ayer, caminando por la ciudad. la extraña, extraña sensación de ser el último observador de una humanidad extinguida, de una humanidad pasada. la extraña, extrañísima sensación de que todos esos transeúntes, toda esa vida, pertenecía a un pasado remoto. que todos eran sombras danzantes, animadas por mi ojo tierno, inquisitivo. ojo de oso que se pretende hombre. ojo animal que indaga y encuentra la íntima flor en cada rostro. el pliegue mínimo. el grito, dentro.
todos eran muertos y yo era sólo visión, un punto de vista procedente de un siglo futuro
sensación de que todo esto ha ocurrido hace mucho, y que sólo el consenso, la ceguera, la precipitación, nos hace considerarlo actual
cuando el ojo se adelgaza, brota la inextinguible impermanencia
y el coro de sombras inicia otra vez su danza, triste danza, frenética en su anhelo, sombras que enlazan sombras en la irrealidad sucesiva, ya extinguida, que llamamos mundo
sensación de habitar un presente póstumo
***
de vuelta a la irrealidad, aceptando la irrealidad, las noticias: Occidente vendido a los especuladores, gobiernos cobardes y sumisos que no plantan cara a los mercados, los chicos de Sol apaleados por las porras de siempre, por los fascistas de siempre, por las intimidaciones de siempre
Occidente cuesta abajo, siguiendo punto por punto la crónica de una muerte anunciada
y la rabia
entonces
sólo entonces
me hace cuerpo
me hace ser, otra vez, real
dolorosamente
El mundo vuelve a cuartearse.
ResponderEliminarUn pozo sin límites, sin fondo y lleno de ojos que solo se ven a sí mismos. Pero por las grietas, fisuras del tiempo, llega luz y oscuridad, y los ojos que se mantienen abiertos soportando el dolor lo saben y soportan el peso sobre los hombros hasta sentir la nada por dentro.
Stalker, somos la mirada de los bárbaros llegando a nuestro proio mundo.
Un abrazo.
Un abrazo.
Porque nadie me ve caminando por el desierto ahora.
ResponderEliminarMe ven sentada ante la pantalla, escribiendo.""
Bonitas palabras. Y sí... el polvo que resulta al quitarnos la máscara con el filo de la navaja...deja ver el tiempo, el sinsentido y la súplica de paz.
Es curioso, pero esa sensación que describes la he sentido alguna vez. Caminar por un mundo con gentes de otro siglo, bracear entre la muchedumbre gestos que no entienden, palabras que no escuchan.
ResponderEliminarMal tenemos el panorama los occidentales y, según anuncian, peor se nos va a poner. La caída del imperio romano (Norteamérica) y su efecto dominó en las provincias conquistadas de Europa, dará paso a otro perfil hegemónico. Quizá no lo veamos nosotros, pues los cambios siempre son lentos, pero los gérmenes ya están aquí. El nuevo imperio puede venir de manos de los musulmanes, de los chinos..., a saber.
Un abrazo de una "tremenda" (esos monólogos son pura ficción, crónicas cotidianas en lenguaje guerrero de personajes ficticios de un ficticio edificio inventado; un puro divertemento sin mayores pretensiones).
Otro abrazo, Stalker.
no sé por qué me ha recordado tu texto a una estrofa de la canción Wing de Patti Smith, te la copio aquí:
ResponderEliminarI was a vision
in another eye
and they saw nothing
no future at all
yet I was free
I needed nobody
it was beautiful
comparto la sensación y creo que no somos más que ese presente póstumo. cada paso, un pellizco. cada visión, una sombra.
la actualidad es cera caliente. despierta.
Vengo del Fackel's blog y me han llamado la atención tus comentarios. Luego leo tu perfil y eso de pastor de hormigas, tontípolis y apátrida .... como que me resulta familiar. De vez en cuando daré la lata, con tu permiso.
ResponderEliminarmjromero!
ResponderEliminaren efecto: somos los bárbaros, y ojalá seamos dulces bárbaros capaces de aniquilar un mundo y traer la savia de uno nuevo
el mundo como irrealidad: es una sensación terriblemente física, no se trata de una metáfora
ser un extranjero en el propio mundo, sentirlo así físicamente, es muy curioso
un abrazo bifronte
CC Rider:
ResponderEliminarhermosas palabras las de Laia...
dejemos ver la súplica de paz: inaugurémosla, si es posible aún,
saludos
Querida Isabel:
ResponderEliminarla próxima hegemonía nos hará aún más extraños a nosotros mismos... es previsible un dominio chino en el que Europa será una especie de parque temático multidisciplinar, donde las "hordas asiáticas" intentarán encontrar una alteridad para ellos tal vez incomprensible...
el caso es que me gustan tus monólogos de pura ficción. Intuí que podía no ser "real", que tal vez no lo era, pero tampoco importa: ¿quién define lo que es "real"?
Una ficción tiene su vida, su vibración y su calor; uno puede recibirla como una experiencia tan intensa como una real, incluso más. Así de sutiles son tus trazos,
un abrazo
Laia:
ResponderEliminargracias por la canción y por compartir esa sensación...
siento los blogs como una especie de pequeño antídoto contra ese presente póstumo: una oportunidad de sernos espectralmente fraternos, de atravesarnos unos a otros sin necesidad de visión:
siendo simplemente, apenas vibración
una forma sutil de anonadarnos para sernos en la fragilidad, para fragilizarnos aún, mientras tanto...
la actualidad es cera caliente. Lo que se derrite, fluye
abrazos
emejota:
ResponderEliminarFackel es una especie de padre para mí: un sabio eremita, venerable y un tanto arisco (siempre amable)
puedes dar la lata siempre que quieras. También hay tambores aquí...
bienvenida
A veces me pregunto, Stalker, si la rabia arma o deshace. Mira, la humanidad ha muerto infinidad de veces. Todavía no lo ha hecho en conjunto y de manera definitiva. Pero parcial y por áreas la humanidd ha muerto tantas veces en los siglos que nos precedieron. ¿No está ahora mismo muriendo en Somalia, Eritrea, Etiopía...y más territorios de los que no se habla? ¿No está èreciendo Siria? ¿No lo hace bajo otras formas en China o en cualquier nación donde se aplasta al hombre simplemente explotándole?
ResponderEliminarMis dudas: ¿sirve la rabia para algo más que disparar adrenalina en nuestros cerebros y calmarnos posteriormente nuestras impotencias? ¿Hacemos de la rabia algo más que literatura y flagelo? ¿Encauzamos la rabia e hilamos compromisos que generen esperanzas biológicas, digamos? ¿No habrán vivido antes muchos otros, sensibles y encabronados como tú y yo, esas "sensación de habitar un presente póstumo"? Bueno, si la rabia es lo que nos hace de nuevo pertenecer al mundo real (a mi siempre me pareció la rabia más bien disidencia con el mundo real) posible de transformar a alguna escala (no somos dioses ni poder pero tampoco somos ni la mierda ni la nada; la individualidad debe elevarse, romper ese límite de hombre consumidor en que el sistema sólo quiere que permanezca instalada la conciencia individual)
Se podrían decir más cosas...pero no te quiero agobiar. Durante nuestra próxima cerveza las comentaremos. No desfallecer, no perdernos en el desasosiego, no reducir los espacios, no sucumbir ante el tono mediocre y esclavo...no hay nombre todavía, pero debe haber futuro.
Dolorosamente enérgicos.
Un abrazo.
Stalker, ¿así que sí, eh? Vaya sarta de calificativos increíbles le cuelgas a uno. No sé qué van a pensar. Si sóloo soy barro que apenas sabe componer sus propios cacharros...Ay, ené.
ResponderEliminarFackel:
ResponderEliminartu comentario combativo y adrenalínico es un géiser en este día tórrido...
tantas preguntas que sólo engendran otras preguntas. Para mí la ira es positiva y no me hace disidente del mundo. Al contrario: es una de las formas más carnales de apego al mundo, de construcción de un mundo, incluso de re-conciliación con el mundo.
Aquellas palabras de Barbara que a menudo he escrito aquí me parecen raíces que uno puede entrañar y que alimentan al animal interior:
"Conservemos la ira,
sigamos vigilantes"
No creo que la ira tenga que ser siempre una mera evasión, un mecanismo de compensación a la impotencia o un método para sublimar, mediante el fuego, lo que las "técnicas ascéticas" no alcanzan, lo que el silencio no puede
la ira nos puede hacer más porosos, más receptivos al vertiginoso acontecer: desde la ira, dejarnos penetrar por el mundo, dejarnos fragilizar
desde la fragilidad, el verbo puede
tal vez el acto, también puede
sólo hay que encontrar el margen donde verter esa energía y encauzarla para evitar que nos devore: atemperar su naturaleza corrosiva tornándola creativa: fuerza de vida, la ira, para quien conoce su mecanismo
no sólo no me agobias: me animas
y respecto a los calificativos anteriormente mencionados respecto a tu persona, creo que son bastante exactos ;)
un sabio iracundo, dulcemente feroz
(¡si aún no te satisface, puedo superarlo!)
abrazos
Stalker, te recomiendo las confesiones de un personaje torturado y con razón en
ResponderEliminarhttp://machadoencollioure.blogspot.com/2011/08/la-resurreccion-de-claude-eatherly-o-66.html
Pueden ayudarnos a ver un poco más.
Fackel
Fackel:
ResponderEliminarleídas las confesiones. Conocía la historia a través de Günther Anders, a quien profeso devoción...
salve
¡Qué terrible! Y sin embargo, creo que algunos de nosotros nos hemos sentido así tantas veces. Es la historia repetida, de nuevo, aunque, como siempre, también con una nueva vuelta de tuerca. ¿Qué nos esperará tras tanto tiempo enceguecidos? Y sin embargo, hemos de seguir, seguir aunque duela para sentir que todavía vemos y para que otros, los que nos precedan, vean todavía más.
ResponderEliminarAbrazos
Ataúlfa!
ResponderEliminares exactamente como dices...
brindo por ti con mi cuenco de mendigo!