jueves, 11 de noviembre de 2010
Mundo basura
Creo que a estas alturas está claro que estoy proponiendo concebir el no lugar como un eufemismo del lugar-basura (y, por tanto, como un síntoma de que hemos empezado a ser tolerantes con los hoteles-basura, con los restaurantes-basura, con los camareros-basura, los platos-basura, los cocineros-basura y las mesas-basura, con los empleos-basura, las empresas-basura, las tiendas-basura, las casas-basura, las familias-basura, los matrimonios-basura, los programas-basura, los libros-basura, los discos-basura, los cuadros-basura, las enfermedades-basura, los medicamentos-basura, las universidades-basura, las carreras-basura, los profesores-basura, los Estados-basura, los políticos-basura y los ciudadanos-basura). Y no sólo tolerantes, sino entusiastas. Hemos aprendido a experimentar la basura como un lujo. Hubo un tiempo, en efecto, en el cual los restaurantes-basura o los libros-basura eran subproductos destinados a las masas incultas, dóciles y amedrentadas. Ahora, no. Ahora tenemos restaurantes-basura de lujo, libros-basura de lujo, y quien no viva en una casa-basura o padezca alguna enfermedad-basura perderá rápidamente el crédito social y transmitirá una depauperada y deprimente imagen de “clase baja” y de “retraso social”. Hemos convertido, como diría Pierre Bourdieu, las “marcas de infamia” en “signos de distinción”. Si no puedes vencer en tu lugar contra la basura, únete a ella. La palanca fundamental gracias a cuyo punto de apoyo hemos conseguido mover el mundo en esa dirección –es decir, gracias a la cual hemos conseguido empezar a no ver y a no sentir como tal la basura que nos ahoga- se resume en una fórmula mágica: estamos transitando hacia un nuevo paradigma (y es la instalación de este “nuevo paradigma” lo que nos permitiría no vivir como basura lo que antes considerábamos tal). El único problema, claro está, es que este nuevo paradigma no puede ser otra cosa que un paradigma-basura, o sea un no-paradigma (porque no hay en realidad ningún nuevo paradigma hacia el que cual estemos transitando, sino únicamente la destrucción sistemática y concertada de aquel bajo el cual vivíamos). La fórmula mágica tiene, con todo, una formidable eficacia simbólica. La desaparición de los lugares y su paulatina sustitución por lugares-basura (y esto mismo vale para los empleos-basura o las casas-basura) deja a muchas personas en el mundo sin lugar, crea una muchedumbre de desplazados que, una vez más, no solamente lo son en el sentido físico del término (aunque esta situación sea sin duda la más grave), sino también en el sentido social, laboral, cultural, económico o familiar. El dolor que se acumula en esa multitud, sin embargo, sencillamente no puede expresarse como tal, porque la fórmula mágica en cuestión lo convierte en dolor de parto del nuevo paradigma y, por tanto, amenaza a todos aquellos que publiquen su malestar con el estigma de la inadaptación, del atraso y del conservadurismo: son tristes reaccionarios que se niegan a desamarrarse de sus privilegios ancestrales, obstáculos que frenan el progreso de la modernización y que, por tanto, quedarán excluidos de sus beneficios. Ellos son la verdadera basura de nuestro tiempo, la que no puede reciclarse. De esta manera se ha conseguido a la vez mantener la situación moderna (a saber, la “inmensa acumulación de basuras”) y reeditar la utopía no menos moderna de un mundo sin basuras, que ahora ha de entenderse como un mundo en permanente reciclaje y sin pérdidas (tal es la cosmovisión del paradigma-basura o paradigma de la basura) y, por lo tanto, de un mundo en el cual todo (y todos) llega inmediatamente a su destino y adquiere inmediatamente uno nuevo.
José Luis Pardo, Nunca fue tan hermosa la basura
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39 comentarios:
Stalker, con este libro pasé un verano soportable. Creo que es de los pocos filósofos que tenemos en estos pagos.
Abrazos.
Quizás es necesario destruir todo para comenzar de nuevo y si lo queremos cambiar es porque lo anterior no sirve, es.... basura, sino ¿porque cambiarlo?.
Nuestra sociedad no da más de si grupalmente, solo queda evolucionar como individuos, unirnos y empezar de 0..... pues siempre todo se ajusta, planeta, nosotros.....
Los paradigmas cambian con los tiempos pero siguen siendo paradigmas...o sea creencias de una época en concreto, cuando estas no se sostienen se cambian y vuelta a empezar...."la rueda del tiempo".
Diría que estamos en un momento crítico como especie y si queremos dar un salto evolutivo este es el momento.
un abrazo
Qué cerca y afín me parece todo esto. Tengo algún libro de JLPardo, y guardo un artículo suyo muy atinado sobre Freud
¿A qué se llama el no-lugar más allá del término arquitectónico?
¿No puede la fuerza del sí en el yo transformar la negación que continuamente se encuentra tanto en su interior como fuera de él?
Tendré que apuntarme ese libro en la memoria para leerlo algún día, más adelante, que, de momento, no doy a basto con mi mundo libro.
Espero no haber hecho ninguna pregunta de trivial.
Si creo que tiene razón. Este mundo nuestro es una m..... o sea basura en mayúsculas.
Que lástima.
Ayer me acrodaba de ti Stalker porque curiosamente no veo nunca la tele. Pero ayer estaba mirando un documental sobre osos en no sé dónde (un lugar perdido). y un matrimonio amigo de los osos pretendían demostrar qeu los osos no son los enemigos del hombre hasta que no toman contacto con los humanos y de esa forma si que se vuelven agresivos. Bueno algo así era el programa.
Muy interesantes.
La pendiente parece cada vez más vertical y esta bola en la que vamos (porque todos vamos en ella, aunque haya quienes gritan y lloran y se aterran y sienten miedo y dolor) difícil de parar.
Me ha recordado el texto de Olivier Clerc de la rana calentada, pero aquí se va más lejos.
¡Qué lectura para un jueves tan triste como el de hoy!
Un abrazo
Ese no lugar diría que es el desplazamiento que está sufriendo en estos momentos la clase media. Justamente, además, porque la clase media fue un invento, una clase ya de por sí en suspenso, un puente entre dos lugares históricamente establecidos. De manera que la lógica nos lleva a que el no lugar sea precisamente el lugar (paradoja) de las clases medias.
Nos atacan, bien, deféndamonos a nivel global, es la única solución.
Un abrazo
En necesaria una conversión global del ser humano individualmente. Un crecimiento espritual, crear miradas en los seres humanos desde la escolarización, o despertar el impulso de las varias miradas.
Para que exista una revolución real social, primero debe existir una revolución interior. De otra forma no es posible. El ser humano debe unirse, pero es dificil sin la educación, sin una educación libertaria, que nunca se aplicará, al menos, no mientras estemos vivos seguramente. No veremos mejora de ningún tipo y dudo si llegaremos siquiera encontrar una solución sólida. Tristemente. Vamos camino de la estupidez absoluta, con horribles consecuencias.
abrazos
En el fondo fondo fondo, la culpa la tiene Andy Warhol.
Antuan:
cuánto tiempo sin "verte" por aquí.
Este libro ha sido de los más deliciosas que he leído en los últimos tiempos. Lo recomiendo siempre, bien es verdad que nadie me hace caso.
Disiento en lo de filósofo; creo que es una palabra que se utiliza quizá muy a la ligera. Lo dejaría en pensador, y ahí sí te daría la razón: uno de los pocos pensadores que tenemos en este país mezquino, cainita, soberbio e ignorante (y perdona en encadenamiento atroz de estos adjetivos: es lo que pienso)
un abrazo
Tula:
tus dudas son las mías, pero el escepticismo es grande.
¿Sabes? Desde que tengo uso de razón consciente en ese "sentido", digamos desde los doce o trece años, he esperado ese cambio colectivo, lo he deseado con todas mis fuerzas.
Y aquí estamos, cada uno enclaustrado en sus propios miedos, egoísmos, mezquindades; cada cual en su trinchera y blindando su propiedad privada física, mental y espiritual. ¿A dónde nos conduce esto?
Como especie hemos demostrado sobradamente que merecemos la extinción.
En tanto individuos hay cosas que nos salvan o "redimen", pero como especie ya no caben ilusiones: en el siglo XXI vamos a terminar de liquidar el planeta y agotar todos los recursos de la biosfera, asesinaremos a miles de especies animales y vegetales y por último proseguiremos en este sucidio colectivo al que todos contribuimos desde nuestra anestesiada comodidad.
Me gustaría creer, Tula, pero ya no encuentro motivos para hacerlo.
Abrazos para ti
Belnu:
José Luis Pardo es una de las pocas mentes lúcida que ahora mismo escriben en este país, al menos entre la intelligentsia con cierta vocación filósofica. Hay pocos, muy pocos como él.
Por eso casi me dio un vuelco cuando vi que en Quimera mantenía una conversación con uno de los intelectuales "Nocilla". Arriesgaré una burda comparación: es como mezclar un gran reserva con vino peleón adulterado.
A este grado de despropósito se ha llegado.
Un abrazo
Te diria: cree sin creer o mejor elige tú tus creencias, no que ellas te elijan a ti.
Creer que es imposible es creer también, yo elijo al individuo como ser único.
un abrazo tribal.
Adolfo:
creo que Ataúlfa ha respondido a tu pregunta, en todo caso el no-lugar es el lugar de la carencia, de la privación, el lugar donde algo ha sido sustraído, descafeinado, privado de su savia vital: según esta forma de pensar habría una escasez de lugares, pues todos habrían sido suplantados por no-lugares que a su vez son devorados por otros no-lugares en un vértigo desenfrenado. La basura se recicla, la realidad deja de tener puntos estables de referncia, huecos que habitar, y el pensamiento del hombre queda húerfano, permanentemente desterritorializado; grita su condición nómada, pero no hay nadie arraigado a un lugar (físico, mental, espiritual) para dar cuenta de ello. El propio eco del grito ya está distorsionado: grito-basura al fin, porque desconocemos la entraña y hasta el dolor ha sido manipulado, envasado y vendido.
No sé si esto es una respuesta, claro.
El libro realmente merece la pena,
Re-bienvenido
Lola:
me gustaría ser un oso grande y viejo. A ser posible huraño, alejado del mundo basura. Los osos siempre me han parecido maravillosos (todo animal lo es).
Ese documental me recuerda a "Grizzly man", de Herzog.
Me ha parecido precioso tu comentario hoy.
Abrazo
Leonardo:
recuerdo a aquella rana: se cuece viva, no se da cuenta del agua en ebullicion, no salta.
Así estamos: nos cocemos vivos y parece que tenemos que sonreír, dilatando este crepúsculo hasta la náusea.
Las próximas décadas van a acelerar algunos procesos, sin embargo. Se avecinan tiempos muy difíciles, y las guerras futuras se están gestando ahora mismo, delante de nuestros cómodos sofás y nuestra adocenada conciencia burguesa.
Lamento que haya sido un día duro, Leonardo. Y que esta entrada no lo haya aliviado...
un abrazo fuerte
Ataúlfa:
está muy bien visto lo que señalas. Sin embargo, tengo la impresión de que el no-lugar atraviesa todos los estratos. El no-lugar ha tornado porososas las membranas, lo contamina todo de inanidad. Es una gangrena de tedio y asfixia donde todo se desinfla, los puntos de referencia se derrumban y no parece que haya camino, ni salida, ni escapatoria posible.
Los más desfavorecidos viven en un lugar bastante atroz, pero la sanguijuelas que se alimentan de ellos, quienes los esclavizan impunemente, tampoco están exactamente en un lugar: viven el grand guignol, el puro simulacro de privilegios blindados. No hay verdadera vida ahí.
Por lo demás, en efecto, el invento de las clases medias se desmorona y volvemos a un mundo más polarizado, más abiertamente cainita. El estado del bienestar se hace añicos ante la pasividad de todos y avanzamos hacia una deshinibición generalizada de las conductas depredadoras.
¡Qué poco han durado las máscaras!
En fin, Ataúlfa, es triste todo esto, pero ya sabes: hay que intentarlo...
abrazo
Ahab:
ya sabes que tú y yo le hemos dado muchas vueltas a esto.
No veo solución posible y confirmo el diagnóstico: estupidez, estupidez sin remedio. También en los más sensibles, en los mejores, en los más delicados: estulticia sin fin.
Lo vemos todos los días. Nadie es inmune a esa lacra.
Estoy, como sabes, por esa educación libertaria. No te pierdas la próxima entrada, que versará, precisamente, sobre los males endémicos del sistema educativo actual. We don't need no education...
salve
Ramón:
él nos enseñó el reciclaje en las artes, el simulacro, la doblez, la usura... o quizá quiso simplemente denunciarlas.
una abraçada
Tula:
agradezco el consejo de corazón. Procuro elegir siempre mis creencias: el escepticismo y la duda sistemática me hacen reacio a aceptar cualquier constructo intelectual sin que se active un principio de sospecha automático.
Pienso en lo que decía Michaux cuando afirmaba que se sentía como un completo imbécil porque no entendía nada: que tenía que pensarlo todo él mismo, no le servían las ideas heredadas, que obedecen, como sabes, a consensos mezquinos, a intereses partidistas, a las palabras de la tribu...
Detesto especialmente la lógica tribal, así que seguiremos cultivando la paradoja de una solidaridad imperiosa unida a la exigencia de una soledad irrenunciable.
Non serviam
/abrazos
En el fondo, querido Stalker, es una suerte que hayan caído las máscaras, pues es ése lugar del verdadero estancamiento. El lugar en el que la gran mayoría, considerada se ha quedado, y por eso ahora mismo no sabe, o no quiere, (re)-accionar. En Argentina 2001 lo tuvieron claro, gritaron, se enfadaron, golpearon paredes, se movilizaron, crearon movimientos sociales, solidaridad entre sí al fin y al cabo, para "bancarse", como dicen ellos, todos estos años y seguir adelante.
Pero aquí, la pérdida de referentes se acrecienta por ese estancamiento en el que aún está dormida la "clase media", la no considerada por la verdadera clase media burguesa. Anestesiada, paludista, pauperrizada, sigue queriendo creer que "the show must go on".
En cambio los más desfavorecidos han carecido siempre de lugar. Cero, no se les considera y ahora mucho menos. El Estado del bienestar está en juego, digo irónicamente.
Sí, Stalker hay que intentarlo, es más hay que hacerlo.
Abrazos
Por capas; recuerdo encontrarte un día sentado en la cafetería enfrente de tu casa. Nos hablaste del mundo basura, iba con Leire, subimos a Montjuic… nos hablaste de todo esto. Como ves, soy un desastre, pero eso lo recuerdo, y otras muchas cosas que me has comentado. Tampoco veo solución posible y confirmo el diagnóstico: estupidez, estupidez sin remedio. Solo queda evolucionar como individuos, involucionar… solo creo en ti, en mí, en otros 5 o 10, solo en ellos…
Me ha gustado también el comentario de Lola, que nos lleva a eso. Acordarnos mutuamente, en la figura de un oso… ayer vi un documental donde salía el panda rojo, y me acorde del mundo basura, de todos nosotros.
Luciferino amigo, me voy, que no digo nada...sigue aferrado al Non serviam… Espero ansioso la próxima entrada anunciada. Espero que te cages en todos nosotros, que nos salpique…
Ataúlfa:
cómo me reconozco en tus palabras.
Hay que resistir para no ser devorados por la gran picadora de carne. El problema es que tampoco es tan visible el lugar hacia el que apuntar y cómo coordinar estrategias. Enseguida se activan dinámicas grupales y hay que recurrir al consenso: ese arma de destrucción de la interioridad, ese premio al mínimo común denominador: de los consensos salen ideas raquíticas, sin contenido, sin potencia subversiva real más allá del constructo retórico (de ahí la inoperatividad y lo poco creíble que resulta ya la izquierda, que habría que reinventar o reformular drásticamente de acuerdo a parámetros que sería necesario pensar minuciosamente).
Qué hacer, Ataúlfa, qué hacer.
Ni siquiera creo en el grito de lobos; soy incapaz de aceptar ninguan lógica tribal, ni siquiera en el aullido. (¡Qué calamidad!)
Abrazos
Bashevis:
lo que comentas establece uan continuidad deliciosamente inquietante entre la realidad-real y el mundo de los blogs. No en vano para mí es lo mismo, no son mundos inconmensurables sino temperaturas ligeramente distintas de lo mismo.
En esa cafetería, en la terraza, hay un árbol. Procuro sentarme cerca y observo las hormigas que suben y bajan, atareadas, por el tronco. Ahí a veces me abandono a pen(s)ar, y al ritmo de las hormigas me abstraigo de todo, y el pensamiento me apena y la escasa lógica que extrae mi precaria estructura racional se transforma en via crucis o flagelo. Pensar desde la debilidad o la espera...
Ayer estuve viendo un documental sobre la fauna en Cuba. Vi unas ranitas increíbles, las más pequeñas del mundo (entre 5 y 8 milímetros tiene un ejemplar adulto). Viven en los árboles y bajo la hojarasca de la selva, muy alejadas del agua. Son ranitas que no necesitan el medio líquido, ni siquiera para poner los huevos.
Al ver esa vida entiende uno la inutilidad grotesca de todo lo que nos rodea.
En fin, palabras vanas al fin y al cabo.
En la próxima entrada te quiero presente. Es muy posible que sea polémica y que alguien se irrite, pero no quiero dejar de plantear ese punto de vista en toda su (mi) crudeza.
Seguimos, Bash.
Aremos la tierra
¡Ay Stalker, qué complejo, todo! Un individuo solo no puede contra todo; es la suma de individuos la que puede crear alguna estrategia, pero individuos verdaderamente concienciados de la situación.
No es en este espacio donde creo que se deben diseñar.
Estoy de acuerdo contigo en cuanto a la reformulación de la izquierda. Totalmente.
Los aullidos a veces sólo sirven para lamentarse y lamerse las heridas en manada...
A seguir!
Abrazos
No he leído a José Luis Pardo, pero está muy atinado en esa reflexión sobre el gusto de nuestra cultura por las cosas basura, todo a medio hacer, incluso el pensamiento y el criterio...
Stalker, eso tenemos: podredumbre, basura, pura basura, cultura de saldo, piltrafas de modernidad, juicios de jirones de pensamiento.
¿Conseguiremos salir del basurero?
Leyendo el texto de JL Pardo (me uno al aplauso), las reflexiones de los lectores y tus respuestas, sin embargo, me hundo en la inmensa duda de qué será en verdad eso del "new orden- basura". Me explico: el concepto me parece sabroso (sic) y acertado porque las cosas huelen mal ( es decir, demasiado bien en la fantasmagoría) y el olor parece que no sé va. Ahora bien: falta el elemento de contraste, la grieta que rompe el vertedero en la base y muestra lo otro no- basura: un universo en el que no reine el reciclaje eterno y reciba aguas de algún Ganges o, al menos, deje ver el hueco. ¿Lo otro no basura? ¿Cuál puede ser su forma? ¿Quién lo signará? ¿Quién es el Juan Bautista de ese elemento de contraste? No queda otra que jugar con la basura...
En principio, parece que el mundo-basura nos habla de un cierre del sistema del conocimiento y la cultura (en tanto la basura no es desperdicio del pasado sino futuro destino) y un blidaje que lo muestra como indestructible porque se come todo "discurso antihegemónico" (sic). Si esta situación de reforzamiento fuese heredera de la ironía (¿postmoderna?) que equiparaba el Versace y el Picasso, a Dios con Maradona, es decir, el tango cambalache cantado con sonrisa "de medio lao" y atención a los beneficios del mercao... si esa ironía fuese el "origen" (¿?) del new orden que todo lo recicla, quizás fuera posible un retorno, una resistenecia en la aldea, en la cabaña del individuo, la subjetividad, el intimismo... pero hoy, todo retorno es "revival", bibelotismo, mundo camp... Quisimos ser hipermodernos, niños nietzscheanos y, en el despiste, nos reforzaron el sistema con un cierre (¿categorial?) en el que todo, desvalorizado fuera de la matriz del valor, se recicla en futuros y luminosos destinos. Queda jugar con la basura y no caer en la trampa de la ironía postmoderna....
¿Opciones? Resistir en la miseria, asumir - como decía Benjamin - que hemos dilapidado la herencia por una calderilla de actualidad. Buscar el error y la risa. Asumir que en nuestras críticas nos parecemos al hidalgo que dejaba caer migajas sobre pecho para simular comida...
Salud y buen otoño en Marienbad
me tengo que ir a preguntar al niño respecto a la basura y obtengo la siguiente respuesta:
- ¿qué basura?
entonces, en la gran montaña de mierda le propongo un juego:
- ¡vamos a buscar el tesoro!
--
yo lo he encontrado aquí. ahora tengo que ir a preguntar al niño otra vez:
- ¿qué has encontrado?
--
besos,
ò.
Ataúlfa:
cultivemos la no resignación y la lucidez hasta el final...
Indaguemos, exploremos...
un abrazo
Isabel:
quizá es un poco como decía aquel verso: buscar en el infierno lo que no es infierno, y dejarlo crecer, y darle espacio.
Quizá lo primero sería desalojar de basura la morada del corazón. Ímproba labor, no por ardua menos imperiosa...
Abrazos para ti
LUG:
reflexión brillante y sustanciosa... No se me ocurre una salida, porque el repliegue en la intimidad, aldea o en el propio cuerpo podría ser asimilado a un gesto reaccionario, a un anhelo de la Arcadia perdida (aunque quizá eso no tenga ninguna importancia). No obstante, la tentación de cierto solipsismo es grande.
El problema empieza cuando la intimidad empieza a ser fagocitada por psicotecnologías cada vez más sofisticadas y por imperativos categóricos de orden moral que se imponen como autovigilancia y vigilancia de los demás (los ciudadanos cívicos que condenan a los incívicos en nombre del concepto de cidudadano, de civismo [y ya sabes cuántas mediaciones, purulencias y ruindades han forjado estos conceptos] en virtud de un orden moral que opera a partir de lógicas binarias de inclusión/exclusión [al grupo, a la tribu, etc.]) En definitiva, el refugio en la intimidad parece haber sido herrumbrado, "corrompido" (¿alguna vez fue "puro"?) por instancias externas introyectadas y por constructos mentales que se han proyectado en formas de exterioridad moral consensuada.
¿Qué queda entonces?
¿Inventar un espacio entre el adentro y el afuera?
¿Cultivar el límite interior-exterior? ¿Existencia nómada, vida de frontera, acampar en las lindes de todo constructo moral, psico-social? ¿Y estará el margen, y la lengua del exilio o de los márgenes, libre de basura?
Es posible que nos haya sido negada toda periferia. Y en ausencia de centros, ¿dónde morar? ¿dónde de-morar la poca vida (el simulacro) que nos queda?
Quizá a fin de cuentas somos pura entropía y el desorden nos es consustancial.
Agradezco tu afilada lucidez,
un abrazo
Hermano búfalo:
maravilloso.
Ese niño ya se quién es.
A veces calla, y en su silencio es lo más elocuente. Su fuerza es su debilidad,
un abrazo y una coz
Quedan aproximadamente unos 3200 tigres de Bengala... cazados por gente que vive en la más grande miseria para grandes traficantes. Es muy probable que cuando lleguemos a viejos, el animal mítico de Borges sea sólo un recuerdo.
Me viene a la mente un fragmento de una novela de Carmen Boullosa, creo, que se desarrolla en un vertedero de basuras, y un personaje que ha vivido toda su vida de y entre las basuras va a ver a una 'santa' para que le haga volar, y cuando la 'santa' le pregunta por qué quiere volar, le dice que es sólo para salir del vertedero, para no pisarlo más. Como el personaje, probablemente no lo lograremos nunca, pero no tenemos porqué convertir nuestro corazón en un vertedero.
Abrazo (con jersey reciclado!)
Leonardo me has recordado a mi abuela. Pero no por tus palabras por lo del jersey reciclado. Porque ella se pasaba el tiempo deshaciendo jersey viejos, lavaba la lana y luego "tricotaba" jerseys nuevos, con combinaciones de colores, a rayas, o con dibujos.
Me guardo estas palabras tuyas: Es cierto el mundo puede ser una basura pero nuestro corazón no. Deberíamos de ser concientes de eso.
Un abrazo.
Leonardo:
comparto intensamente ese sueño... No convertir nuestro corazón en un vertedero...
gracias por el cuento y la presencia,
abrazo fuerte
Lola:
brindo por tu abuela y sus jerseys rehechos tantas veces. Me ha parecido precioso que la evocaras así, y la frase inefable de Leonardo.
Nuestro corazón no.
Gracias a ambos,
abrazo
releo este texto
sí
es tremendo lo que dice, me gusta.
mundo-basura, mundo-consumo...
no estoy nada de acuerdo con el concepto de modernidad y progreso que impera hoy en día.
necesitamos paradigmas, templos de consumo, distracciones, alienarnos... que nos impidan escucharnos realmente por dentro.
gracias,
no conocía al autor...! :-)
este libro ha sido una fuente de reflexiones y también de creación... el mundo que somos, la basura que somos.
Raúl:
qué alegría me das al haber seguido esa recomendación. Un libro imprescindible y delicioso para activar el pensamiento y la escritura. Lo recomiendo siempre.
salud
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