.
Imaginen: unos amantes separados de por vida. Estén donde estén. Por el teléfono, a través de sus inflexiones de voz, de los timbres y acentos, a través de las alturas e interrupciones de la respiración, a través de los tiempos de silencio, cultivan todas las diferencias necesarias para despertar la vista, y el tacto, y hasta el perfume, otras tantas caricias, y hasta el éxtasis que se les ha quitado para siempre -pero del que no están privados nunca. Saben que nunca lo reencontrarán, nunca de otro modo que a través del hilo sin hilo de esas voces trenzadas. Tragedia. Pero se saben también enlazados, a veces solamente a través del recuerdo que guardan de él, y del espectro fantasmático de un goce. Sin cuya posibilidad, también lo saben, un goce no se prometería nunca. Tienen fe en la memoria telefónica de un tocar. Un fantasma los colma. Casi, cada uno en su insularidad monádica. Aun cuando la orilla de un "fantasma", justamente, parezca más afín al phainesthai, o sea, al aparecer o al brillo de lo visible.
El tocar, Jacques Derrida (trad. Irene Agoff)
.
Imaginen: unos amantes unidos de por vida. Estén donde estén.
ResponderEliminar:-)
Tera!
ResponderEliminaresta pequeña entrada vibra a la misma velocidad que los amantes de Tsai Ming-liang: es su continuación y su eco,
sabía que te iba a gustar :)
Esta entrada se hizo real para mí como un animalillo al que a la vez temo y amo, al que abrazo y riego con lágrimas. Esa especie de dulzura que hay en la certeza de algo fatal, esa piedad como un incendio. A fin de cuentas, cómo explicar una cosa así...
ResponderEliminarGracias por compartirlo :)
Anouk A:
ResponderEliminarme gusta cómo lo defines: esa piedad como un incendio... es cierto, la com-pasión puede quemarnos la mirada, el tacto, la vida, el mundo, y es hermosa esa extinción, arder en la lentitud o la gracia,
un abrazo!
Stalker...no vas a volver?
ResponderEliminarte extraño
Querida Emma:
ResponderEliminaryo también te extraño...
quién sabe si volveré, es posible, bajo otro rostro, en algún momento...
un abrazo fuerte desde este lado del océano!