jueves, 8 de septiembre de 2011

La indetenible quietud

.















































































el Buddha: literalmente, "el Despierto". No el "iluminado": el Despierto. Nuestro invencible etnocentrismo traduce los términos de oriente de acuerdo a nuestras propias y anquilosadas estructuras mentales: la metafísica de la luz es solipsista y sólo sabe reconocer sus propias metáforas muertas

pero el Buddha no se ilumina: no es transportado, arrobado o reconocido por una realidad trascendente, que él siempre negó. Su acto es más sencillo y respira en la inmanencia: despierta, vibra y es ahora, ahora, siempre

hace suya la indetenible quietud

porque la quietud fluye imparable: es sin origen ni centro, derramada en los ciclos sucesivos, sin inicio ni fin

pienso en el daño que ha hecho la iconografía cristiana con su representación del Cristo doliente, crucificado en la agonía. "Nuestra" religión se basa en el dolor y el martirio, y me pregunto si eso no ha reforzado nuestra voluntad de dominio y conquista, si esa acumulación de dolor representado icónicamente a lo largo de los siglos no ha fraguado un inconsciente colectivo cuyos pilares son el miedo, la ceguera, el fundamentalismo, el deseo de someter al otro (con las armas, con el mercado, con la imposición de una cultura dominante)

en contraste con ese Cristo agonizante, la serenidad del Buddha. Sus representaciones han variado a lo largo del tiempo y de la geografía, de India a Sri Lanka, de Tailandia a Camboya, de China a Japón: la serenidad es la misma

tal vez por eso en el budismo no hubo Inquisición, ni Cruzadas, ni persecuciones religiosas, ni quema de brujas, ni exterminio de herejes (aniquilación de arrianos, cátaros, etc.)

tal vez por eso en China hubo santuarios donde se celebraban, alternativamente, ritos budistas, taoístas y confucianos (¿imaginamos un mismo lugar sagrado que a diferentes horas acogiera los cultos cristiano, judío y musulmán? Algo prácticamente imposible)

el budismo ni siquiera es, en sentido estricto, una religión. No hay libros revelados, no hay un Dios creador, ni más allá (el budismo tántrico sería una excepción), ni pervivencia del "alma"

no hay alma. No hay "yo"

no existe el concepto de culpa, esa venenosa construcción judeocristiana que tanto ha hecho sufrir a la humanidad a lo largo de los siglos (sí existe la responsabilidad moral, que tiene su traducción en la cadena kármica, pero no la culpa, el pecado y la expiación tal como se entienden en Occidente)

las cuestiones metafísicas son abandonadas por inútiles e ilusorias

el lenguaje metafísico es deconstruido o reducido al absurdo (lógica Madhyamika: Nagarjuna)

además, en contraste con la ortodoxia brahmánica, el budismo no cree en la sociedad de castas ni en ningún tipo de distinción por la riqueza o el nacimiento: los intocables y los parias son iguales a los "nobles" y pueden alcanzar la liberación. Las mujeres pueden ser budistas (el hinduismo las excluyó siempre). Coincidencia con los jainas: respetar toda vida, no hacer daño a ninguna vida. Un principio básico: el odio sólo se detiene con la calma, con el amor. El conflicto sólo engendra conflicto. En el siglo VI a. C., esto significa una radical heterodoxia, una auténtica revolución social

podríamos considerar el budismo como un sistema filosófico y, sobre todo, como una vía, un sendero para la liberación. Una psicología, una fenomenología, una terapéutica que tiene su raíz en la compasión hacia los seres y en la voluntad de erradicar el sufrimiento

pero por encima de todo esto, me conmueve la serenidad, la infinita delicadeza de las representaciones del Buddha. Si miro atentamente algunas de estas imágenes, las lágrimas se asoman: algo se estremece, suavemente, y se traza el espacio del reconocimiento

amo esa serenidad y la indetenible, indetenible quietud



.

22 comentarios:

  1. querido stalker
    despertamos a un sueño
    buddha uno y múltiple
    buddha perro gato ratón conejo mono niño anciano
    buddha gozoso
    buddha cristo
    buddha flor
    buddha que duele
    buddha lágrima que asoma
    buddha que estremece
    despiertos al sueño
    despiertos en el sueño
    despiertos soñando esta belleza
    esta quietud

    mi abrazo cayena

    ResponderEliminar
  2. Stalker, decime la verdad, el buda montaña nevada es cierta? Existe? es una maravilla!!!Y los templos, casi 50 mil, desparramadas por la ex-Birmania, hoy Myanmar (creo que se escribe así) son una preciosura. Dicen que no hay como los amaneceres en Myanmar, cielos naranjas con neblina naranja y sobrevolar los templos en globos gigantes...y ese silencio milenario.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Anamaría:

    precioso poema que llega hondo, tan hondo como la piel (lo más profundo que tenemos, dice alguien)

    gracias de corazón por tu presencia, una de las pocas razones que aún me impulsan a seguir en los mundos virtuales

    abrazo con todas las especias del mundo

    ResponderEliminar
  4. Emma:

    me apena decirte que el Buddha nevado es un truco, un "fake"... lo incluí porque me pareció curioso y porque algunos viajeros en el Himalaya cuentan haberlo visto una estatua así, nevada, imponente, sosteniendo la bóveda celeste

    no conozco el sudeste asiático, pero lo que me ha llegado de ese mundo, a través de películas, libros, algunas músicas, me hacen intuir ese silencio milenario, larvado, vegetal, como algo muy vivo: un silencio sonoro, profundamente irrigado de voces y fuerzas telúricas, silencio que crece hacia dentro, horadando, palpando las líneas vivas de la materia sensible; silencio de espesura y multiplicidad, silencio de infinitas traducciones... algo poco común tal vez a nuestros oídos, acostumbrados a un silencios diáfano, aséptico, envasado, listo para su consumo instantáneo...

    sobrevolar esos amaneceres debe ser el mejor modo de hacerse templo y dejar que la atencíon se nos anegue de tiempo, musgo o lentitud

    un abrazo fuerte, Emma...

    ResponderEliminar
  5. Bash:

    como siempre abordas el meollo de la cuestión, sin desviarte

    "Si aparece el Buddha, dale cien golpes de bastón"

    así sacude tu pequeño koan visual: la lengua pequeña de los duendes mapache

    un abrazoanimal, vaciado de letras

    南無阿弥陀仏,

    宇宙の犬





    ;)

    ResponderEliminar
  6. Quizá no estemos de acuerdo en esto: tengo una imagen de Cristo que invita a la revolución. Y, por otra parte, la imagen religiosa de Cristo, de eso que hablás, el símbolo doliente, que sin duda, encierra a los "devotos" en un pasaje sin salida: el sometimiento.
    En ese sentido, Occidente me parece, ha trastornado la imagen del Buddha, y también de Cristo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Joven llamado Cuervo:

    en efecto, esta entrada no trata sobre las creencias personales, privadas (en las que disentimos), sino sobre la utilización política de una representación iconográfica a lo largo de la historia. Sobre las creencias de cada cual, respeto absoluto. Es lo otro lo que denuncio.

    Occidente ha trastornado la imagen del Buddha convirtiéndolo en ser "místico" o esotérico, ignorando su rechazo del misticismo y la trascendencia, su profundo ateísmo, su "materialismo",

    por eso apunto a la obsesión de Occidente por traducirlo todo al único lenguaje que puede entender: el de su propia y estrecha tradición, que deja escaso margen para la comprensión del Otro,

    un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Otra vez la quietud.
    Esta entrada es un oasis.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. nuestro querido bash hace referencia a tus indomables puntos del principio y el final en mi lectura parcial (sin orden alguno -para aquietarlo todo o hermosamente desordenado como el diente de un león o el color de la mariposa batiente-)

    (...) contenedor nada (...)

    bien sabéis que del otro lado de la imagen, en la propia cosa, reside la quietud y que hemos de habitar la no-palabra. tacho minuciosamente todos mis textos como acto de amor, aquí, querido hermano búfalo

    ò.

    "less is more" es una papanatada en su propia construcción palabrística, la repetimos con la espalda cargada de nuestro mundo...

    señalar el despojo, eso sí.

    muás no como onomatopeya sino como mugido hermano... o lo que es lo mismo: tengo dentro del forró de un cojón un tatuaje invisible, hijo.

    ResponderEliminar
  10. Iba bajando por las fotografías e iba sintiendo ese sosiego.
    Hasta que, como siempre, mi cerebro notó que había fotos a derecha e izquierda.
    Entre la paz de la derecha y la inquietud que producen las diosas de la izquierda, creo que "soy humana y nada de lo humano me es ajeno"

    ResponderEliminar
  11. Querida ave zancuda:

    es un privilegio ser un pequeño oasis para ti, ahuyentar, si es posible, el desierto...

    abrazo calmo

    ResponderEliminar
  12. hermano búfalo:

    que llegues aquí ya es una pequeña fiesta: entras como un animal, como un santo loco, pisoteas el santuario, despojas rostros y nombres y haces que cada e-moción (cada movimiento interior) penda de su tallo

    no hay onomatopeyas, claro: sólo mugido hermano (increíble expresión), rumor amigo, sororidad vibrante, delicada fratria de piedra y musgo

    no hay nada que pensar y no hay distancia, no hay carencia: despojados y ahí, arrojados a la menuda calma unánime

    y sin más una caricia en el lomo...

    ResponderEliminar
  13. Maria Jesús!

    Nada de lo humano nos es ajeno... En esa inquietud de rostros femeninos, también está la calma, otra calma, otra temperatura

    todas escritoras magníficas, no siempre reconocidas como se debe en un mundo angosto y androcéntrico (pero ellas fluyen, imparables, hacia su lugar: si quietud también es móvil)

    me parece muy bella tu lectura, cruzando rostros, piedra y miradas,

    un abrazo fuerte

    ResponderEliminar
  14. Me ha gustado mucho el buda reclinado de Bago, en medio del paisaje. Pienso también en nuestra ignorancia y nuestro desdén, así como en la fascinación nuestra por el crucifijo y los golpes de pecho.
    La quietud, indetenible, es un acto de resitencia y rebelión. Lost in marienbad es, sin duda, un antro subversivo al cual volver.
    Abrazos cada vez

    ResponderEliminar
  15. Me gusta la palabra que has inventado, y me gusta la que has corregido, ésta, la segunda, tiene que ver con la atención, eso que se esfuerzan por aniquilar en nosotros y cuya falta tanto dolor causa.

    (¿Y ese Buda esqueleto?)

    ResponderEliminar
  16. Stalker
    Volver a esta casa y seguir aprendiendo desde la entrada.
    Gracias por estar aquí
    -en la quietud-

    ResponderEliminar
  17. Querido Leonardo:

    la quietud, y la ira, la ira en la quietud, la insurrección serena: lo único que aún no han podido arrebatarnos...

    abrazo subversivo y calmo...

    ResponderEliminar
  18. Bel M:

    la quietud, la atención... aspectos fundamentales para trabajar un poco la conciencia y evitar su ceguera...

    el Buddha esqueleto es una representación de la primera fase del Buddha histórico, cuando fue un asceta mendicante que sometió su cuerpo a los mayores rigores; por eso muchas veces aparece representado en los huesos, con las venas visibles, barbudo. Después de años de mortificaciones comprendió que ése no era el camino para el conocimiento y apostó por la vía media: ni el rigor ascético ni los placeres sensuales. Un justo equilibrio que se refleja en la serenidad indetenible de un rostro que se ofrece acogiéndonos...

    abrazo!

    ResponderEliminar
  19. Rosso:

    me alegra mucho verte y recibirte de nuevo en esta morada o lentitud

    fluyes indeteniblemente hacia esta calma, gozosa laguna, dormido animal de agua

    abrazo aquí

    ResponderEliminar
  20. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  21. "las montañas son el mar y el mar las montañas y el mar y las montañas saben que lo sabemos"

    ahí está todo dicho.

    abrazo

    ResponderEliminar