sábado, 21 de agosto de 2010

Darker with the day





Tengo una afición curiosa y que me gusta especialmente: asociar canciones a la gente que conozco y por la que siento afecto. No es un proceso inmediato, me lleva un tiempo sentir qué canción define la esencia profunda de un ser, su vibración más única, su hueco, su forma de acoger, de retirarse, de creer y descreer. El parecido tiene que ver con la estructura profunda: con el dibujo, la forma de la canción. No tiene que ver con la letra (sería demasiado burdo), ni con la melodía (asociar una canción tierna a una persona "tierna", o una canción intensa a quien consideramos "intenso", una operación así sería un mimetismo banal, un mero trasvase).

Es la forma profunda de una canción, su arquitectura secreta no visible salvo para quien sabe mirar desde cierta oblicuidad, renunciando a las trazas reconocibles y al sendero cierto.

He practicado esta forma de mirada y escucha al otro en varias ocasiones y creo haber acertado siempre. Lleva tiempo, hay que acercarse a la persona, recorrer su intimidad, aprender sus ritmos, habitarla en cierto modo: reconocer su espacio anímico-topográfico en un ejercicio de legibilidad, contra-dicción y tacto. De atención (y detención) en las mínimas señales que nos llevan al origen del otro, en su profundidad de bosque o su desnudez de páramo. Un ejercicio que consiste en detectar lo que no se puede nombrar pero que la música es capaz de encerrar en una capa de sentido de hondura y ascensión simultáneas: espasmo o breve seísmo de lo que somos, al fin traducido, al fin re-creado, al fin libre.

Y cuando se encuentra la canción se regala al otro, y uno se da en ese regalo que es visión y apertura y raíz oscura del alma que se dice. Uno se da en ese regalo mucho más que en un regalo tangible, más incluso que en las palabras y en la presencia, porque ofrecer una canción es la forma más exacta de hacerse pequeño.

Pues bien: nunca creí poder encontrar la canción que da cuenta de lo que soy. Pero el otro día, al fin, la encontré. Es esta canción, "Darker with the day", de Nick Cave and the Bad Seeds, que ya conocía pero me estaba velada y se me re-veló el otro día con oscura luminosidad, dique roto y entraña.

Al escucharla he tenido la sensación de volver a casa, yo que no creo en patrias, que no celebro la ciudad donde vivo ni la ciudad donde nací, que no tengo un especial apego a las casas donde he vivido (sí a los corazones donde pernocté, pero eso es morada viva, no honda leña muerta), que ni siquiera amo especialmente la lengua en que el azar me ha hecho caer.

He tenido la sensación de volver a casa, y de encontrar mi árbol del olvido y echarme a su sombra, y descubrir en su tronco el hueco donde alojar la pregunta, la sal secreta de mi existencia, el hambre de lo que me estoy siendo.

No es la letra de la canción (no me identifico con ella).

No es la melodía.

No es nada que pueda decirse.

Pero está: estalla, inunda, perfora,

quiebra el eje y lo recompone, como huella, como pura posibilidad de trashumancia, en otro lugar.

Me avertiga: me lleva del dentro al ahí

y me ofrece, al fin, el descanso, después de tanta búsqueda

después de haberme pulverizado los ojos y no encontrar

y es agradecimiento esta forma de reconocerse y dejar que la canción entre en mí,

en lenguas que segregan herrumbre, lo callado y lo salvo.

Avanzar así, hacia una mayor lentitud y una tristeza que se alza en oración

acercándose

tocando con manos pequeñas el miedo de los otros, para romperlo y que se haga mariposa,

y contarnos luego la historia

la inútil ternura, la morada y el sosiego de existir

y esta intemperie que nos es, tan adentro que ya no la sabemos

y compartir el pan del camino, y las canciones, la ternura y la desesperación

He decidido que, si se me concede esa posibilidad, pediré escuchar esta canción cuando la Sombra me reclame.



Ahora sé que vivo aquí




Imagen: cuadro de Zóbel

31 comentarios:

Stalker dijo...

En el reproductor de Goear hay unos segundos de publicidad antes de la canción.

Imposible quitarla, espero que no resulte muy molesto

Darío dijo...

Que capacidad para decir algo que también me pasa a mi. La identificación de canciones con personas, con momentos, con arte...

Stalker dijo...

Curiyú:

gracias por tu atención.

Siempre es más lo que siento que lo que sé o puedo decir: el lenguaje tiene sus límites expresivos, que desbordan el cauce de lo que nos bulle o me bulle dentro.

abrazos

Eastriver dijo...

La canción, una maravilla, de verdad. Es la descripción de una tarde lluviosa... No es lo que dice, es lo que transmite. Te entiendo perfectamente. Me ocurre similar con algunas personas, con algunos momentos, con algunos recuerdos (eso es más fácil pues lo construye el tiempo). Tan bonito lo que escribiste... transmite lo que no puede decirse, justo como esas miradas que me marearon de intensidad ayer.

EG dijo...

es muy pero muy Stalker esta hermosa melodía de Cave...sensibilidad extrema. Hermosa. Abrazo.

Lola Torres Bañuls dijo...

Que bonito.

"tocando con manos pequeñas el miedo de los otros, para romperlo y que se haga mariposa,

y contarnos luego la historia

la inútil ternura, la morada y el sosiego de existir..."
Stalker he escuchado la música pero si esa música te provoca estas palabras (todo el texto) debe de ser que es la música de tu alma sin duda. La he escuchado atentamente para llegar a tu fondo, a lo más oscuro que no es oscuridad sino claridad, ese lugar remoto que casi nunca nadie quiere abrir.


Yo también tengo una música que cuando la escucho me transporta a mi centro, a ese lugar remoto que casi nunca comprendo de mi misma.

Os la paso por si alquien quiere entrar y será bienvenido. Es de Lorena Mckenitt "The mystics Dream". Yo no suelo escucharla en el "you toub" sino en mi casa, sin imagenes me parece que crece más. Procuro no dejarme llevar por las imágenes del you toub para no enturbiar el momento con imágenes ajenas a mi.


http://www.youtube.com/watch?v=CIghrxxhQYs

Stalker que pequeño eres, porque no te gusta lo grande. Pero que pequeño eres... pequeño monstruo de las tinieblas, te ví el otro día cuando mi ser de ave zancuda se paseo por el bosque. Encontre tus manos, y sentí el tacto de tus dedos sobre el musgo y mi plumaje. Luego encontré tus palabras y las miradas que te han llevado por caminos y ahora tu música guiandome a tu centro.
Eres pequeño pero eres un monstruo.

O un topo, o un búfalo, o una hormiga o.... no sé.

Stalker dijo...

Ramón:

tienes una capacidad inmensa de atención y escucha al otro. Una gran delicadeza. La he ido descubriendo poco a poco y no sabes cómo la agradezco.

Gracias por estar y entender, incluso aquello que somos por debajo de lo que decimos,

y un abrazo

Stalker dijo...

Emmagunst:

¿qué puedo decir?

Gracias.

Has acertado: uno de los rasgos de mi carácter es una sensibilidad extrema, que no siempre ayuda a vivir y que no todo el mundo entiende.

Pero somos esto y no vamos a cambiar,

me alegra que la canción te diga...

un fuerte abrazo

Stalker dijo...

Lola:

maravilloso tu comentario. No sé qué decir.

Quizá me haré pequeño en tus palabras, a la sombra de tus palabras, en sus intersticios, en un vacío de signos,

me adormeceré en la pereza y en la in-significancia

y despertaré dentro de mil años, en un mundo otro, cuando todos los miedos sean mariposas,

buscaré tu canción y tu centro

"La he escuchado atentamente para llegar a tu fondo, a lo más oscuro que no es oscuridad sino claridad, ese lugar remoto que casi nunca nadie quiere abrir".

Es cierto, casi nadie quiere abrir ese centro irreconocible, no pronunciable de lo que somos. Pero algunos seres viven ahí. Algunos nos acarician nuestras fronteras con paso de alimaña y nos traen su arena y su olvido,

para nuestro descanso,

un abrazo fuerte

Isabel Mercadé dijo...

Creo que ya te había dicho que durante un tiempo escuché incesantemente a Nick Cave. No me sorprendió que en cierto sentido te representara, como no me sorprende ahora esta identificación. Una maravilla la música, Nick Cave.
Abrazo.

Mercedes Thepinkant dijo...

Esa afición tuya destaca una cualidad/facilidad para comprender las cosas, para verlas desde otro punto de vista.
La sinestesia elevada al cubo.
Muy útil para transportarte a otros mundos paralelos, para desvincularte de las leyes y normas establecidas, para sentir, realmente, sin acotar, sin juzgar y sin etiquetar.

¿Eres tú el pastor de hormigas? Es que me fuí del rebaño un día, no se si se noto...

Besos

Belnu dijo...

Hace años, un amigo que jugaba a un juego así, me atribuyó una canción que me desconcertó. Tal vez entonces no entendí yo esa opción de arquitectura secreta. La canción me gustaba, pero no podía entender que esa canción pudiera significarme a los ojos de alguien.
Pensé que me miraba frívolamente.
Me es más fácil entender esa sensación tuya de volver a casa en una canción, de encontrar en ella "tu árbol del olvido", aunque para mí siempre serían cambiantes. He escuchado tu canción de NC y me he adentrado en su bosque, no te conozco para entender, pero aquí no entender tiene también su hechizo, como en cualquier lectura poética.

Belnu dijo...

El título también me gusta. Esa oscuridad diurna, como la luz negra del norte de la que hablaba Chillida

Stalker dijo...

Bel M:

el caso es que no es exactamente una representación y en realidad no me identifico con Nick Cave. Es un artista que fue importante para mí hace unos años, pero luego dejé de seguirlo y ahora mismo, si he de ser sincero, una sola canción de Barbara me colma más, me lleva a una plenitud y densidad que toda la obra de Cave no ha podido despertar.

No es identiciación sino haber reconocido algo que eres. Haber llegado a casa.

Creo que no he logrado expresarlo bien, hoy incluso he pensado que es algo que no se puede explicar con palabras... no sé.

la música, la música, siempre,

un abrazo

Stalker dijo...

Mercedes:

la sinestesia elevada al cubo, me encanta...

Sentir sin acotar, y no obedecer las reglas que gobiernan el mundo consensuado, el disparate llamado sociedad y el lugar que a cada uno nos ha sido "asignado".

Claro que se notó tu falta: siempre he echado en falta a la hormiga rosa. Pero has regresado,

un abrazo

Stalker dijo...

Belnu:

es exacto, el hechizo de no entender, y la luz negra de Chillida.

en mi caso no se trata de un juego sino de un ejercicio espiritual. Todos mis juegos lo son, o lo intento. La expresión "ejercicio espiritual" está quizá demasiado lastrada pero me gusta aplicarla a estas inmersiones en la desnudez.

Darker with the day es un título extraordinario para una canción. Expresa algo que entiendo perfectamente: la oscuridad que va creciendo con el día, una vez el refugio de la noche nos ha expulsado de su seno...

abrazos

Bashevis dijo...

A mí lo que me alegra es que escuches música. Porque una vez, hace no mucho, me comentaste que estabas en un “eon amusical”, que hacía tiempo que no escuchabas nada, y que quizás te apetecía (re)sentir a esos compositores y voces que te gustan…

Por eso, sabedor de que eres sensible, me alegra que escuches música, porque para mí es una piedra angular del alma, un entretenimiento incansable, una fuente de alegrías…

Y eso, que me alegro… y espero saber de futuros arboles de tu olvido.

Stalker dijo...

Bash:

he vuelto a la música, o ella vuelve a mí. Nos reconocemos como animales en la linde del desierto: dos animales famélicos y desnutridos que desean volver a crecer. La música me está entrando, otra vez. Incluso quiero desenterrar mi colección de música contemporánea y sumergirme de nuevo en aquellos pozos y aguas abisales de los que nunca, jamás, se regresa indemne.

Música desanestesiante, nada que pueda ocluir, mermar, sustraer.

Aun así, esta entrada no tiene nada que ver con música. Aunque aparezca una canción no tiene que ver con música. Es más bien algo silencioso, un espacio espiritual sagrado donde no puede darse ningún sonido y donde algo, de pronto, sucede, nos atraviesa:

arraiga.

El arraigo, la detención es morada del corazón.

La única posible.

saLuz

Remi dijo...

Stalker, tengo que confesar que leyendo tu comentario, la música me ha parecido mediocre (lo siento si violento la sensibilidad de los aficionados de Nick Cave). De alguna forma, has percibido algo que no estaba verbalizado en esta composición, es decir que esta música te ha sondeado, te ha penetrado literalmente y ha develado algo hasta entonces inefable, algo que estaba gestando dentro de ti pero que no eras capaz de materializar... Esta composición no tiene importancia en si, en su esencia sino que ha sido el instrumento de una exploración introspectiva y ontológica, ha atrapado algo dentro de ti que no sospechabas, te ha otorgado UNA FORMA para que encuentres UN SENTIDO MATERIALIZABLE a lo informe de tu soplo interior, a ese caos interior que intuimos siempre irracionalmente. Por eso, reniegas de su melodía y sus letras, casi la despojas de lo que es para que no sea más que este silencio que te ha revelado. Una forma de muerte, una forma de apocalípsis en el sentido de revelación. La canción deja de ser autónoma, tiene que ubicarse en la dependencia de tu recepción, porque es tu recepción la que le da vida, tu recepción constituye su creación absoluta.
Siempre he pensado asi : sentir el arte, recibir/comulgar una obra, es crearla. Las obras que te comueven no solo te buscan dentro del alma, sino que tu alma las busca, las necesita, las reconstruye para respirar, para vivir. Si comulgas y recibes la hostia tragandola como si fuera un chuche de los que se venden en los chinos en Madrid, no podrás sentir la presencia del Dios redentor, mientras que si la recibes como algo que has buscado y necesitado, la comunión es operante.
Lo siento por mi comparación de pobre decrépito de la cueva de Zaratustra pero creo que hay algo como una comunión mística con las obras que nos trascienden.
No puedo despedirme sin daros el enlace de dos temas fundamentales para mí, etéreos y puros. Suelo pensar escuchándolos : RIEN NE SERA PLUS JAMAIS PAREIL :
http://www.youtube.com/watch?v=miLV0o4AhE4
http://www.youtube.com/watch?v=g_1Pa6vE14c

Saludos.

Stalker dijo...

Remi:

estoy impresionado.

Lo has comprendido perfectamente, yo no podría expresarlo mejor. Es así como dices, no puedo añadir ni una sola palabra.

Quizá es cierto que Nick Cave sea mediocre musicalmente. Depende de con qué lo comparemos. No te oculto que, si lo comparo con Barbara, una artista para mí inconcebiblemente superior, Cave empalidece y revela sus miserias. Una sola canción de Barbara pulverizaría toda la obra de Cave (y de cualquier otro u otra). Esto parece dogmatismo estético pero es la constatación de un hecho, sin más. Y creo que tú eres una de las pocas personas en el mundo que podrían entender una afirmación de este calibre.

Me gustaría tenerte más a menudo por aquí porque es un lujo leerte y ver cómo se despliega un pensamiento (y una escritura) de una potencia y singularidad insólitas.

Gracias de verdad,

y te envío un fuerte abrazo

Stalker dijo...

Remi:

olvidé decirte que las dos piezas que traes forman parte de mis all life's passions.

Rien ne sera jamais pareil, bien sur...

À bientôt...

Ana Hidalgo dijo...

Stalker, el ordenador del centro de lenguas modernas de Granada no me permite escuchar la canción que eres -tendré que buscar entre los cíber de mi barrio a ver si en alguno de ellos puedo escuchar la canción-, pero he decir que he comprendido tus palabras como si me la hubieran dicho despacio y poema al oído. Un abrazo muy fuerte.

Stalker dijo...

Ana:

sé que tú comprendes todo siempre. Gracias por acompañar estas palabras en tu tránsito y por entender (algo tan importante también para ti) lo que es la oblicuidad, la pequeñez, la lentitud y la contradicción: el verdadero sabor de la vida cuando hemos derribado las mayúsculas de la Belleza y de la Luz y moramos en las ruinas que nos dejan ser lo que somos, más allá de las penosas abstracciones estéticas, del sinsentido de los campos semánticos fuertes, en este aquí hecho de barro, verso roto y astilla que nos entra.

Quizá la canción es lo de menos,

un abrazo fuerte

Portinari dijo...

La vibración de tu barco. Cómo, cómo. Ahí.
Desplegar las velas, dejar que el viento amaine las olas.

Stalker dijo...

En ese barco hay vibración cordial, Portinari.

Hay sitio para todos.

En especial para los que han sido tocados y su alma sangra. Para esos hay un lugar en proa: para que vean abrirse el mar y amainar las olas.

Vamos a zarpar,

si quieres el puesto de grumete está vacante :)

un abrazo

Ahab dijo...

"tocando con manos pequeñas el miedo de los otros, para romperlo y que se haga mariposa"

Eso, sólo eso. Eso ha sido; en algún lugar y momento. Para siempre. Sólo eso.

un abrazo

Stalker dijo...

Ahab:

sólo eso, y es mucho. A partir de ahí podemos pulverizar el mundo y reconstuirlo en una mirada.

Trabajar lo insondable, desde la ausencia de cercos y murallas,

(de nuevo no me deja aprobar tu comentario tal cual, espero solucionarlo pronto, no es la primera vez que pasa)

un abrazo fuerte

Annabel dijo...

Who are you?
Recomiéndanos (-me) algún libro tuyo. Va. ¿No? No puede ser que no, después de leer este post.

Abrazos.

Stalker dijo...

Annabel!

¡Soy simplemente Stalker! No hay libros, un stalker no se dedica a esas cosas, de veras. El caso es que tiene poco interés en escribir y publicar...

Pero me alegra que te haya gustado esta entrada,

un abrazo

rubén m. dijo...

Llevo entrando en tus últimas entradas a tal profundidad que me quedo paralizado y no digo nada porque me gustaría decir algo relevante y en estos momentos me cuesta.

De esa increíble colección de rostros y miradas, la que más me ha impresionado es la menos impresionante: la de Judith Butler. Me sorprende que una mujer que ha indagado tanto para desmontar los mecanismos de la identidad, con esa prosa tan analítica, tenga esa mirada tan llena de comprensión, de amabilidad.

La canción de Cave y tu texto forman un poema que si no eres tú es mucho de ti. Tengo que cumplir mis deudas pendientes y antes de adentrarme en esos Chantal-Zóbel me meteré en el encuentro con Gamoneda. Mi ordenador ahora va algo más ligero, creo que no se me cortará mucho. He decidido comprarme otro dvd, basta ya de no poder ver películas.

Jajaja, cómo te dije mejor callarse que soltar esta ristra de banalidades!

un abrazo

Stalker dijo...

Rubén:

bienvenida tu sabrosa banalidad y tu docta ignorancia...

En realidad he seleccionado una foto amable de Judith Butler, en otras aparece con un rostro bastante duro.

Un ejercicio singular es aislarse acusticamente (con cascos que tengan una música repetitiva, minimalista, o con tapones para los oídos) y observar todas las fotos empezando por "La mirada-qué I".

Hacerlo de madrugada. Varias veces.

Es una experiencia singular, Rubén.

Me alegra tenerte de vuelta,

un abrazo

PD: lo del DVD es una gran noticia, tu menesterosa y balbuciente cinefilia lo necesita de forma perentoria :)

 
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