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En el mundo, lo verdadero y lo falso ciertamente no se pueden determinar. El no-actuar, empero, sí puede determinar lo verdadero y lo falso. La felicidad suprema da vida a la persona, pero sólo el no-actuar permite conservar esa felicidad. Permitid que lo declare: el Cielo no actúa y de ahí su pureza, la Tierra no actúa y de ahí su quietud; armonízanse Cielo y Tierra en su no-actuar, y los millones de seres se transforman. Confuso y nebuloso, ¡no se sabe de dónde nace! Nebuloso y confuso, ¡no hallarás de él el menor atisbo! Infinita es la variedad de los seres, y todos nacen del no-actuar. Por eso se dice: "El Cielo y la Tierra no actúan y nada hay que dejen de hacer". ¿Quién, entre los hombres, será capaz de alcanzar el no-actuar?
Zhuang Zi (trad. Iñaki Preciado Idoeta)
Imagen: Mi vecino Totoro, Hayao Miyazaki
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domingo, 1 de enero de 2012
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10 comentarios:
La voluntad de no actuar se confunde con la voluntad de -no vivir-,
pero precisamente es lo contrario.
El placer de no-actuar viene del ensoñador núcleo del corazón, en su más infinita inocencia.
me viene a la mente "El mundo como voluntad y representación", Schopenhauer. me gusta la idea que deja caer.
la voluntad de la supervivencia, en su afán de "evolución", es destructiva, crea en el ser humano lo que dice Goethe, cita de ese mismo libro: "Nuestro espíritu es un ser de naturaleza indestructible, es algo que obra de eternidad en eternidad. Es como el sol, que sólo a nuestros ojos terrestres parece ponerse, pero en realidad nunca se pone, sino que sigue luciendo eternamente"
pero que prepotencia, que iluso goethe, somos destructibles,
somos paisajes inundables,
somos animales heridos, que tenemos, sólo, nuestro corazón, nuestras frágiles patas, nuestra intemperie...
"El Cielo y la Tierra no actúan y nada hay que dejen de hacer". Difícil llegar a esta verdad desde nuestras vicisitudes. Pero alcanzar ese punto debería ser la no-meta. el hacer sin actuar, dejar que el río fluya y haga el cauce, o mejor aun, dejar que el río nos fluya y nos haga cauce.
Seamos tierra inundable, como dice Say, hagámonos paisaje donde la vida siempre nazca.
abrazo fuerte
Say:
me encanta cómo refutas a Goethe con la fragilidad, el corazón y la intemperie...
además, ahora sabemos que el sol no luce eternamente, que no hay (y es una suerte) verdades eternas.
la impermanencia enunciada por el budismo es una definitiva liberación: sólo quedarán huellas, y también ellas erán borradas,
la-no acción del Tao rige los designios del Cielo...
la inocencia de los niños y los Totoros: el bosque insondable nos ampara ahí...
un abrazo sin-acto, pero intenso...
Anamaría:
seamos tierra inundable, que el río nos haga cauce y fluya a través de nosotros...
ser un paisaje, un lugar para los otros
como tú misma al sembrar el surco del que pasa,
un abrazo!
Vine a beber. Necesitaba releer esto hoy.
;-)
Un beso!
Tera:
espero que hayas saciado tu sed!
;-)
¿Imaginas dormir encima de un Totoro, como la niña de la imagen? Se me hace difícil imaginar una conjunción más increíble de felicidad en la no-acción: dormir en esa enorme barriga calentita y perezosa!
abrazos!
Sí, sí, sí!! dormir encima de esa enorme barriguita calentita!! Imagino la felicidad!
Acabo de volver de la piscina.
La piscina es un poco Totoro ;-)
Biquiños!
hibernar así: en el gran regazo mamífero, en lo calentito!
el agua también nos acuna! :-)
Biquiños!
si, pero la luz hace al ojo que la ve
Anónimo:
también podría decirse que es el ojo el que hace la luz: al fin y al cabo nada existe más allá de la representación, el ojo construye el mundo de las formas; la luz, sin un sujeto que la perciba, no sabemos lo que es...
o eso dice el idealismo trascendental, sea de cuño europeo o asiático...
también es posible que ambas cosas se interpenetren y se re-creen mutuamente: ojo y luz, eternamente sumidos en una danza extática, donde cada uno da cuerpo y visión al otro...
misterios en todo caso...
un saludo
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