La Realidad como una enorme Maqueta en la que imaginamos el vicio de la existencia: percatarnos de esos montes que obreros secretos hacen y deshacen cada noche, de esos edificios espectrales que se guardan en camiones apresurados y luego se vuelven a montar con el alba, el cielo pintado laboriosamente cada amanecer para ocultar las rancias estrellas de neón. Apercibirnos de la verdadera naturaleza de esos coches, conducidos por muñecos hinchables, de esos rostros que te amedrentan en las ventanillas de un banco o una administración murmurando un único estribillo servil.
No oímos el ruido de los engranajes porque nos han enseñado a temer el silencio.
Pero haced vuestra, siquiera por un instante, una quietud mineral, una reconciliación de vuestros sentidos en un sentido subterráneo, un metaoído que haga aflorar la trama.
Oíd entonces, en cualquier parque, en toda conversación, en toda esquina, la insinuación de un engranaje apenas perceptible.
Y echaos a temblar.
sábado, 20 de septiembre de 2008
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6 comentarios:
Arp escribió algo duro pero muy gráfico sobre la violencia que le causaba la incontencia del hombre como fábrica de ruidos. Y siempre pensé que eso actuaba como una cortina de humo para no enfrentarse a su propio yo en silencio.
Esta reflexión tuya a estas horas de la noche.. no estarás atento al engranaje?
Intentaré buscar ese texto, creo que describe igual de bien lo mismo de lo que tú hablas (y sí, da miedo..)
Sí, condesa, escucho el engranaje a estas horas...
¡Y también lo escucho dentro de mí! ¿Qué resquicio nos queda, qué cauce o punto de fuga? ¿El arte? ¿Momentos compartidos? Quizá la magia de que dos personas que no se conocen y nunca se han mirado a los ojos compartan, de noche y desde la distancia, un momento como éste.
Inesperadas y gratas confluencias.
Paso por aquí para avisarte de que colgaré el texto que te mencionaba ayer en mi próxima publi, es un pelín extenso y no quiero largarte aquí un rollo plomizo.
Voy a practicar eso del metaoído (eres un inventor de palabras, lo adoro!) a ver si descubro el intríngulis de mi propia maquinaria.
¡Estaré atento al texto de Arp para cazarlo al vuelo en tu blog!
Para practicar el metaoído, sé paciente, ponle un cuenco de agua a tu resonancia y deslízate por las fisuras del "lejano interior". (Sopla: ¡me parece que no he dicho nada coherente!)
Abrazos
ya está!
Bueno, parece que coincidimos siempre a horas intempestivas! No tienes por qué disculparte, uno comenta lo que le da la gana, lo que le provoca un par de líneas o nada en absoluto. La compañía se agradece igualmente.
A mí me pasa todo lo contrario, a veces peco de incontinencia verbal y tengo que cortarme.
Acabo de leer una cosa que me ha gustado, poesía es lo que se mueve, prosa es todo lo demás.. no me gustan las etiquetas, pero creo que es una buena definición.
Y creo también que a veces quedarse sin palabras es lo mismo que asentir y es suficiente.
Me retiro a mis aposentos
saludos
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