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Mandamientos para los hombres huecos
Serás uno en una lengua doble, legión en el fuego de víbora.
Tocarás con manos pequeñas el miedo de los otros, para romperlo y que se haga mariposa.
Te detendrás en lenguas que segregan herrumbre, lo callado y lo salvo.
En el árbol del olvido introducirás la sal no visible de tu existencia.
Cultivarás la inútil ternura y la indiferencia hacia el mundo.
Serás regazo en el que el otro podrá caer, hundir las armas, re-crearse.
No dejarás sin sembrar el surco o el hambre del que pasa.
Encontrarás en ti la grieta del reconocimiento.
En cada uno de tus huesos crecerá una canción.
Cada gesto, un quiebro; cada caricia, una espada.
Tu corazón será la madre, el arco y la sombra.
Vivirás en lo que mengua, para cuidar el tiempo,
Menguarás en lo que vive, para templar el cuidado
Te avertigarás en una lengua por venir, donde sonará un cálamo de abismo y voces y temblor de niño
El despojador inscribirá tu lepra en la tierra, la urdimbre en el cielo y el canto en el hueso.
Tu ojo será estertor y tu lengua latido.
Será tuyo el fruto oscuro que salva, pero sólo podrás darlo, y para eso tendrás que abrirte el pecho y que coman de él animales que sólo así evitarán el lenguaje.
Imagen: autor desconocido.
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los animales evitarán el lenguaje...
ResponderEliminarsólo servirá el gesto, la lengua, el lamido...
busquemos en la grieta, porque allí vivimos los despojados...
pedimos caricias, cuando la sombra nos inunda...
en esta hambruna, los mandamientos de tu poema podrían mantener caliente la madriguera...
un abrazo desde el aullido animal...
P.D.el surco sigue haciéndose cada vez más hondo
Say:
ResponderEliminarel surco se hace más hondo, aullamos nuestra lengua impronunciable
entre dos latidos
entre dos encuentros
entre dos intemperies
en el despojamiento, toda la vida, aún por pronunciar...
un abrazo!
No dejarás sin sembrar el surco o el hambre del que pasa.
ResponderEliminarel surco; el hambre.
Ser surco y ser hambre. Dejarse.
Yo sé que en ti puedo sembrar muchos abrazos porque has sembrado muchas veces en mi, que aprendo apenas a ser hambre y a evitar el lenguaje.
Querido Stalker
ResponderEliminareres hueco y madriguera
grieta verde de musgo
canto donde echarse
eres lengua latido
lames la herrumbre y brotan mariposas
he sido surco y hambre
para tus manos pequeñas
he hurgado con mi hocico
el pecho abierto
cielo desgarrado
y allí en el sin lenguaje
he bebido tu víscera
hasta hallar el aullido
tenerlo entre las fauces
y hondo hondo hondo
abres tu hueco
tu osamenta
corazón madre
hormiga tibia entre los manos
un abrazo de comienzo
anamaría
Leonardo:
ResponderEliminarcuanto te apoemas hacia el hambre, cuando devienes hambre incluso en la extrema necesidad de palabras, en el supremo erial del lenguaje, te haces bello y animal, empiezas de verdad a carecer, y eso es una forma de belleza para la que acaso no hay palabras,
un abrazo fuerte!
Anamaría:
ResponderEliminarimposible decir cuánto me emocionan tus intervenciones, cómo en ellas siembras el surco o el hambre del que pasa
belleza así nos permitirá seguir en dirección a nuevos horizontes...
abrazos y más!
querido amigo despojador,
ResponderEliminar"Luchamos con el lenguaje.
Estamos en lucha con el lenguaje"-Wittgenstein
aprendemos del surco, del rastrojo: la tierra se horada y se horada, de igual modo este lugar al que se vuelve y revuelve y ya es tierra y humus.
qué bello texto, qué necesaria lengua-por-venir.
Laia!
ResponderEliminargracias por despojarte un poco aquí, con estas pequeñas palabras que quieren ser un poco mamíferas...
despojémonos hasta alcanzar ese humus, y que esa lengua pequeña sea el porvenir de lo que podemos soñar decir, de lo que apenas decimos ya...
un abrazo!
Vuelvo a esta madriguera en donde los animales que no evitan el lenguaje siempre han sabido alimentar al que pasa despojándolo de hambre y llenándolo de asombro y gratitud y latidos vivos de hondo lenguaje. Stalker, gracias por haber sido y seguir siendo surco, gesto, sombra y aire.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Marrast:
ResponderEliminarmuchas gracias por tus palabras, miguitas de pan que indican lo que de verdad importa,
un abrazo