domingo, 28 de abril de 2013

La luz en los párpados



No os perdáis este pequeño y maravilloso poema visual...

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jueves, 25 de abril de 2013

annuttara samyak sambodhi

 


El bodhisattva Apratishthita preguntó:
-Todas y cada una de las ocho conciencias son producidas junto con las dieciocho esferas sensoriales por condicionamiento. ¿Cómo es que son inmóviles?
El Buddha contestó:
-Todas las esferas sensoriales están originalmente vacías de existencia inherente. Similarmente, todas las conciencias están originalmente vacías. Estando vacías, sus naturalezas no están sujetas a condicionamientos. ¿Cómo podrían entonces estar producidas por condicionamientos?
El bodhisattva Apratishthita preguntó:
-Si todas las esferas sensoriales están vacías, entonces ¿cómo puede haber visión?
El Buddha respondió:
-La visión es de hecho ilusoria. ¿Por qué? Porque las miríadas de cosas existentes son no-producidas y carentes de signos. Originalmente no tienen nombre por sí mismas y están vacías y serenas. Este mismo es también el caso de todas las características de los dharmas. Con los cuerpos de todos los seres sensibles también pasa exactamente igual. Y si estos cuerpos ni siquiera existen realmente, entonces ¡cuánto menos podría hacerlo la visión!
El bodhisattva Apratishthita dijo:
-Si todas las esferas sensoriales están vacías, todos los cuerpos están vacíos, y todas las conciencias están vacías, entonces la iluminación también debe estar vacía.
El Buddha respondió:
-Todas y cada una de las iluminaciones tienen una naturaleza indeterminable que no es destruida ni aniquilada. No son ni vacías ni no vacías, ya que está libres de vacuidad y de no vacuidad.
El bodhisattva Apratishthita observó:
-Es también igual para todas las esferas sensoriales. No están marcadas por la vacuidad y sin embargo deben de estar marcadas.
El Buddha asintió:
-Así es. Las naturalezas de todas las esferas sensoriales son originalmente fijas. Las bases de esas naturalezas fijas no están localizadas en ningún sitio.
El bodhisattva Apratishthita dijo:
-Afirmaste antes que en el perfecto despertar inconcebible, el lenguaje se detiene y es erradicado.
El Buddha dijo:
-No es exacto. El lenguaje ha sido erradicado antes, se ha suspendido y detenido desde el comienzo sin origen. Lo que se detiene en el perfecto despertar inconcebible es un simulacro de lenguaje, un fantasma de lenguaje, una infección del lenguaje. El fuego fatuo del lenguaje más allá del perfecto despertar no es aplicable. El simulacro se detiene y algo empieza a hablar, sin un yo como soporte.

"El sutra del samadhi diamante" (Vajrasamadhi sutra, tr. Kepa Egiluz y Dokusho Villalba)

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lunes, 22 de abril de 2013

miércoles, 17 de abril de 2013

asomarse

 
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hoy os quería invitar a observar un momento estas imágenes...










 
son fotogramas que seleccioné de una película o documental hace tiempo, los guardé en una carpeta y olvidé escribir el nombre de la obra y su autor, que ahora no recuerdo... un detalle sin importancia porque lo que mueve aquí, lo que se insinúa aquí, es el pequeño instante desnudado por la mirada
 
situarse en el borde mismo de los ojos, al filo del mirar: dejar ser al "ser" que en ese preciso instante devenimos
 
descubrir la serenidad en ese puro borde del mirar: asomarse
 
 ¿qué hay al otro lado? ¿es visible el envés de la hoja, lo real, si nos detenemos ahí como pequeños caracoles y la atención se da, o se abre, nos implica o nos confirma?
 
¿es la alegría el otro lado?
 
¿al mirar somos la nervadura, el tallo, el injerto, la savia, la lentitud vegetal, o seguimos siendo conciencia animal, movimiento y adentro?
 
mirar así tal vez revela el fondo de euforia que hay en la vida misma al desplegarse, silenciosa, y tocarnos suavemente
 
mirar así tal vez nos pemirte restituir a los otros su oro, recuperar el fuego callado dentro de las cosas, concebir cada instante como una fruta madura, conmovernos
 
mirar así tal vez nos permite ser la mirada, lo mirado y el mirar mismo
 
lo pequeño antes del lenguaje, la huella previa a las genealogías, la ternura
 
eso y el calor de los tibios rayos mientras las ramitas tiemblan, tiemblan
 
 

domingo, 14 de abril de 2013

La enseñanza



1928, isla de Shodoshima, Japón. La joven maestra Hisaki Oishi inicia su tarea de profesora a cargo de doce niños de primaria, los entrañables veinticuatro ojos que la mirarán en su primer año de clase. Al principio, los métodos de enseñanza poco ortodoxos de la nueva maestra y su moderna visión de la enseñanza provocan cierto recelo en la comunidad isleña rural, pero pronto niños y adultos caen bajo su irresistible encanto. En unos pocos años, la Segunda Guerra Mundial cambiará sus vidas para siempre...

"24 ojos" (1954), de Keisuke Kinoshita, es la experiencia de la ternura, la experiencia de la enseñanza, del paso del tiempo, de la transformación, de la atención y el cariño en un mundo sometido a un cambio permanente y a veces violento

los veinticuatro ojos juegan al trenecito al son de esta dulce onomatopeya:

shu shu shu - shu shu shu

así cantan

así viven

es la imagen del cartel de la película: una instantánea inolvidable donde no hay nada que decir, donde todo queda dicho ya en el instante del juego y el descubrimiento compartidos



"Aprender era un placer intenso. Aprender equivalía a nacer. Se tenga la edad que se tenga, el cuerpo experimenta entonces una especie de expansión.

El universo se dilata: de pronto se abre una puerta donde no había puerta alguna y el cuerpo se abre con esa misma puerta.

El cuerpo antiguo se convierte en otro cuerpo. Un país desconocido se extiende o avanza a toda velocidad y crecemos con lo que crece. Todo lo conocido cobra un nuevo sentido, atrae una nueva luz, y todo lo que hemos abandonado regresa de repente a la nueva tierra con un nuevo relieve todavía inexpresable, porque no era posible preverlo.

Desafíos que no conciernen a nadie se descubren de pronto en el azar de una consecuencia que no habíamos buscado. Eso es aprender. Caen las barreras y, al caer, desaparecen las distancias. Eso es aprender. La oscuridad del bosque se desvanece. Aumenta el recorrido del viaje.

No hay que enseñar a quien no siente alegría al aprender.

Apasionarse por lo que es otro, amar, aprender, es lo mismo."

Pascal Quignard (tr. Encarna Castejón)


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miércoles, 10 de abril de 2013

La obediencia



Hace más de un año que abandoné esta bitácora y en ese tiempo han cambiado muchas cosas en el tejido social y político a nivel nacional y europeo. Siempre hemos sabido que vivíamos en un simulacro de democracia (uno más entre otros simulacros) pero nunca como hasta ahora el cinismo, la mentira constante, la abierta depredación, la más rotunda abyección habían sido tan obvias, tan manifiestas, tan sangrantes como en estos tiempos de manipulación política y mediática. Un gobierno represor, corrupto e incompetente (y cuya acción en el asunto de los desahucios y en los recortes sanitarios ha provocado muchas muertes; y esto, hay que decirlo abiertamente, se define como criminal). Una monarquía intolerable y antediluviana, formada por asesinos de animales y ladrones. La atapuercana jerarquía eclesiástica que vuelve a campar a sus anchas y acaba de entronizar a un nuevo hipócrita en el solio de Roma. Unos medios de comunicación sin escrúpulos, que sesgan la información y trabajan para la ceguera y la sumisión colectiva, criminalizando el menor atisbo de desobediencia civil, designando como violencia todo lo que se sale de los márgenes del código cívico que ellos mismos han escrito (para defender los privilegios de las clases dominantes). Una Europa vendida a los especuladores financieros, a los arquitectos de las tendencias sociopolíticas, que se encargan de desmontar el relativo y precario Estado del bienestar que habían logrado las naciones occidentales en el capitalismo tardío.

Todo esto son obviedades que han sido diagnosticadas con gran precisión por algunas mentes lúcidas. Pero en todo ello hay algo menos obvio, algo muy inquietante y que nos afecta a todos: las razones por las que la población no se rebela contra este estado de cosas, las razones de la apatía, la sumisión, el inmovilismo político y social. Nos encontramos en una balsa de aceite, en una especie de resignación colectiva, muy preocupante y que causa una gran perplejidad. Algunos pensamos que con el caso Bárcenas algo estallaría, que la sociedad se movilizaría al fin, pero no ha pasado nada. El 15-M parece diluido, aletargado. Las protestas son pequeñas, sectoriales, difusas, ineficaces: los médicos por un lado, los profesores por otro; los bomberos en otro lugar (sólo la PAH está logrando algo, con su valentía y constancia). No se ha gestado un gran movimiento dinámico, una efervescencia mental, creativa, subversiva, que active las conciencias dormidas en un gran grito, en un gran frente de resistencia frente a la impunidad reinante y el desparpajo con el que nos ciegan día a día sin que movamos un músculo.

No cabe duda de que estamos en la sociedad más obediente de toda la historia, y me gustaría saber cuáles son las razones de esta apatía, de esta ciénaga en la que vivimos. Creo conocer algunas: los que hemos nacido en la democracia, hemos llevado una existencia cómoda, donde los aspectos básicos de la vida se daban por sentados. El consumo nos ha desactivado como seres políticos, ha domesticado nuestra conciencia con el sueño del progreso ilimitado, ha saciado nuestra inquietud con evasiones diversas (productos culturales, viajes a bajo coste, medios de comunicación...). Hemos sucumbido al gran sueño hipnótico del Mercado Universal, a la gran fascinación de la fiesta consumista, depredadora, adocenada, como marionetas teledirigidas cuyos hilos empiezan ahora a ser cercenados. Si miramos alrededor, encontramos una población embrutecida con el fútbol, enajenada en las redes sociales y los iphones y smartphones de última generación (tecnologías que han sido concebidas para el control social, para inducir un estado de somnolencia permanente, para disolver el impulso político en una falsa ilusión de comunidad), alienada por los cotilleos televisivos, el imperio de las modas, el gran hastío de la noria consumista. Los medios de comunicación, la familia, el mercado de trabajo y el sistema educativo nos han inoculado la obediencia hasta el extremo de que cuando se cercenan los derechos no hay reacción posible, no parece haberla, y quien se resiste enseguida es estigmatizado como "violento": porque pretende escapar al rebaño que corea un único estribillo servil.

Por mucho que organicemos el olvido y la indiferencia a escala nacional y europea, por mucho que nos ceguemos a esta realidad, no puede negarse que la solidaridad es prácticamente inexistente más allá de la ética de proximidad (los lazos familiares y de amigos). No estamos dando una respuesta global y solidaria a esta crisis sistémica, a este cambio de paradigma en el que estamos inmersos y que nos degrada. Este invierno, quien aún puede permitírselo sólo ha pensado en irse a esquiar. Quien aún puede consumir, sigue consumiendo, viajando, disfrutando de los placeres del mundo en el que ha sido educado y para el que no concibe ninguna alternativa. Quien aún se lo puede permitir sigue llevando la vida de siempre, ignorando el sufrimiento ajeno, el sufrimiento próximo de tanta gente desamparada y también el sufrimiento lejano, cómodamente invisibilizado, de tantos niños esclavos, de tantos seres humanos masacrados en otros continentes, de tantos animales asesinados y ecosistemas destruidos...

Seguimos en nuestro sueño, gestionando nuestras precarias vidas, nuestros afectos, nuestros pequeños vínculos, como islas independientes, egocéntricas, insolidarias... mientras, y ante la apatía generalizada, seguimos avanzando en la devastación ecológica inminente, inconscientes de las repercusiones medioambientales de nuestros actos cotidianos, ignorando la extinción de especies de plantas y animales, la barbarie genocida de la industria cárnica, la génesis secreta de las guerras venideras, etcétera...

A este paso, el mundo será un lugar difícil de habitar dentro de un siglo. Sólo un ciego no lo vería. Pero persistimos en nuestra indiferencia, en la defensa de nuestras pequeñas existencias en detrimento de un movimiento colectivo y un cambio de actitud que pasa, inevitablemente, por la conciencia ecológica, el decrecimiento, el respeto a toda vida, próxima y lejana; y la creación de vínculos solidarios, comunitarios, con nuestro semejantes y también, especialmente, con los que no están tan cerca: los seres que sufren lejos, los animales, las plantas, los otros, los siempre otros...

Es hora de romper nuestra inalterabilidad respecto al alter, el silencio petrificante, la ciénaga de la mente, la todopoderosa apatía tribal.

No seré tan ingenuo como para excluirme de este diagnóstico. Me aplico estas palabras a mí mismo en primer lugar. También tengo que activarme y despertar. Dejar de hablar y actuar de algún modo. Como todos nosotros. Porque todos somos responsables, nos toca a todos. Esta ignorancia e indiferencia somos todos.

Ha llegado la hora de indagar en las causas de esta obediencia total y empezar a abrir brechas en ella.

PD. El otro día encontré un vídeo de Iñaki Gabilondo en la Cadena Ser que habla de todo esto. Es obvio que este periodista no es un revolucionario ni pretende aniquilar el statu quo, pero se pronuncia con mucha serenidad y hace un diagnóstico muy preciso de la situación actual. No os perdáis este vídeo, por favor:
 
y pinchad también en esta viñeta para leer su contenido, no tiene desperdicio:

 
                           Imagen: viñeta de Miguel Brieva

sábado, 6 de abril de 2013

De poemas y animales

Estepa del Hambre (Kazajistán), mientras la luz declina


Mazhilis, Aizhan. Poeta y pensadora en lengua kazaja, rusa y china, nacida en 2027 en Almaty (Kazajistán), fallecida en 2109 en la selva interior de Tailandia. Es difícil separar la biografía mítica de esta autora de su vida real, habida cuenta de que ella misma se encargó de mezclarlas en su autobiografía Desierto con fondo de niña, en la que afirma que "todos los niveles de realidad están interconectados: lo que consideramos el Mundo no es más que la realidad básica, carente de un estatuto ontológico y vital privilegiado respecto a los niveles oníricos, trans-reales, sub-reales, animales y vegetales que gobiernan el mecanismo de la existencia en un sentido amplio y sin prejuicios; todo existe dentro de su marco de referencia y en relación a un acto de percepción. La vida son trazas cognitivas, sus sedimentos y los residuos que dejan esas trazas". Pasa la infancia en una remota aldea en las inmediaciones de la Estepa del Hambre (el gran desierto kazajo), y allí experimenta su primer encuentro con los Animales Totémicos, unas presencias supuestamente venidas del futuro y que le revelan mantras ocultos y el arte de la metamorfosis del linga sarira o cuerpo sutil. En cierto sentido, toda la obra de la poeta será un intento de desplegar, profundizar, poner a dialogar e incluso refutar esas visiones experimentadas durante la infancia. En 2045 se traslada a Shanghai, donde cursa estudios de Filosofía y Literatura Comparada, y estudia latín, griego clásico, sánscrito y japonés. Llegará a dominar doce idiomas y se interesará por la astronomía, la neurobiología, los ritos funerarios, la pintura abstracta, el universo de los gatos, el universo de los insectos, el cine filipino, la literatura védica, shamkhya y budista, el haiku, la vida secreta de las plantas. En 2054 defiende la tesis doctoral "Pensar la Seda. Influencias de la filosofía oriental en la Grecia clásica". En 2056 defiende la tesis doctoral "Poéticas del Kali Yuga", donde estudia a doce mujeres poetas de los últimos doscientos años  y desmonta los apriorismos del canon androcéntrico. Publica su primer libro de poemas, Ocurre, en 2057, dos días antes del estallido de la Tercera Guerra Mundial. Aunque en un principio abandera la causa del Frente Unido Oriental, nadie como ella llora la destrucción de las principales ciudades de Occidente y la aniquilación de su cultura, que siempre amó. Las lágrimas del Eón y Sin mundo. Lobos denuncian el horror de la guerra y su propia condición de exiliada: pasa los siguientes quince años entre Sudáfrica y Madagascar, huyendo de la devastación química y bacteriológica que en la época asola buena parte del Asia Central. En los bosques de Madagascar vuelve a entrar en contacto con los Animales Totémicos, que le muestran talismanes kármicos, le enseñan a comunicarse con las plantas y le ofrecen los rudimentos de la Teoría Psíquica Fractal, un sistema de equivalencias homeomórficas para describir el universo y la conciencia, que desarrollará en obras posteriores. Más tarde Aizhan afirmará que en aquellos bosques se trasvasó por primera vez a una conciencia animal, en concreto la de un insecto. No puede traducir la experiencia en palabras pero a cambio intenta expresarla en la serie de acuarelas "Vestigia" (actualmente forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo de Shanghai). A su regreso a Almaty publica Infancia sin persona, las Karuna-Karikas y el que será unánimemente considerado su mejor libro: El Detrás, donde emprende una deconstrucción de la mirada y de todas las formas de cultura y pensamiento que el ser humano ha articulado desde el Neolítico hasta la posmodernidad y la Nueva Edad Sombría. Un libro lúcido, exasperado, difícil, "singularmente liberador en su desolación", como dirá Xi Jing-Ping, estudioso de su obra y también poeta. La profesora Jiang Li Quiao dirá a propósito de este libro: "Aizhan Mazhilis siempre negó la trascendencia y se burló de la supuesta espiritualidad que se le atribuía, pero caben pocas dudas de que en El Detrás hay un impulso ascético y extrañamente religioso que la acerca a Pascal y a Simone Weil, a la dulzura panteísta de Tao Yuanming, a los sutras del Shin Jin Mei, a la poesía fracturada de Natsuki Hikari (su estricta contemporánea, amiga y rival); todo ello removido y como furioso, dislocado, fugado de sí mismo. Tal vez no sería desacertado postular que el centro de su obra está habitado por un exótico materialismo espiritual, un agnosticismo epidérmico, sísmico, inabarcable, que no renuncia a la inquisición permanente pero intuye, a lo lejos, como entre brumas, una especie de catarsis cósmica. Aizhan siempre se colocó entre el ojo y el miedo, no dejó de afilar las preguntas y, por mucho que esto pueda sonar a tópico trasnochado, escribió como amó, amó como vivió: desmesuradamente". Tras este libro se abre un período de silencio de casi veinte años, que en 2091 romperá con la trilogía poética Ranas, Psychés Anarchos y Tratados de cosmología y erótica felina, donde aflora la reconciliación con el ser humano y con la vida después de un proceso de intensa indagación personal que se manifiesta en una renovada depuración estilística ("Aprender a cantar, después de pulverizar el lenguaje", dirá en una entrevista). Poco después fija su residencia en Bangkok (Tailandia) y participa activamente en la reforestación de la selva y la recuperación de la fauna autóctona, que aún sufren los estragos de la  guerra anterior. De esa época data su último encuentro con un Animal Futuro: la criatura le transmite el arte de la transrealidad (neurostasis o visión-fuente) y le anuncia el advenimiento de La Brecha, singularidad que, en algún momento de los próximos siglos, marcará el inicio del declive del linaje humano. Por último, se retira a una antigua y apartada ermita budista y en ella escribe el libro de aforismos Palabra salvaje, los poemarios Los venenos, Amar en el Kali Yuga y El corazón oblicuo, la anteriormente mencionada autobiografía Desierto con fondo de niña y el que será celebrado como su libro más filosófico, extraño y visionario, Nullis Ocullis 2187, dilatado conjunto de versículos en tres lenguas (kazajo, chino y ruso), donde pretende fusionar los misterios de Eleusis, la cosmología samkhya y los mitos precolombinos al hilo de la revelación de los Animales Totémicos y su propia experiencia en la jungla tailandesa. Muere una mañana de octubre de 2109, repentinamente, cuando se dispone a curar la pata de un tigre que había caído en una trampa. Los monjes theravada la encuentran cerca del animal, que lame su rostro intentando reanimarla. En su testamento confiesa haber escrito una obra secreta, paralela a su obra visible, un conjunto de libros rigurosamente inéditos y depositados en una caja fuerte en el Centro Superior de Estudios Panasiáticos de Neo-Pequín: una obra que es como una sombra, un espejo, una perfecta refutación de su obra pública. Sus albaceas, la comunidad budista tailandesa, podrán abrir la caja fuerte y dar a conocer su contenido en 2187.

Además de ser considerada la mejor poeta del siglo XXI, Aizhan Mazhilis odió la ilimitada depredación humana, el egoísmo ancestral, la falta de sensibilidad, la falta de atención, la ignorancia. Amó a los gatos y a los niños, los lugares apartados, la delicadeza de los pequeños gestos, la belleza que herrumbra a los seres y las cosas.

 

Fuente: Enciclopedia de Literaturas Panasiáticas, Akira Junichiro (comp.), vol. XIV, Osaka: Mizuki Publishers, 2154.
 
 
 
 
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jueves, 4 de abril de 2013

De la experiencia interior


 
 
Ojos cerrados siento que despierto & entonces

                                                     despierto pero

                                                     decido

mantener cerrados los ojos, mirar dentro, permanecer dentro, en la amplitud y lo oscuro de eso, si fuera un jardín qué plantaría en él, por ahora estoy

viva creo que siento quiénes entre vosotros me diréis

                                                     después de todo este tiempo

la diferencia & una vez más estoy viva & qué significa eso yaciendo aquí ojos

                                                     cerrados primer invierno la mañana que se cierne,

                                                     sí, es el principio del invierno es lo que

                                                     mi cuerpo

                                                     percibiendo un nuevo des-

equilibrio dice, hipnotizado, temblando con ficción, amor, la sensación del tiempo que pasa,

                                                     & el miedo de la a-

                                                     temporalidad, & es el

                                                     juego del cielo la mente

                                                     dentro de este cuerpo que yace aquí aún

                                                     vivo por

                                                     ahora

piensa - si sólo pudieras ver mi cuerpo y más allá de mí las tres ventanas en la habitación

                                                     dejando entrar lo

                                                     no inventado - y cuán cierto es

                                                     por los ojos

cerrados en mi ser humano que yace en la habitación, observando con plenitud, toda conquista

sustraída al aire - aquí podrías decir dios lo posee todo, es la descarga de la duración,

                                                     el suelo los vidrios el espejo el único tallo de la

fresia el marco dorado las sillas de pie de león y los huecos de los árboles

                                                     aún

                                                     en los suelos que alguien dispuso en 1860, los

agujeros de las polillas aquí y allá, legados por esas criaturas de antaño, no mucho después

de la contrarrevolución, los disturbios -& el naufragio, aquí, de la conciencia - mientras los ojos

                                                     de las personas

                                                     permanecen cerrados - más allá de los límites del pensar - (& ¿quién soy yo entonces?) (& no vayas allí dice mi mano cuando la necesito, mi

                                                     mano, aquí, en esta

                                                     escritura)- y sin embargo

estoy aquí, yaciendo en la cama, los ojos cerrados

                                                     manteniéndolos cerrados, dios nos lo debe

                                                     todo

pienso desde aquí, no hay dios pienso yaciendo en la no oscuridad de la mente, ojos

                                                     cerrados, mientras oigo a los cuervos graznar

                                                     en los vecinos

árboles, el bieldo en el campo cercano - quiero rezar dice la persona tras los ojos - no

puedes hacero digo con estos dedos - quiero hendir la oscuridad con la idea de Dios dice

la persona insomne a su espalda a inicios del siglo XXI, tratando de aferrarse a la

duración que se fuga, se fuga, mientras hablo mientras escribo, traductora activa, mira

                                                     puedo convertir en un cuento este sol desfallecido

                                                     puedo reiniciar el verano aquí están

                                                     sus golondrinas acaban

                                                     de regresar

                                                     alza

la vista - pero no, no regresaron tras ese año, esperamos - pero aquí están

                                                     otra vez, no te dejes

                                                     engañar, aquí, rompiendo sus círculos

en el aire de la tarde, y aún hay sol cuando los niños se van a la cama, aún decimos

irse a la cama, es una costumbre, y la campana toca a vísperas, o es una grabación,

y en algún lugar aún debe hacer un hábil animal escarbando un largo túnel

bajo este extraño y duro suelo, hallando humedad en él, removiéndolo, grano a grano,

                                                     tal vez aún

                                                     la criatura

                                                     que al ser

                                                     conocida

                                                     es conocida como

                                                     el ciego topo

                                                     en algún lugar

 

 

Jorie Graham, "De la experiencia interior" (tr. Stalker)
 
 
 
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lunes, 1 de abril de 2013

Despertar



"Los que sueñan que están bebiendo en un banquete, al amanecer lloran de pena. Al contrario, los que sueñan que están llorando, al amanecer se encuentran divirtiéndose en el campo. Cuando sueñan no saben que sueñan. Al despertarse ven que no ha sido más que un sueño.
Sólo con un gran despertar se puede comprender el gran sueño en que vivimos. Los estúpidos se cren muy despiertos".

Chuang-Tzu