viernes, 21 de enero de 2011

La lengua que sangra



Para Say, por el sur perdido y recobrado, y el radar siempre atento


"Quien en la vida no ha pasao fatigas no puede cantá. Quien no ha sufrío ni vale pa cantá ni vale pa ná."

"Quien sabe leé y escribí no puede cantá tampoco, porque pierde el saber pronunciar..."

Manuel Agujetas


extracto de una conversación real, hace tres años, en Valencia:

Stalker: Manuel, ojalá cantes cien o doscientos años.

Agujetas
: Mientras hay vida hay cante. Ahora, cuando me lleven a lo oscuro ya dejaré de cantá.

Stalke
r: Entonces cantarás de otra forma.

Agujetas
: Tú sí que sabes.

27 comentarios:

Darío dijo...

Si cantás, no podés dejar de cantar, es verdad, a lo sumo, cantarás de otra forma. Un abrazo.

Ahab dijo...

Qué grande agujetas, y el documental muy recomendable. No deja de ser curioso el "desapego" del mundo del flamenco hacia este hombre, al que otros cantaores respetan, pero desde una extraña distancia no dicha con palabras sino con el cuerpo. Una distancia de la ofensa. Agujetas habla muy claro. Es un vino salvaje.

"Er cante de Manué é como er wiski, que ar principio tá amargo, pero -a la mitá der tiempo- e cuando tú capta cuando e un buen wisky o un buen cantaó como Manué"

abrazo

Eastriver dijo...

Tú sabes que yo concibo todo esto de otra forma, Stalker. Y el flamenco me gusta como el anís, rebajado y en copa pequeña. Mi aproximación es meramente intelectual, no tanto estética, y entonces lo leo más que lo escucho, lo cual me hace cuestionar muchas veces si no es más que una postura aunque sea muy íntima (lo postureros que somos, incluso cuando estamos solos). Pero lo que musicalmente a mí me emociona es otra cosa, la verdad.

Say dijo...

“Los cuatro puntos cardinales son tres: el Sur y el Norte”. Vicente Huidobro

Pero, normalmente, a algunos nos dicen: “has perdido el norte”…y claro! ya sólo nos queda el Sur…

el Sur de la tierra, y el Sur de los ancestros y de las profundidades, el Sur donde todo está lleno de lianas, desiertos, voces, cantos, océanos de supervivencia. El Sur donde están los que siempre pierden pero saben que a los perdedores en el Sur se les ofrece un hogar, un techo y un cuenco donde beber. En el Sur, a los “blue devils” se les deja vivir.

Agujetas, ya sabes, que la primera vez que lo ví, fue en el documental de Carlos Saura
“Flamenco”. Es uno de los que más me sorprendió. No entiendo de flamenco pero sí de todo lo que hay detrás, de cosas que están donde no se ven. Entiendo de pueblos oprimidos por caciques y señoritos. Pueblos oprimidos, que silenciosamente, un día, se revuelven jugándose la vida. Hay muchos sureños en el mundo enterrados en campos y cunetas.

Es un regalo el que me has hecho, como dice el guitarrista del documental: salvaje, en estado puro.

Desde la fragua, el eco del yunque que se golpea, abre inmensas palabras para escuchar…están forjadas en las oscuridades abisales…y las reconocemos.

Los que vamos desbrozando la vida para sobrevivir, podemos comprender esta forma de expresarse…

Camino a Gaia dijo...

El flamenco siempre ha sido un arte nómada. Quizá por eso ha llegado tan lejos.
El cante no está en el saber decir sino en saber sentir.

EG dijo...

Dónde nace la sabiduría? Porqué son tan pocas las personas que fluyen así?

PÁJARO DE CHINA dijo...

hay tanto en tu entrada, stalker ...

está el dolor como transformador de la boca. no el dolor como maestro ni peaje, sino como experiencia que habilita la lengua. no como título que te eleva por encima del prójimo, sino como un aro cuyo tránsito te condena o te bendice con una percepción agudísima de las cosas, como si a veces hasta te electrificaran la piel.

que el que no ha estado enfermo no hable de la enfermedad. que el que no ha temblado con el otro hasta borrar su yo y desear con sus vísceras ser el otro que sufre se abstenga de emitir opinión. que no escriba el que no se ha partido al medio, el que no ha hecho pie, el que no se ha sentido hermano de la hormiga y el liquen en la vulnerabilidad y el desamparo. y sí escribe, que haga el favor de quemar lo escrito.

que se calle el que no lloró, deshecho, sin preguntarse por qué a él sino por qué a tantos. que no empuje el lápiz el que no lo ha partido con los dientes, en una convulsión.

el dolor no te inviste de nada que no tuvieras, antes. no te hace más alto ni más bueno. pero sí concede una densidad a veces insoportable a la mirada, una conciencia extrema de la provisoriedad que sólo puede calmarse con el tacto, una especie de "gran angular" que hace que las piezas del juego se ordenen de otra forma y una especie de "zoom" que te adentra, te adentra, te adentra sin cesar, hasta marearte, en la vida de las cosas más sencillas. como si las sagradas escrituras estuvieran escritas en el botón de un vestido, o los cordones de un par de zapatos vistos en un tren.

la expresión juvenil suele ser irremediablemente boba porque la mano del dolor no le ha removido las tripas. siempre he rechazado, me ha parecido obscena, la admiración de juventud por los poetas suicidas, excepto en el caso de los jóvenes marcados por una angustia que les corroe el alma (como el título de aquella película de Fassbinder). no puede adoptarse a un desesperado como mascota o mascarón de proa, sin mancharse las manos de frivolidad.

algo parecido me sucede con la admiración hacia Bukowski (un primo de kiosco de Henry Miller). en Bukowski no hay dolor, sino ego al cubo que declina las variaciones del descontrol (incluida la mujer como objeto) para saciar sed de experiencias. no está mal, pero es como el chico que cree que transgrede la ley porque dice culo-culo-culo.

¿será por eso que lo que no nos suelta tiene al menos más de tres décadas encima? porque el tiempo hace sus trabajos sangrientos (como la historia) y todo lo que no te mata te hace más débil porque te abre los ojos hasta arrasarlos, en su inapelabilidad y su hermosura.

PÁJARO DE CHINA dijo...

después está esa otra manera de cantar, de otra forma. tengo para mí que esa otra forma sólo pueden ensayarla los que quedan; a los que se van no volveremos a verles los ojos ni la boca y quizá esa sea una definición posible de la desesperación.

nuestra forma de cantar, como ventrílocuos que luchan contra la desaparición y custodian las ruinas, quizá sea la memoria, la presencia de lo ausente en lo presente, las visiones fugaces de gestos amados. el muerto continúa en los movimientos de los vivos y así corre el riesgo de morirse varias veces.

siento que morirse es dar vuelta la esquina (algo así dijo Pessoa) pero, como jamás sabré si es verdad hasta que esté muerta, el sentimiento me huele a consuelo y el consuelo me subleva por inútil.

y también está el sur ... ¿el sur es descender, no es verdad? es bajar, es calzarse el traje de buzo hasta llegar a los restos de los naufragios. a mí me gusta vivir tan al sur, porque al estar tan radicalmente en un borde es como si los restantes se percibieran con más claridad. en el sur no hay nostalgia del imperio que jamás se ha sido, sino urgencia de todo lo que no hay.

está muy bien que Manuel sea también Agujetas. canta desgarrándose y clavándote agujas. y si te duelen hasta lo insportable, es prueba de que estás vivo.

gracias por tus tesoros que no conocen la superficie.

Isabel Mercadé dijo...

"Quien sabe leé y escribí no puede cantá tampoco, porque pierde el saber pronunciar..."
Preciosa entrada. Dichosa Say. En cuanto a su cante, no sé qué adjetivos: salvaje, profundo, no dicen, parecen tan trillados al lado de esa voz que ella sí, todo lo dice, pero de todo me he quedado con esta frase, esta frase que también todo lo dice y, ante ella, silencio...

òscar dijo...

(...) por todo eso hemos de dejar de escribir. de alguna manera, los blogs hacen eso respecto al libro.

ya han dejado de escribir.

ahora, virar 180 grados y dejar definitivamente de escribir.

debemos pasar a decir sin escritura. concebido como acto.

lo que ya era, es.
lo que será, es.

acercarse para entender. descifrar lo que (nos) dice(n).

lo uno en lo otro, lo otro en uno. plural único.

¿el dolor?

el dolor es un gobernante al que asesinar.

besos,
ò.

Látigo Verde dijo...

Siempre estimulante.
Un abrazo,
M.

soperos dijo...

flamenco, cante gitano, una historia íntima, primordial del dolor.

escuché una vez a agujetas en el albaycín, no lo recuerdo bien.

aunque lo que escuché entonces a él y a otros cantaores de su estirpe, hizo su trabajo oscuro, inapelable.

como dice mariel: ¿será por eso que lo que no nos suelta tiene al menos más de tres décadas encima?

será.

será y es lo que no ha de escribirse sino con la memoria del dolor antiguo.

abrazos jondos,

pepe

Stalker dijo...

Curiyú:

el canto es para siempre

el alma es de música

abrazo fuerte

Stalker dijo...

Ahab:

es un vino salvaje que no se deja cercar, ni encorsetar por nadie.

Por eso nadie ha ido a preguntarle lo que piensa de Morente.

Eso se lo preguntan a José Mercé, a Ketama, a Paco de Lucía.

A él no le preguntan: quizá le temen o se sienten molestos con la posible respuesta.

Y es que la entraña, cuando aparece, es negada por muchos que abanderan los discursos descafeinados, lo que no hiere y corta.

Así ocurre en todas las artes

salve

Stalker dijo...

Querido Ramón:

con todo lo que te respeto y aprecio, creo de verdad que una aproximación intelectual a un cantaor tan de entraña como éste nos hace inmnunes a su savia desbocada.

Aquí hay fuego, pasión. Hay abajo.

La mente y sus categorías y compartimentos no tienen nada que hacer aquí.

Entiendo lo de las copas pequeñas pero te soy sincero en esto:

a mí me gusta romper las copas pequeñas, no soporto los mestizajes, las hibridaciones que apagan el fuego, la víscera a la segunda potencia,

me gusta que las cosas me quemen, pero entiendo, y respeto profundamente, otras formas de acercarse

tampoco creas que entiendo de flamenco: no entiendo nada, no escucho esa música, o apenas la escucho

el flamenco rebajado, mezclado o más comercial siempre lo detesté. Creía que todo era así.

Luego descubrí a Agujetas y vi que había otro mundo, que otra respiración era posible.

De todos modos, la música y la emoción es algo tan intransferible que es difícil ponerse en la piel del otro, vivir lo que el otro vive

a mí, por ejemplo, no me gusta la ópera (sí las arias, fragmentos, retazos, no obras enteras), porque vengo de la música contemporánea y mi oído es refractario a esa forma de hibridez

pero me encanta cuando en tu blog hablas de ópera

sentir la pasión del otro, su tacto,

esa intensidad

abrazo fuerte

Stalker dijo...

Say:

bellísimas tus palabras, como siempre. Repercuten en la brecha, son palabras de fragua y yunque, palabras-aquí.

El sur son tantas cosas. Demasiadas. En mi caso, provengo de una familia campesina y de una genealogía que ha trabajado la tierra durante décadas.

Han sido siempre explotados, humillados.

Mis antepasados fueron todos campesinos. Mi padre apenas sabe escribir, lee con dificultad.

La vida ha sido dura para esos seres silenciados, encorvados, para esas mujeres magulladas, cargadas de hijos, extenuadas, mancilladas.

No voy a perdonar eso, no sólo por la parte que me toca, sino por todo lo que ha sufrido un pueblo. Todo ese trabajo brutal, anónimo, abnegado y silencioso.

En el campo aprendí que el anarquismo era una actitud moral, la única válida frente al mundo de los cercos, el mundo interpretado donde "cada uno tiene que estar en sitio" (lema burgués por antonomasia, expresión que he combatido y combatiré siempre, porque siguiendo ese precepto no hacemos más que perpetuar un mundo irrespirable)

Léo Ferré decía que los anarquistas eran casi todos españoles. Y de ellos, casi todos andaluces.

Gente del campo. Gente noble (utilizo este adjetivo por desgastado que esté).

Ahí aprendí una forma de furia, una forma de delicadeza.

Luego está la luz del sur que cantaron tantos poetas. La luz que Valente no supo ver, la luz que traicionó con palabras-cáscara. Él fue al sur a buscar una iluminación y amonedó su experiencia en abstracciones. Era un hombre del norte y no entendió nada. La luz no es Luz sino carne y cuerpo y más abajo. No es demolición (aunque también) sino arraigo, fiereza donde eso se enmudece y nos conmina al grito, a la deserción...

"Los que vamos desbrozando la vida para sobrevivir". Qué hermoso, Say.

Perseveremos en ello.

Un abrazo

(Te recomiendo el documental íntegro de Agujetas, realizado por una documentalista francesa; este vídeo que he colgado es la segunda parte: está entero en Youtube)

Stalker dijo...

Camino:

es así. Ha llegado lejos y viene de lejos. De la India, para ser más exactos.

Todo un cante trashumante, una herencia de sangre y desarraigo a través de milenios y continentes,

abrazos

Stalker dijo...

Emma:

son dos preguntas difíciles de responder...

para mí la sabiduría nace en lo quebrado, en lo que duele. Es lo que dice Agujetas, lo que siempre dijo Barbara y lo que dicen los autores y poetas que más me han gustado.

Es algo que no todos aprecian ni quieren ver, y menos ahora que vivimos en pleno apostolado de un vitalismo vacío, superficial y más bien ingenuo, que no entiende la herida ni quiere que le hablen de ella (inútil decir que la herida llegará de todas formas, y esa frágil mampara profiláctica saltará en pedazos, y entonces algo, tal vez el cuerpo, dolerá en desnudez)

Fluir es difícil. Fluir y quebrantar, desarraigar y que el mundo sea grieta y grito al fin,

un abrazo fuerte

Lola Torres Bañuls dijo...

Es precioso. Me ha gustado mucho. Gracias Stalker.

Say dijo...

Stalker,
no podemos abandonar jamás el sur, en el sur hay demasiado dolor, no podemos darle la espalda. yo quiero ser del sur. también llevo en el alma, sedimentadas, todas las humillaciones, las explotaciones, la pobreza y la indefensión de generaciones de mujeres y hombres que estuvieron solos. Yo viví de niña allí, pero soy todo sureña!, como si hubiera vivido en aquella tierra 150 años. Siento en mí, de forma profunda, generaciones andaluzas que vienen de lejos. La parte de “los nortes” no la siento dentro.

Allí, a los rojos se les mataba, murieron de palizas en las cárceles. Porque eran rojos!. ¡Se puede ser de otro color!?. Algunos, fortunadamente, no. Sólo podemos ser rebeldes, anarquistas, ateos y rojos chillones. Es verdad lo que dice Léo Ferré, los anarquistas y los soñadores, en andalucía, eran muchos. Mientras cavaban la tierra, en su mente, se fraguaban sueños y anhelos. Yo, como tú, no perdono a los que fueron y son partícipes de las desigualdades y la explotación.

Stalker, esa forma de furia, de delicadeza viene de allí. Allí, no se investe a nada de pedantería, ni de pose, ni de apariencia. Agujetas no pretende epatar a nadie, sólo hace cante de necesidad. A los ancestrales campesinos de allí, que casi no sabían leer ni escribir, sólo hace falta escucharles en lo que no dicen ni escriben. En el silencio de sus gestos está todo. Ahí no hay palabras vanas, palabras vacías, palabras huecas. Hay silencio. Pero un silencio atronador. Un silencio de eco. Un silencio lleno de furioso amor.

Valente. Ahh, nada sabía.

Stalker, he visto el documental completo sobre Agujetas. La 1ª y la 2ª parte. Varias veces. Este regalo lo he manoseado en mi ojos, lo he desgastado, lo he hecho viejo conmigo. Ya está dentro de mí.

Stalker dijo...

Querido pájaro:

escribes y escribes y el cuenco desborda aunque no tiene fondo.

Se va abriendo carne una emoción al leerte que haría estallar las costuras de cualquier muñeco (ése que vamos siendo en cada uno de nuestros sucesivos avatares).

Estoy contigo en que dolor es algo muy serio. No se debería frivolizar con él. La red está sembrada de post-adolescentes que sólo leen a Pizarnik, a Anne Sexton o a Sylvia Plath por su destino suicida (algunos hasta llegan a Tsvétaieva o Celan, por idénticas razones), amantes de Panero por su largo historial psiquiátrico; la literatura les interesa poco, sólo quieren darle un palo a la piñata, posar, alardear. A algunos suicidas no lograron hacerlos cadáveres consumibles: Danielle Collobert era tan "extraña", su poesía tan oscura, tan terriblemente desgarrada, que no hubo manera de hacerla entrar en el molde. A veces pasa que un muerto no se lo pueden comer. Por suerte.

"que no escriba el que no se ha partido al medio, el que no ha hecho pie, el que no se ha sentido hermano de la hormiga y el liquen en la vulnerabilidad y el desamparo."

Esto es fuego, Mariel, fuego devastador de vida que nos quema los ojos y siembra algo dentro: algo pequeño de lo que brotará el arraigo, esa lengua minúscula y aún por venir, tan insumisa que no podrán acallarla los guardianes de la ortodoxia del malditismo ni el filibustero de turno.

No sé cómo agradecer la lava de palabras que viertes tan generosamente. Quiero que se solidifique esa entraña y tallar figuras en el basalto.

Empezaré haciendo perros...

Abrazos y abrazos y abrazos

Stalker dijo...

Bel M:

también guardo silencio ante esa frase, que me parece, debo decirlo, una auténtica genialidad...

abrazos muditos

Stalker dijo...

hermano búfalo:

se te extrañó por aquí...

plural único, lengua una bajo los muchos que somos y cantan al unísono. Extraña, asolada ternura del que acerca y comparte, aunque sea la llama de su temblor, eso que adensa un cuerpo...

abrazo-animal

Stalker dijo...

Pucelle:

gracias a ti por recibir...

un abrazo

Stalker dijo...

Peyper, mi jondo amigo:

qué poco te prodigas y cuanto donaire en tu verbo.

El dolor antiguo, ése lo vamos olvidando. Ahora nos venden dolores nuevos, dolores-basura para los que hay remedios-basura: el caso es estar siempre enfermo, preso de una insatisfacción que induzca al consumo. Se avecinan nuevas taras psicológicas y nuevas epidemias: el siglo XXI va a ser movidito y por suerte nos vamos a perder al cabeza de cartel.

Eso sí, el dolor antiguo, lo jondo, no le importará a nadie. Con eso no se puede mercadear, como con el poema cuchillito que nos horada dentro.

Mientras tanto, sigamos escuchando a los pocos que, como Agujetas, aún pretenden quebrar el eje del mundo con su aliento,

un donoso abrazo

Stalker dijo...

Lola:

he aquí un gusanito jugoso para el ave...

otro abrazo fuerte

pic, pic...

Stalker dijo...

Querida Say:

de tu largo y apasionado mensaje retengo muchas huellas y estas palabras:

"un silencio lleno de furioso amor"

No enseñaron que el amor debía ser almibarado, que la delicadeza y la ira que se subleva eran emociones contradictorias y que había que excluirlas. Qué bien han hecho su trabajo generaciones de profesores, cómo nos han inducido a esa profilaxis senti-mental.

Pero no: es hora de abrirle los poros al mundo y gritar ese furioso amor, la ruina de las convenciones, el miedo al otro, aullar el tacto al fin, la mirada y la piel al fin. Quemar en un auto de fe todo lo que nos ha encorsetado el alma, todo lo que ha asfixiado el aliento en las sucesivas etapas de la esclavitud humana hasta la presente, quemar todo eso y gritar la delicada furia y el amor sin medida, furioso también.

Me alegra que te guste el documental... Son cinco o seis partes, en total dura unos 50 o 55 minutos, en Youtube están todos los enlaces, si no los encuentras te los pasaré, no tienen desperdicio...

El breve encuentro que tuve con Agujetas fue entrañable (de entraña). Iba con su pareja, que es una bailaora japonesa. No sé si has llegado a la parte en la que muestra a la cámara unas plantas de té que cultiva en su huerto y que ha traído de Japón (es la escena en la que muestra la casa que ha levantado él solo, poco a poco, al cabo de los años). ¡Increíble!

Abrazos!

 
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