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Me cago en la cruz
Desprecio cualquier cruz.
Soy puro.
Soy puro.
Soy puro.
Soy puro.
Desprecio cualquier signo.
Sólo creo máquinas urgentes de utilidad.
Nunca más haré caca.
Antonin Artaud, Para acabar de una vez con el juicio de Dios, (trad. Ramón Font)
Imágenes: diversos rostros de Antonin Artaud en los 52 años en que estuvo en este mundo
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Me cago en la cara de Artaud (qué pura soy). Me cago en su gesto y en su vejez como último exponente de la locura. Defeco en su locura. Defeco en la electricidad, en su cabello. En lo que se le rompió por dentro para no volver a mirarnos encima debajo de san Juan sus ojos blancos, las arrugas en mi dedo, qué dibujo, otra exclamación.
ResponderEliminarHubiera tocado su cara con todos mis dedos llenos de kali. De venganza. De hierro.
Hubiera tocado.
Hubiera besado hasta corromper su piel y la mía, hasta hacer brotar unos labios por el beso de lo que eran.
que me hubiera sangrado encima de la piel. Sólo así podía ser piel.
Que hubiera cagado. Sólo así podía ser humano.
cagome...
ResponderEliminarahora salgo con el perro, a cagar...
joder.
magnifica entrada de palabras con fotos
ResponderEliminarAbrazos
El principio mismo está en su carne y de lo que el expulsa, sin cobardía, la tendencia al ejercicio natural de sus facultades. Excelente entrada S.
ResponderEliminar“Tenemos menos necesidad de adeptos activos que de adeptos turbados”
¿Hacia dónde miras
ResponderEliminarmientras la realidad se deshilacha
y te atraviesa?
¿ tal vez al lugar sangriento del milagro?
el pedazo de piel que cuelga
mordido por lo real
un gusano de luz se arrastra entre jirones
la sorpresa diseca la pupila
en balbuceo
caes hacia los intersticios
salta el grial de tu bastón
y un pájaro te chilla sobre el hombro
el ojo con la ausencia encontrada
cercena los delirios
Y miras ya volcado al destierro
al acecho
desde el barrote gris
con el perro en la lengua
lamiendo la víscera abierta
la pureza...
(estremecedoras imágenes )
abrazos, Stalker
Terrible demonio, terrible, nada de cruces...
ResponderEliminarMe da rabia cuando Artaud es utilizado. Esta sociedad que le gusta epatar, que busca “lo extravagente”, para usarlo como espectáculo. Esta sociedad que cuando toma algo para su conveniencia, lo corrompe y trivializa hasta la nausea. Hasta el asco.
ResponderEliminarArtaud, el despedazado de verdad. El flujo de una conciencia en el verdadero dolor, el verdadero sufrimiento. No era un juego poético. Es doloroso leerlo, y beneficioso, pero es que su lenguaje no es literatura, es escritura viva. Por eso él rechaza e insulta el arte, la literatura, estamentos podridos donde todo se falsifica.
todos son utilizados, desactivados, deshabitados... los encuentras en el supermercado y huelen a chorizo de pamplona, los han empantanado, nos encanta apestarlo todo...
ResponderEliminarlas bombas huelen a chorizo...
besos stalky
Saltamontes:
ResponderEliminarespléndido, de verdad...
no puedo hacer más que animarte a seguir siendo monte y saltar por este blog cuando te apetezca,
te pondré un poco de hierbita fresca para tu descanso y solaz,
un comentario de veras espléndido,
un abrazo
Bashevis:
ResponderEliminarcuando sales a pasear con el perro, es casi imposible decir quién es más animal, si el perro o tú, yo no sabría decirlo,
dentro de poco, en lugar de cabellos tendrás hiedra, raíces en lugar de vasos sanguíneos
serás el perfecto vegetal móvil, un animal que hará la fotosíntesis,
salve
Recomenzar,
ResponderEliminarbienvenida, y un saludo
Querido CC Rider:
ResponderEliminarnecesitamos esta santa locura, este desasosiego fecundo, tan artaudiano, para subvertir los credos, la servidumbre, la intextinguible sed... toda la viguería, el encofrado que sostiene nuestra cultura mental,
siempre he visto en Artaud a un lúcido furioso, un espíritu realmente demoledor (y demolido),
un abrazo
Anamaría!
ResponderEliminarfantástico poema vincula las últimas entradas en una sola: con ese hilo de delicadeza que sabes trenzar-decir-cantar...
"con el perro en la lengua
lamiendo la víscera abierta
la pureza..."
A esa pureza quiero afiliar mis exasperaciones, uncir mis abismos, adherir el íntimo dolor impronunciable que llamamos mundo
un abrazo lenguajizadamente canino...
Joven:
ResponderEliminarun terrible demonio llamado lucidez, espasmo, teatro de la crueldad, voladura de los diques racionales, liberación de los flujos del deseo...
tanto por aprender de él, aún...
Querida Say:
ResponderEliminartu ira delicada siempre tan penetrante, tan imprescindible
en efecto, Artaud ha sido consumido como producto "maldito" por la fábrica de estereotipos de la industria cultural, que lo reduce todo al absurdo y proyecta a autores que han tenido una vida dura (Ajmátova, Tsetáieva, Pizarnik, Plath o el propio Artaud) limando las asperezas de su discurso. Quiero decir, al convertirlos en "malditos" se está neutralizando su verdadera potencia de subversión, entran en un códido precocinado de lectura inducida; y no es así, Artaud vive en la quemadura, en el odio a las leyes instituidas por los hombres en virtud de una razón que considera envenenada. Artaud lo haría saltar todo por los aires, no se deja atrapar ni encasillar. Libros como "Heliogábalo o el anarquista coronado" siguen siendo inasumibles, incomprensibles para el lector de hoy salvo por esa domesticación premeditada que convierte un discurso vertiginoso en un producto adulterado (a través de la operación de "malditización")
me sigue pareciendo tan insólito y tan estimulante como el primer día,
un abrazo fuerte!
Bashevis:
ResponderEliminary lo curioso es la doble dialéctica entre apestarlo todo y desodorizarlo todo: se extirpan los olores, se exige una higiene quirúrgica, y sin embargo nunca hemos producido tantos malos olores a nivel industrial (fetidez física, pero también polución mental de todo tipo),
el hombre: animal inodoro que todo lo corrompe con malos olores, venenos, sulfatos, empezando por su propia mente
una paradoja viva que merece ser analizada con detenimiento...
salute!
Desconcertante Artaud. Cuando estudiaba en la formalidad escribí un trabajo sobre Artaud que titulé "Artaud: ¿intuición física de la inocencia?". Hoy no sé qué es la intuición, ni se discriminar lo físico de otras dimensiones o estratos ni, claro, puedo decir inocencia sin sonrojarme. Maldita vejez.
ResponderEliminarA partir de cierta edad el estreñimiento se convierte en motivo trascendental, estructural y decorativo, de la bella existencia.
Me gusta el Artaud del teatro de la crueldad y sus mensajes revolucionarios. Me confunde su Heliogábalo muriendo en las letrinas. Su propuesta teatral es la más arriesgada, la que más fácilmente puede caer en su opuesto deforme: al espectáculo grotesco de caca-culo-pis o desparramamiento de los asuntos del corazón ajeno o el onanismo en directo.
En todo caso, viva Artaud y viva Heliogábalo.
salud
leo tu Marienbad como mi libro de horas. estoy aquí aunque solo respire, sin decir nada.
ResponderEliminaralgún día todos los dioses menores que habitan en los mundos subterráneos recordarán mis plegarias herejes y podré cagar, a mis anchas, las taras y miserias que me atraviesan, los mandatos que me ordenan ser pura, las tradiciones que erigen sus ídolos estériles en las autopistas de mi psiquis.
cuando haya cagado esa letanía opresiva que me condena a hablar, me quedaré en silencio, me pondré en cuatro patas y ya nunca más, nunca más, haré este tipo miserable de caca. haré caca animal y seré libre.
y aunque eso jamás suceda, sueño cada noche que sucederá y me toco emocionada este exiguo y obstinado culo, para ver si de una buena vez alumbra un rabo.
me encanta cuando Bash te dice "Stalky". me hace reír. me encanta leer a ana (algo bueno habré hecho para merecer escucharla o, si no es así, me pongo en bolas y empiezo a hacer caca ya para ganarme el lujo). me encantan todas las voces que se trenzan en esta casa.
a Hansel & Gretel les haría un exquisito camino de bosta hacia una cueva, donde se congregaran varios animalitos que yo me sé (búfalos y afines). para empezar a invertir las coordenadas de este puto mundo desde la más tierna y tiránica infancia.
recién canté para empujar y seguir y sentí que estabas acá, en este cuarto iluminado solo por una lámpara, donde Valentín me lame los pies desnudos.
abrazo de retretes de estación de tren y agujeros en la tierra.
Pocos han llegado hasta donde llegó Artaud. Muy pocos. Hace falta coraje y haber percibido la pureza fascinante de esa 'realidad que huye', por entre las grietas de toda vanidad, de toda apariencia. Cuánto cuesta desencarnarse!! hablar desde fuera de los hombres! cuánto dolor.
ResponderEliminarun abrazo
Querido L:
ResponderEliminarno sé por qué imaginé que Artaud concitaría tu adhesión e incluso tu entusiasmo...
ignoro si a partir de cierta edad el estreñimiento se convierte en motivo trascendental y estructural, no he llegado aún a esa edad, y pese a estar en la treintena las marcas de la infancia siguen pesando demasiado como para madurar y llegar a esa "revelación", pero seré paciente y te diré algo en un par de décadas...
Entre el teatro de la crueldad y el Heliogábalo no veo ruptura sino continuidad: de hecho, podríamos concebir la representación orgiástica del poder encarnada por el emperador-dios como una perfecta anticipación del teatro de la crueldad; el espectáculo puede ser grotesco, pero estará cargado de subversión simbólica: es una estructura mental -lo que comporta una metafísica, una ética, etc.- lo que Artaud, Heliogábalo y el Heligábalo de Artaud pretenden demoler, por eso se me hace difícil pensar que su legado pueda degradarse a mera representación escatológica salvo que se ignore su sustrato profundo, su verdadera intención, el contrafuerte que sostiene una voluntad incendiaria y completamente libre (no con la libertad que nosotros entendemos; la libertad que propone Artaud es salvaje y "peligrosa", se aviene mal a nuestra concepción del mundo, a nuestras instituciones "democráticas" y a nuestros prejuicios).
Es un placer verte por aquí, L, ahora que estamos a punto de acabar,
un abrazo bien fuerte!
Mi muy querido Pájaro de China:
ResponderEliminares un auténtico lujo tenerte aquí, haberte tenido aquí estos años
ante un comentario como el tuyo, no valen las palabras: todo queda cortocircuitado por esa intensidad
siempre has sido deliciosamente impura, siempre has tenido rabo de perro (aunque no lo veamos, lo percibimos así: es fragancia de perro, con-tacto de perro lo que acercas, con tu lengua, con tu silencio, con la presencia delicadamente ausente y la ternura de un cuerpo que vibra y en su latido nos des-munda...)
intuyo que el cuento definitivo, el único en el que los niños llegarán al corazón del bosque, sólo puedes escribirlo, cantarlo o tocarlo tú, en ese estadio intermedio entre el silencio y la gracia: es la animalidad la que percute en tus dedos al tocar ese tambor
mientras tanto, conservaremos la orfandad, a la espera de entrar en tu letra, en tu cuento y en tu canto
abrazo sin palabras
Leonardo!
ResponderEliminar"Cuánto cuesta desencarnarse!! hablar desde fuera de los hombres! cuánto dolor".
hay una lucidez y una cercanía en tus palabras: brasas en estos días gélidos
contra la intemperie, Artaud puede ser un posible abrigo,
un abrazo fuerte!
cómo artaud rompe el cogito por el cuerpo, cómo la excrecencia se convierte en testigo.
ResponderEliminarcasi prueba metafísica. la mierda(si preferís,la caca;)
¿por qué es el ser y no más bien la nada?(heidegger)
todo lo que huele a mierda huele a ser (artaud)
por cierto, estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Say...sin embargo leer a Artaud es uno de los ejercicios más carne-viva que conozco, la cercanía de esa descomposición no puede ser convertida en estandarte vacío...
ResponderEliminary en efecto Artaud no es literatura, nunca puede ser literatura, escupe sobre la literatura y hace (otro)lenguaje sordina amplificador, como un ciervo sangrando los textos, casi sangra mi cerebro leyendo a Artaud...
Laia:
ResponderEliminarcómo Artaud rompe el cogito... ¡magnífico! Metafísica del deterioro, de la descomposición, de la caída. Contra las verdades eternas, contra la sumisión de los lenguajes adocenados, uncidos al yugo del sentido único. Ciervos que sangran dentro del cerebro, alimañas que cantan a coro un memento por las verdades decapitadas, enterradas, olvidadas. Anarquía en carne viva, lenguaje-alimaña frente a la depredación de la lengua de poder.
La pregunta de Heidegger puede parecer inquietante. Los filósofos budistas (madhyamika) la descartarían por falsa, por no "ser aplicable" en un universo entendido desde la impermanencia y la vacuidad (aplicable tan sólo dentro del esquema restringido de la lógica dual del ser y la nada; inválida desde otras concepciones, desde otros "juegos de lenguaje").
La "respuesta" de Artaud es inolvidable:
"Allí donde huele a mierda
huele a ser.
El hombre hubiera podido muy bien no cagar,
no abrir el bolsillo anal,
pero eligió cagar
como hubiera elegido vivir
en vez de aceptar vivir muerto.
Para no hacer caca,
tendría que haber consentido
no ser,
sin embargo, no se decidió a perder
el ser,
es decir, a morir viviendo.
Hay en la existencia
algo particularmente tentador
para el hombre
y ese algo es
LA CACA
(aquí, rugido)
Para existir basta con dejarse ser,
pero para vivir
hay que ser alguien,
hay que tener un HUESO,
hay que atreverse a mostrar el hueso
y a olvidar el alimento".
Un abrazo!