viernes, 20 de noviembre de 2009

Hainuwele: "Si preguntan quién soy respondo: Vibro a mayor velocidad que un árbol"



Para Òscar búfalo, por tantas cosas



















































110 comentarios:

Stalker dijo...

Querido hermano búfalo:

La idea era dedicarte unos poemas de Manoel de Barros pero tendrá que ser para otra ocasión. Después de escuchar el último programa de Sopa de poetes, esto es lo que me apetece compartir contigo: un rastro tenue de escarabajo en la hojarasca. Esa delicadeza, ese olvido.

Gracias por todo, hermano.

Stalker dijo...

En uno de los poemas Hainuwele lame la sangre de un cachorro de puma recién nacido (en otro indica que con su sangre menstrual alimenta cachorros de tigre). Es una imagen que me impactó profundamente, hace años, cuando leí el texto por primera vez. Luego la realidad me ofreció una deliciosa resonancia que continuaba el tapiz: Mononoke lamía la sangre de una enorme loba herida por los hombres:

http://www.youtube.com/watch?v=_ZdhgRJFZoA&feature=related

Hay más similitudes: "el Señor de los bosques", de Hainuwele, es esa deidad antigua, multiforme, ajena al devenir y al tiempo de los hombres, que en Mononoke recibe el nombre de "El espíritu del bosque". Pero es el mismo ser, exactamente el mismo, y Hainuwele y Mononoke son un reflejo especular una de la otra, casi hermanas, o al menos mi mente opera esa síntesis...

Ambos gestos, de humanos que lamen a animales ensangrentados, para curarlos o cuidarlos con su saliva, me emocionan más allá de lo que puedo describir: quedan ahí, grabados, en el adentro sin nombre, para siempre.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Y hay humanos que lamen a humanos heridos, Stalker, para sanarlos, como vos.

soperos dijo...

mariel, stalker hace eso.

estoy leyendo hainuwele, todavía por la página 91. no quise escuchar el cd que acompaña el libro hasta acabarlo. cuando acabe la primera lectura lo pondré.

ahora he escuchado las pistas de audio de esta entrada (¡chantal canta en la primera!), he puesto los audios a funcionar a la vez, he hallado fortuna en esas voces, UNA.

he visto la primera parte de la película aquí enlazada, la de mononoke, es cierto que hay hermandad entre hainuwele y ella...

mucha emoción...

he recibido un gran impacto al leer el título de esta entrada:

"(...)vibro a mayor velocidad que un árbol".

cuando leí estos versos, hace pocos días, todavía estoy sintiendo... sin pronunciarme aun, puedo avanzar, sí, que me parece una sentencia extraordinaria, una joya bien entendida...

querido hermano búfalo, muchas gracias, como siempre.

besos,
ò.

mariajesusparadela dijo...

Qué hermosura Stalker. Qué generosidad la tuya al compartirlo (yo nunca hubiera llegado sin tu ayuda). Pero hoy, con toda esta belleza y sin ningunearla, yo, porque soy humana y soy naturaleza, me quedo con un nudo de pájaro de China; tan solo porque es mío: no hay nada más hermoso que ese nudo

Lola Torres Bañuls dijo...

Jo. Si yo fuera Chantal Maillard me encantaría esta entrada. Vamos que estaría todo el día contenta como si me hubiesen hecho un regalo.
Ojala se paseara por Internet y la viera.
Es preciosa. Las fotos son una pasada y ya escucharé el texto que ahora no puedo.

Un abrazo Stalker. Eres un crack o crakc tengo un lapsus.

Bueno el ave zancuda ya intentará zambullirse a buscar en la entrada.

Belnu dijo...

Gracias por este paseo por el bosque de Chantal-Hainuwele, es lo que necesitaba

Eastriver dijo...

¡Qué intenso! Sorprendido, acompañado, adormecido. He tenido una sensación que no tenía desde mi época de los felices porros compartidos (va en serio). Un abrazo, Stalker.

Bashevis dijo...

con tiempo me relamo

hermoso

Ana Hidalgo dijo...

La voz de chantal es para estar en la naturaleza, entre los árboles, frente al lobo, no en las fotografías sino en la naturaleza. Las veces que he tenido la suerte de estar dentro de un bosque nunca hubiera tenido la mentira suficiente de hacer una foto al bosque, el bosque es para sentirlo no para fotografiarlo, la fotografía del bosque no tenía nada que ver con el bosque, así la voz de Chantal es para los bosques, no para las fotografías. Qué pena que no podamos traer el bosque a los blogs, la intersección entre un bosque y chantal hubiera sido para detenermos para siempre. También sería hermoso poder traer un lobo a los blogs, y acercar a ese lobo una palabras de Lispector.

Un abrazo fuerte.

Stalker dijo...

Querida Mariel:

qué más quisiera yo. Más bien el lamido y el sanado soy yo, por estos mismos poemas. Creo que yo también he sido un cachorro de tigre y estos versos, la sangre menstrual que me ha alimentado.

Abrazos

Stalker dijo...

Querido hermano búfalo:

sin pronunciarte aún, ya está todo dicho. Y yo agradezco cómo acoges este pequeño obsequio que se quiere trepar como un caracol a una rama -la del pájaro, claro.

abrazos

Stalker dijo...

Maria Jesús:

no es generosidad, siento que es un deber compartir las cosas que nos estremecieron y alimentaron. No siempre son reconocidas porque no toda agua fluye para nosotros y no toda escritura, o todo ritmo, o todo aliento despeñado, es el abrevadero que necesitamos. Pero hay que mostrar y compartir porque si no, nada tiene sentido.

Por suerte, no creo que haya que elegir entre el bosque de Hainuwele y el maravilloso nudo del Pájaro: ambas son declinaciones, quizá complementarias, de una misma intensidad.

abrazos

Stalker dijo...

Querida Lola:

zambúllete aquí cuando quieras y como quieras: picoteando, anadeando, en cualquier estilo presente o futuro, salto zancudo o crawl Libelulola... la entrada, el charco de renacuajos lentamente bulliciosos, es tuyo...

En cuanto a que esta entrada sea un regalo, espero que sea para ti. Me he limitado a subir unos audios y colocar unas fotos, es apenas un rastro leve. En el libro Hainuwele está el cd con la lectura completa, aquí apenas se dan unos ligeros trazos.

Sé que hay poetas y escritores que rastrean minuciosamente internet a ver qué se dice de ellos. Me consta que Chantal apenas utiliza la red y desconoce todo lo que en ella vibra o late. También está muy alejada de la poesía, por increíble que pueda parecerte: puedes hablarle de premios, de jurados, de quién ganó el último Loewe, de la "célebre" página "Crítica y contracrítica", de quién es el crítico tal o el antólogo cuál: no sabe nada de todo eso. Está en otras cosas, simplemente: ailleurs... Quien ha tenido ocasión de conversar con ella, como ha sido mi caso, puede comprobarlo de primera mano.

abrazos

Stalker dijo...

Belnu!

¡Y el bosque poemático también te necesitaba a ti! Esa escucha, esa atención...

abrazos

Stalker dijo...

Ramón:

me ocurre algo parecido a como lo describes y me encanta tu comparación. Sí: esa embriaguez... además que hables de los porros viene muy a cuento: la imagen central de uno de los libros de Maillard, "Husos", vino de la mano de sus experimentos con el "ban" (cannabis indio). Al parecer es una droga que provoca la "ilusión" de ver a través de los objetos, te permite anticipar lo que va a ocurrir segundos antes de que suceda y te proporciona un elemento-ancla, un centro perceptivo en esa vorágine, y en su caso fue un huso, un huso que eran muchos husos (estados o modalidades mentales vibratorias) de los que partían infinidad de hilos como chispas o secuencias de dharmas... las teorías de observación de la conciencia del budismo chan y los experimentos lisérgicos de Michaux no andan muy lejos...

abrazos

Stalker dijo...

Bash:

tú también eres un cachorro de tigre. Qué bueno que te dejes lamer la sangre por estos poemas...

abrazos

Stalker dijo...

Querida Ana:

tus palabras me enseñan, me alimentan, si me demoro un poco me dejo crecer como un líquen sobre ellas... y me hacen pensar también que he hecho mal en traer fotografías de bosques hermosos: quizá una redundancia, quizá la conciencia del fracaso de traer el bosque de verdad me ha hecho incurrir en la postal, que es la imposibilidad y la negación del paisaje y de la propia visión. El bosque y sus animales son uno y es el principal personaje (mejor: presencia) del libro. Incluso el Señor o Espíritu del bosque se confunde con el propio bosque, porque alienta en todas las cosas. Hainuwele también es bosque porque a pesar de ser humana, su naturaleza es líquida, metamórfica: se disuelve como una sombra que trepa hasta los árboles y anida en las plumas de las aves, es capaz de habitar la piel que mudan las serpientes y proyectarse, entera, en el crujir de la hojarasca. Tan pronto se transforma en el sonido de una "alimaña" en celo como en el reflejo del agua sobre el estanque o en las peñuzas dibujadas en el cieno. Sus continuas transformaciones y "aquietamientos" conforman el lenguaje con que dialoga con el espíritu del bosque (para "a-cercarse", para romper los cercos del lenguaje, como se insinúa en "Filosofía en los días críticos"); la realidad es magmática, dúctil, porosa: el bosque vibra y cambia a cada momento, en un éxtasis vertiginoso que reconcilia tiempo y eternidad, caída y fuego detenido.

Creo que me alejo y que no respondo a la rosa de los vientos de significados que hay en tu comentario...

Este verano estuve en un bosque. Me interné solo y hubo un momento en que supe que no había nadie a kilómetros a la redonda. Quizá nunca estuve tan lejos de mis semejantes y tan cerca de ese silencio trenzado de leves crujidos y de vida pequeña que crece, crece, y niega la desvalida intromisión de nuestra conciencia indagadora en ese entorno... En ese momento mi animal gregario sintió inquietud, pero el hondo animal pre-tribal que habita en un pliegue recóndito sintió, al fin, la paz de esa soledad entre árboles que es la condición ineludible de los seres que no fabulan una sociedad, que no consensúan, asedian a los otros o depredan bajo la máscara socializadora... Esa mezcla de inquietud y paz, calma al acecho...

abrazos

Stalker dijo...

Últimamente en Goear parecen estar de reformas o actualizaciones, por eso pueden desaparecer los audios momentáneamente. Al menos, por esta vez han reaparecido...

No obstante, si alguien conoce de un sistema alternativo a Goear para colgar audios en las entradas del blog, le estaré muy agradecido...

Lola Torres Bañuls dijo...

Stalker me imagino que Chantal Maillard está alejada del bullicio de Internet y de otros rollos poéticos. Es lo mejor que puede hacer visto el panorama.
Yo misma como pequeña ave zancuda y hormiga de pequeñas palabras, cada vez estoy más convencida que escribir es lo único que me interesa realmente. Todo lo demás es superfluo. Por eso tengo algunos blogs que visito habitualmente pero son pocos.


En cuánto a la entrada es muy bonita. Es un esbozo muy bonito de la obra de Chantal. Creo que es la poeta más grande que tenemos en estos momentos. Digo creo porque no puedo abarcar toda la poesía que se está escribiendo, me falta perspectiva y me faltan lecturas.
La obra de Chantal la conozco casi al completo pero no me pasa lo mismo con otras poetas que aún tengo que leer. Pero aún así creo que no cambiaría de opinión.

Ya cuando pueda me compraré el libro para tener el audio completo y el poemario.

De todas formas Stalker gracias por la entrada es muy bonita.

Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...


Querido Stalker:

A mí http://divshare.com/ me gusta mucho. Si quieres ver cómo queda, puedes ir, por ejemplo, a
http://amapolasenoctubre.blogspot.com/2009/10/redescubrimiento.html.

Como sabes, admiro casi todo y mucho de Chantal Maillard (¿recuerdas que le dediqué un pequeño poema a hilos que dejé aquí?), pero en este caso, menos, por eso no lo había comentado (claro que, salvo lo que tú has traído aquí, no lo conozco).

Un gran abrazo.

Belnu dijo...

Oh, gracias, Stalker! He vuelto a encenderlo y a escuchar esa voz, lo confieso, con la sensación de aquel bosque carrolliano donde todos perdían sus nombres y olvidaban quiénes eran. Refugiarme un rato...

Stalker dijo...

Querida Lola:

ya volvieron a aparecer los audios, ¡gracias por avisarme!

Paséate por el bosque, hay muchos rincones que acogerán al ave lenta que eres...

abrazos

Stalker dijo...

Querida Bel:

gracias por lo de divshare...

En cuanto a estos poemas, supongo que la cosa va en el gusto. En su blog, Vicente Luis Mora se atrevía a recomendar a Chantal que volviera a escribir como en Hainuwele (poemario, no hay que olvidarlo, que tiene más de 20 años) y se olvidara de discursos tan quebrados y tan poco poéticos, con tan escaso "lenguaje poético" como "Hilos" (vete a saber qué entienden por lenguaje poético los celosos guardianes de la ortodoxia y del comme il faut en estos menesteres). A ti en cambio te gusta menos esta forma de poesía, y tiene sentido si uno prefiere los últimos libros. De hecho, en una primera mirada es sorprendente, casi imposible, pensar que "Hainuwele" y "Husos" hayan sido escritos por una misma persona. Pero una mirada más lenta revela, precisamente, los "hilos", los pequeños nudos y las múltiples calladas inflexiones que van de un libro a otro. No es que sean dos caras de una misma moneda, sino que configuran un tapiz de resonancias, los poemarios se apelan entre sí y a su vez dialogan con los diarios y ensayos, es un mismo cuerpo y una misma voz que se va condensando en ritmos, en modulaciones y estremecimientos diferentes y sucesivamente derrocados por cada imprevista metamorfosis.

Me parece lógico que tengamos que elegir cuando el cambio de una voz poética o musical es drástico: nos han enseñado a someternos a las máquinas binarias, consentimos a su imperio y no podemos hacer otra cosa. Siempre recuerdo el caso de Barbara, cuyos fans están divididos entre los que gustan de su voz límpida de los sesenta y los que prefieren el desgarro cavernoso de los ochenta y noventa. Para mí la distinción carece de sentido porque por debajo es la misma energía la que late, por mucho que en la superficie se encarne en movimientos en principio antagónicos.

Dicho lo cual, es evidente que "Hainuwele" es un poemario "juvenil". Pero también hay algo muy antiguo en él, más allá del momento cronológio y vital, ya lejano, en que fue concebido.

abrazos

Stalker dijo...

Belnu:

aquel bosque carrolliano... haría falta que todos nos perdiéramos un poco en él y abdicáramos, por un tiempo, de nuestros nombres. Y encontranos ahí, alegres y anónimos...

abrazos

Belnu dijo...

Comparto lo que dices sobre la evolución, los hilos, la ortodoxia limitadora. Si sólo los límites sostienen, como decía Juarroz en un texto que leí no sé dónde, si la poesía es algo que está siempre en esos márgenes, si resulta de una paradoja, ¿cómo y para qué ponerle puertas al campo? Y en cuanto a las lecturas, son siempre subjetivas, aunque algunos críticos crean que ellos pueden decirnos lo que es el bien y lo que es el mal, en su arrogancia olvidan que ellos también son subjetivos y que en cada escucha nos llegan o no unos ecos, leemos libros distintos, poemas distintos, y eso también varía según nuestro momento. Yo, como siempre me he sentido una intrusa en la crítica literaria, no comprendo cómo alguien puede arrogarse esa supuesta objetividad. Por algo Nabokov, con sus Strong Opinions, confesó que detestaba a Thomas Mann y que a la vez admiraba y le repelía Jane Austen y que para él la ópera era sólo ruido... Pero él sabía que era subjetivo y visceral, otros lo ignoran, no dicen como Bel M: A mí me gusta... dicen Es, o peor, dicen: Lo que debería hacer es escribir así...

Stalker dijo...

Querida Belnu:

completamente de acuerdo contigo. Tú misma eres un ejemplo en tus reseñas en La Vanguardia: dar a conocer sin pontificar, sin sentar esa cátedra, esa doctrina de lo que debe o no debe ser. Es difícil mantener el equilibrio, yo mismo a veces, especialmente cuando cambia la luna, estoy sujeto a ciertas visceralidades y arrebatos, pero sé lo que tienen de entraña o de provocación. Y es evidente que no todo puede complacer a todos. Sin duda es cierto que quien gusta a todos no inspira a nadie. Sólo hay que ver las brutalidades que Carlos Boyero, el crítico oficial de El País, dice a propósito de Tarkvoski o Víctor Erice (ignominias por las que cobra, por cierto), o el ensañamiento con que Orson Welles despachó el cine de Michelangelo Antonioni. Las relaciones son dolorosamente asimétricas y a veces bastan un par de adjetivos para desacreditar una obra en la que su autor quizá ha puesto el cien por cien de su intensidad, su vértigo epitelial, el centro de su ser. Y ahí es lapidado inmisericordemente.

Y se comprende mal la evolución, las fluctuaciones, el interrogar permanente desde y en los márgenes. El sentido brota ahí como una rara flor, no en los discursos sancionados por el tribunal inapelable del "hombre ordinario".

Dicho esto, también quiero reconocer que Vicente Luis es un crítico extraordinario. Casi nunca me gustan los libros que reseña y pocas veces estoy de acuerdo con sus argumentos pero repito: es extraordinario y brillante. Nada que objetar a su gran labor. Bien mirado, lo de pedir públicamente a un escritor que vuelva a escribir como hace veinte años no sólo es una gran presunción: también es señal de valentía, y eso se agradece.

abrazos

Lola Torres Bañuls dijo...

"yo mismo a veces, especialmente cuando cambia la luna, estoy sujeto a ciertas visceralidades y arrebatos, pero sé lo que tienen de entraña o de provocación."


UUUUUUHHHHHHHHHH eso es porque eres un lobo cavernario.

Pic pic

Stalker dijo...

Lola:

quién fuera lobo y tuviera la dicha de no ver jamás a un ser humano... ;)

besos

Belnu dijo...

Leeré a Luis Vicente. Gracias por lo que dices. Yo intento que se vea lo que es el libro y que quien lea mi reseña pueda separarlo de mi crítica y pueda decirse: a ella le irrita, pero a mí podría apasionarme. O algo así... Lo cual no siempre me sale en 2300 caracteres. Porque yo soy lunática y visceral incluso cuando no hay luna, y veo según el momento y forcejeo con lo que me interpela, como todos. Pero es eso que dices, algo, la honestidad, el brillo, el rigor. Sí, a mí me molesta esa crítica insultante que no muestra salvo su opinión. Una vez B. se burlaba de una película de Jaoui por su título, parlez moi de la pluie, y yo fui a verla contra su humor, deliberadamente por su burla. Y encontré algo que me sirvió en las interrogaciones de esos personajes, en su perplejidad, que no me pareció tan banal como a él.

Isabel Mercadé dijo...

Bueno, alguien muy querido que a su vez quiere mucho a V. Erice me pidió mi firma para protestar por esas cargas del Sr.B. y gracias a eso me he ganado el apelativo de "gafapasta", o eso nos llamaron a todos los que firmamos esa carta...
Y sí, las críticas de Belnu son magníficas.
En cuanto a Hainuwele, podría dar argumentos racionales sobre por qué me gusta menos (eso es lo que digo, no que no me guste)pero, como también decía, sólo conozco lo que has puesto aquí, Stalker, y lo que desde luego no me gusta son los juicios precipitados.
Por otra parte, leído hace veinte años, creo que me habría interesado mucho más. Igual que para la autora fue una escritura de un determinado momento, para los lectores también las lecturas tienen su momento... o no, a veces no lo alcanzan nunca, lo cual no significa que no sea pueda reconocer desde el lugar de la objetividad donde si se desea siempre es posible situarse, todo lo que de valioso e irrepetible tienen, como de momento me ocurre con Proust, pero todavía no he tirado la toalla ;-)
Abrazos a los dos.

Leonardo dijo...

Lamentablemente no tengo el tiempo necesario para disfrutar de esta audición como quisiera, así que volveré. Pero, he leído algunos comentarios y para mí, que conozco sólo hace muy poco tiempo a Chantal Maillard (y eso gracias a esta bitácora, entre otras), su voz poética se reconoce fácilmente. Sin duda hay diferencias, sin duda en lo más reciente la reflexión ha cobrado un peso mayor, pero el torbellino en torno al centro de sí mismo está ya ahí, la manera de caer en el ser, la imagen. Para mí es un nuevo y formidable regalo. Gracias. y hasta pronto. Y gracias por tu visita al blog donde te respondí.

Stalker dijo...

Belnu:

seré claro al respecto: Boyero es el "enemigo" que hay que vencer en la crítica de cine de este país. Cuanto antes se lo eche, mejor, está haciendo un daño tremendo a todo el cine que merece la pena. Además, exhibe su ignorancia y sus prejuicios como algo de lo que mostrarse orgulloso. Ejemplo: basta que una película sea "de chinos" para que no merezca el más mínimo análisis crítico.

La crítica literaria en los suplementos nacionales ya sabes cómo está. "Babelia" en crisis permanente y cultivando la indiferencia a casi todo lo que merece la pena. La prensa conservadora, ensimismada, enrocada en las posiciones de siempre. "El cultural" de El Mundo parece un chiste malo...

El suplemento de La vanguarida es mucho mejor pero también puede mejorar...

Honestidad y humildad, sí, es lo que más necesitamos, y voces que, como tú, nos recuerden esas virtudes.

abrazos

Stalker dijo...
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Víktor Gómez Valentinos dijo...

Esa armonía anterior a la compasión, este atender un ojo de lince en la rama del árbol que quedó temblando al salto en moroso vuelo del ave, esa lentitud del corazón en la resistencia a la relojería productiva...

Y saberse tu otredad y la otro-yoidad como flujos de un aire nuestro, que se respira o contamina sólo desde la voluntad de la no acción o desde una generosidad no civilizada o cultural, sino del espíritu desnudo... desanudado del miedo
a la vulnerabilidad, anudado al vínculo del ser.


Stalker, ¡¡¡qué ragalazo!!!

Un abrazote

Víktor

Stalker dijo...

Leonardo, gracias a ti. Escucha los audios cuando tengas tiempo y sentirás cómo el musgo crece dentro de ti (el musgo u otra forma de lentitud...)

abrazos

Stalker dijo...

Víctor:

tus palabras me hacen germinar. Si ahora fuera una patata ya estaría echando flores. Gracias por tu verbo acerado, generoso y preciso.

Y abrazos

rubén m. dijo...

Qué pena que esta precaria conexión de cibercafé de la que dispongo en este momento no me permita escuchar, ahora mismo, la voz de Maillard y este poemario de juventud que aún no he leído.

Me ha encantado la conexión que has hecho con La princesa Mononoke, a mí también me parece una película bellísima y de una lucidez emocionante.

abrazos

Stalker dijo...

Rubén:

lástima lo del cibercafé, sé cómo son y sus limitaciones. El libro "Hainuwele y otros poemas" (en los "otros poemas" hay de todo y son muy reveladores) acaba de salir en Tusquets y los audios provienen de ahí. Hainuwele está recitado entero. Si no buscas el libro, ya te haré una copia en cd la próxima vez que te vea.

La relación con "La princesa Mononoke" la sentí en cuanto vi la película, en cine, hace unos años. Ya había leído el libro en una edición antigua y descatalogada, y al ver la obra de Miyazaki inevitablemente pensé en Hainuwele: la misma presencia insondable del bosque y de los animales, el espíritu panteísta del Señor de los bosques y los mil pequeños espíritus, hadas o elfos (en la imaginería miyazakiana, esos seres deliciosos que son los kodamas), el mismo espíritu "ecologista" y, muy en especial, ciertos gestos similares: el más emocionante, como digo más arriba, el de una mujer que lame la sangre de un animal herido o de un cachorro que nace. Me atraviesa esa imagen como una lanza, y agradezco...

Imagino que aún no te habrás recuperado del doble-Depeche que te has metido entre pecho y espalda. Todavía quedan valientes :)

abrazos

Stalker dijo...

Añado este fragmento del prólogo del libro:

"¿Acaso la función de los mitos no es la de entregarnos símbolos activos, símbolos que se reactiven en nosotros? Y ¿qué actividad simbólica no modifica, en su movimiento, la letra del relato?
Hainuwele, en verdad, no es fruto de ningún patrón cultural. Se construyó a sí misma, poema a poema, como lo hacen los personajes cuando se les deja abrirse camino en la escritura. Ella es mi alter ego más querido. Vive en mí aún cuando la pierdo, lo cual ocurre con frecuencia y, en el estado de confusión en el que me deja su pérdida, me conforta saber que tarde o temprano volveré a encontrarla.
Para recuperarla, me basta con percibir el olor de los helechos en los bosques europeos o el sonido de las hojas secas, olfatear el viento del norte cuando llega a la costa cargado de olores o, simplemente, contemplar a un animal.
Hay en el animal una inocencia que se me antoja camino de vuelta al origen. Anterior al juicio que distingue y sopesa, le procura al gesto la precisión que la razón le niega cuando se activa en los territorios que no le pertenecen. Y cuánto esfuerzo le cuesta lograr un “acierto” donde, sin ella por guía, habría certeza. El ser humano “desarrollado” se enorgullece de los logros de su inteligencia, pero cuán torpe es, cuán pobre y desasistido cuando pretende comportarse de acuerdo con la naturaleza. Yo aprendo de un animal todo aquello que mi voluntad traba. Y aprendo, también, mi desgracia, mi inferioridad y mi condición de extraña en este mundo que no sabemos proteger lo suficiente. Contemplo, voy hacia ellas, hacia las bestias, me “abestio”, je m’abêtis, como sugería Montaigne. Aunque para el hombre enaltecido s’abêtir (“idiotizarse” sería la traducción de la palabra en su uso común) es rebajarse, volver al estado de salvajismo en el que, según sus teorías, estábamos al principio y en el que la carencia de leyes nos llevarían a matarnos unos a otros “sin razón”. Olvidan que las reglas que acorde a razones han de darse los seres humanos para convivir sin daños no son en absoluto necesarias en el reino animal. La acción de un animal, que nunca opera contra el bien de todos, no se diferencia de la ley natural.
La inocencia de las bestias, la aceptación incondicional por parte de cada una del lugar que ocupa en la cadena y la asunción, por otra parte, de ese ejercicio de crueldad que es, para cualquier buen entendimiento, un mundo organizado sobre el hambre en una rueda sin fin de resistencia, miedo, dolor y muerte, es para mí algo más que una lección de humildad. Chuang tsé, cuya sabiduría era grande, refiere este consejo, que daba el Señor del Mar del Norte al Conde de los Ríos: “Procura que lo humano no destruya lo Celestial en ti; procura que lo intencional no destruya lo necesario”. Para conseguirlo, para conservar lo necesario se ejercitaban los taoístas en la espontaneidad. El recogimiento (no-mente) antes de lanzar la flecha o trazar la línea con el pincel, la “détente du tigre”, como decía Michaux aludiendo al gesto certero del tigre que salta sobre su presa, pero también la conciencia del gesto cotidiano, esos gestos que realizamos sin necesidad de que el pensamiento los anticipe. No creo equivocarme al pensar que también a ello aludían Hui-Neng y otros maestros del budismo chan cuando hablaban de la necesidad de hallar el “rostro original”. Lo celestial, el rostro original, no es otra cosa, a mi entender, que la sabiduría de las bestias".

La paciente nº 24 dijo...
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PÁJARO DE CHINA dijo...

Leerlos, a todos ustedes, es un lujo íntimo que la vida me viene regalando y no ceso de agradecer. Los animales no saben que van a morir. Quizá por eso puedan entregarse por completo al llamado de los sentidos y no dudar, no dudar en la espontaneidad y profundidad de su entrega. Sumergirse en el instante, quizá eso sea lo que hacen, sin cálculo ni red.

Isabel Mercadé dijo...

No, no, querido Stalker, no te sales del tema para nada, creo que es el tema. A mí hay un montón de cosas que sé que no son muy buenas que me encantan y sé por qué me encantan, por las resonancias que despiertan en mí, por aquel lugar que alcanzan donde una imagen querida, por más que tal vez feísima, o rebosante de ripios y lugares comunes, reposa.
También, aunque no siempre, sé por qué no me gustan algunas cosas que puedo reconocer interesantes o excelentes, pero cuando no, descubrirlo es un viaje personal fascinante, allí donde el inconsciente agazapado aguarda.
Entre todos los ilustres (también Reygadas, que a mí me interesa mucho) estábamos modestamente yo y dos muy queridos amigos. A mí y a uno de ellos, seguro que no nos conoce, pero al tercero, si no lo conoce, igual que a muchos que nombras, sería más bien para que se sintiera avergonzado, pero claro, con el panorama que tenemos...
Un abrazo grande.

Stalker dijo...

Querida Mariel:

sin red, saltar en el aquí, desprendidos del lastre de la proyección hacia el futuro (angustia) y el pasado (deuda psíquica). El mecanismo del budismo es un regreso progresivo a esa conciencia-ahora, esa conciencia-animal. Dificil tarea, especialmente cuando nuestra mente funciona con criterios de construcción e inversión, es decir, tendiendo constantes puentes, proyectos o retro-yectos. Escapar, salvarse, será quizá renunciar a todo eso en una ascesis definitiva donde amputemos el yo y sus interminables avatares...

Quizá sea imposible, pero... aprender de la oruga...

abrazos

Stalker dijo...

Bel:

Boyero es así, dice no conocer a quien no le interesa. Es un caso perdido, lo único que hay que esperar es que algún día abandone su puesto y deje ese espacio crítico a alguien serio (hay críticos de cine muy solventes en este país). Conozco cuatro o cinco candidatos, pero son demasiado buenos para escribir en un medio tan mediocre, lamento ser tan expeditivo.

¿Qué puede esperarse de alguien como Boyero que, junto a otros críticos de medios conservadores, ignoró el pase de "Naturaleza muerta" de Jia Zhang Ké en Cannes hace unos años, y luego, cuando la película resultó "inesperadamente" premiada, en lugar de admitir que estaban viendo un partido de fútbol, inventaron una escandalosa teoría conspiratoria según la cual el jurado se había confabulado, en virtud de rocambolescos intereses ocultos, para premiar a un desconocido, que para más inri era "un chino"? El hecho de que "el chino" tuviera una ya extensa filmografía y un gran reconocimiento en el circuito europeo de los festivales fue un dato que el perspicaz Boyero procuró ignorar, como siempre.

Pero el problema no es Boyero, el problema es El País, la gente que permite que fantasmas de tal calibre pontifiquen a su gusto desde una tribuna pública. El daño que El País está haciendo al cine que apuesta por la diferencia y se sale de los cauces preprogramadamente digestivos y subvencionados por los diversos gobiernos es incalculable. Pero al País no le interesa la cultura, y es sintomático que las firmas más lúcidas del Babelia hayan abandonado el barco cuando éste cambió de dirección.

Por cierto, Bel, si repasas esa lista que firmaste encontrarás alguna sorpresa.

Abrazos

Isabel Mercadé dijo...

¡Ya la he encontrado! (no creas que no me había fijado en tu anterior comentario). No me ha resultado muy difícil, atando algunos hilos que van de Bárbara a Cahiers...
Hoy he tenido en mis manos Hainuwele. He estado a punto de comprarlo, pero ya me había gastado el presupuesto. El último poema (que no es ya de Hainuwele) es maravilloso.
Un abrazo, querido Stalker, y buenas noches.

Lola Torres Bañuls dijo...

A mi me pasa que me adentro en este bosque y siempre encuentro conversaciones interesantes y así es como de vez en cuando me siento a escucharles. Y así es que me quedo mirando la pantalla y leyendoles como si estuviera en una tertulia y sin decir nada les escucho.
Y digo puff me voy caminando, simplemente. Pic pic picoteando, me guardo siempre las palabras.

Es bonito.

Un beso topos.

Stalker dijo...

Querida Bel:

muy bien rastreado... abrazos

Stalker dijo...

Lola:

esa manera de guardarse las palabras es hermosa.

"Las palabras se agitan como semillas en una calabaza"

Y el silencio tuyo, así, es ofrenda...

abrazos

Laura Giordani dijo...

querido stalker: qué regalo tan especial, gracias. Iré escuchando esos audios, por ahora he visto las imágenes de bosque que acompañan esta selección- Me hace ilusión escuchar a Chantal en ese registro de musgo, gacela y fruta.
Me ha impactado como a tí ese lamer las heridas de un cachorro de puma, lamer las heridas humanas también, como apunta Mariel. Eso haces a través de este espacio, stalker.
De pequeña pude ver algo que me marcó muy hondo. En el campo de mi abuelo en Argentina, después de una tormenta de verano, corrí al río para ver si había crecido y en la orilla de enfrente estaba una puma con sus cachorritos secándose al sol, retozando como gatos en la arena. Los últimos rayos caían sobre el lomo de los pequeños, dándoles una tonalidad crepuscular, casi mística y un brillo como nunca antes a la arena del río. Sentí que estaba asistiendo a un momento íntimo y no quise perturbar. Era la sagrada familia, realmente. Sólo pude arrodillarme en gratitud y llorar pensando en las escopetas y los perros dogos de los dueños del campo vecino(curiosamente, unos años después, esbirros y torturadores en la dictadura) siempre al acecho de pumas.

Escucharé ahora los audios.
Un abrazo muy fuerte y gracias de nuevo,

Laura.

Stalker dijo...

Querida Laura:

la escena que describes me la guardo. Es increíble lo que cuentas y cómo lo cuentas. A mí me pasó algo parecido siendo niño, porque vivía en la montaña y un día, sólo una vez en mi vida, tuve un encuentro con un zorro (a los jabalíes de la sierra ya estaba acostumbrado). En ese momento el tiempo quedó detenido, una especie de pequeña eternidad del reconocimiento entre ambas especies. El zorro supo que yo no le haría daño y continuó su camino... Contado así parece una anécdota insignificante, pero vivido fue inolvidable, un momento muy poderoso y único...

No me extraña que aquellos que dices luego fueran los torturadores de la dictadura. Cualquiera capaz de hacer daño a un animal merece mi desprecio incondicional y militante. Y qué hermosos los pumas y los cachorros, me emociona lo que cuentas...

Me gustará saber también qué te parecen los audios y la manera de leer de Chantal aquí (un poco distinta a su lectura de textos más recientes, porque esta escritura es más lineal, fluida, sin los quiebros de los poemarios más recientes). Hemos hablado mucho del bosque y los animales pero no se ha hecho mención a esa forma extraordinaria de leer. Me gustaría saber conocer, en especial, tu opinión.

abrazos

Lola Torres Bañuls dijo...

Si me permiten. Stalker Chantal lee maravillosamente todo. Y creo estos poemas también los lee muy bien. Creo que adapta la lectura a la forma del poema. Creo que por eso crecen las lecturas porque le da el tono que necesita su poesía. Estos poemas no es la Chantal que yo conocía hasta ahora. Pero es extraordinaria de todas formas.
Me parece que quiebra la voz según el poema le va pidiendo. Y eso es tremendamente bueno.
¿Te imaginas que leyera todo igual? Sería nefasto perdería poder la musicalidad y el misterio del poema.

Bueno no sé voy a seguir picoteando.

Un beso.

Stalker dijo...

Querida Lola:

estoy de acuerdo contigo.

Me alegra saberte picoteando aquí y allá, con delicadeza y buscando el grano más rico. Qué bueno tener aquí un ave zancuda...

abrazos

Portinari dijo...

Me quedo con la voz de Chantal, mirando el bosque.

Gracias.

Leonardo dijo...

Se disfruta aquî, de grata compañía, es verdad. Tres cosas, así, desordenadas, que se me vienen a la mente leyendo y escuchando.
Rilke para quien los animales viven fuera del tiempo, todo es presente, máxime, contingencia. Luego eternidad.
La leona, lamiendo, es capaz de hacer revivir un cachorro muerto.
La voz de Chantal, me parece fundamental que lo traigas a cuento. Para mí ha sido una experiencia increíble. Nunca había oído algo semejante (pero poco he oído). No me parece tan diferente la lectura, es la misma, es el ritmo o la arritmia de su poesía más reciente lo que cambia; pero el acento y los acentos son los mismos, las pausas, las aceleraciones súbitas y los "ralentissements", el apagado del final o del final de las estrofas. Pocos poetas leen tan bien sus poemas, aquí parece operarse una verdadera resurrección de la oralidad; la poesía vuelve a ser 'palabra' y no será por nada que el libro es re-(?)editado con la grabación. Su lectura está al borde de la recitación, del viejo arte declamatorio entrado en desuso, pero renovado, desvestido de la rima. Al borde de la canción como lo sugiere el primer poema que has puesto. El que ha escuchado a Maillard no puede volver a leer sus poemas sin su voz (en todo caso para mí es así). Maillard hace necesaria la lectura en voz alta no sólo para su obra poética, sino para cualquier otro poema. Creo.
Un abrazo

Marrast dijo...

Comparto lo dicho en los últimos comentarios, Chantal sabe marcar la inflexión justa, sabe entrar y salir del silencio, sabe alterar el tono cuando es preciso,la cadencia que va marcando su voz es deslumbrante porque refleja esa intimidad que la une al poema, que la hace uno con él.

Maravillosa entrada, Stalker.

soperos dijo...

laura y tú habéis abierto algo interesantísimo:

el encuentro con animales.

perro, gato, lobo, golondrina, serpiente, luciérnaga, lirón careto, búho, rana, pato, perdiz, águila, zorro, mulo, caballo, gallina, cerdo, pollo, gorrión, lagarto, rata, burro, vaca, cigüeña, conejo, liebre, mosca, mariposa, escarabajo, hormiga, avestruz, sirulo...

árboles también, ciertos paisajes o lugares... el puente con chopos, las cascadas, el canal, la casa del búho, tossal redó, clotal, la planta, el tossal, el puente alto, el camino de enfrente, el lago...

por cierto, muchas gracias también por las fotografías que acompañan los audios, ha sido muy acertado ponerlas...

besos,
òscar.

gracias a todos, claro.

Stalker dijo...

Portinari:
tu mensaje breve es "esa raíz que corre a ras de suelo como una comadreja".

Gracias a ti

Stalker dijo...

Leonardo:

lo que dices está muy bien visto, creo que tienes razón, que es la arritmia, el quiebro, lo que cambia, pero la voz es la misma. En la lectura de los últimos poemas abundan los cambios de tono y las fisuras, un entrar y salir constante, el poema se hace carne y es moldeado como arcilla, y el sentido astillado se recompone en la voz, renacido.

También es cierto que cuando oyes los poemas ya los escuchas siempre en esa voz. Sólo a veces mi voz interior de lector es capaz de emerger. Lo que se puede experimentar en una lectura de Maillard es algo que no se parece a nada. Tiene que ver con una convulsión íntima y al mismo tiempo, con algo muy apacible. No intentaré ir más allá.

Me ha impresionado encontrar, en la red, testimonios de lectores de poesía que se reconocían contrarios o muy alejados de la escritura de Maillard y que, sin embargo, quedaron en estado de shock en una de sus lecturas. Algún día intentaré pensar y articular lo que significa esa voz, y el cuerpo del texto encarnado en esa voz.

Gracias, Leonardo, por esa manera generosa de atender esta cueva de topos. Siento como si hubiera puesto una cesta de fruta fresca y tú estuvieras saborándola.

Abrazos

Stalker dijo...

Marrast:

gracias a ti por pasarte y recoger, como le decía a Leonardo, la fruta del cesto. Me alegra mucho que te haya gustado la entrada y cómo la describes.

abrazos

Stalker dijo...

Querido hermano búfalo:

los encuentros fortuitos con animales en el campo -o, en mi caso, en la sierra- quedan incrustados como una huella imborrable. A aquel zorro no lo olvidaré, pero tampoco a los jabalíes, los conejos, algún corzo, la infinidad de pájaros, los insectos... Es un privilegio haber crecido en el campo aunque ahora vivamos en ciudades contrarias a la vida animal. La iluminación, el satori, si tienen algún sentido, son eso: el encuentro inesperado con un animal, la perplejidad del reconocimiento, esa dilatada eternidad de ojos asombrados que palpan al otro, se demoran en él, lo habitan. Mutuo hechizo atemporal, sin lenguaje, sin voluntad. Simplemente ahí.

abrazos

Laura Giordani dijo...

querido stalker:

vuelvo a comentar después de haber escuchado bien los audios y mi impresión es que la voz acompaña -en su quiebre y modulación- de manera única cada poema. Incluso hay un acompañamiento diferente en la intensidad de la voz: a veces cae, otras se hace álgida para indicar acecho o peligro. Ó canta, si es necesario. Se disfrutan mucho así los poemas, no sé si en la primera edición de Hainuwele había audio acompañando, entiendo que no.
He hablado de voz que acompaña los poemas, pero me he equivocado, es mucho más que eso: es la encarnación del poema al pasar por la fonación material de Chantal, es el poema vivo, hecho bosque y tupido en matices. Un gusto, realmente. Creo que es una lectora muy competente, aunque a estas alturas, llamar "lectura" a estos fragmentos sería reducir su potencia.
Me gusta esa anécdota de tu encuentro con el zorro y encima, con intercambio visual y reconocimiento mutuo! Eso es aún más intenso; en mi caso, me sentí más bien privilegiada de poder presenciar de lejos la escena- Si la puma me hubiese visto en la orilla de enfrente, seguramente habria salido corriendo con sus crías; tienen mucho temor. Todavía quedan unas cuantas familias de pumas, viviendo casi en la clandestinidad de la quebrada del río. Que el señor de los bosques, los proteja,
Estoy de acuerdo con Oscar en que ese encuentro numinoso puede darse con cualquier “bicho” viviente: lombrices, bichos bolita (así los llamábamos, no sé cómo se llaman es España, son esos que proliferan debajo de las piedras y cuando los tocas se acurrucan hasta hacerse bolita), pájaros, árboles, rodillas manchadas de hierba... Cuánto agradezco esa infancia en el campo y el monte pampeano.
Un abrazo grande y gracias a todos por sus comentarios, enriquece mucho leerles.

Laura.

Stalker dijo...

Laura:

como se señala en el libro, quiero ponerle un cuenco de agua negra al Espíritu del Bosque para que proteja a esos pumas y sus cachorros, que se hagan invisibles a los ojos de los hombres.

Recuerdo que en mi época de estudiante Chantal le daba vueltas a una idea muy curiosa: crear una escuela para perros vagabundos en la que se les enseñase a huir y a defenderse de los secuaces de la perrera, que por aquella época estaban "limpiando" la ciudad de animales (la limpieza, ese argumento esgrimido por tantos gobiernos locales y regionales, adscritos a la repugnante derecha de este país). Creo que hizo algún intento pero no sé si la idea llegó a cuajar. De pronto he recordado esto cuando me has hablado de salvar a esos pumas de los hombres. Es bueno que teman al hombre y huyan de él: que al menos no sean un blanco fácil ni los podamos atrapar con un poco de comida como a aquellos pobres perros.

En cuanto a tu escucha de los audios, lo traduces y expresas de forma inmejorable. "Hainuwele" está compuesto por 48 poemas o estancias y es cierto lo que dices: la voz cambia, sube, baja, se ajusta. En esas 48 estancias habita muchos estados emocionales, diversos e incluso contradictorios: del cansancio a la tristeza, a la admiración, a la rabia, al susurro. Al acecho, sí, como sin un peligro rondara: voz animal atenta a ese latido circundante, a esa efervescencia de vida y savia propagada en diferentes modalidades vibratorias...

abrazos

Stalker dijo...

Laura:

creo que al bicho bolita aquí lo llaman cochinilla. Pero destierro esa palabra y me quedo con la tuya. Una maravilla: bicho bolita...

Lola Torres Bañuls dijo...

Me han gustado mucho el relato de los encuentros con los pumas y con el zorro.
Es tremendamente poético y bello.

Un abrazo.

Stalker dijo...

Lola:

las aves zancudas saben mucho de pumas y zorros. Y saben observar, también...

abrazos

Leonardo dijo...

Disfruto tanto tu cesta de frutas que vuelvo a meter la cuchara!
Volviendo a la voz de Chantal, es lo que dice Laura. Las palabras se alzan, se erizan, cuando pasan por su lengua, o cuando Maillard las lame. En su poesía actual, esa que algunos critican por su intelectualización, la voz le devuelve constantemente la emoción que subyace. Me gusta mucho la inflexión con que termina cada poema, es como una ola que se muere en la playa.
Y de animales, sí, los encuentros con animales salvajes tienen algo espectacular. Yo me encontré con una serpiente coral, todo fue silencio en ese instante, miedo, el silencio de las serpientes es amenazador; creo que desde entonces puedo adivinar, un poquitín, lo que siente un ratón en uno de esos encuentros fatales.
Abrazos

Stalker dijo...

Leonardo,

qué bueno tu encuentro con la serpiente coral... ¿qué sentiría ella? Quizá también miedo, o asombro, o extrañeza, o todo al mismo tiempo.

En cuanto a la supuesta "intelectualización" de la última poesía de Maillard, nunca me ha parecido tal. Claro que ésta sería la menor de las críticas que he oído. La principal es que no es poesía. Y claro, en el gremio poético ése es el anatema más grave que se puede pronunciar: no es poesía, por lo tanto carece de interés "para nosotros". Que lo examinen los filósofos u otros, a nosotros no nos interesa. Lo sorprendente del asunto es que esos "celosos guardianes de la ortodoxia" parecen tener una plantilla para decir qué es poesía y que no lo es. Ningún crítico ni escritor, nadie ha ofrecido aún una definición de poesía universalmente válida, quizá porque es imposible. Pero hay quien la tiene y la considera infalible. Así se defienden las fronteras epistemológicas de un mundo reducido y de, paso, se salvaguarda al clan y sus prebendas de intrusiones foráneas.

Agradezco tu lucidez atenta, Leonardo,

abrazos

Stalker dijo...

Como Goear se desactiva continuamente no he sido capaz de introducir los reproductores de Divshare en el cuerpo del blog, he subido los audios a Megaupload. Pueden descargarse aquí:

http://www.megaupload.com/?d=1JVS93XC

Lola Torres Bañuls dijo...

¿Qué? ¿Que lo último de Chantal no es poesía?
Y que es entonces????

Vaya con las críticas.
Aqui con esto de la poesía cada uno suelta una parrafada y se quedan tan ancho. Alá yo sé que es poesía y tú no lo sabes. La cuestión es decir muchas tonterías.

Creo que Chantal Maillard escribe poesía y de lo mejorcito. Digo creo porque yo no sé que es poesía, pero si sé cuando leo algo y me produce una sacudida a mi me resulta poético.
La voz de chantal es excepcional porque además sus poemas crecen. Siempre crecen.

Estaba pensando a ver qué encuentro he tenido con un animal. Pero no recuerdo ahora mismo.
Los ojos y la expresión de los perros abandonados me producen escalofríos y tristeza profunda.


Un abrazo.

Stalker dijo...

Lola:

lo curioso del asunto es que es una forma muy singular de desacreditar algo: negándole su estatuto ontológico, degradándolo. No es poesía, por tanto... Me parece una forma muy vil de restarle valor a algo. A mí no me gusta la poesía de Montero, Luis Muñoz, Juan Antonio González Iglesias, pero lo último que se me ocurriría es decir que no son poetas. Lo son, tan sólo escriben algo que nunca me interesó. A partir de ahí entra el juicio subjetivo que explica por qué algo no con interpela, no nos convoca, no fuerza en nosotros la sacudida, el estremecimiento del que hablas.

Los perros vagabundos... podríamos hablar mucho de eso. A los diez años me hice amigo de un perro vagabundo muy viejo. El perro debía tener unos 17 u 18 años, caminaba con dificultad y le gustaba mucho dormir al sol. En aquel tiempo madrugaba mucho, me levantaba a las seis de la mañana para ayudar a mi madre a limpiar un bar y a las ocho tenía que estar en la parada del autobús del colegio. Pero siempre encontraba un momento para saludar a mi amigo canino. Por las tardes también, lo buscaba, me echaba con él en el césped. El perro estaba medio ciego, pero por mi forma de acariciarlo, sabía que era yo. Era un perro feliz, entre todos lo alimentábamos y el clima malagueño es benigno. Él era feliz deambulando de un lado para otro y saludando a la gente, y en su larga vida nadie lo molestó. Cosa distinta era Málaga capital, donde la legión de perros vagabundos era acosada por las brigadas de exterminio...

Ahora recuerdo el tacto del pelo del perro. Tenía el pelo corto, áspero. Era agradable acariciarlo y se dormía si le rascaban las orejas.

Hacía años que no pensaba en él. Qué frágil, la memoria...

Lola Torres Bañuls dijo...

Los perros vagabundos me recuerdan a mi padre. Esa anecdota de tu perro vagabundo me recuerda a mi padre. El tenía un montón de perros vagabundos en el pueblito, les daba de comer. Mi padre al final estaba casi ciego y tenía un perro vagabundo grande, gris y le ayudaba a sortear los peldaños de las aceras. Se apoyaba en su cabeza para levantar el pie y subir las aceras.
Mi padre amaba los perros si hubiese podido hubiese montado un refugio para perros abandonados. De esta manera delante de mi casa siempre merodeaban un montón de perros y mi madre, claro se quejaba...

En cuánto a la poesía a mi me parece que cada uno que escriba según le parezca mejor o su ingenio y capacidad le deje. Hablar de lo que es poético y no lo és es un poco una abstracción.
Hay que respetar quién escribe aunque a veces no estemos muy de acuerdo. Cada uno tendrá un concepto de lo poético dependiendo de sus propias experiencias con la palabra.

Bueno palabrotas de ave zancuda. Agradezco tu paso por mi Mediterraneo. Muchas gracias,.


¿A ver que opinan los topos de qué es poesía?

Miguel Veyrat dijo...

Quiero felicitar a todos los escritores de este blog por el elevado nivel que mantienen, acorde con el que imprime Stalker con sus comentarios, algunos de ellos soberbios en su análisis del aura poética de Maillard. No conocía el blog, y siento habérmelo perdido. Vamos a repararlo.
Perdonadme la insistencia, que será la última, sobre Broda, pero como colofón del post anterior dejadme que os invite a leer la opinión de un gran crítico, que compara su poesía con un cuarteto célebre de Messiaën: http://encuentrosconlasletras.blogspot.com/2009/11/deslumbramientos-de-martine-broda.html

Stalker dijo...

Querida Lola:

lo que cuentas de tu padre y los ciegos es... sencillamente impresionante, indescriptiblemente conmovedor.

Por comentarios como este último tuyo ya merece la pena estar aquí e incluso levantarse todos los días. Te doy las gracias con un abrazo que espero te llegue enterito.

Respecto a qué es la poesía, sin duda daría para un intenso debate, no exento de movimientos esquizofrénicos, suturas, desvíos imprevistos... Un poco más adelante intentaré exponer qué es para mí la poesía, o cómo la siento yo, o más bien, qué tipo de poesía es la que, a mi juicio, tiene más sentido en los tiempos que corren. Tampoco tengo las ideas muy claras al respecto, pero sí sé por dónde no hay cauce, por dónde las cosas no fluyen...

Lo ideal sería que todos los estilos, lenguajes y estéticas convivieran pacíficamente y sin exclusiones. Esto es algo muy difícil, sin embargo, mientras los caciques, los mafiosos (ésos que todos tenemos en mente) y los poseedores de la verdad poética pontificia (Miguel Veyrat los denuncia admirable y sutilmente en el prólogo a "Deslumbramientos", de Broda, sin ir más lejos) sigan ocupando la "sede vacante" y perpetuando un lenguaje esclerótico pero, al parecer, bastante rentable. Pero eso es otra historia, una historia muy fea, que prefiero no abordar aquí.

Gracias otra vez, Lola,

y más abrazos

Stalker dijo...

Estimado Miguel-Monferrat:

sé bienvenido y siéntete libre de deambular a tu antojo por esta pequeña cueva de topos.

Te agradezco que nos traigas la reseña sobre "Deslumbramientos". Ya la conocía y me gustó bastante.

Todo lo que tenga relación con Martine Broda y su difusión tendrá siempre una buena acogida aquí.

Abrazos

Isabel Mercadé dijo...

"Quería hablar de cerezas, de morangos y de Lispector. Pero empezaré hablando de gatos. Hoy un gato ha caído en mi patio. Me he topado con él, de pronto. Aquí, en tu casa, aparece un animal, grande (era muy grande, he podido comprobarlo cuando los dueños han intentado inútilmente meterlo en una de esas cajas de viaje), probablemente herido, y asustado. Yo también he sentido miedo, y algo más, algo que vacilaba entre la repulsión y la piedad. Nos hemos mirado en silencio. Nunca he sabido interpretar los gestos de los animales. Apenas los conozco. En mi casa no los había. Pero el suyo ha sido inequívoco. Ha empezado a recular, buscando un lugar inexistente que pudiera protegerlo, protegerse de mí. Entonces todo ha desaparecido, excepto la piedad y una especie de revelación: yo puedo dar miedo. Yo puedo darle miedo a un animal grande, asustado y herido. Un amigo me ha llamado la atención acerca de la pertinencia de estos adjetivos. Y también hemos hablado de Lispector, sobre la atención que se exige y exige, sobre la imposibilidad de leerla con prisas, sobre cómo reverberan siempre sus frases hacia aquello que de verdad importa. Y entonces he comprendido por qué hoy, que quería hablar de Lispector, he tenido ese encuentro. Para señalarme lo que ella sabía. Para que no olvidara decirlo. Lo que de verdad importa. Para que no olvidara que también yo, ella, el otro, somos animales grandes, asustados y heridos. Y que, aun así, podemos dar miedo."
Éste es un fragmento de mi encuentro con un animal. Para verlo completo, aquí: http://amapolasenoctubre.blogspot.com/2008/05/clarice-lispector-gatos-y-cerezas.html
Gracias por recordármelo, Stalker, con tu hermosa historia y la de Lola, y todas las demás...
Un abrazo.

Stalker dijo...

Querida Bel:

infinitas gracias por compartir tu revelación, tu cercanía, el conocimiento de tu miedo. Hay que ser muy valiente para reconocer que podemos dar miedo, ese hecho que olvidamos al rodearnos exclusivamente de nuestros semejantes (los animales en estado de naturaleza suelen huir del hombre, y hacen bien).

Sabía que tenía que esperar antes de subir una nueva entrada. Esperar a que estos pequeños milagros, el de Laura, el de Lola, el tuyo, se produjeran.

Gracias, de verdad, por estos regalos, y gracias a los que habéis participado (a los que no habéis participado, también). Ésta entrada es quizá la más importante para mí porque me lleva a lugares que me importan mucho y que no solemos transitar. Nada me parece más importante que ese encontrarse con el animal. Lo demás, la poesía incluida, nuestra infinita presunción atravesada por una marea ininteligible de palabras que aspiran al sentido, tiene muy poca importancia. Nada ante el puma y sus cachorros, los perros, el zorro, el gato y tantos otros.

Abrazos

Lola Torres Bañuls dijo...

Bel ese encuentro con el gato, realmente creo que sí, que podemos dar miedo.
Si efectivamente somos el animal más triste y además el que más miedo puede dar. Creo que el miedo es terrible, terrible porque puede crear tales monstruos en nosotros.

Monstferrat gracias por la reseña que leeré con atención.

Stalker este blog no es un blog es una cueva, una cueva donde no hay frío.

Un abrazo.

Miguel Veyrat dijo...

Gracias por la acogida. Espero pues ese post sobre el origen de la poesía, aunque adelanto, en el sentido de las últimas entradas, que uno de ellos es el miedo. El miedo vibra y al vibrar susurra y el susurro es musical y se lanza a volar, para expresarlo, en busca de palabras cuya entonación coincida emocionalmente con la melodía que va armando para entenderlo y transmitirlo para que sea escuchado, compartido y aliviado.
Como no quiero que alguien piense que intento vender mis libros, o desviar el tema de la excelente poesía maillardiana, como tienes mi email, Stalker, envíame el tuyo y te enviaré en pdf. mis "Fronteras de lo real. Escritos sobre poesía", ensayos que estoy seguro de que van a interesarte. En él las apreciones que has intuido veladas en el prólogo de "Deslumbramientos", se hacen mucho más explícitas

Stalker dijo...

Lola:

me alegra que no haya frío. Que haya un manto de hojas secas, mullidas y calentitas. El antídoto contra la intemperie... ojalá fuera posible...

abrazos

Stalker dijo...

Miguel-Monferrat:

en una entrada anterior, precisamente a propósito de un artículo de Maillard, le dimos vueltas a la "poesía que dice el hambre". Es otra forma de aludir al miedo, otra forma de nombrar la herida. Siempre nos movemos en el mismo campo semántico.

Estaré encantado de recibir ese pdf. Mil gracias.

abrazos

Miguel Veyrat dijo...

Naturalmente, Cernuda decía (Revista Litoral nºs. 8-9 en junio del año 29), que
“Sólo podemos conocer la poesía a partir del hombre; únicamente, él, parece, es buen conductor de poesía, que acaba donde el hombre acaba, aunque a diferencia del hombre, no muere”. El hombre con su callado terror que algunos se atreven a emitir cantando.
No sé cómo enviarte el pdf si no tengo un email. Quizás puedas ilustrarme.

Stalker dijo...

Miguel:

es sencillo. Deja tu mail aquí mismo y ya te escribiré yo. Por supuesto, no subiré ese mensaje y tu mail no será visible.

abrazos

Miguel Veyrat dijo...

Hecho.Y también comunico tus observaciones sobre las páginas en blanco del libro brodiano al editor de Linteo. Supongo que las apreciará. Ya dije en una entrada anterior que "yo no era" el editor. Le hice constar ese detalle, pero realmente quien hubiese sido responsable de indicarlo explícitamente , como bien dices, era él, quien por cierto me manifestó su entusiasmo por el prólogo. Nada le hubiera costado pedirme que hiciera esa aclaración en la solapa, o el separador, o en la propia introducción... Ya ves. Personalmente , sólo puedo decir que lo siento.

Stalker dijo...

Montferrat:

ojalá todo se solucione y la edición llegue a mano de los lectores y éstos la disfruten, que es lo que se merece tu meticuloso trabajo.

abrazos

Isabel Mercadé dijo...

Con tu permiso, Stalker, para Montferrat. Por supuesto, que uno de los orígenes de la poesía es el miedo. Gracias por dejar constancia. Si no es mucho pedir, ¿dónde se puede leer ese ensayo?
¿sabes? Una vez escribí un artículo que se llamaba "Clarice Lispector, en los márgenes de lo real".
Y, volviendo al encuentro con el animal:
"Lo que se aterra en las profundidades del hombre es la oscura conciencia de que en él vive algo que, siendo muy poco ajeno al animal que provoca la repulsión, pueda ser reconocido por éste". Walter Benjamin.
Abrazos a todos.

Stalker dijo...

Querida Bel:

tienes permiso para lo que quieras. Muchas gracias por las citas.

Y abrazos

Miguel Veyrat dijo...

Gracias Bel M. por tu interés. Ninguno de mis ensayos trata exactamente del miedo como origen del canto, pero sí de la angustia que produce el descubrimiento de la realidad, del contacto con el otro y la posibilidad de elaborar transmitir emociones que superen mediante el lenguaje, la comunicación, ese asombrado terror que producen la muerte, la violencia de la naturaleza y el propio amor. Se crea otra realidad mediante el arte, que acaba siendo tan real como la original. ¿Imita la naturaleza al arte? He ahí el gran debate desde hace siglos.
Con permiso siempre del Master Stalker: puedes comprar el libro, creo, pues salió en 2007, en cualquier librería, que tendrá que pedirlo seguramente a la editorial Calima o su distribuidor. Según mis noticias, no está agotado. Y si no lo encuentras, el mismo Stalker será tan amable de enviarte el pdf que yo le le envié amablemente. Pero el olor a tinta impresa y el tacto del papel son, pienso — ya viejo poeta—, insustituibles y capaces también de suscitar emociones gratas a lo sentidos.

adolfo dijo...

hno no me he ido aqui sigo,he alucinado con las fotos! veo que siguen estos debates intensos y geniales!perdona mi falta de fuerza! estoy algo invernal!! te quiero hno!adolfo

Dillinger dijo...

Muy buenos estos audios. La verdad es que Chantall tiene una voz magnética, con un ritmo muy especial. Desde que oigo las grabaciones, leo los poemas escuchando su voz. Leo y su voz suena en mi cabeza. Como un susurro. Como una canción. Cuando lea más de Chantall tengo que escribir sobre Chantall. Tengo "Hilos" y tengo "Matar a Platón". Y quiero seguir. Requiere su tiempo. Su reflexión. Su paladeo. Gracias por la recomendación, Stalker. Y ya sabes, a ponerse sombrero, que llega Diciembre, aunque vayamos descalzos.

Saludos Dillingerianos.

Stalker dijo...

Adolfo:

eres bienvenido siempre, en estado líquido, sólido, gaseoso. En estado de crisálida, ésta es tu casa...

Me alegro que te hayan gustado las fotos, intuyo que no has podido escuchar los audios...

abrazos

Stalker dijo...

Dillinger:

me alegra que te guste. Comparto la sensación de esa "voz interior" que te susurra. Te susurra al oído, o a la entraña, o más adentro.

Me atrevo a recomendarte un pequeño itinerario de lectura. Sumar a esos títulos los diarios (más que diarios, ensayos poético-reflexivos que exceden toda taxonomía genérica) "Diarios indios" y "Husos" ("Filosofía en los días críticos", el primer "diario", está agotado). "Husos" es mi favorito. Respecto a la poesía, "Hainuwele y otros poemas" recoge toda la producción anterior a "Matar a Platón" e incluye un cd muy extenso del que he extraído estos audios.

Cuando escribas algo al respecto me tendrás por allí comentando a cuerpo completo.

¡Lo del sombrero está hecho!

Abrazos, Dillinger

PS: El otro día vi el DVD de Dillinger, ¿te puedes creer que aún no he visto este clásico? Eso se resolverá próximamente...

soperos dijo...

tantísimos aciertos vuestros, todo el empeño puesto en las alabras (es curioso que me haya comido la p y se haya creado azarosamente un término que por el momento debo dejar sin modificar), que, sin duda, este movimiento ("mecanismo", iba a escribir) stalkeriano (¿se dice así?) hecho como-con "fuerza animal" emerge lanzándome de nuevo al encabezamiento de esta entrada:

"hainuwele: "si preguntan quién soy respondo: vibro a mayor velocidad que un árbol""

entonces:
-me atraviesa un rayo.
-el valor de vibración de un árbol siempre es exacto.
-el valor de vibración de hainuwele toma como medida al "ser" del árbol reconociéndolo como el valor máximo de vibración (se sobreentiende que no es excluyente del de otros animales, vegetales, minerales...).
-hainuwele, al vibrar a mayor velocidad que el árbol, nos convida magistralmente a despejar nuestra incógnita o valor de vibración. algo que ninguno de nosotros había reconocido antes tal y como aquí se expone dicho cálculo vivencial.
-nos propone, así, ante dos vibrantes modelo de impecabilidad que calculemos nuestras probabilidades.
-(dejo de escribir con guiones-).

deseo compartir con vosotros el resultado de mi ser vibrante:

mi vibración se sitúa en la equidistante entre av (árbol vibración) y hv (hainuwele vibración)

av òv hw = hv òv áv

[òv: òscar vibración]

lo magnífico de esta resultante es que mi valor de vibración descubre que en la frase de hainuwele ("vibro a mayor velocidad que el árbol"): árbol no vibra a menor velocidad que hainuwele sino que hainuwele se reconoce en esa vibración primigenia y la reconoce ofreciéndose ella misma a vibrar para el árbol mismo como señalamiento de un asunto que si es escuchado por un tercero (en este caso, nosotros), podamos abrir una nueva posibilidad de onda vital de "obración" desde donde etcétera.

así, stalker, con su propuesta sin propuesta, crea un nuevo movimiento -los stalkerianos- cuya función principal acaso sea la de reconocer al otro... para descubrir en él o ella una nueva franja de valor, un nuevo modo (mecanismo sin artefacto) desde donde "vibrar vida". una suerte nueva de ca (corriente alterna) que hace de

"hainuwele: "si preguntan quién soy respondo: vibro a mayor velocidad que un árbol""

la ca (coriente alterna) modelo desde donde hacer como hizo hainuwele con la av (árbol vibración).

¿todo esto para qué?. probablemente, para cagar tranquilos. es decir, para obrar en consecuencia ante lo que es otro siendo parte ya de uno mismo.

que el modelo stalkeriano intrínseco de "no miedo" recorra de aquí para allí cuantas comidas ingiramos, cuantas vivencias nos toque vivir.

sí, no bromeaba,"cagar tranquilo", dije.

muchísimas gracias, querido hermano búfalo, gracias a todos.

besos,
òscar.

Stalker dijo...

Espera, espera, búfalo...

Tu mensaje requiere medidas drásticas: me voy a descalzar (sin calcetines) y a encasquetarme el sombrero negro de fieltro. Sólo así podré, espero, enjambrarme en tu mensaje-río, tu mensaje-lava.

Luego, si los dioses, si los árboles son propicios, te cuento...

(lo de cagarse si lo he pillado y huelga decir que estoy "esdrújulamente" de acuerdo)

Dejo aquí un leve rastro "de cieno y oruga":

...

Dama dijo...

Quisiera pasar desapercibida sobre este, tu gran y acogedor espacio y ante tan geniales acompañantes. Casi no me atrevo a comentar ante semejante torrente de sabiduría ya que soy neófita en esto, pero quisiera darte las gracias por este post y por estas bellas fotos y estos deliciosos poemas. Te descubrí hace unos días y me quedé con la miel en la boca sobre esta poeta, así que aprovechando el fin de semana decidí entrar en una librería cercana. No esperaba encontrar nada de poesía pero supongo que el destino puso delante de mí esa maravillosa estanteria repleta de libros de poemas. Y allí estaba, el único ejemplar de Chantal Maillard, Hainuwele y otros poemas, con el cd incluido. Al lado también estaba Alma Abierta de Angela Becerra y también lo cogí.
Sinceramente desde que escuche todos los audios que has puesto quedé muy impresionada y algo en mi se ha removido, he sentido de forma intensa algo que hasta entonces no me había ocurrido. Tengo un blog y esa misma noche quise seguir escuchando poemas de esta autora, buscando y escuchando más, dí con el de Iniciación y lo puse en un post, fué inexplicable contarte lo que sentí.
Por eso nuevamente te doy las gracias. Ha sido un verdadero placer descubrirte y si no es molestia te seguiré leyendo.

Un saludo.

Stalker dijo...

Búfalo hermano:

ni siquiera descalzo y con sombrero soy capaz de responderte. La ecuación que planteas es de gran belleza y simetría matemática. Te siento vibrar ahí, en el punto justo de cocción. Claro que antes incluso de la cocción ya eras pan recién hecho en horno de leña. Pan que se da. Así se ofrecen algunos coeurs tendres...

Abrazos

Stalker dijo...

Dama:

lo que cuentas con tanta delicadeza y pasión es también un regalo. Gracias por compartirlo y aquí está tu casa para lo que gustes. Te entiendo perfectamente porque yo también siento ese algo inexplicable y lo dejo ahí, injertado en mi perplejidad: rastro o huella de una íntima combustión, vuelco en eso otro sin nombre pero infinitamente acogedor.

Sé bienvenida,

y abrazos

adolfo dijo...

stalker soy adolfo y me han impresionado estos audios sobre todo los dos ultimos! impresionante y verdadero! te quiere adolfo

Stalker dijo...

Adolfo:

tú sí que eres auténtico y verdadero,

te queremos...

raúl quinto dijo...

:0

Stalker dijo...

Muy gráfico, Raúl. Me has ayudado a colocar un cero en el número "100". Gracias.

Aquí, una entrevista en vídeo sobre este libro y otras cosas:

http://www.conoceralautor.com/entrevistas/index/NzE=

@SusVersiva dijo...

Me ha costado yo no sé cuántos intentos oír todas las voces de Maillard. Todas las imágenes: naturaleza viva no-civilizada. Al fin, esta tarde, lo logré. Me encontré con ella −con su voz y con las que se trajo−, y ella dio con mi oído y con el resto de sentidos que no pueden nombrarse pero quedaron activados. Antes de que mi ordenador abandonara Marienbad precipitadamente (y, casi, el reino de los vivos), había escrito que también lamí las sangres –sangre de cachorro; sangre del cielo− ; que aullé escuchando-viendo; que bebí las aguas de la luna; que fui loba. Rectifico, porque loba es ser mucho, aunque sea ante la embriaguez de los poemas. Si acaso, fui hoja de un árbol menudo de uno de los bosques. Pero sé que revoloteé impregnada de bosque hasta la savia. Mientras me lo permita el ordenador, tuve que perseverar para venir a darte las gracias.

Una abrazo fiero.

Stalker dijo...

Susana:

gracias por ser esa hoja de un árbol menudo, y por hacer un cuenco con tu atención...

abrazos

Laia dijo...

qué buenas fotos, Stalker
me han transportado a otro lugar en esta aciaga y demasiado completa jornada
gracias,

Laia

Stalker dijo...

Me alegra que te gusten, Laia, aunque son sólo un apoyo a los audios.

Bienvenida,

abrazos

Laia dijo...

joder, los audios, tan ajetreado ha sido mi día que no había podido escucharlos.
ahora sí, los oigo, oigo a Chantal Maillard, su voz que reconocería seguramente bajo el agua, con la nariz pinzada, con los oídos líquidos.
en lo que ella dice me gusta perderme.
gracias...

Stalker dijo...

Gracias a ti, Laia, y a tu escuchar poesía bajo el agua...

Camino a Gaia dijo...

Los guías del musgo lo saben,
los tambores pueden invocar la madera
y sorprendernos con raíces que aman
el agua de un verso o el cadáver
de un poeta disuelto en su asombro.
Los senderos pertenecen al bosque
y los caminos que se adentran en él
pueden ser fotografías o cantos.
Si aman al bosque han de ser venerados.
Fuimos engañados en tiempos remotos:
nadie fue expulsado del paraíso,
es la infamia que cuentan
aquellos que dejaron de amarlo.

Stalker dijo...

Gracias, Camino a Gaia, por tus hermosas palabras...

Stalker dijo...

Bel M:

¡yo también firmé esa carta! Y lo de "gafapasta" fue lo más suave que Boyero y sus acólitos llamaron a sus firmantes, no entraré en detalles, pero vale la pena recordar que Boyero aseguró no conocer a ninguno de los firmantes de la carta. Pues bien: entre los firmantes estaba el consejo de redacción al completo de Cahiers de Cinéma España, buena parte del consejo de redacción del Cahiers francés (inclusive su por entonces director, Jean-Michel Frodon), y cineastas nada menos de la talla de Chantal Akerman, Víctor Erice, Isaki Lacuesta o Albert Serra. Y Boyero no conocía a nadie: "Si ellos dicen que son críticos y cineastas, lo serán, a mí no me suena ningún nombre".

El colmo...

Respecto a lo que dices, es muy difícil deslindar según qué cosas. En concreto, al ser humano le resulta muy difícil reconocer que algo que no le gusta (subjetivamente) es bueno (objetivamente, o más o menos objetivamente). Para lograrlo hace falta algo así como una conciencia escindida, esquizofrénica, capaz de estar más acá y más allá simultáneamente. No es fácil conseguirlo. Creo que llevo apenas cuatro o cinco años lográndolo, y por eso puedo reconocer los méritos y el valor de Ashbery, poeta que nunca me atravesó ni me estremeció, admitir la calidad de su obra (entiendo que objetiva), por mucho que su escritura represente algo lo que yo rechazo (apreciación subjetiva). La operación contraria es, si cabe, igualmente difícil: afirmar que algo que nos gusta es malo.

Creo que me desvío del tema, espero sabrás perdonarme... abrazos

 
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