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Monjes, no os engañéis: lo que único que tiene el ser humano es su carencia
Buddha Sakyamuni, Udana sutra
El vértigo ocurre justo en el límite, siempre en el límite, ahí donde nuestros sensores se revelan incapaces, ahí donde empieza la ceguera. Si el poeta es tradicionalmente ciego es porque encara los abismos con su carencia misma, su carencia es la faz que presenta a lo incógnito incognoscible, y su carencia, por eso, es su don, y de ella habla; su don es hablar de su carencia desde su misma carencia.
Chantal Maillard, Escritos sobre pintura. Henri Michaux
Carecer de algo también tiene fragancia y energía.
Robert Walser, Jakob von Gunten
LA CARENCIA
Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
Alejandra Pizarnik
Imagen: Zóbel
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sábado, 17 de diciembre de 2011
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8 comentarios:
Sospecho que, algunas muchas soledades deberían tener alas, y Walser.
Joven:
pienso como tú
y sin embargo sé que Walser llevaba las alas replegadas, pues prefería caminar: no cambiaría el vuelo por el largo paseo, la dilatada, dulce extenuación
sospecho que le gustaba escuchar de cerca la polifonía de voces diminutas, los muchos estremecimientos de la vida
un abrazo
leo en el libro Es brizna de Marcos Canteli: "porque carezco no siempre necesitaré"
Laia:
en efecto: la carencia puede ser el alimento más preciado...
libro estupendo el de Canteli
un abrazo
vera eikon dijo...
Alas recorren el espacio que media
milímetro
regazo
Al despertar añoro la comunión del sueño(comienzo relacionando tu entrada anterior, pero es que las siento íntimamente ligadas). En el sueño soy bosque (una vez fui desierto, arena infinita. Al instante fui norte, iceberg, lloro, oído…), soy ese hombre que camina a mi lado, soy el animal herido. Los límites de lo conceptual se quiebran, me libero. Únicamente me ubico a través de mis emociones. Temor, alegría, ansiedad….Animalidad. Entraña. Vórtice del sueño. Todo parte(y ahora topo con el límite en la palabra)de mí, todo viene a mí. Una con todo, y de tal modo, derivas. ¿Sentirá así el niño durante su primera infancia? ¿Y el animal? Para mis gatos he de ser alimento, caricia, calor, regazo. Sencillamente un envés. Quizás el envés es la mayor proximidad. En el sueño somos envés con lo soñado…
Nacer, primera caída. Después, caer al “yo”. El “yo” da comienzo a la carencia. Ceguera. Tantear abismos, vértigos. Una nueva caída desde el “yo”, única vía. Desvestirse el “yo" en los distintos niveles. La del poeta es una caída solitaria. El lector es el envés del poeta en su caída. El poema adquiere su dimensión última de regazo en el lector. El poeta, eterno desheredado de ese regazo, continúa cayendo.
¿Qué decir de tu último poema? Soy envés en tu caída. Pones imágenes, vértigos, justo detrás de mi ojo. Una fugaz comunión, con un solo ser, es alimento. Pulpa de las palabras quebradas…. Eres alimento, caricia, calor, regazo. Yo, gata.
Por último, lo que digo no son afirmaciones(no hay en mí ni una sola certeza, en realidad creo que tengo aprensión a agarrarme a una sola, quizás ya no me deje suelta…), sólo meras divagaciones.
Un abrazo en caída(de hojas, de alas, de palabras…)
Vera:
maravilloso comentario que es también una caída-poema en sí mismo. Me hago regazo en tus palabras felinas, caigo a mi vez
tu texto es para releer y degustar: lo habita una lengua diminuta y acogedora
agradezco tu divagación fructífera, la raíz nutricia de tu ausencai de certezas...
un abrazo fuerte
Qué hermosos textos escogiste atravesados de carencia que fluye:
carencia ciega de límite y abismo,
carencia fragancia,
ala carencia
carencia pájaro
y carencia ser
carencia rio
abrazos ciegos
Anamaría:
en el río de la carencia renacer
hallar la sal prohibida
pronunciarnos
abrazo!
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