viernes, 27 de febrero de 2009
Hoy, tarde de toros: tres vaquillas de la ganadería del Prat
VII
Ramas de sequedad
frente y huesos cansados
mis dedos en tu cara
temblando entre la calma y el asombro
queda lejos la luz
queda la piedra cerca del dolor
escondido en la repetición del calendario
somos rostros de un nombre
el espejismo ciego de un recuerdo
luz astillada
que se apagará siempre
y sin embargo
estamos frente a frente
ardiendo en el viaje
Pepe Maiques
Poema 22/26
siete veces
perdí el conocimiento
nunca volví a recuperarlo
no fui a objetos perdidos
me extravié en montes
junto a los osos
como en el cuento
me hicieron exámenes
médicos exámenes
craneales encefalogramas
rayos x salas frías
llenas de serena locura
si no fuera por los gritos
de otras cabezas
de mundos distintos al mío
aquí viene cuando piensas
este tipo me da miedo
está chalado está tarado
qué cuenta
si es verdad esta biografía
hasta que conseguí
un bolígrafo azul
a juego con el planeta
hasta que me dejé ir
y otras historias
me di un ultimátum
me apunté con el alma
a la cabeza.
Òscar Solsona
ven. crúzate. en la piel hay una especie
de ilógica conjetura
que inmoviliza una existencia
de naturaleza criminal.
así todo el tiempo.
en una gota.
en cualquier universo.
y qué fácil parece el permanecer vivo
como una chispa que quema toda explicación.
ven. Tienes una mancha en la espalda.
te muerde las cosas felices.
el dolor de corazón cumple
su enésimo aniversario.
no olvidar poner
una nota en memoria de.
y apagar la música.
Mariano Martínez
miércoles, 25 de febrero de 2009
sábado, 21 de febrero de 2009
En el principio era el Hambre
"En el principio era el Hambre
Algunas teorías indias entienden que el universo se creó por resonancia. La gran exhalación del comienzo se prolongó en las consonantes. El ser: la energía neutra que significándose: modulándose en los signos (en las letras, en su sonoridad) se diversifica. Que algo sea significa que ha cobrado tonalidad (valga entenderse como música y como color). Vibramos en un tono: somos de alguna manera, en algún que otro modo, o tono.
En el principio (arjé) era el Verbo (logos). No sólo se aúnan en estas palabras la razón griega y la cristiana, como quiso entender Zambrano, sino también la india. Porque el Verbo (término éste, Verbum, con el que se tradujo la palabra griega logos cuando éste se identificó con el principio creador del cristianismo) es la palabra que puede ser conjugada. El logos-verbo es posibilidad de designación. Antes de las diferencias. Condensación del sonido, inaudible antes de su expansión.
En un principio fue el verbo, y el verbo se conjugó, y se propagó. Los siglos de los siglos fueron la propagación de aquel primer sonido. El primer sonido fue un acto: el de respirar. Un respirar sin nadie que respirara. Un acto sin sujeto. Un aliento sonoro.
Y el verbo se hizo carne: materia. Se hizo audible. Se “materializó”. El mundo: sonoridad vibrante. La materia: densidad del sonido: velocidad vibratoria.
En un principio fue el verbo y el verbo poetizó: la matriz del mundo es el hueco donde impacta el primer sonido y se gesta el primer poema: la primera construcción (poíesis), la primera articulación…
Sí, puede que esto sea muy bonito. Podríamos seguir por ahí. Es fácil. La metafísica tiene menos fichas de las que aparenta en un principio. Basta con saber moverlas. Pueden resultar partidas interesantes y… bonitas. Pero no nos sirve. Ya no nos sirve porque las palabras, ahora, son multitud. Los ecos están distorsionados. Los sonidos, como las emociones, se degradan imitándose unas a otras. El kitsch reina por doquier de tal modo que ya nos es difícil saber, de lo que sentimos y pensamos, qué es genuino o impostado, qué hemos aprendido y repetido, qué es emoción y qué lenguaje. Tal vez sea preciso callar. No añadir más palabras a las ya expandidas.
O, tal vez, urdir otro inicio. Decir, por ejemplo:
En el principio era el Hambre. Y el Hambre creó a los seres para poder saciarse. Y el Hambre era la muerte, para los seres. Inventaron remedios, buscaron curarse, pero el Hambre dijo odiaos y luchad unos contra otros, para poder saciarse. Y el Hambre introdujo el hambre en los seres, y los seres se mataban entre sí, por causa del hambre. Y el hambre era la muerte, para los seres.
El hambre, sin duda, se conjuga de muchas maneras. No parece que quepa, hoy en día, otra poesía que la que diga el hambre. Y el terror. La desolación y la extrañeza. Que lo diga para que nos reconozcamos en ello. En comunidad. Con las cosas. En las cosas. Cosas, también, nosotros. La identidad colgándonos del hombro como una chaqueta raída.
Luego, como un personaje de Beckett, atender al balbuceo, como mucho.
Sobre todo, atender al silencio, ese silencio: la callada inocencia recobrada, antes del logos, el no saber cargado de compasión por los seres que viven con su hambre".
Nota: el último libro de Chantal Maillard es poliédrico, tiene muchas puertas, ventanas y terrazas que ayudan a trazar el tapiz de su obra. Se vertebra en tres grupos de ensayos o "muros" con múltiples conexiones entre sí y con su obra poética y "diarística". Creo que el índice, más que cualquier descripción mía, puede dar una idea de lo que digo:
Acerca del título del libro (a modo de prólogo)
I. El muro de las contemplaciones
KITSCH Y GLOBALIZACIÓN. Las armas del Imperio
CONTRA EL ARTE
EMOCIONES ESTÉTICAS o por qué vamos al cine a llorar
PLACERES INMORALES. Sobre arte y política
EL FUEGO, LAS LLAMAS, LOS RESCOLDOS
APUNTAR AL BLANCO. El vacío y su representación
III. Muros de palabras
SOBRE EL DOLOR
EN UN PRINCIPIO ERA EL HAMBRE. Algunas consideraciones acerca del origen de la poesía y la filosofía
DESDE LA IGNORANCIA. Mística y metafísica
¿CREE USTED EN DIOS?
EL CROAR DE LA RANA. Lo que de arte tiene la ciencia
CINCO RATONES CIEGOS. La educación como violencia o acerca de la enseñanza de la filosofía en la Universidad
III. Muros de seda india
SALVAR LAS FRONTERAS
EL ESPACIO SONORO DE LA INDIA
DIOSAS Y ESCLAVAS. Función simbólica y social de la mujer en India
DESAPARECER. Estrategias de Oriente y Occidente
Llama la atención, también, una explícita apelación a la conciencia política en varios ensayos. Actitud que ya aparece en el prólogo:
"Luego, por supuesto, está la conciencia. No me refiero a la conciencia moral, sino a la capacidad de observar y de observarnos, de sentirnos, de sabernos. De sabernos en soledad y en compañía. De sabernos en los otros. Pues, en la polémica entre lo otro y lo mismo, nos olvidamos a menudo de que nos parecemos. Puede que los estímulos que nos emocionan sean diferentes, pero la capacidad de emocionarnos es la misma; puede que las teorías que construimos sean distintas, pero la capacidad de construirlas es la misma. Cada pueblo elabora estrategias para soportar el dolor y la idea de la impermanencia que todos compartimos. Nos compete, pues, sabernos diferentes en superficie, semejantes en lo esencial. Y esa constatación no puede, no debe hacerse desde otro lugar que desde una conciencia compasiva, es decir, una conciencia secundada por las categorías básicas de una sensibilidad depurada. Una conciencia que no asuma tan fácilmente, por ejemplo (es uno entre mil), que las ayudas del primer mundo tengan como destino exclusivo los países potencialmente consumidores, que un sunami en Indochina sea noticia y no lo sea una sequía en África, o que los seres humanos tengamos más derecho a seguir viviendo que los (demás) animales.
Lejos de mí la intención de convertir este escrito en un texto de autoayuda o en una lección de moral. Lo que trato de decir es que poco puede hacer, en términos reales, un individuo con la conciencia y los sentidos obturados por el kitsch. La labor de drenaje es fundamental para poder actuar. Porque, por supuesto, no basta con saber mirar y escuchar; hace falta actuar. Y, para ello, en España se ha de conquistar primero algo en lo que el resto de Europa nos lleva varios siglos de ventaja: la conciencia política. Esto es algo que en algunas regiones de la península se ha confundido con el nacionalismo, mientras en otras, dominadas aún por el lastre de un feudalismo latifundista, sus miedos atávicos y la autoestima del siervo, se sigue pensando que “eso es cosa de políticos”. Para el siervo, el político es quien manda y los demás, a obedecer. Estos nuevos esclavos complacientes son los que barren y encienden cada día las luces de los templos del Kitsch".
Y dos pequeñas frases que vertebran el discurso del libro: la primera es de Jean Rostand y encabeza el ensayo "El croar de la rana":
"Las teorías pasan, la rana permanece".
La segunda pertenece a la autora; la extraigo de su contexto porque creo que resume muy bien una manera de estar en el mundo:
"Todo es búfalo"
miércoles, 18 de febrero de 2009
Regalos
Otra alegría que nos trae Youtube de la mano de Ella. Es el documental sobre Barbara, dividido en seis partes, cuyos subtítulos me encargué de traducir de oído. Un amigo los sincronizó y lo pusimos a compartir en e-mule. Ahora ya está en Youtube. ¡Gracias, Ella!
Y otro cortometraje de animación sobre vidrio de Alexandr Petrov: "La vaca". Lo dedico a Òscar Solsona, mi hermano búfalo, porque él sí que sabe rumiar y conoce el minucioso aprendizaje de la lentitud.
martes, 17 de febrero de 2009
Poema con gato
Fotografía: Kolf.nl
Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.
Un gato en un piso vacío, Wisława Szymborska
Fotografía: el mundo.es
Primero, el quién.
Luego viene el cuándo.
Peor el cuándo. O no es peor,
es peligroso.
El quién se ajusta con el cuándo
y el temor sobreviene.
El temor a perder.
A perderse. Si al menos
uno pudiese entonces agarrarse
a otras manos,
pero otras igualmente
se agarran a un quien
complicado en un cuando,
cada cual albergándolos. Así
que mejor olvidar.
Acariciar al gato.
De bruces. A su altura.
Disminuirse.
Hilos, Chantal Maillard
NB: me ha dado por pensar en poemas con gato. De buenas a primeras se me ocurren estos dos: os invito a que compartáis aquellos que se os ocurran.
¿No se parece el poema al gato? ¿No salta y atrapa algo?
Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.
Un gato en un piso vacío, Wisława Szymborska
Fotografía: el mundo.es
Primero, el quién.
Luego viene el cuándo.
Peor el cuándo. O no es peor,
es peligroso.
El quién se ajusta con el cuándo
y el temor sobreviene.
El temor a perder.
A perderse. Si al menos
uno pudiese entonces agarrarse
a otras manos,
pero otras igualmente
se agarran a un quien
complicado en un cuando,
cada cual albergándolos. Así
que mejor olvidar.
Acariciar al gato.
De bruces. A su altura.
Disminuirse.
Hilos, Chantal Maillard
NB: me ha dado por pensar en poemas con gato. De buenas a primeras se me ocurren estos dos: os invito a que compartáis aquellos que se os ocurran.
¿No se parece el poema al gato? ¿No salta y atrapa algo?
sábado, 14 de febrero de 2009
Sin título
El sacrílego profesional. Persigue cultos ignorados, se vuelve adepto a ellos sólo por el placer de convertirse en blasfemo o hereje en el último estadio de la devoción.
Sus precauciones: “No hay que apresurarse a profanar. Primero conviene familiarizarse con el santuario, participar del ritual, observar el tótem del dios regente. Sólo entonces se impone la acción”.
Su código deontológico: “Si el ídolo se resiste a la palabra, si no lo ruboriza la injuria, mancíllalo con medios más bajos”.
Su mayor logro: “Cuando a aquella cabeza de buey sagrada le metí una zanahoria en cada oreja, observé un brillo lúbrico en los ojos de las negritas”.
Sus precauciones: “No hay que apresurarse a profanar. Primero conviene familiarizarse con el santuario, participar del ritual, observar el tótem del dios regente. Sólo entonces se impone la acción”.
Su código deontológico: “Si el ídolo se resiste a la palabra, si no lo ruboriza la injuria, mancíllalo con medios más bajos”.
Su mayor logro: “Cuando a aquella cabeza de buey sagrada le metí una zanahoria en cada oreja, observé un brillo lúbrico en los ojos de las negritas”.
viernes, 13 de febrero de 2009
Ruanda 1994 (Liturgia)
La empuñadura de marfil
desnuda en rojo
la cópula de huesos.
Habla el machete con la voz de dios
y su palabra es lenta
como la danza de los árboles.
Igual que una canción
en la que cada nota fuera un paso
penetrando en la nada:
un incendio de sombras
al otro lado de este párpado.
Habla el machete con la voz de dios
y su palabra es pura
como el silencio de los muertos.
Raúl Quinto, La flor de la tortura
PD: Este poemario de Raúl Quinto me recuerda poderosamente a Ensor. Entiéndase esta comparación como extremadamente elogiosa.
Me ha gustado especialmente traer a colación los genocidios olvidados: Ruanda, Armenia, y toda la geografía del dolor visible e invisible que asola el mundo.
martes, 10 de febrero de 2009
Mecerse
Ella ha subtitulado este vídeo de Barbara. Nada que decir porque es elocuente en sí mismo. ¡Gracias, Ella!
Y también para Ella, su premio como ganadora del concurso "Adivine la película no stalkera", un poema de Blanca Varela. Enhorabuena, Ella:
Conversación con Simone Weil
-los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.
–el hombre es un extraño animal.
En la mayor parte del mundo
la mitad de los niños se van a la cama
hambrientos.
¿Renuncia el ángel a sus plumas, al iris,
a la gravedad y la gracia?
¿Se acabo para nosotros la esperanza de
ser mejores ahora?
La vida es de otros.
Ilusiones y yerros
La palabra fatigada.
Ya ni te atreves a comerte un durazno.
Para algo cerré la puerta,
di la espalda
y entré la rabia y el sueño olvide
muchas cosas.
La mitad de los niños se van a la cama
hambrientos.
–los niños, el océano, la vida silvestre Bach.
–el hombre es un extraño animal.
Los sabios en quien depositamos nuestra
confianza
nos traicionan.
–los niños se van a la cama hambrientos
–los viejos se van a la muerte hambrientos.
El verbo no alimenta. Las cifras no sacian.
Me acuerdo ¿Me acuerdo?
Me acuerdo mal, reconozco a tientas. Me equivoco.
Viene una niña de lejos. Doy la espalda.
Me olvido de la razón y el tiempo.
Y todo debe ser mentira
porque no estoy en el sitio de mi alma.
No me quejo de la buena manera.
La poesía me harta.
Cierro la puerta
Orino tristemente sobre el mezquino fuego
de la gracia.
–los niños se van a la cama hambrientos.
–los viejos se van a la muerte hambrientos.
El verbo no alimenta.
Las cifras no sacian.
–el hombre es un extraño animal.
Blanca Varela
jueves, 5 de febrero de 2009
Cinesavias
El cine ha sido una de mis pasiones más arraigadas desde hace años. Busco un cine no narrativo y que se acerque a la poesía renunciando a cosas tan decimonónicas como el argumento o la caracterización psicológica. Ese cine existe, pero a menudo es difícil de ver, y con frecuencia se lo acusa de no ser cine (como la poesía que se emancipa del mero hecho poético es frecuentemente atacada señalando que no es poesía, como si alguien tuviera un certificado de pureza racial genérica capaz de estampar en una obra). Traigo esta lista de mis gustos personales no para mostrar la enorme cantidad de películas que he visto (que han sido muchas), sino para rescatar del olvido algunas de las grandes obras maestras del celuloide (o del digital), que conviven junto a algunos clásicos de todos conocidos. No es un canon, sólo es mi gusto subjetivo, y en la lista aparecen obras de diversa calidad y factura, y soy consciente de que nunca podremos comparar un Bresson con una película de Vicenzo Natali o Jack Arnold, autores de serie B que me interesan aunque no incluiría sus películas entre los grandes logros de la cinematografía. Una lista de obras imprescindibles, sublimes, reduciría el número de títulos a la mitad, pero aquí me abro a películas que me gustaron o interesaron, a veces al margen de su calidad relativa. También quiero establecer algunas conclusiones provisionales de
mis indagaciones de estos últimos años, y, de paso, ofreceros (sé que algunos tenéis un especial interés en el cine) una guía para esos cines normalmente silenciados por la historia oficial, que tiende a obviar las periferias y todo lo deriva de Hollywood. Se trataría de escribir una historia del cine descentralizada, rizomática, sin las servidumbres impuestas por los guardianes de la ortodoxia cinéfila.
Aparte de la lista, y en sucesivas entregas, iré abriendo entradas década por década, para comentar someramente algunas de las películas. Olvidaba que la lista incluye documentales y animación, que para mí es cine en el sentido estricto de la palabra.
Sólo he seleccionado una película por cada director, aunque podría haber puesto varias de mis directores favoritos, o incluso toda la filmografía (como es el caso de Tarkovski, Mizoguchi, Bresson, Paradjanov, Kawase, etc.)
Y os propongo un juego. En la lista he incluido una película que detesto especialmente y que tiene poco que ver con el resto. A ver si la encontráis. Como premio: un poema de Blanca Varela... ;)
El nacimiento de una nación (1915), Griffith
Después de la muerte (1915), Yevgeni Bauer
Los vampiros (1915), Louis Feuillade
El pájaro azul (1918), Maurice Tourneur
El gabinete del doctor Caligari (1920), Robert Wiene
Nanook el esquimal (1922), Flaherty
Häxan: la brujería a través de los tiempos (1922), Benjamin Christensen
Avaricia (1924), Erich von Stroheim
El acorazado Potemkin (1925), Serguei Eisenstein
Las aventuras del príncipe Achmed (1925), Lotte Reiniger
Páginas de locura (1926), Teinosuke Kinugasa
Fausto (1926), Murnau
La montaña sagrada (1926), Leni Riefensthal
Napoleón (1927), Abel Gance
El viento (1928), Viktor Sjöstrom
Asfalto (1929), Joe May
El hombre de la cámara (1929), Dziga Vertov
Brumas de otoño (1929), Dmitri Kirsanoff
La caja de Pandora (1929), Georg Pabst
La tierra (1930), Alexandr Dovzhenko
M (1931), Fritz Lang
Limite (1931), Mario Peixoto
La Chienne (1931), Jean Renoir
La felicidad (1932), Alexander Medvedkin
El expreso de Shanghai (1932), Joseph von Sternberg
Éxtasis (1933), Gustav Machaty
L’Atalante (1934), Jean Vigo
Fetiche (1934), Ladislaw Starewicz
El bosque petrificado (1936), Archie Mayo
La humanidad y los globos de papel (1937), Sadao Yamanaka
Las uvas de la ira (1940), John Ford
Ciudadano Kane (1941), Orson Welles
La mujer pantera (1942), Jacques Tourneur
Alemania año cero (1947), Roberto Rossellini
Poseída (1947), Curtis Bernhard
El político (1949), Robert Rossen
Arroz amargo (1949), Giussepe de Santis
El tercer hombre (1949), Carol Reed
El crepúsculo de los dioses (1950), Billy Wilder
On dangerous ground (1952), Nicholas Ray
Cuentos de la luna pálida de agosto (1953), Kenji Mizoguchi
Cuentos de Tokyo (1953), Yasujiro Ozu
Los inútiles (1953), Federico Fellini
Pero ¿quién mató a Harry? (1955), Alfred Hitchcock
La noche del cazador (1955), Charles Laughton
La canción del camino (1955), Satyajit Ray
La palabra (1955), Carl Theodor Dreyer
La invasión de los ultracuerpos (1956), Don Siegel
Donde vuelan las grullas (1957), Mijail Kalatozov
Días de alegría y dolor (1957), Keisuke Kinoshita
Doce hombres sin piedad (1957), Sydney Lumet
El increíble hombre menguante (1957), Jack Arnold
Nubes distantes (1958), Mikio Naruse
Cenizas y diamantes (1958), Andrei Wajda
El signo de Leo (1959), Eric Rohmer
La condición humana (1959), Masaki Kobayashi
El salario del miedo (1959), Henri-Georges Clouzot
Los cuatrocientos golpes (1959), Truffaut
París nos pertenece (1960), Jacques Rivette
El año pasado en Marienbad (1960), Alain Resnais
La isla desnuda (1960), Kaneto Shindo
Les bonnes femmes (1960), Claude Chabrol
A través del espejo (1961), Ingmar Bergman
El barón de Munchausen (1961), Karel Zeman
Los inocentes (1961), Jack Clayton
Madre Juana de los ángeles (1961), Jerzy Kawalerowicz
Cléo de 5 a 7 (1962), Agnès Varda
Tempestad sobre Washington (1962), Otto Preminger
El ángel exterminador (1962), Luis Buñuel
El cuchillo en el agua (1962), Roman Polanski
La casa es negra (1963), Forugh Farrokzhad
El fuego fatuo (1963), Louis Malle
La mujer insecto (1963), Sohei Imamura
La mujer de la arena (1964), Hiroshi Teshigahara
El desierto rojo (1964), Michelangelo Antonioni
Antes de la revolución (1964), Bernardo Bertolucci
El misterio Koumiko (1965), Chris Marker
Los desesperados (1966), Miklos Jancsó
El ángel rojo (1966), Yasuzo Masumura
Las margaritas (1966), Vera Chitilova
Marketa Lazarova (1967), Frantisek Vlacil
Mouchette (1967), Robert Bresson
Tierra en trance (1967), Glauber Rocha
El tiroteo (1967), Monte Hellman
La barrera (1968), Jerzy Skolimowski
Nanami: el infierno del primer amor (1968), Susumu Hani
El color de los granados (1968), Serguei Paradjanov
Pocilga (1969), Pier Paolo Pasolini
Grupo salvaje (1969), Sam Peckinpah
Doble suicidio (1969), Masahiro Shinoda
El cremador (1969), Juraj Herz
Desfile funeral de rosas (1969), Toshio Matsumoto
Z (1969), Constantinos Costa-Gavras
Eros plus massacre (1970), Yoshida Kiju
Ucho (1970), Karel Kachyna
Los enanos también empezaron pequeños (1970), Werner Herzog
Dodeskaden (1970), Akira Kurosawa
El rey Lear (1971), Grigory Kozintsev
Emperor Tomato Ketchup (1971), Shuji Terayama
Retratos de un viejo mundo (1972), Dusan Hanák
Cuerno de cabra (1972), Metodi Andonov
Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972), Rainer Werner Fassbinder
La mamá y la puta (1973), Jean Eustache
Alicia en las ciudades (1974), Wim Wenders
El desierto de los tártaros (1976), Valerio Zurlini
Taxi Driver (1976), Martin Scorsese
Anatomía de una relación (1976), Luc Moullet
Hitler, una historia de Alemania, Hans-Jürgen Syberberg
Ascensión (1977), Larissa Shepitko
Queridísimos verdugos (1977), Basilio Martín Patino
El cuento de los cuentos (1979), Yuri Norstein
Stalker (1979), Andrei Tarkvoski
Cabeza borradora (1979), David Lynch
Hipótesis para un cuadro robado (1977), Raúl Ruiz
El huevo del ángel (1985), Mamoru Oshii
El flautista de Hamelin (1985), Jiri Barta
¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987), Abbas Kiarostami
Royal Space Force (1987), Hiroyuki Yamaga
Paisaje en la niebla (1987), Theo Angelopoulos
Yeleen (La luz) (1987), Suleimán Cissé
Cinema Paradiso (1988), Giuseppe Tornatore
El ojo en el pozo (1988), Johan van der Keuken
Alice (1988), Jan Svankmajer
Ensayos para anatomías extintas (1988), Hermanos Quay
Histoire(s) du cinéma (1989-1998), Jean-Luc Godard
No o la vanagloria de mandar (1990), Manoel de Oliveira
El sueño de un hombre ridículo (1992), Alexander Petrov
El sol del membrillo (1992), Víctor Erice
Satantango (1994), Béla Tarr
Cardiograma (1995), Darezhan Omirbayev
Voces espirituales (1995), Alexandr Sokurov
Goodbye South Goodbye (1996), Hou Hsiao-hsien
Tren de sombras (1957), José Luis Guerín
Funny Games (1997), Michael Haneke
La princesa Mononoke (1997), Hayao Miyazaki
Cube (1997), Vicenzo Natali
El poder de la provincia de Kangwon (1998), Hong Sang-soo
Los idiotas (1998), Lars von Trier
M/Other (1999), Nobuhiro Suwa
El viaje de Kikujiro (1999), Takeshi Kitano
Eureka (2000), Shinji Aoyama
Memento (2000), Christopher Nolan
Donnie Darko (2001), Richard Kelly
Días de perros (2001), Ulrich Seidl
La ciénaga (2001), Lucrecia Martel
El hijo (2002), Jean-Pierre y Luc Dardenne
Gerry (2002), Gus Van Sant
Placeres desconocidos (2002), Jia Zhang Ke
Decasia (2002), Bill Morrison
Dark Water (2002), Hideo Nakata
Al oeste de los raíles (2003), Wang Bing
A las cinco de la tarde (2003), Samira Makhmalbaf
El regreso (2003), Andrey Zvyagintsev
Va i vem (2003), Joao César Monteiro
Goodbye, Dragon Inn (2003), Tsai Ming Liang
El intruso (2004), Claire Denis
Los muertos (2004), Lisandro Alonso
El cielo gira (2004), Mercedes Álvarez
Nadie sabe (2004), Hirokazu Kore-eda
Las tortugas también vuelan (2004), Bahman Ghobadi
Tropical malady (2004), Apichapong Weerasethakul
Grain in ear (2005), Zhang Lu
Allá lejos (2006), Chantal Akerman
La hamaca paraguaya (2006), Paz Encina
Juventude em marcha (2006), Pedro Costa
La leyenda del tiempo (2006), Isaki Lacuesta
Retribución (2006), Kiyoshi Kurosawa
Más allá del espejo (2006), Joaquín Jordá
Pozos de ambición (2007), Paul Thomas Anderson
Dead in the land of Encantos (2007), Lav Díaz
El bosque del luto (2007), Naomi Kawase
Conclusiones provisionales:
-Carencias: de cine africano la lista sólo ofrece una película. Esto es sintomático de cierta pereza o desidia a la hora de buscar en ese continente. No es un cine muy abundante ni con muchos recursos, pero existe y ha dado películas estupendas que tenemos que buscar. El cine sudamericano también tiene una representación parca. Mea culpa.
-En mi opinión subjetiva, el país que ha ofrecido una cinematografía más rica y polifacética es Japón. Comparto con Buñuel, Kiarostami y Pasolini cierto escepticismo hacia el Hollywood clásico, considerado unánimemente por la crítica como la matriz de la que han derivado los cines europeos y asiáticos. Es una idea falsa y perniciosa, porque condena al silencio a países y décadas enteros, como los ocultos cines del este. El esquema es el siguiente: cine de Hollywood-nuevas olas europeas-nuevas olas asiáticas. Los teóricos de las movie mutations avalan esa transmigración unidireccional. Pobreza de análisis, visión distorsionada porque la lente que usamos está desenfocada...
-El cine asiático de los últimos diez años (no hablo de Kim ki duk, Wong Kar Wai o demás productos meticulosamente descafeinados y concebidos para deleite de las clases medias occidentales) presenta una vitalidad y creatividad que contradicen las hipótesis derrotistas sobre la muerte del cine, sostenidas por los nostálgicos del cine clásico y, en nuestro país, por cineastas de la talla de Victor Erice, que a pesar de sus grandes dotes creativas parecen vivir de espaldas a la revolución que se está gestando en estos momentos.
-Buena parte del cine más interesante de los últimos años no se ha estrenado en salas. De las 22 películas que propongo desde que empezó el siglo XXI, sólo 9 han llegado a las pantallas. Las otras trece han tenido una vida errática por festivales y se han distribuido a través de las redes de intercambio p2p (e-mule y similares). Las crecientes facilidades para el acceso a material hace pocosaños inhallable contrastan con las crecientes restricciones y la insuperable cobardía de los distribuidores, que sólo apuestan a caballo ganador. Sólo así puede entenderse que las últimas películas de autores tan reputados como Kiarostami, Béla Tarr, Pedro Costa o Chantal Akerman, entre otros muchos, no se hayan estrenado en nuestro país.
-La obra más corta de la lista es "Ensayos para anatomías extintas", de los hermanos Quay, que apenas dura diez minutos. Las más largas son "Satantango", de Béla Tarr, y "Dead in the land of Encantos", de Lav Díaz, de 8 y 10 horas de duración respectivamente.
Para abrir boca, os propongo ver "Rusalka", de Alexander Petrov. La técnica de animación utiliza pintura sobre vidrio. Mi favorito de Petrov es "El sueño de un hombre ridículo", también en Youtube, pero tiene mucho diálogo sin subtítulos. Buscadlo si os animáis porque es una maravilla.
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