miércoles, 14 de septiembre de 2011
El cadáver exquisito
Desde hace mucho tiempo vengo pensando en que escribamos un poema entre todos. A ver qué sucede, a ver qué nos sucede.
Por poner algún límite aleatorio, digamos que se pueden escribir hasta un máximo de cinco versos (así eliminamos la restricción de una sola línea, muy común en el "cadáver exquisito")
También se puede escribir entre los versos ya escritos, o incluso entre las palabras: todas las intervenciones están permitidas. Tan sólo tenéis que indicar dónde queréis que vayan vuestras líneas, que iré incorporando sin demora.
Seamos afluentes y aquí.
Seamos carencia.
Para no empezar yo mismo, tomo prestadas dos líneas de un libro maravilloso: El hombre jazmín de Unica Zürn. Un poemario más allá de la prosa, un adentrarse y temblor. Los he intervenido y "cosido" para que sirvan a este propósito:
Dos corazones de ojo en hielo
bajo el signo de la eternidad vertical
Como esperando la
pincelada,
la gota virgen de una regla
que llega sin llamada
Dos ojos de corazón en brasas
sobre el signo de una ansiada inmediatez horizontal
Seamos la parte más baja de la humanidad,
hundiendo la barbilla en un campo de nubes
y no volvamos a vernos
Seamos afluentes y aquí
seamos carencia
fosforescente en la noche
las libélulas vuelan
Sucio el estanque
de tanto mirarse los hombres
en sus aguas
cae la eternidad abierta en pájaros
atento de silencios
el olmo
la sombra de la sombra
el oso
recogen la matriz sonora y vertical
Me veo de lejos, como si viera disturbios desde la ventana.
Allá, las piedras vuelan. Podrían ser pájaros.
Voy a desritmo, sin horarios y no tengo un plan.
En su lugar, tengo una habitación de invitados sin estrenar.
"Cuando llegó su turno,
a mi ojito derecho el espejo
le guiñó el ojo izquierdo
y se marchó".
Nací ciego, y ciego voy,
tropezando a cada paso,
lo que puedo decir
de las piedras, es su aspereza,
y su obstinada quietud.
la sombra de las brasas
no conocerá jamás la quietud de la ceniza
.
A continuación de lo publicado:
ResponderEliminarComo esperando la
pincelada,
la gota virgen de una regla
que llega sin llamada
En la siguiente estrofa:
ResponderEliminarDos ojos de corazón en brasas
sobre el signo de una ansiada inmediatez horizontal
Seamos la parte más baja de la humanidad,
ResponderEliminarhundiendo la barbilla en un campo de nubes
y no volvamos a vernos
fosforescente en la noche
ResponderEliminarlas líbelulas vuelan
Sucio el estanque
de tanto mirarse los hombres
en sus aguas
cae la eternidad abierta en pájaros
ResponderEliminarGracias, Ataúlfa, CC Rider y Anamaría...
ResponderEliminarcreo que está quedando muy curioso...
me acabo de dar cuenta de una pega importante, y es que debería poder tener la inmediatez de subir los comentarios uno a uno... Ahora he tenido que subir cuatro de una vez. El de Ataúlfa es consecutivo, pero los otros tres no han leído al anterior... Por eso dejamos abierta la posibilidad de que modifiquéis, suprimáis, alteréis el orden, lo que queráis...
un abrazo a todos desde este pequeño nacimiento-poema
la magia nos rodea
siguiente:
ResponderEliminaratento de silencios
el olmo
la sombra de la sombra
el oso
recogen la matriz sonora y vertical
gracias, querido hermano búfalo (y a los demás tb), por tu propuesta coral y por todo.
gracias, hermano búfalo,
ResponderEliminarcreo que está quedando un árbol muy curioso...
Creo no haberlo dicho: cada cual puede participar todas las veces que quiera...
ResponderEliminarno hay límites ni reglas
Ah, ¡qué buena idea, Stalker! Siempre me ha gustado jugar a esto, lo que pasa es que me gusta tanto el final de Óscar que no me parece añadir nada más... si se me ocurre algo más adelante, participaré.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me veo de lejos, como si viera disturbios desde la ventana.
ResponderEliminarAllá, las piedras vuelan. Podrían ser pájaros.
Voy a desritmo, sin horarios y no tengo un plan.
En su lugar, tengo una habitación de invitados sin estrenar.
"Cuando llegó su turno,
ResponderEliminara mi ojito derecho el espejo
le guiñó el ojo izquierdo
y se marchó".
Nací ciego, y ciego voy,
ResponderEliminartropezando a cada paso,
lo que puedo decir
de las piedras, es su aspereza,
y su obstinada quietud.
la sombra de las brasas
ResponderEliminarno conocerá jamás la quietud de la ceniza
Muchas gracias por la iniciativa, me gusta el resultado y, sobre todo, haber participado ;))
ResponderEliminarUn saludo.
maquinista,
ResponderEliminargracias a ti