martes, 22 de febrero de 2011
La paz en guerra
Patlabor II, Mamoru Oshii (1993)
He aquí mi tesis central : bajo la máscara del desarrollo en todas partes del mundo una guerra se lleva a cabo contra la paz popular. En las regiones desarrolladas no queda casi nada de ella.
Desde siempre la cultura ha impreso a la paz su significado. Cada ethnos –pueblo, comunidad, cultura- se ha reflejado, expresado simbólicamente y reforzado por su ethos de paz: mito, legislación, diosa, ideal. La paz es tan vernácula como la palabra. Retomemos a los judíos: consideremos al patriarca judío que, con los brazos levantados, bendice a su familia y a su rebaño. Invoca el Shalom, que traducimos por la palabra paz. Para el padre semita, la paz son las bendiciones de la justicia que el único verdadero Dios vierte sobre las 12 tribus de pastores recientemente sedentarizados.
Para el judío, el ángel anuncia Shalom y no la paz romana. La paz romana significa algo completamente diferente. Cuando el gobernador romano blande la enseña de sus legiones y la planta en tierra Palestina, no eleva su mirada al cielo. La vuelve hacia una ciudad muy lejana; impone la ley y el orden de esa ciudad. Aunque existen en un mismo lugar y en un mismo tiempo, Shalom y pax romana no tienen nada en común.
En nuestra época ambos términos han decaído. Shalom se retiró al reino privado de la religión, mientras que pax invadió el mundo como “paz” –peace, pace-. A lo largo de dos milenios de uso por las élites dirigentes, pax se volvió un polémico desván. Constantino la explotó para transformar la cruz en ideología. Carlomagno la usó para justificar el genocidio de los sajones. Pax fue el término que usó Inocencio III para someter la espada a la supremacía de la cruz. En los tiempos modernos, los dirigentes la manipulan para mantener el control del partido sobre el ejército. Invocada tanto por san Francisco de Asís como por Clemenceau, pax perdió los límites de su significado. Se volvió un término sectario y proselitista, ya sea que lo usen el establishment o los disidentes, ya sea que los países del Este o de Occidente se pretendan sus garantes legítimos.
La idea de pax tiene una historia rica e interesante, aunque sólo se haya estudiado pobremente. Los historiadores se han ocupado mucho más en llenar las bibliotecas con tratados sobre la guerra y sus técnicas. Términos como huo’ping o shanti parecen tener hoy un sentido relativamente relacionado con el de la antigua pax. Pero los separa un foso; no son en absoluto comparables. El huo’ping de los chinos es la dulce y serena armonía en el centro de la jerarquía del cielo, mientras que el shanti de los hindúes evoca principalmente el despertar íntimo, personal, cósmico, no jerárquico. En síntesis, no hay una “unidad” de la paz.
En su sentido concreto, la paz pone al “yo” en el centro del “nosotros” correspondiente. Pero esta correspondencia difiere de una atmósfera lingüística a otra. La paz fija el sentido de la primera persona del plural. Al definir la forma del “nosotros” exclusivo (el kami de las lenguas malayo-polinesias), la paz es la base sobre la que la gente del Pacífico emplea naturalmente el “nosotros” inclusivo (kita). Ahí se encuentra una distinción gramatical completamente ajena a los europeos y ausente de la pax occidental. El “nosotros” indiferenciado de la Europa moderna es semánticamente agresivo. Por eso, la búsqueda asiática de la paz debe considerar con gran circunspección la pax que no toma en cuenta el kita ni el adat (los ámbitos de comunidad). Aquí, en el Extremo Oriente, debería ser más fácil que en Occidente dar como fundamento de la búsqueda de la paz lo que es quizás su axioma fundamental: la guerra tiende a volver semejantes las culturas, mientras que la paz da la condición para que cada cultura florezca de manera propia e incomparable. De ahí se sigue que la paz no se exporta; la transferencia la corrompe inevitablemente. Tratar de exportar la paz es llevar la guerra. Cuando la búsqueda de la paz olvida este truismo etnológico se transforma en tecnología de la manutención de la paz: ya sea que se degrade en cualquier forma de rearme moral, ya sea que gire perversamente hacia la polemología (ciencia de la guerra) negativa de los estados mayores y de sus simuladores en computadora.
La paz es una noción irreal, puramente abstracta, si no se apoya en una realidad etnoantropológica. (…)
La pax economica enmascara el postulado según el cual la gente se ha vuelto incapaz de satisfacer por sí misma sus necesidades. Confiere a una nueva élite el poder de que la sobrevivencia de todos los seres sea tributaria de su acceso a la educación, a los servicios de salud, a la protección policial, a los departamentos y supermercados. La pax economica califica a los que subsisten por sí mismos como “improductivos”, a los que son autónomos como “asociales”, a los que tienen un modo de vida tradicional como “subdesarrollados”. Dicta la violencia contra todas las costumbres locales que no se insertan en un juego de suma cero.
En segundo lugar, la pax economica promueve la violencia contra el medio ambiente. La nueva paz garantiza la impunidad: el medio ambiente puede usarse como un recurso para ser explotado en vistas a la producción de bienes mercantiles y como un espacio reservado para su circulación.
Iván Illich, El espejo del pasado
Nota: la imagen del vídeo de Youtube tiene una escasa calidad. Quienes quieran apreciar la imagen del fragmento en todo su esplendor podrán hacerlo aquí (el doblaje es italiano).
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17 comentarios:
Impresionantemente lúcido. Gracias, Stalker!
Lo son, Bel, tanto Mamoru Oshii como Illich. Ya era hora de traer algo lúcido a este blog,
un beso
me voy a la hierba.
imaginemos que estamos plácidamente tumbados, cerca de casa (imaginemos también la casa), en la hierba. la temperatura es agradablemente cálida y tomamos un refresco mientras la familia está a nuestro alrededor disfrutando también este momento.
etcétera.
ok. la atmósfera ya está creada.
de pronto, reparamos que un gorrión pía desde una de las ramas de un árbol cercano.
¿qué debe sentir al vernos? ¿acaso no nos percibe permanentemente como una amenaza?.
nuestro estado de paz está en constante estado de guerra. por mucho que pueda parecer otra cosa.
¿qué podemos hacer, entonces?
el universo entero no creo que que se encuentre en ventaja respecto a nosotros en lo que a estado de paz/guerra se refiere.
entonces,
cerrar los ojos y sentir que el gorrión agradece nuestra presencia. beber un sorbo de nuestro refresco y echar un pedacito de almendra junto al árbol donde se posa el pájaro.
admitir la guerra y obrar relativamente en paz con actos de hermanamiento.
y, cuando el escenario no sea este que hemos imaginado, chillar un poco menos y aprender, con constancia, a piar sin miramientos.
querido hermano búfalo,
gracias por haber sido mi gorrión en esta tarde.
besos,
ò.
GENIAL Y NECESARIO.
ET IN TERRA PAX HOMINIS BONE VOLUNTATIS.
ADOLFO
hominibus debi poner
Terrible. Las imágenes que se me vienen a la cabeza son puramente medievales. El uso del poder religioso para trastornar todo significado positivo, en muerte, en persecuciones, en tormento.
Y nada cambia...
Querido hermano búfalo:
"chillar un poco menos y aprender, con constancia, a piar sin miramientos".
Esto, y que por supuesto me postulo como gorrión en tu día de hoy, para piar sin freno y no temer,
actos de hermanamiento, gasas y pasos para franquear el abismo,
abrazos y coces, qhb
Adolfo:
mil gracias por el inesperado y fulminante latín,
como soy un poco desconfiado, me permito sospechar del "Bone voluntatis" (¿quién establece quiénes son las personas de buena voluntad? ¿De acuerdo a qué código moral? ¿Por qué no una paz para los amorales y para los hombres de "mala" voluntad?)
Eres una caja de sorpresas,
un abrazo fuerte, sin corrección
Curiyú:
nada cambia y sin embargo...
"hay que detenerlos"...
abrazos
buenas stalker,acepto el reto y aclaro ese aún controvertido bone voluntatis hominibus.
recuerdo que significa hombres de buena voluntad es decir aquellos que hagan el bien.ocurrio que como siempre la sanctam catholicam et apostolicam eclesiam, como siempre cambio la frase para joderlo todo. y te lo dice un catolico.
ahora se dice a los hombre que ama el SEÑOR de forma algo torpe y excluyente..
No creo que tú seas precisamente amoral eres como yo entodo caso libre y politicamente incorrecto.
cuando se actua en libertad de conciencia seactua bajo un codigo moral y creo que tu lo tienes.
a lo mejor no te gusta, pero citare al de TARSO.
A VOSOTROS OS EXAMINARAN DEL AMOR.
Y PUEDES SEGUIR SIENDO QUIEN ERES SIN OBSTACULO ALGUNO.ESA ES LA BONDAD. BESOS ADOLFO
Querido Adolfo:
gracias por la glosa y la aclaración, y también por la cita del de Tarso (me hubiera gustado, eso sí, que no se cayera del caballo)
También deseo que seas políticamente incorrecto y que cuides tu ira como una rara flor. No otra cosa es cultivar eso que, a falta de una metáfora propicia, me tomo la impertinencia de definir como "el jardín interior",
un fuerte abrazo
Conmovedor. escalofríante. sin palabras Stalker.
Un abrazo.
Sí, muy interesantes reflexiones sobre la guerra solapada y la paz guerrera... No sé si la melancolía la pongo yo o está realmente ahí.
Lola:
me uno a tu silencio,
un abrazo mudito
Belnu:
quizá las cosas; está ahí y uno puede proyectarla, diseminarla... hoy querría textos que cuiden tu melancolía,
un abrazo
Stalker,
lo único que sé es que en las revoluciones que se están produciendo en los paises del medio oriente yo estaría en las plazas jugándome la vida. También sé que después, ese justo revolucionario que ostente el poder, se volverá un asqueroso corrupto.
Y también sé, que si ahora se produce una revuelta, una revolución para asustar, para echar, para cagarse en todo, contra las hipócritas democracias, yo estaría ahí. Porque las democracias europeas me dan asco.
Dónde y cómo podremos acabar con todos estos...
Say:
me uno a tu indignación respecto a nuestras democracias...
nunca he ocultado mi ideario abiertamente anarquista, cosa que me ha reportado no pocos problemas (en el instituto, en la universidad, en todas los lugares que trasmiten los valores institucionales prefabricados). Intento conciliar eso con la idea de la no violencia, pero... acaba uno por hartarse... y la ira prende dentro, inflamable...
No voy a salir a la calle a quemar contenedores... aún... pero si aquí prende la revolución, si es necesario, habrá que estar en la calle,
pero esto no va a ocurrir porque la nuestra es una sociedad que no quiere perder sus privilegios. Hoy es domingo: basta observar los rostros de los paseantes: funcionarios, empresarios, familias risueñas, cómodas, sobrealimentadas, con mentes destruidas por toda la basura que les ha inculcado la demencial cultura de los expertos que gobiernan nuestra vida (profesores, médicos, psicólogos, medios informativos, etc). Matarían por defender su estilo de vida y el monopolio (la superproducción estandarizada) de los afectos, las pulsiones, las derivas de nuestro mundo.
De este Matrix, me temo, queda mucho para despertar, pero llegará el día en que bailaremos en las ruinas de nuestra civilización, y podremos empezar por fin a vivir, después del simulacro,
un abrazo fuerte
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