

“El arma más peligrosa que ha sido inventada es el hombre”. Guido Ceronetti,

yo digo lo mismo que él.

Y como tú, tampoco comprendo el orgullo que siente la especie humana de sí misma. ya ha dejado desmostrado las atrocidades insoportables que es capaz de cometer. Casi se han cargado el planeta y por donde campa destruye y destruye.

ah sí!, un mundo de placidez y comportamiento gatuno.

una caricia, miau

Stalker dijo...

Querida D:

gracias a ti

gracias al maravilloso Alejo

acelerémonos, pausemos

entremos en la danza

un abrazo

Stalker dijo...

Say!

Por donde pasa el ser humano, arrasa

todo lo convierte en agresión, incluso los mínimos gestos

inexplicable e intolerable

por eso esta afirmación felina me parece muy entrañable

ridículo orgullo humano, ¿de qué puede vanagloriarse el ser humano?

En fin...

Un abrazo, Say, mientras esperamos nuestra metamorfosis felina... Tal vez si maullamos bajo el sol, en condiciones especiales...

 
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