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El Tao que puede expresarse
no es el Tao permanente.
El nombre que puede nombrarse
no es el nombre permanente.
El no-ser es principio del Cielo y de la Tierra;
el ser, de los infinitos seres es madre.
Por eso con el permanente no-ser
se contempla la esencia escondida (del Tao);
con el permanente ser
se contemplan meros indicios (del Tao).
Estos dos (no-ser y ser) tienen el mismo origen
aunque diferentes nombres;
tanto al uno como al otro puedes llamarlos misterio.
Misterio de los misterios,
llave de toda mudanza.
Sin salir de tu propia casa
puedes conocer el mundo.
Sin mirar por la ventana
puedes ver el Tao del Cielo.
Cuanto más lejos vayas,
menor será tu saber.
Por eso el sabio conoce sin viajar,
distingue sin mirar,
realiza su obra sin actuar.
Lo más débil del mundo
cabalga sobre lo más fuerte que en el mundo hay.
El no-ser penetra donde no existe el menor resquicio.
De ahí conozco yo el provecho del no-actuar.
La enseñanza sin palabras,
el provecho del no-actuar,
pocas cosas en el mundo se les puede comparar.
Tengo oído que quien sabe guardar su vida
no topa con rinocerontes y tigres cuando viaja por tierra,
ni porta armas y coraza en el campo de batalla.
El rinoceronte no halla en él lugar donde cornear
ni el tigre donde clavar sus garras,
ni las armas donde aplicar su filo.
¿Cuál es la causa de ello?
Porque no hay en él lugar para la muerte.
Lao Tsé, Tao Te Ching (trad. Iñaki Preciado Idoeta)
Imagen: Hokusai
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miércoles, 28 de diciembre de 2011
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2 comentarios:
Sabiduría que deja en la mudez y en el ronroneo gozoso
misterio de misterios
Anarmía:
enrosquémonos, ronroneemos
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