He de decir que a veces tu escritura me enmudece, y me aquieta. Me dejo mecer por ella, y ya nada sé decir.Quisiera ser una hoja abatida por el viento, y dejar aquí el sonido de ese abatimiento. Generalmente paso por este lugar calzando una huella de silencio. Un abrazo enmudecido
extraña palabra, el corazón... y sin embargo late, al margen de las sobredeterminaciones del nombre, pese a todo lastre late, aun contra quien no lo piensa...
la ternura va configurando la trama, también, a pesar nuestro,
Intensa quietud! No sé si es eso lo que yo encuentro en los bosques serbios ni en este extraño verano mío, entre la penumbra verdosa y las voces del bosque y la lluvia de noticias negras que me llegan de la ciudad.
He de decir que a veces tu escritura me enmudece, y me aquieta. Me dejo mecer por ella, y ya nada sé decir.Quisiera ser una hoja abatida por el viento, y dejar aquí el sonido de ese abatimiento. Generalmente paso por este lugar calzando una huella de silencio. Un abrazo enmudecido
ResponderEliminarQuerido stalker... acabo de pasar descalza sobre estas briznas estivales. Qué hermosura sigue siendo esta casita a la que no dejo de regresar.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte,
Laura.
Con tus poemas de lectura estos días.
esta intensa quietud genera una extraña brizna de ternura
ResponderEliminarSsshhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!
abrazo
Se escucha el silencio. La paz...
ResponderEliminarUn abrazo.
El corazón, esa palabra... Pero no soy un descreido: yo también brindo por las briznas de ternura. Por eso vuelvo.
ResponderEliminarVera:
ResponderEliminargracias, yo también me alimento de vida lenta, de quietud dichosa, con tus palabras...
un abrazo
Laura:
ResponderEliminarpequeña fiesta verte por aquí, inesperadamente,
ya sabes cómo se añora tu presencia,
un abrazo!
Anamaría:
ResponderEliminarSsshhhh it's so quite...
todo está más cerca en la extraña ternura,
dentro, la calma
abrazo pequeño!
Lola:
ResponderEliminarel silencio: tu morada en el aire
el canto del ave zancuda...
un abrazo
Ramón:
ResponderEliminarextraña palabra, el corazón... y sin embargo late, al margen de las sobredeterminaciones del nombre, pese a todo lastre late, aun contra quien no lo piensa...
la ternura va configurando la trama, también, a pesar nuestro,
abrazo fuerte!
Intensa quietud! No sé si es eso lo que yo encuentro en los bosques serbios ni en este extraño verano mío, entre la penumbra verdosa y las voces del bosque y la lluvia de noticias negras que me llegan de la ciudad.
ResponderEliminarBelnu:
ResponderEliminardisfruta de esos bosques y de tu verano serbio. Haz tuya la intensa quietud... y tráete algo de la misma cuando regreses a la ciudad,
cuidate
abrazos