viernes, 19 de agosto de 2011
briznas (19)
A veces uno siente que vive en un mundo extraño, extrañísimo. A veces uno se siente muy lejos de todo.
"El hombre es un extraño animal", decía Blanca Varela, y uno no puede menos que estar de acuerdo al contemplar la irracionalidad, el esperpento, la aberración masiva de los festejos con que se celebra al Sumo Hipócrita en la capital del "reino".
Al venerable anciano habría que preguntarle: ¿por qué no celebras la reunión de la juventud cristiana en Somalia? Ten valor, buen hombre. Hacerlo en los países ricos no tiene mucho mérito...
Ve a África y da la cara, diles que sigan muriendo por decenas de miles, que procreen hijos cuyas vidas serán segadas en gran medida gracias a tu prédica (lucha contra la anticoncepción, entre otras cosas).
Ten al menos ese valor, no seas tan cobarde, venerable, Sumo Hipócrita.
Pero no: en Madrid, todos los títeres juntos. Y todos esos jóvenes rindiendo pleitesía, coreando canciones ingenuas que hablan de fraternidad, amor universal, envenenados aleluyas: kitsch espiritual; devociones en masa, programadamente digestivas; confesiones en el Retiro, como si fuera una cadena de (des)montaje de la escasa interioridad que nos queda...
en la homilía edificante, el venerable se muestra preocupado por la persecución de que es objeto el cristianismo, y por la falta de valores que ha conducido, en gran medida, a la crisis actual (en sintonía con nuestros prelados más insignes, que dicen que el problema de España no es la crisis sino la falta de devoción; claro...)
El hombre es un extraño animal, y a una irracionalidad... sucede otra... anoche, la pasión futbolera, otra vez, desatando su furia "apostólica" en un concierto de alaridos estentóreos, en una desenfrenada orgía de sinsentido (pequeña descarga de fascismo tribal, asumido y aun alentado)
Una sociedad está muy enferma cuando necesita esos exorcismos colectivos, cuando no ha sido capaz de idear otra forma de canalizar la tensión: o bien la dirige hacia Dios y su principal mercenario en la tierra, o bien la encauza hacia la satisfacción de apetitos rastreros como la adhesión a los colores de un equipo de fútbol. Energía que sube y energía que baja: idéntica podredumbre, Jano bifronte de una misma ceguera.
Entre el Sumo Hipócrita y el delirio balompédico, ¿queda espacio para la vida? ¿Hay lugar para un poco de sosiego?
Observo a un gato dormir. Relamarse. Acicalarse. Y ahí está la vida. Tan cerca.
Los seres humanos la han sustituido por una cadena de simulacros, por una sucesión de irracionalidades.
Mientras tanto, el mundo se muere y nuestro ocio es sostenido por el trabajo de esclavos remotos y anónimos, en su mayor parte niños. Incluso bajo la contemplación estética más íntima, en un museo, hay un niño que llora y sufre, que es obligado a trabajar en condiciones infrahumanas para sostener nuestro ocio, nuestros paseos por los parques temáticos culturales de Occidente (museos, conciertos, librerías). Nuestras vacaciones las paga la sangre, el sudor y las lágrimas de otros. Eso cambiará cuando Occidente se derrumbe o avance en su lento crepúsculo, pero aún continúa siendo así. La mayoría prefiere ignorar este hecho, y lo entiendo, es más fácil vivir así. Otros aprendemos a soportar esa sorda impotencia, ese dolor, esperando a que llegue el momento oportuno para hacer saltar todo el podrido andamiaje por los aires.
Despertaremos de este sueño obsceno después de las barbaridades que nos aguardan en este siglo XXI.
(es muy triste hacer una entrada así; no habrá más "briznas apocalípticas")
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
14 comentarios:
efectivamente, Madrid duele estos días. Además nos pegan. Nos quitan las plazas.
Mil abrazos.
Me niego a ver la tele o la prensa donde sale el razinger z, no soporto esa parafernalia, y más desde que la calle vuelve a ser solo de ellos.
Si no fuese verano me encerraría a escribirme y a rayarme.
Un abrazo.
tu dolorosa lucidez es contundente.
ante esa humanidad prisionera, los animales son la revelación
los gatos permanecen fieles a su alma
reconocen su infinitud
la delicadeza de su trazo
la lamen cada día
hasta dejarla ingrávida y perfecta
abrazos que crecen
Evidentemente, Stalker, entre tanto detritus y basureros hay vida: briznas, muchas briznas...mas siempre me pregunto que si la cuestión no será que las briznas no aspiran al poder (luego a su conversión en basura) y por eso toman su lugar los detritus...Tremenda paradoja, contradicción y negación de nosotros mismos. Pero eso es la vida: el constante movimiento de lo imposible.
Un abrazo, tratando de amortiguar como se puede el dolor que nos provoca lo abyecto.
Y hoy, encima, 75 años del gran crimen, el real y el simbólico. Señor...he descubierto que Abel es en realidad Caín, pero disfrazado. La doble personalidad.
Luna, nunca os quitarán Madrid. No es de ellos. Las ciudades, los espacios, los resquicios...no son de ellos. Yo he vivido manifestaciones del 20N con brazos en alto en Madrid, me iba a otras calles. Madrid no era de aquellos (que son estos, tal vez)
Disculpa; ánimo.
a mí no me parece que esos jóvenes sean "ingenuos". son igual de culpables que aquél a quien reverencian.
esto da mucho asco, qué otra cosa decir. asiento.
abrazo-viernes
En esa brizna se halla tanta realidad...Y lo llaman apocalipsis. Pero no, no basta con entenderlo, ni con el deseo de aprehender lo real, ya no, y, además, hoy, quizás mañana también, no quedan ganas. Porque sí existe la vida, porque esa es la verdad y en ese intervalo me quedo.
Luna:
Madrid duele, pero dejará de doler
recuperaremos las plazas
First, we take Manhattan, then we take Berlin...
Abrazos
mjromero:
comparto ese deseo solipsista, esa intensidad...
dentro, quizá, la libertad, antes del yermo...
anamaría:
crezcamos en un gesto felino
acurrucado
abrazo-ahí
Fackel:
la lengua bífida, Jano bibronte, la Máquina dual: nuestra condena
contra la barbarie pontificia (y otras): perseverar, vigilar
cuidar nuestra ira
Laia:
es verdad que no son ingenuos. Confieso que he repasado el texto antes de publicarlo, para eliminar algún que otro insulto que se coló.
En un principio la idea era ser más radical, pero se impuso cierta "calma"...
otro abrazo
Ataúlfa:
la vida, en el intersticio más pequeño...
el "alma", ahí: entre dos adoquines
breve
/abrazo (éste no breve)
Todo esto asusta. Las imágenes que veo en la televisión me producen auténticos escalofríos. Me temo que han ido ganando terreno...Es terrible
Un abrazo
Publicar un comentario