lunes, 5 de octubre de 2009

Contribución a la estadística, Wyslawa Szymborska



CONTRIBUCIÓN A LA ESTADÍSTICA

De cada cien personas,

las que todo lo saben mejor:
cincuenta y dos,

las inseguras de cada paso:
casi todo el resto,

las prontas a ayudar,
siempre que no dure mucho:
hasta cuarenta y nueve,

las buenas siempre,
porque no pueden de otra forma:
cuatro, o quizá cinco,

las dispuestas a admirar sin envidia:
dieciocho,

las que viven continuamente angustiadas
por algo o por alguien:
setenta y siete,

las capaces de ser felices:
como mucho, veintitantas,

las inofensivas de una en una,
pero salvajes en grupo:
más de la mitad seguro,

las crueles
cuando las circunstancias obligan:
eso mejor no saberlo
ni siquiera aproximadamente,

las sabias a posteriori:
no muchas más
que las sabias a priori,

las que de la vida no quieren nada más que cosas:
cuarenta,
aunque quisiera equivocarme,

las encorvadas, doloridas
y sin linterna en lo oscuro:
ochenta y tres,
tarde o temprano,

las dignas de compasión:
noventa y nueve,

las mortales:
cien de cien.

Cifra que por ahora no sufre ningún cambio.

(Traducción de Gerardo Beltrán)

30 comentarios:

@SusVersiva dijo...

Me ha impresionado, Stalker. Todo o casi todo, pero me quedo con:

"las capaces de ser felices:
como mucho, veintitantas".

Eso no quiere decir que estén resueltos todos los elementos que posibilitan la felicidad, sino que, si lo estuvieran, sólo un 20% sabría aceptar la llegada de ese estado único.

Puede que sólo el que ha tenido graves dificultades sea capaz de reconocer y aceptar ese estado... Y cuánta felicidad y alegría desperdiciada.

Vuelvo más tarde, pero esto me vino como por impulso... Bonita enseñanza. Imprescindible oírte.

Un abrazo y, es así: gracias.

Arturo Borra dijo...

Querido Stalker, sólo señalo que estas estadísticas humanas... por fortuna, carecen de cifra: muestran el espesor de la experiencia humana...
Szymborska, nítida y lúcida...con su "estadística", como siempre.
Un abrazo fuerte,
Arturo

raúl quinto dijo...

gente que lee y dormita en marienbad, unos tropocientos.

Lola Torres Bañuls dijo...

Rául muy bueno.

Pues he estado leyendo el poema a ver si me podía identificar en alguna de esta estadística y solo me encuentro en las 100% morales...
Todo lo demás me encuentro relativamente identificada entre algunos números.

Creo que estoy entre las 20 tantas capaces de ser felices. Pero tampoco estoy segura.

Bueno voy a dejar las estadística y a dedicarme a contar hormigas.

Un abrazo

rubén m. dijo...

El humor de Szymborska, nunca exento de terror...

"las crueles / cuando las circunstancias obligan: / eso mejor no saberlo /ni siquiera aproximadamente": me han impresionado estas líneas en particular, y a través de la reclusión de Polanski (otro que debería estar en varios ítems de esta estadística) me ha recordado a "La muerte y la doncella", la confesión final de Ben Kingsley, cómo la impunidad y el entorno convierte a un "buen hombre" en monstruo con toda facilidad.

abrazos

mariajesusparadela dijo...

Ah, pues yo, como Lola soy de esas 20 (van a ser más de veinte porque de tres, dos ya nos hemos apuntado) Claro que mi felicidad no tiene mérito, con un maíz como el que has visto, es casi obligatorio. (gracias por la visita)

raúl quinto dijo...

joder, la muerte y la doncella.... me has tocado el hueso por dentro, rubén...

francisco aranguren dijo...

Admirar sin envidia es bonito.
Las que siguen sin ganas, a trancas y barrancas...treinta o cuarenta.
Las que piden al cruzar delante de la iglesia, un poco de suerte con esta crisis para conservar el trabajo, cuarenta o cincuenta.
Las que duermen a pierna suelta, sin despertarse por la noche angustiadas...
Quien se esfuerza cada día sin resultado e insiste de nuevo...
Quien no quiere ver lo que pasa en su matrimonio, en su vida...
Quien sabe cuantos...

Malcriada dijo...

Amo este Blog, un placer!

Tänzerin dijo...

Cuando yo estudié estadística años ha solamente recuerdo que no quería formar parte de ninguna y que por más que nos empeñemos en poner medidas y talle a las cosas, la mayoría -las que importan- son bien escurridizas.

Si acaso me gustaría arrimarme a Breton en algo que he leído hoy y me ha gustado mucho: 'El vértigo es lo más hermoso que he conocido'

En alguna que Szymborska no ha mencionado estaría yo colgada de una pértiga.

rosso dijo...

Como casi siempre
la ironía nos hace sonreir
al vernos reflejados
en el espanto.

Bashevis dijo...

Las capaces de ser felices:
Como mucho, 0.

Si esa misma mañana han tenido que lidiar con un funcionario o algo por el estilo... sembradores de mala uva. No viene al caso.

(Por cierto, el otro día te vi. Pero me di cuenta tarde, ya habías cruzado una carretera y yo andaba con prisa. Te tengo localizado, debes moverte por aquí cerquita :)

Salud hermano.

Lola Torres Bañuls dijo...

Dichoso el que puede reírse de sí mismo. Si nos faltara el humor seríamos realmente más pobres de espirítu.

Voy a contar hormigas.

Un beso.

soperos dijo...

estadística espejo. apabullante. me reí con raúl.

rubén señaló los versos que más me gustan.

creo que estoy en todos los porcentajes.

por ser humano, eso creo también. definitivamente, somos los seres más pobres etcétera.

besos,
òscar.

Esther Cabrales dijo...

Veamos... me encuadraré en la estadística -claro, que la manejaré a mi antojo, que para eso se trata de mi-. Lo más claro y definitivo, desde luego, es clasificarme entre las mortales, de eso no cabe duda. Del resto... creo que soy de las que viven angustiadas continuamente. Aunque no me alejaría mucho si dijera que entro en todas y cada una de las divisiones de Szymborska. Supongo que ella también.

Leonardo dijo...

Me encanta Szymborska, su visión de las cosas, su tremenda ironía. Luego paso con más tiempo.
Saludos

Stalker dijo...

Queridos topos:

sin que sirva de precedente, por una vez no os voy a responder de forma individual. La falta de tiempo me persigue y estoy secuestrado por trabajos apremiantes. Luego, cuando tengo un hueco, estoy demasiado cansado para responderos individualmente. La culpa la tiene Terry Eagleton, Cahiers du Cinéma y próximamente un cursito de novela y otro de cine (que hay que impartir, y teniéndome a mí de profesor, ciertamente, puede pasar cualquier cosa).

Disculpad, también, que no comente en vuestros blogs con la asiduidad con que me gusta hacerlo.

Abrazos y besos

PD. Bienvenida una vez más, Tänzerin, te veo como un fénix renacido. Me alegra verte por aquí.

Isabel Mercadé dijo...

No sé si será que también yo estoy muy cansada, Stalker, pero es que casi no he podido leer el poema porque he visto de pronto, en el rostro de Wyslawa Szymborska, el de Mª Mercé Marçal si hubiera vivido esos años más.
Que te recuperes (y seguro que te salen de maravilla esos cursos... ¿Qué escribes de o para "Cahiers du cinéma?)

PÁJARO DE CHINA dijo...

Criaturas que quisieran ser alumnas de Stalker en sus cursos: 100 de 100.

Criaturas que creen que en los cursos de Stalker puede pasar cualquier cosa: 100 de 100.

Las líneas que rescató Rubén dan escalofríos. Es como: Personas que hundirían al prójimo para salvarse en el naufragio: 100 de 100.

Un mundo salvaje nos vuelve salvajes (y no en el buen sentido de las bestias, del buen salvaje rousseauniano, del niño salvaje de Truffaut).

La única forma de modificar las estadísticas es hacer uso de los fósforos y dinamitar las reglas de este mundo (asumo que el Comendador de Trobriand estará de acuerdo y el de Marienbad ... tiene fósforos hasta en el baño).

Abrazos a los tropocientos (Raúl, seguimos patentando).

Stalker dijo...

Bel:

no había pensado en lo de Maria Merçe Marçal...

En Cahiers remo en galeras. Es lo que hago generalmente en la vida, jeje.

abrazos

Stalker dijo...

Querida Mariel:

eso es lo que me gustaría, usar más fósforos y menos palabras. Conforme pasan los años no se atempera la fogosidad política de la juventud. Cada día me siento más enfadado, más hastiado del mundo, en una radicalidad cada vez mayor. Parece no existir límite. Pero sí: fósforos para quemar las grandes verdades, los dictámenes d los expertos, los conceptos vacíos, los prejuicios y otras tantas cosas.

El otro día me contaron que en un pueblo de por aquí vieron a una leona suelta por el monte. Ni corta ni perezosa la institución pertinente decidió pegarle un tiro. Luego descubrieron que era un dogo que vivía suelto en el monte.

No sé por qué cuento esto, quizá como ejemplo de lo quemado que estoy, de lo harto que estoy de la naturaleza humana.

Besos a los topocientos...

PÁJARO DE CHINA dijo...

Stalker, yo estaré al lado tuyo en cada incendio, con mi pila de fósforos. Porque no será un solo incendio, grandioso, estilo-toma-por-asalto-del-Palacio-de-Invierno, sino incendios múltiples y diversos, intermitentes, activados en distintas zonas, implacables.

Lo que le contás a Bel de Cahiers es ... extraordinario. Yo sería ascensorista voluntaría, allí, te juro. Crecí leyendo esa revista, la coleccionaba, le besaba las tapas a ciertos ejemplares (sí, hasta esos rituales le consagré). Acaricié la tumba de Langlois en Montparnasse, la más bella que he visto jamás, con fotogramas de películas. Llovía, llovía. Yo estaba sin paraguas y no me movía de ahí, empapada y en éxtasis. A ver si te puedo pasar el dato de cómo bajar un documental entrañable de Edgardo Cozarinsky sobre los Cahiers (Le Cinéma de Cahiers).

Lo que contás del león y luego dogo es siniestro. Unos primos segundos míos ataban, para divertirse, gatos vagabundos a las vías del tren. No quise verlos más. Los desterré de mi vida. No existen para mí.

Pero hay belleza compensatoria, Stalker. Tu Marienbad lo es. Leerlos a ustedes a mí me hace feliz, me cura las heridas, me reconcilia con cada día que empieza (que para mí es la parte más dura del día).

Es la punta de un iceberg que puede estallar en múltiples sentidos. No se extinguirá, lo sé.

Un abrazo que quema (pero de vida que promete).

Stalker dijo...

Querida Mariel:

te recluto para ese grupo terrorista fosfórico. También para para para partirle los brazos a los cazadores y que no vuelvan a empuñar un arma...

Contigo la mecha prenderá siempre.

Abrazones

Portinari dijo...

Una persona no permanece atada a la estadística.

Esa persona es la mecha que prende el fósforo, y dinamita.



Siento la ausencia pro siempre me ando por aquí de una manera u otra, prendiendo fósforos para iluminar la cueva y dinamitar lo que haya fuera.

Stalker dijo...

Portinari:

tu fósforo es decisivo y maravilloso. Gracias por prenderlo...

Goliardo dijo...

Después de pasar en silencio algunas veces, después de explorar estos lugares impelido por otros vientos, encuentro mucho que no conozco y me que quedo mirando y aprendiendo. Me quedo impresionado por esta estadística, que no cita fuentes, y ni falta que hace. Lo estremecedor es saber que es así, y que quizás 99 de cada cien se reflejen en sus resultados.
Un gran abrazo, y espero que no gte moleste si sigo dando vueltas por aquí.

Stalker dijo...

Goliardo:

bienvenido y pasa cuando quieras.

Un abrazo

Víktor Gómez Valentinos dijo...

No falla, Wyslawa.

Pese a leer desde la traducción que es ya una reescritura, sus poemarios densifican una mirada sagaz, irónica, atenta y puntillosa, tierna o inclemente, pero precisa, hasta dar cuenta de nuestro tiempo con una hondura, sensibilidad y antidogmatismo muy empático.

Este poema, que juega con recursos estilísticos no novedosos, manejados por ella nos inquietan y aprietan, nos pellizca la conciencia, con una dosis de acidez y dos de sabiduria.

Los números es un recurso habitual en su poética en fuga. Los expone de tal manera, que descubren por el uso que les dan o damos, cuánto hay de estulticia en una ciencia sin conciencia, en una ideología sin ideal ajustado al bien.

Un abrazo grande,

Víktor

Stalker dijo...

Querido Víktor:

qué razón tines... los números sin conciencia... ¿lograremos que conspiren a nuestro favor, podremos insuflar en ellos ese aliento empático?

Wislawa, en esta y otras ocasiones, diseccionar certeramente los puntos menos gloriosos de la condición humana...

abrazos

Leonardo dijo...

¿Qué es necesario ?
Hay que escribir una solicitud,
y adjuntar su curriculum vitae.

Por larga que sea la vida,
el CV debe ser corto.

Se nos ruega ser breve y seleccionar los hechos,
transformar los paisajes en direcciones,
y los vagos recuerdos en fechas fijas.

De todos los amores, basta con el conyugal,
de los niños, sólo los nacidos verdaderamente.

Quién te conoce, no a quién conoces.
Los viajes, sólo al extranjero.
De qué eres miembro, sin el porqué.
Distinciones sin los méritos.

Escribe como si nunca te hubieras hablado,
como si te mantuvieras a distancia.

Ni una palabra de perros, gatos, pájaros,
recuerdos de pacotilla, amigos y sueños.

Precio mejor que valor.
Título mejor que contenido.
Número de calzado mejor que la dirección que toma
aquel que pretendes ser.
Adjuntar una foto con una oreja bien visible.
Es su forma lo que cuenta, no lo que oye.
Y ¿qué es lo que oye ?
El zumbido de las trituradoras de papel.

No se me ocurrió nada mejor que añadir este otro poema (Curriculum Vitae)de Szymborska. Es la primera vez que encuentro lectores de ella pero no me sorprende que sea por estos lares.
Suerte con tus cursos y tus galeras.

 
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