domingo, 28 de diciembre de 2008

Diarios Indios



"Puede que yo no haya sido nunca aquella niña oscura a quien enseñaron a sentarse a la puerta del templo del Toro, ceñida la garganta por dos anillos de cobra suave y reluciente. Cuidadosa, prudente cobra deslizándose sobre huesos tan frágiles, apenas un pequeño tórax, casi una planta de coral que mirase hacia dentro, en la cueva donde nacieron los mitos.
No creo que haya sido ni seré nunca aquella niña. Un error de cálculo en la estrategia de los dioses me invitará a adoptar las maneras del animal que ciñe su garganta".

"24 CHAUKI GHAT
Niños jugando en el polvo de las losas. Niños de polvo. Polvo jugando a ser niños sobre las losas. Brahma jugando a ser polvo. Yo: la losa".

"El camino del thanatos es el más directo. El vacío se extiende sin mediación. Cualquier sentimiento es un peligro. Y aquí, no sé qué hacer aún con el sentimiento de compasión, el único que permanentemente me recorre.
He comprendido la atracción de las formas: la intranquilidad de los deseos pasajeros, su carga obsesiva cuando no son satisfechos, la hartura del corazón cuando, en cambio, se satisfacen sin medida. El deseo y el miedo, el repliegue y el despliegue, formas, todas, ambivalentes de atracción y rechazo: la gravedad de los seres, la misma ley que rige los átomos y los planetas. He comprendido que para el ser humano el logos responde al fuego que le consume: nombrar es arder en el deseo infinito de ser propiamente.
Pero la compasión aún me impide la objetividad".

"El desierto no tiene sombras, por lo cual no puede medirse el tiempo ni la distancia de las estrellas a no ser que el propio cuerpo haga oficio de gnomón. Uno es su propio tiempo. Alrededor el tiempo no existe.
El tiempo de las cosas se mide por su sombra, y sólo el que no tiene sombra es eterno. El desierto, por eso, es eterno. Con el sol en el cenit un hombre pierde su sombra. Puede decirse que entonces se le otorga la posibilidad de estar en su propio centro, de no distinguirse de sí mismo. Por un instante, es un iluminado. Pero a la luz le gusta jugar en la llanura. Basta que aquel hombre levante un brazo: hallará su sombra debajo. Cualquier movimiento lo habrá de delatar. Basta con que quiera verse a sí mismo y comprobar la ausencia de su sombra: aparecerá la huella de su rostro a sus pies. Nadie puede estar iluminado y verse a sí mismo".

"Doy lo que me sobra, lo que me pesa, lo que no me hace falta, regalo aquello que ya no me sirve aunque tampoco le sirva a quien lo doy. Le quito los botones al jersey antes de entregarlo: los botones servirán. ¿De qué sirve un jersey sin botones? Ellos no se pondrán mi ropa, ni mis zapatos: no necesitan zapatos, no se ponen esta ropa. Pero me descargo de lo usado, y les niego la moneda que me piden".

"La perra negra es especialista en fetos. Tiene tiña como casi todos los perros de Benarés, pero sabe como ninguno rastrear los fetos hinchados que las aguas devuelven a la orilla. Aquí está. Empieza por el cerebro. Una joven japonesa se acerca a la escena, se pone la cámara en la cara. Duda. No se atreve a disparar. Los intestinos ya se escapan por el cuello derramándose entre las guirnaldas amarillas y las bolsas de plástico que se estancan en el ghat y un olor nauseabundo corre como una brisa rozando el papel en el que escribo. El suelo de piedra ya cobra el tono rosa de la sangre aguada. La perra se relame. Da unos pasos a lo largo del ghat y vuelve al festín que ya es un tronco abierto por la espalda. Tres niños juegan a sumergir guirnaldas a su lado. La perra cumple con el cielo, restituye la carne a otra carne, lo impuro a lo impuro, devuelve a la totalidad la parte que le corresponde. Ya no puede reconocerse a qué ha pertenecido el trozo de carne que bambolea entre la pata derecha del animal y su hocico. El sol se está poniendo despacio en los escalones. Los niños juegan".

"¡Muéstrame tu dios y te diré cuál es el color de tu miedo!"

"Jehová: uno de los dioses que ocupan la parte superior izquierda del mandala tántrico. El error: confundir uno de los devas (dioses) con el Absoluto. El dios de los judíos: un deva vengativo en guerra contra los asuras (demonios). Un dios que necesita la ayuda de los hombres: ellos son su alimento. Al rezarle le dan su fuerza, le entregan su energía. Los dioses se alimentan de las preces de sus "fieles". Cuanto mayor sea su número: su "rebaño", más fuertes se hacen ellos, más poderosos".

"El error del hebraísmo: hacer de uno (de los dioses) el Uno. El error de Cristo: asumir el hebraísmo. El error de muchos cristianos: confundir a Jehová con el Dios de Cristo o, incluso, con la síntesis última del racionalismo".

"Por haber sufrido, tal vez, o inmerecidamente me concedieron un ángel (es una manera de decir -todo es una manera de decir).
Cuando un ángel cae, al principio sufre porque no sabe nada salvo la tarea encomendada. Después, poco a poco, va recuperando la visión y el poder. Cuando lo recupera del todo, entonces se va. Dicen que ha muerto pero no: es que le han vuelto a crecer las alas.

No estoy lista aún para que recuperes del todo la visión. ¿No ves cuánta confusión anida todavía en mi pecho, que me hace confundir, como por necesidad, el objeto al que la llama se dirige con el propio fuego? Ellos son excusas para arder, son el reto de las brasas, la madera para la pira. Ellos -esos otros, esos seres a los que amamos con ese amor que es deseo- son el señuelo. El fuego que no puede arder consume su propio lecho. No confundamos el fuego con el combustible".

"Porosa. La membrana del núcleo es porosa. ¡Tan sólida, no obstante, en su porosidad!
Requerimos la expresión, y la expresión se queda dentro. No puedo decir, y aunque pudiese, no dicen las palabras lo que quiero decir. Releídas, me sueñan a tópicos condescendientes, trascendentes, falsamente místicos. Y no es eso.
Es hora de crear nuevos símbolos. Es hora, también, de largos silencios, de interiorización, de prudencia. Estar atento y formular la pregunta.
Abrirse. Los elementos son ingeridos. Los puntos se introducen. Las líneas se trazan. Cuando hay puntos suficientes, alguna línea inicia su trayectoria. Luego los ensamblajes: una línea corta a otra, intersecciones, conjunciones, puntos sensibles. En los puntos sensibles se activa el diagrama.
Bastan las primeras líneas para que se insinúe el diagrama. Un diagrama es un sistema. El sistema muestra el modo de actuar de una fuerza, su modo: lo que la fuerza es, pues cuando de fuerza se trata, su modo de acción no es distinto de su ser.
Todo símbolo debe ser activado para ser eficaz. Que un símbolo se active significa que uno lo descubre dentro de sí. Quien descubre un símbolo descubre una fuerza, un "modo". Descubrirla dentro de sí, bajo el sí. Conocerla, saberla, experimentarla. El símbolo muestra la fuerza que ha de ser redescubierta como se descubre el sentido de un gesto al imitarlo. Un símbolo, para que sea eficaz, ha de ser activado.
Los símbolos que no se activan son simples dibujos que esperan ser activados. Utilizados para otros fines, se degradan y su eficacia se anula.
El arte -el arte "tradicional"- es creación de símbolos: creación de signos, huellas que permiten la recuperación de la trayectoria. Pero no es sólo eso. De la misma manera que un gesto es la fuerza misma en su expresión, así también lo son el intervalo musical o las líneas de un yantra o diagrama. El dibujo o el sonido son la fuerza en su manifestación formal o sonora, son ese "modo" en concreto, y el modo es lo que ha de ser intuido, sabido, además de recibido. Pues recibido está, siempre, en todos los niveles; lo que difiere es la conciencia de la recepción en los diversos planos en los que ésta tiene lugar.
Conciencia del sonido o de la forma recibida en la percepción simple, conciencia del "modo" y conciencia de la fuerza neutra que se "modifica": triple conciencia que puede resolverse en una sola en el acto de ver o de oír. Una, la primera, es la conciencia común; las otras dos han sido entendidas como superiores y consideradas secretas por las civilizaciones que poseyeron la ciencia del núcleo.
Sin embargo, cuando el artista que manifiesta lo hace con la triple conciencia, lo que expresa (y lo-que-expresa no se distingue de la expresión) acude al receptor y le golpea en todos los niveles a la vez.
El "sabor" (rasa) del arte es lo que place al receptor, un placer que precede a la conciencia misma o que, simplemente, la reemplaza o, mejor dicho, el placer es ese sabor de la conciencia que no se sabe a sí misma. Que el rasa sea "saborear el Brahman" significa, en la tradición india, que el placer estético es la captación placentera de la energía que se modifica en su expansión, placer del reconocimiento de la araña, el punto que se activa y forma el universo, placer del reconocimiento del origen-fuerza. Ese placer es el indicio de una conciencia que sabe del sí: el mí de cada cual que se agita en el océano de sus intenciones particulares".


Diarios indios, Chantal Maillard, Pre-Textos

Postdata:

Las heridas nunca acaban en sí mismas. Se llaman unas a otras. Como gargantas. Grandes gargantas que se suceden ululando. Cuidado al acercarse. Cuidado al escucharlas. Las proximidades de una herida son siempre pantanosas, huelen a cieno y su sonido es húmedo y gelatinoso. Contagian el mal del deseo, el mal de querer ser más que el destino, el mal de querer, de querer siempre lo que quiero por encima de todo querer ajeno. Una herida es la guerra.

Filosofía en los días críticos, Chantal Maillard, Pre-Textos

13 comentarios:

soperos dijo...

¿sobrevive una persona a una caída de miles de metros de altura?. diarios indios es una lectura brutal que por cada vez que la lees acortas la distancia del choque cien centímetros. hacerlo una y otra vez, insistir, hasta sentir una caricia en la cara.

besos,
òscar.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Por tu culpa compré hace un par de meses los Diarios indios y me parece una obra generosa, genuina, reescritura de lo no dicho y lo por decir, de ese caudal milenario e impersonal desde el que todas las personas que buscan, signan en dactilográfica entrega su afán, su incesante y humilde afán de conversar con el mundo, el presente y la consciencia.

Chantal es una lectura hoy
que no debiera nadie renunciar.
Como Gelman, Gamoneda, Varela,
su decir pesa y asombra.

Curioso resulta
viniendo de la ligereza
y la luz con liviana
naturalidad.

Un abrazo grande,

Víktor

Stalker dijo...

Òscar, das en la diana. Una lectura a quemavida, a mil almas hondo, en lo unísono del cuerpo en la caída. Tú sí que sabes.

Abrazos

Stalker dijo...

Viktor, tu presencia aquí es motivo de inmensa felicidad.

Pesa y es ligera. La gravedad y la gracia, la concisión y la transparencia de una escritura que se amoneda en el vértigo del decir y que, en la siguiente entrega de diarios, "Husos", llega al límite mismo del balbuceo. Me gustaría ser el culpable de que también leyeras "Husos" y continuaras este itinerario apasionante.

Abrazos

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Querido Stalker:

Husos e Hilos, Matar a Platon, ya los había leído. Y volví a ellos con nuestras fraternas y críticas conversaciones bloggeras.

Lo que fué hallazgo es "Diarios indios". Una joya viva.

Un abrazote

Víktor

Stalker dijo...

Querido Víktor: pues te queda "Filosofía en los días críticos" en esa insospechada trinidad...

Seguimos en la batalla y gracias por tu presencia atenta y tu verbo aquilatado.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Lo buscaré. Chantal es de lectura insustituible. De su originaria mezcla solo ella. ¿recuerdas la editorial? ¿Es libro antiguo?.

Bueno, indagaré, seguiré la pista del animal inquieto.

¿podrías poner algún fragmento en tu blog de "Filosofía en los días críticos?

No me extraña que Jorge Riechmann tenga tanto respeto y admiración por Chantal.

Un abrazote,

Víktor

Stalker dijo...

Querido Víktor:

Es un libro de Pre-textos de 2001, no muy fácil de encontrar a estas alturas... ¡Pero tú sabes seguir un rastro sin equivocarte! Aquí colgué algunos fragmentos:

http://lostinmarienbad.blogspot.com/2008/10/des-aparecer-cercos-buitre.html

http://lostinmarienbad.blogspot.com/2008/11/filosofa-en-los-das-crticos-chantal.html

Y pondré alguna cosita más para ti...

Ahora que mencionas a Riechmann, recuerdo que le dedica un poema conjuntamente a Chantal y Mestre, que con poéticas y trayectorias tan distintas quedan hermanados en esa dedicatoria. Me consta que Gamoneda también la tiene en mucho aprecio.

Abrazos

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Stalker:

Vaya, no se te escapa una. Hablamos del poema "los espectros querulantes" que Jorge dedicara a Chantal y Mestre en su libro "Desandar lo andado" (Hiperion) y que luego apareciera en el recopilario "Un zumbido lejano" (Calambur).

Gracias, iré leyendo "Filosofía en los días críticos".

un abrazote

Víktor

Anónimo dijo...

Ambos libros se encuentran aún, buscadlos. Yo no he tenido dificultades, se ve que mi librera lo ha sabido hacer. Particularmene, el de "Filosofía en los días críticos" me apasiona más. Unos Diarios que no lo son al uso, que el aliento poético invade su prosa y genera un mundo reflexivo e íntimo especial que llega al lector; claro, al lector que busca. Su lectura, reposada, calma, a pequeñas dosis cada noche, me sirve. Se lo agradezco a Stalker. Nunca había sabido que existía tal libro. Y el párrafo que reproduces es impresionante, ¿recuerdas que yo lo coloqué en el blog también?

En fin, queridos amigos de Stalker, estimados colgados de la belleza de las palabras, que el año nuevo que comenzó el 21/22 de diciembre, ¿no es el soslticio de invierno el vrdadero comienzo del año? Esto de 1 de Enero es válido para: primero, el Calendario Gregoriano. Segundo, para el mundo de los negocios. Tercero, para cantar el uno de enero, dos de febrero, etc. de los sanfermineros. Jaj. Pues eso, que tengáis nuevos días con nuevas letras o cn viejas pero reencontradas. Sigo receptivo a Stalker o a cualquier de vosaltres.

Salud y Goce.

Stalker dijo...

Querido Die Fackel:

reproduje ese párrafo porque lo vi en tu blog. Ciertamente, "Filosofía en los días críticos" es una mina de hallazgos. Un libro más variado y múltiple que "Diarios indios". Pero este último tiene una depuración extrema y una gran capacidad del observación que hermana el acontecimiento exterior y el interior. Aunque mi favorito es el último de sus diarios, "Husos", para mí el más complejo y arriesgado, donde los géneros literarios quedan abolidos o trascendidos, e incluso el propio lenguaje destruido; un nuevo lenguaja asoma entre las ruinas del verbo... No es poca cosa.

Mientras todo el mundo duerme, Fackel, tú esribes este mensaje. Me admiras, como siempre.

Abrazos, hermano

raúl quinto dijo...

amigo stalker, feliz año tengas, sea su inicio cuando sea. Y gracias por colocar estos fragmentos, no mientes cuando dices que son grandes. Coincido en que el último es todo un poema brutalmente certero.

un abrazo.

Stalker dijo...

¡Feliz Año para ti, Raúl!

La poesía se embosca, aguarda agazapada en esa escritura y, cuando menos lo esperamos, se abalanza sobre nosotros.

Abrazos

 
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