sábado, 19 de septiembre de 2009

Ardua vida. Un poema de Du Fu




"Expreso mi sentimiento"

Ardua vida para todos aguarda en esta tierra,

cada lugar con sus costumbres propias.

Agitación, competencia por doquiera;

en todas partes mil dificultades.



Si no hubiera abundancia, el modesto no se pondría triste;

si no hubiera riqueza, el pobre viviría contento.

Todo pasa, no quedan sino huesos;

en las casas vecinas se canta a veces, a veces se llora.


Desde mi llegada a la garganta de Wu, hombre sencillo,

tres años se esfumaron como luz vacilante de una vela.

Obligado por el destino a quedarme aquí,

vivo indiferente al honor o a la deshonra.


Voy a la audiencia matinal, mis dientes en el ocaso;

para cada día dispongo de arroz grosero.

He tejido una cabaña al este de la Ciudad de Piedra;

en las quebradas del norte recojo hierbas medicinales.


Entusiasta me dedico a mi labor, con escarcha o nieve,

sin ninguna necesidad de vegetación frondosa.

No me preocupo de nada, no dispongo nada;

acomodándome a mi humor solitario.


Como cuerda tensa, el hombre recto;

como anzuelo doblado, el hombre mezquino.

Torcidos o derechos, ¡qué me importa!

Calentándome al sol, espero a leñadores y zagales.


Du Fu (siglo VIII d.C.)

Traducción de Guillermo Dañino (Bosque de pinceles, Hiperión)

67 comentarios:

  1. Torcidos o derechos, ¡qué me importa!

    Como sacan el tuétano estas gentes. Todo pasa, pero siguen en Marienbad las palabritas de estos quebrantahuesos. Estas letras parecen un liquen pegado a tu pecho.

    Antonio, ¿Cómo va?

    ¿Recibiste el otro día mi mensaje? Me han dicho que ayer tuvo algún problemilla de salud, ¿sabes algo del concierto de Barna? Espero que no falte a la cita.

    Salud hermano. Y suerte.

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  2. casi pensaba que se te había tragado la tierra en algún concierto de Leonard Cohen o similar. EStupendo regreso, la sencilla rotundidad de Du Fu es una carta abierta.¿Vive y deja vivir? o ¿conformarse? no termino de hilvanar la respuesta, la primera me gusta pero la segunda nunca... como sea el poema me ha llevado a otro tiempo y otro forma de estar en el mundo, un remanso de paz en el marasmo cotidiano.


    un abrazo.

    blogger me pued bulesq

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  3. Jo, que bueno poder vivir así, dejando pasar los acontecimientos, dejandose llevar como un esqueje de hierba que danza sobre el agua.

    Stalker según dice Bash leo que tienes un problemilla de salud como lo dice Bash. Espero que no sea nada.

    Un abrazo muy fuerte un beso en la frente y fuerza y curate rapido. Vale.

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  4. Este paso del estoicismo al radical desapego, que deja sentir por debajo del dolor que lo provoca, sin que invada la expresión, fluyendo bajo tierra, tal vez sea patrimonio de poetas hechos de una materia especial. Me ha recordado a algunos de los últimos poemas de Mandelstam, que también tienen esa atención a lo cotidiano que se resiste a convertirse en símbolo o mero apunte costumbrista, lo material cotidiano que de repente punza los sentidos y escapa a la red de los significantes. La nostalgia del exilio está aquí tan lejos de los quejidos de Ovidio...

    Muy grande.
    Un abrazo

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  5. Encuentro algo de Confucio, algo del Hi Chin y todo, claro, de lo poco que sé de la cultura china antigua. Pero también reconozco algunos haikus japoneses. Tal vez porque la cultura escrita japonesa derivó de la escritura china.

    Me gusta mucho el japonés Issa Kobayashi y algo en él de Du Fu, por ejemplo en este haiku:

    "Viento de otoño.
    me veo como si fuera
    un mendigo."

    o este otro

    "Sesenta años.
    Sin una sola noche de baile
    he vivido."

    Un gran abrazo, Stalker.

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  6. Stalker os dejo aqui un regalo que ha llegado casualmente a mis manos. El poemario de María Elena Blanco "El amor incontable", ni siquiera lo he comprado. Me lo mandaron sin haberlo solicitado, me lo mando el editor que me publica mi libro, sin conocerme apenas.
    Otra casualidad. A mi me dijo alguien que las casualidades no existían pero yo no sé.


    Y mientras a mitad de poemario me encuentro con esto:

    Un regalo para los incondicionales de Barbara.

    El plato quebrado de María Elena Blanco


    A la memoria de Sylvia Plath, leyendo
    Her husband, de Diane Middlebrook


    I

    A la memoria de Yves Montand,
    Jacques Prévert y Barbara


    Algo hermoso, el plato quebrado
    -sobrevolamos Nantes
    /il pleut sur Nantes
    donne-moi la main/
    manual rusticidad más veraz
    que toda perfección. Algo
    digno de unir, de acarrear
    como un melón partido en nítidas
    mitades, como parto ahora en dos
    a Bretaña en medio del aire
    a la altura de Brest
    /oh Barbara
    il pleuvait sans cesse sur Brest
    ce jour-lá/
    y amanece
    y este plato amanece en mí
    como un signo, una herida gemela,
    como las vías que nos llevaron lejos
    y acercaron,
    nuestra escalada senda
    de ascenso hacia nosotros,
    como la propia dehiscencia, una hoja,
    una reseca hoja que desprende su carne
    vena a vena: aquí un amor, allá
    un estado de alma, la punta
    de un pensamiento, la palabra
    lejana, traída de lejos, alejada,
    porqués, quiénes y yoes-
    dónde ahora esos ojos,
    dónde el yo
    de este día, de mañana
    /mais ce n’est plus pareil/
    o es que quedan atrás
    cual Brest
    /Très loin de Brest
    dont il ne reste
    rien/
    como Yves
    y Syl´via
    y el lamentable Ted:
    oh fuerza,
    oh desperdicio.
    El plato quebrado,
    este objeto valioso,
    esta joya
    habré de reparar, mas no
    con cola y no
    con muerte.



    Testos en cursiva procedentes de la canción Nantes de Barbara y del poema Barbara de Jacques Prévert

    (Los textos en cursiva han perdido las cursivas pero les quedan las barras para saber cuales son)

    Un abrazo.

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  7. Me gusta mucho Du Fu, aunque prefiero siempre las traducciones de Anne-Hélène Suárez de los poetas chinos. Leí su texto sobre la amistad y extraña relación entre Du Fu y Li Bai...

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  8. Me acojo al sentimiento.

    Gracias, Stalker.

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  9. Lola, espero que Stalker no tenga ningun problema, jeje. Me referia a Leonard Cohen, que tuvo un "desmayo" en el concierto de valencia...

    Para no despertar duda alguna. Un saludo.

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  10. "Vivo indiferente al honor o la deshonra"...
    ¡Me ha encantado!

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  11. Vaya pues lo había entendido mal, Bash. Gracias por la aclaración. Eso me pasa por meterme en las conversaciones ajenas.

    Disculpar.

    Un abrazo.

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  12. querido hermano búfalo,

    queridos amigos,

    los orientales son la polla. dicen con exactitud.

    porque vosotros... vuestros abuelos y abuelas, de la china, ¿verdad?.

    besos,
    òscar.

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  13. Pues no escribí mal de Du Fu, no. Muy bueno el chaval. Me gustó mucho.

    Dillinger.

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  14. No quería decir: "Pues no escribí mal de Du Fu". Quería decir: "Pues no escribía mal el Du Fu". Perdón. Sorry. Como es evidente, yo escribo mucho peor. Y me equivoco mucho. Perdón. Ejem. Ya.

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  15. Bash:

    qué bien definido. En efecto, palabra-quebrantahuesos que extrae el tuétano al decir y al estar, al puro vuelco en el mundo.

    Va todo bien, hermano, nos vemos pronto.

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  16. Raúl:

    te ha pasado lo mismo que a mí. Estos versos, este tipo de poesía, me lleva muy lejos, a otro tiempo, un tiempo que de alguna manera añoro. Du Fu se retiró del mundo, no sé si total o parcialmente, y eso es algo que nuestro mundo, que ha abolido todas las fronteras (las mentales como las geográficas), nos ha vedado para siempre: imposible exilio a una tierra remota, e igualmente imposible huida a lo recóndito de la mente, ahora colonizado por tentáculos invisibles, operaciones de mercadotecnia psíquica, márketing biológico, tecno-redención. La mente se va configurando como un mecanismo ortopédico polivalente, multidisciplinar, sumiso a redes telúricas productivas: imposible escapar.

    Por eso Du Fu, Tao Yuanming, Hahn Sahn, Santoka y tantos otros...

    abrazos

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  17. Lola:

    vivir así, la imagen del junco que se doblega al viento, sin romperse, es un lugar común del anhelo occidental, sediendo de paraísos o puntos de fuga, pero no por ello deja de ser una imagen poderosa, con una infinita capacidad de germinación en lo sísmico-cotidiano.

    abrazos

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  18. Esther:

    lejana sencilleza vs cercana complejidad... Pero no es tan lejana si lo piensas. Creo que estoy más cerca de aquel hombre, que vivió hace trece siglos, que de la mayor parte de mis compatriotas. Hay que remontar las fuentes del tiempo para encontrar amigos, abrevaderos, flechas melladas y señales de combustión...

    abrazos

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  19. Rubén:

    qué bien descrito. Estoicismo, desapego... más bien lo primero. Du Fu es un poeta confuciano, devoto del emperador y alejado de la senda anarcoide de los taoístas. Pero en su retiro conquista ese desapego que circunda los márgenes de la abnegación a la jerarquía y allí halla solaz y esparcimiento. Le tocó vivir un tiempo de calamidades y revueltas, hambrunas y enfermedades, quizá eso contribuyera a su deseo de alejamiento del animal humano. Ya ni siquiera juzga a los hombres. Derechos o torcidos, tanto da. Dejadme tranquilo en mi rincón.

    Grande, en efecto.

    abrazos

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  20. Bel:

    Issa es una de mis debilidades, sólo superada por Santoka Taneda, quizá mi poeta y escritor favorito de todos los tiempos (si hubiera que escoger uno, por suerte no...). Es lógico encontrar huellas, estilos, aromas comunes entre ambas literaturas; comó tú señalas, una literatura deriva de la otra. No sólo la literatura: la cultura japonesa en su conjunto es una reformulación insular de la china, desde la religión al idioma, pasando por los usos ceremoniales, costumbres, etc. En ese trasvase ocurre un fenómeno muy curioso, y en ello se cifra la originalidad de lo japonés: lo chino se despoja de ornamentos, se pule hasta el hueso. Las líneas se adelgazan, los volúmenes se desinflan, los versos se acortan,los kanjis se estilizan, el idioma pierde su sonoridad y encuentra una música más contenida. Hay un proceso de depuración formal increíble, una de las grandes revoluciones estéticas de la cultura universal. Lo chino es frondoso, caudaloso, torrencial (un pérfido animalillo interior me insinúa: barroco); lo japonés renuncia a todo eso y se instala en el trazo breve, fulminante, infinitamente significativo. Lo maravilloso es rastrear el río del tiempo y encontrar las fuentes visibles y las pequeñas huellas de las invisibles.

    abrazos

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  21. Lola:

    inmensa sorpresa. Nada de lo que tenga que ver con Barbara me es ajeno, y es poema me interesa, habrá que buscar el libro...

    Es increíble que lo dedique a los incondicionales de Barbara, porque en este país hay pocos y sospecho que los conozco a todos. Parece que cada diez años surge un nuevo seguidor de esa mujer admirable. No habrá quizá ni veinte personas que la conozcan bien y no sólo de oídas...

    Qué grata sorpresa, Lola, gracias...

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  22. Bel Nu:

    el trabajo de Anne-Helène es impecable y maravilloso. Casi con toda seguridad la sinóloga (me atrevo a llamarla así, porque no creo que sea sólo "traductora") más importante que trabaja en el ámbito hispánico, no creo que sea una hipérbole.

    Sin embargo, querría defender a Guillermo Dañino, creo que su labor es meritoria y sus traducciones merecen mi confianza. En la lista de agradecimientos cita a muchos expertos chinos que le han ayudado en la comprensión de pasajes oscuros... la colaboración de filólogos chinos, conocedores del idioma en el siglo VIII, me inspira confianza en la precisión y calidad de la traducción.

    El libro de Du Fu está en Hiperión y es muy recomendable.

    abrazos

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  23. Tera:

    el sentimiento también te acoje a ti. Te creía desaparecida. Me alegra tu regreso...

    abrazos

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  24. Ana:

    celebro tu insuperable concisión. Nunca te he visto hilvanar más de tres líneas. Me parece admirable.

    A Du Fu también le encantas tú.

    abrazos

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  25. Gracias, Bash, por deshacer el entuerto.

    El que tiene problemas de salud es el gran Leonard Cohen (por fortuna, esperemos, leves). Pero que nadie se preocupe que a mí también me llegará la hora...

    Gracias por vuestro desvelo.

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  26. Martha:

    indiferente al juicio de los hombres, a la herrumbre de los hombres: he ahí la suprema aspiración.

    abrazos

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  27. poema y poeta certero!que gran verdad! antonio (stalker)eres muy grande!

    concluyamos:vivir es tambien abandonarse renunciar!besos infinitos adolfo

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  28. Querido hermano búfalo:

    son la polla, la matriz, el cielo y el subsuelo, estos orientales...

    ¡Besos!

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  29. Dillinger:

    se te entendió a la primera: el ojo completa el sentido a pesar de las erratas.

    Y reconocer que uno se equivoca quizá es el primer paso hacia una sabiduría incipiente, quién sabe...

    cuidate

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  30. Adolfo:

    renunciemos, sí, y conservemos intacta la llama de esa renuncia.

    Tú sí eres grande, a fuer de pequeño.

    ¡Abrazos!

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  31. Me ha gustado mucho este poema, Stalker, por su sencillez y su forma de hilar lo cotidiano. Como siempre, muchísimas gracias. Espero que estés bien. Un abrazo grande, Yaiza

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  32. hno gracias pero no es pa tanto intento aprender de la sencillez!personas como tú sois una luz que me ayuda!abrazos!adolfo

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  33. Yaiza:

    cuánto que aprender de aquellos hombres que vivieron hace incontables generaciones. Ojalá nuestra "poesía de la experiencia" hubiera aprendido a trenzar así el inasible tejido de lo cotidiano, en lugar de ofrecernos periodismo versificado, edulcorado por una vaga interioridad.

    abrazos

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  34. Adolfo:

    nadie más receptivo que tú a esa sencillez que germina. Sea para ti,

    abrazos

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  35. Pues sí, Stalker, exacto como lo has dicho. Pero te confesaré un secreto. Si bien en general me quedaría con la depuración japonesa, y con esa facilidad para meter el dedo en la llaga, o en el ojo, o para ir al meollo del asunto, ahí, exactamente ahí... de vez en cuando necesito eso que el duende maligno te susurra al oído, un cierto barroquismo, y un cierto mal gusto también. Me reconforta.
    Y tomo nota, nunca he prestado la atención debida a Santoka Kaneda. Gracias a ti, voy a enmendarme.
    Besos.

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  36. Querida Bel:

    aunque me da un poco de vergüenza citar otra entrada de Lost in Marienbad, aquí los topos armamos una pequeña conversación en torno al haiku en general y a Santôka en particular (también hay una selección de poemas):

    http://lostinmarienbad.blogspot.com/2009/04/el-cuenco-de-mendigar-haikus-de-taneda.html

    Creo que vas a disfrutar a este poeta. Y sí, a todos nos tienta la herrumbre, pero no conseguirás convencerme de que tienes mal gusto :)

    abrazos

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  37. Stalker el libro El amor incontable de María Elena Blanco es de Editorial VItruvio.

    En cuanto a los haikus tengo varios libros que hablan sobre el haiku. El que más me está gustando es "El corazón del haiku: la expresión de lo sagrado" de Vicente Haya Segovia. Tiene otros títulos pero este libro que digo es muy bueno.

    Los haiku a mi me encantan. Cuando leo un haiku de estos autores tan buenos, me quedo como asombrada, y mirando, mirando el momento.

    En cuanto a tu blog. Dejame ratitos y estoy recopilando las entradas para hacerte un archivo, por si lo quieres guardar. Necesito reservarme un ratito cada día para hacer esta labor.
    Es que soy como una hormiga o un ave zancuda.

    Un abrazito a los topos.

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  38. Lola:

    asombrada y mirando el momento: he ahí el resorte que nos desata el haiku...

    No tengas prisa, sé ave zancuda y hazlo despacio, y cuidado con las ranitas...

    abrazos

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  39. me gusta





    (admito, Stalker, que no he podido evitar reirme con el apellido del traductor, ai, el pavo y la vuelta al cole)


    gracias

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  40. "en todas partes mil dificultades"

    "Todo pasa, no quedan sino huesos"

    "Voy a la audiencia matinal, mis dientes en el ocaso;"

    "Calentándome al sol, espero a leñadores y zagales."

    De una simpleza abrumadora, recoge todo el sentir de un instante que se expande en cada momento, al guardar con ellos las cosas grandes en común.
    Es muy certero al "expresar su sentimiento", nos alcanza a todos con un particular movimiento.

    Lo releeré. Gracias por acercarlo Stalker.

    (Qué suerte que Leonard Cohen esté en Barcelona, y qué mal que me quede tan lejos y se ande desmayando por los escenarios, hay que darle un poco de poesía china para reanimarlo ;))

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  41. "Todo pasa, no quedan sino huesos;

    en las casas vecinas se canta a veces, a veces se llora."

    Querido doctor Stalker, parece que hubieras hilvanado algún tipo de terapia para cuando se llora en las casas que son próximas. No sabes cómo iza tu elección... Cuando me vea frente al esqueleto de lo que habrá de pasar, volveré y me tomaré Du Fu de un solo trago. Ahora, me tomé todo su jarabe.

    Abrazos desde algo más arriba y con promesas de y desde.

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  42. Luna:

    a mí me gusta que te guste este hombre perdido en las nieblas del tiempo. Que voces que escribieron hace tantos siglos nos digan algo tiene algo de tranquilizador, no sé...

    Lo primero que se me vino a la mente al oír hablar de Du Fu fue el generoso tofu con verduras que a veces preparo. Riquísimo. Luego me enteré de que según las variantes de pronunciación del chino "Du" se pronuncia "Tu", así que ya tenemos el "Tu-Fu" completo, listo para guisar...

    Lo cual que recuerda que se me está insinuando un hambre incipiente...

    abrazos

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  43. Portinari:

    sabía que este poema sembraría alguna hierba salvaje en los intersticios de tu ser. Deja reposar esa semilla, que algo dinamitará en tu adentro...

    Le recomendamos Du Fu a Cohen, desde luego, para que salga un poquito de su admirado Lorca y se abreve en otras aguas poéticas. Como apunte malvado señalar que los gustos de Cohen son de postal. No ahonda, no investiga en nada. De la poesía española, Lorca; del flamenco, Camarón; de la chanson, Edith Piaf. Se queda con lo más conocido y no le interesa investigar en las generosas catacumbas, donde refulgen los verdaderos diamantes. Algo extraño en alguien que ha sondeado a quemarropa la amarga condición de lo humano.

    Abrazos

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  44. Susana:

    ya se viene adivinando que hablas de y desde y que se te insinúa alguna grieta en el tejido de lo cotidiano.

    Te izo un poco más para que llegues al muro y mires al otro lado. El azul quizá esté ahí.

    abrazos

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  45. Uf, creo que soy la única a la que no le han entusiasmado estos poemas, quizá porque no me han asombrado ni abierto nuevas miradas. Empatizo con esas ideas y sensaciones que aparecen en estos poemas: la desnudez, el desapego; pero quizá he leído ya bastantes poemas de la dinastía tang donde se trasmiten esa desnudez y desapego en términos muy similares y por eso me suena un poco impostado, al igual que me suena impostado -o más bien impostadísimo- el "en tanto que de rosa y azucena se cubre la mudez en vuestro gesto" del "príncipe" de la poesía española Garcilaso de la Vega -dios mio, cómo no voy a ser republicana, si le llaman a Garcilaso "príncipe".

    De cualquier forma he de decir que no es que no me gusté Du Fu, todo lo contrario. Hace unos años cursé una asignatura de literatura china que impartía Alicia Relinque. Ha sido una de las únicas asignaturas que realmente me han aportado algo, aunque claro, era totalmente imposible estudiar la literatura china en un sólo cuatrimetre. En esta asignatura había que hacer un trabajo, y yo decidí hacerlo de la dinastía Tang. El objetivo del trabajo era descubrir las diferencias que había en los poetas más representativos de este periodo, cuáles eran los rasgos que los distinguían unos de otros, buscar sus matices, ver en qué eran particulares y únicos, para romper con esa pobre idea del lector occidental de que los chinos escriben todos lo mismo. De los poetas que leí -Wang Wei, Du Fu, Li Bai y Bai Juyi- mi favorito fue Du Fu, me gustaban sobre todo sus poemas en los que reflexionaba sobre la guerra, el sufrimiento, la historia.. recuerdo un poema en concreto -lo he estado buscando estos últimos dos días pero desgraciadamente no lo he encontrado- donde hablaba sobre los destrozos de la guerra y la llegada de la primavera, creo que el poema se llamaba "Contemplación primaveral".

    Un abrazo.

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  47. Querida Ana:

    saludo tu disidencia como un soplo de aire fresco.

    Comprendo que al leer a muchos de estos poetas uno acaba con la sensación de que los clichés se suceden, pero no nos engañemos: un estudioso del futuro encontrará que Valente y Gamoneda apenas son algo más que la permutación de una serie de palabras vacías (transparencia, luz, sombra, etc etc; yo mismo estoy convencido dde eso, a pesar del respeto literario que les tributo). Cada época impone no sólo un paradigma de pensamiento dominante, y por lo tanto de lectura y descodificación del mundo, sino también una estética y una ética que se traduce en unidades de significación homogéneas. Es normal, por eso, encontrar similitudes temáticas en poetas que pertenecen a la misma tradición y escribían en metros muy férreos, sometidos a una estricta obediencia tradicional a las normas clásicas (en China, la innovación no era precisamente un valor; tampoco lo fue en Japón, y sin embargo, autores como Du Fu o Sântoka exploran los márgenes creativos tolerados por ese fundamentalismo estético jerarquizado, de raíz imperial).

    Sin embargo, no creo que de esa reflexión podamos deducir que se trate de "impostura". Podemos juzgar impostores a nuestros contemporáneos, pero ¿de verdad sabemos cómo eran y pensaban hombres y mujeres que vivieron hace miles de años y que existieron en otra lengua, en otra cultura? Sospecho que están demasiado alejados de nosotros como para sostener una afirmación tan rotunda.

    Me atreveré, sin embargo, a sostener lo contrario: no, no creo que fueran impostores: se plegaban, en todo caso, a unas normas, pero eso no significa que Du Fu no se conmoviera ante las infinitas miserias de su tiempo, que no sintieran de verdad y no fueran "auténticos" (palabra resbaladiza que procuraré entrecomillar siempre).

    El desapego y desnudez también hay que entenderlos en un contexto social imbuido por el confucianismo, el budismo y el taoísmo. Lo que nos puede parecer impostado a nosotros, seres brutalmente apegados a nuestras pertenencias e incluso a la ilusión del yo (y otros infundios), probablemente no lo era en absoluto en aquellas condiciones...

    Tampoco pretendo un análisis antropológico de una realidad que me es desconocida casi por completo. Sé lo que siente mi cuerpo al leer. Y no siento que Du Fu, desde la insondable fosa del tiempo, triturado por las maquinarias del olvido, intente engañarme. Estoy muy entrenado en descubrir el engaño, y no creo que éste sea el caso. Tiendo a fiarme de mi animalidad aunque desconfíe de la mente, claro...

    Me ha gustado mucho tu preclara disidencia, Ana. ¡Que se repita!

    Besos

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  48. Querido Stalker: la entrada de Ana me ha animado a escribir, no para sumarme a ella -aunque pienso que tiene razón- sino porque desde hace unos días, al leer este texto, me chirriaban ciertas expresiones que -según conjeturaba- pertenecen más bien al texto traducido. No sé si esas marcas están en el texto que se traduce, pero me cuesta leer poesía de otras lenguas. Lo sigo haciendo desde ya, pero no sin dificultad.

    No digo nada nuevo al decir que toda traducción es pérdida y ganancia a la vez (significados que se diluyen y otros que se crean en el lenguaje traductor). En la poesía, sin embargo, la alteración de los significantes no sólo no deja nada indemne: a veces machaca el poema.
    Con lo que sí me quedo es con esa otra mirada que poemas así aportan, desde un "Oriente" que me genera extrañeza.
    En fin, habrá que aprender otros idiomas...
    Un abrazo,
    Arturo

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  49. "no nos engañemos: un estudioso del futuro encontrará que Valente y Gamoneda apenas son algo más que la permutación de una serie de palabras vacías (transparencia, luz, sombra, etc etc; yo mismo estoy convencido dde eso, a pesar del respeto literario que les tributo). "



    me dejas de piedra,tío. No se puede ser más simplista...

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  53. Querido Arturo:

    Tienes razón, pero ¿qué hacemos? Es imposible aprender todas las lenguas del mundo... y confinarse a la literatura escrita en la propia lengua es perderse muchas cosas.

    Sin duda las expresiones que te chirrían derivan de la formación occidental del traductor; de hecho, es un poema seguramente escrito según los parámetros de la retórica clásica, y quizá esté paradójimanete más cercano a nuestra tradición que a la china.

    Quizá lo mejor sea fiarse de las traducciones que resulten "fiables" e intentar leer entre líneas. Tratar de encontrar la vibración perdida. No sé...

    abrazos

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  54. Raúl:

    simplista, en efecto.

    Lo que para ti es un pecado mortal, un atentado contra los tótems inatacables, para mí es una evidencia. Los poetas de la luz son reverenciados pero muchas veces no quieren decir nada más allá de un elegante y bien construido juego combinatorio. Mi animalidad, mi cuerpo me dice eso.

    Son grandes literatos pero la poesía, como te he explicado cien veces, es otra cosa, al menos desde mi punto de vista. Cuando la literatura es ars combinatoria o misticismo impostado (en el caso de Valente, sí, aunque duela), no me interesa.

    El debate es estéril porque estamos enrocados en posiciones de trinchera.

    Pero tengo que decir una cosa: no rindo pleitesía a nadie, salvo a mi conciencia. Me gustaría dejar muy claro este punto.

    abrazos

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  55. Querido stalker; me quedo con este recordatorio

    "Todo pasa, no quedan sino huesos;"

    buen conjuro para las vanidades y las fatigas... sólo el hueso inmaculado al final-

    He leído los últimos comentarios y sin ánimo de avivar ninguna polémica, traicionaría algo muy íntimo si no expreso que para mí la poesía de Valente y Gamoneda son más, mucho más que permutaciones de palabras como luz o transparencia. Y si lo fueran, mi sensibilidad ha sido engañada porque esas permutaciones me han hecho temblar literalmente y emocionarme hasta las lágrimas cuando, por ejemplo,he oído de su propia voz la poesía de Gamoneda. Creo que la luz que él trae en su poesía no es una luz abstracta o metafísica, es una luz que hiere, que encarna, que se hace espino o pared de cal o dolor de infancia. Una luz nada sobrenatural sino humana y desgarrada. Y si uno conoce personalmente a Antonio se da cuenta que poco hay en él de pretensiones metafísicas, su sensibilidad está arraigada en el mundo y su temblor.
    Es mi opinión –falible e incompleta- pero fundada en mi propia vivencia íntima y a ese tipo de percepción no puedo renunciar ni callarme. Espero que puedas abrazar esta diferencia.

    Te dejo un abrazo fuerte,

    Laura.

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  56. Para que no haya malentendidos, Raúl y yo solemos picarnos mutuamente, a veces con audacia y siempre con desparpajo. No media enfado ni mala fe entre nosotros.

    un abrazo, compañero.

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  57. Querida Laura:

    tu experiencia de esos y otros poetas es para mí muy valiosa. Yo también los he leído con mucho interés, pero en mi corazón se ha alojado una sospecha, desde hace mucho tiempo. Y es que quien ha alcanzado una verdad metafísica, a quien le ha sobrevenido una "iluminación" o experiencia mística, como queramos llamarlo, no escribe como Valente o como Hugo Mújica. Alguien así desconfiará de las palabras hasta el punto de no atreverse a escribir "transparencia", "desierto", "umbral" o "silencio". Se callará sin más. No utilizará clichés que entiendo desgastados por el uso extenuante de una tradición muy dilatada. Mi animal interior no se cree ese discurso, al que es muy fácil jugar desde la impostura y, al menos en Valente, desde una egolatría desmesurada.

    Sé lo que arriesgo al criticar a estos poetas, elevados al empíreo de la inviolabilidad, pero un análisis minucioso me revela que una parte de su obra es inane, o se lo revela a mi subjetividad, que es lo único que tengo para comprender el mundo. Así lo creo de "Fragmentos de un libro futuro", de Valente, por poner un ejemplo.

    El caso de Gamoneda es distinto. Ni por un momento dudo de su sinceridad, su pasión y su gran capacidad creadora. Pero dicho esto, y ahora que acabo de releer su poesía, encuentro que una vez descubre las líneas maestras de su estilo (a partir de "Descripción de la mentira"), se limita a recombinarlas. Y es verdad que la luz puede ser potencia de herida, pero si saturamos un texto con esa palabra (que pertenece a una tradición) acaba por desemantizarse, ahogada por una marea inflacionaria de naturaleza combinatoria. Al final la luz no me hería, me cegaba y entorpecía por su carácter de metáfora explotada inmisericordemente, hasta la náusea.

    Con toda seguridad Gamoneda siente la potencia de esa palabra cada vez que escribe "luz".

    Entiendo que desde una óptica progresista está mal visto criticar a estos poetas, pero qué puedo hacer: quizá en el fondo oculto de mi ser hay un obcecado reaccionario. O más bien un escéptico al que le cuesta creer en las palabras. Valente y Gamoneda (también Hugo Mújica) son grandes poetas, escritores inmensos, pero... están atados a una esclerotizada red de significantes, corrompida por un uso abusivo. Esto es lo que quería decir.

    Para que no queden dudas, critico lo que más amo: en la primera parte de su obra Chantal también incurre en la "esclerosis de la luz", aunque luego se dio cuenta de la emboscada que nos tienden las palabras poéticamente fetichizadas. Olvido García Valdés prescinde admirablemente de clichés desde el principio.

    Saludo y acojo tu diferencia con un abrazo. Me encanta estar en desacuerdo con alguien a quien admiro, como eres tú, Laura.

    Abrazos

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  58. Todo esto tiene que ver, también, con una conversación que tuvimos mi hermano búfalo y yo acerca de escribir desde este lugar, parapetados desde el muro de las palabras, del decir, y escribir desde el otro lugar, más allá de la cerca, en la impureza del cieno donde germina otro tipo de sentido...

    más abrazos

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  59. Me gusta tu respuesta querido stalker (gracias)y además, entiendo muy bien esa sospecha que se te ha instalado.
    Respecto al desgaste o vaciamiento de ciertas palabras como luz, sombra, arder, por citar algunas, que se han convertido en clichés no sólo por parte de los propios poetas que se reiteran en una fórmula que les ha funcionado sino también por obra de ese grupo poesterior de imitadores que se "encantan" con las palabras del maestro pero sólo pueden convocar su fachada, su sonoridad más hueca porque falta la vivencia. Así los creyentes mismos han ido vacianado los ritos a fuerza de repetición formulaica, pero desconectada del espíritu que los originó. No hay relámpago.
    Preguntas si alguien que ha rozado cierta experiencia de iluminación habla como lo hacen Mujica o Valente... no lo sé, me imagino -y sólo me cabe aquí usar la imaginación como cometa- que esas experiencias luminosas te van dejando sin palabras, cada vez hay menos necesidad de ellas, menos pendiente en la sangre que equilibrar a través del lenguaje. Quizás quede esa paz enigmática que es una sonrisa en las imágenes del Buda o el balbuceo creciente.
    No sé si la salida de esa emboscada que describes tan agudamente sea prescindir de esas palabras. Otra imagen abusada es la del pájaro; pero cuando Chantal habla de un pajaro pegado al cable de alta tensión, está resemantizando al pájaro, está cargándolo de sentidos nuevos.
    Este tipo de operación reanimaría un lenguaje cada vez más vaciado no sólo por el canibalismo de los propos poetas, sino también por la publicidad.
    Bueno, son reflexiones que darían para mucho.
    Por ahora, me quedo con tu abrazo y tu apertura.

    más abrazos entonces,

    Laura.

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  60. Preguntás Stalker sobre lo que podemos hacer. Además de aceptar nuestra limitación, también pienso que ayuda hacernos concientes de la distancia formal y semántica (de todo lo que hay de incognoscible, de no-interpretable, de in-traducible) en escrituras poéticas de otras lenguas. Eso llama no a suspender el juicio estético, sino a contextualizarlo radicalmente, evitando las trampas y la arrogancia de la transposición cultural. Estamos en esa pérdida y con ella debemos convivir. Saberlo nos permite quizás intentar recorrer en otro sentido el camino. Y seguiremos leyendo, claro que sí, a los otros, como podamos.
    En cuanto al debate Gamoneda/Valente, si me permiten sumarme, sinceramente no acuerdo con tu posición. Es una postura interesante y provocadora –no creo que aquí la vayamos a descalificar- pero me parece que no toma en cuenta la diversidad de tradiciones estéticas legítimas que hay en el presente y las diferentes experiencias de lectura (¿tiene algún sentido decir, p.e. que Borges es mejor que Neruda?). (Dicho sea de paso: de hecho a Gamoneda y a Valente los cuestionan de todos lados. No es ninguna herejía ni mucho menos. Lo hacen permanentemente, aunque desde otras posiciones, mucho menos argumentadas).
    Igualmente, me parece que juzgar una producción poética sin asumir la propia contingencia del juicio, sin aceptar la trama plural del campo y la validez de estéticas divergentes es pararse en un objetivismo estético que no parece demasiado defendible (al menos a priori). Además, la “red de significantes” que usan estos poetas al ser puesta en una nueva constelación de sentido, también la re-semantiza de forma singular. No por hacer referencia a la “luz” o al “desierto” se repiten los mismos tópicos. Es más: yo veo particularmente valiosa la labor de hacer un uso inhabitual de términos habituales. Es quizás el mayor desafío. Hablar todavía de “amor”, de “luz”, de “desierto” sin caer en lo cursi, etc. Pienso que hay que evitar la grandilocuencia, pero eso no quita que sigamos hablando con ciertas términos heredados e incluso totalmente devaluados (y no hay lenguaje sin herencia).
    Para terminar, mi querido Stalker, comparto algunas observaciones tuyas sobre Valente y Mujica, a quienes leo más en clave mística y filosófica respectivamente que en clave poética. Pero una cosa es que yo tome distancia de esas tradiciones estéticas y otra que no les reconozca su valor como poéticas singulares que cuentan entre lo mejor (lo digo por Valente/ Gamoneda, no así Mujica) de la poesía iberoamericana (por supuesto, contando unos cuantos otros).
    En fin, para sumar más leña...
    Un fuerte abrazo,
    Arturo

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  61. stalker,

    a mí me sucede algo parecido a Laura: pocos poemas y pocos autores han conseguido erizarme el vello (y no es una expresión, sino literalmente). Gamoneda y Valente son unos de los pocos que han convulsionado mi estado físico, cortocircuito inexplicable, escalofrío. No creo que eso lo consigan sólo permutando signos gastados. Si fuera así entonces mi ojo, mi gusto y mi experiencia como lector es una birria, pues según tú me dejaría engañar por fuegos de artifcio vacíos. No creo que sea así, sin embargo. Veo las luces y las sombras de esos autores, que las tienen (como todos, también la-tu última Chantal, por mucho que me parezca una apuesta colosal). Reconozco que Gamoneda se ha acomodado un poco a su discurso (eso no quita que incluso en ese acomodo a veces me desarme y me deje tiritando), reconozco que Valente es algo más retórico pero no creo que sea una búsqueda de la mística "religiosa" lo suyo sino un acercamiento más artístico, más en la órbita de Rothko, por ejemplo. Su último libro, ciertamente, no es una obra maestra. Ni muchos de los primeros y del medio. Tampoco deben serlo todos los libros, hay autores que merecen la inmortalidad con sólo un par de versos.

    En fin, te decía simplista porque reducir, como has hecho, a esos dos autores al tópico de la luz,la transpancia, etc. no está a la altura de tu inteligencia, y sé que si te paras un poco más tú mismo te darás cuenta que esa afirmación ha sido un poco apresurada y propia de alguien que no eres tú y que no tiene las lecturas y las miras que tienes tú.

    No es rendir pleitesía a nadie, ¿¡Qué expresiones son esas?! como si fueras el único hombre libre que lee... piensa, amigo, que todos somos lectores, que todos tenemos la misma experiencia y buen gusto que tú. Que Valente no es el poeta perfecto, claro que no, ni Gamoneda, ni Rilke. Pero el trazo grueso no te pega... ahora falta que admitas tu desliz.

    Todo dicho desde la más digital amistad, respeto,cariño y ganas de liarla que me caracterizan.

    un abrazo.

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  64. Queridos amigos:

    sabía que estas afirmaciones despertarían polémica. Si me perdonáis os respondo un poco a todos en una pequeña intervención conjunta, porque creo que todos estamos convencidos de lo que decimos y me temo que en realidad ninguno tenemos del todo la razón.

    Reformularé lo que he dicho de la siguiente manera: todo poeta cuenta con una tradición previa, y esa tradición ofrece unos conceptos, unas formulaciones, propias de una retórica anclada en los usos de pensamiento de ese momento concreto. La luz ya estaba antes de Gamoneda y Valente, no la inventaron ellos. Ahora bien, a un gran poeta le podemos pedir no sólo que recoja esas ideas previas, sino que las dinamite, que nos hable desde su propia intemperie. Y para eso no sirven las palabras existentes, demasiado preñadas, demasiado erosinadas por el uso de la tradición.

    Yo no percibo, Arturo, que esos poetas resemanticen siempre esas palabras. O mejor dicho: lo hacen en algunos momentos, pero por último, a fuerza de repetirse, acaban vaciando esa propia resemantización primera. Si introduces la luz 300 veces en tu obra, ¿qué queda? ¿Qué significa la luz? Para mí, nada. Si todo arden, arden los cuerpos, las pérdidas, los significados, la ausencia, si todo arde, no arde nada, y arder se convierte en una marca estilística, en un signo inane que ya no provoca asombro porque ha sido descargado de la energía de la propia resemantización.

    Por otra parte, Raúl, no estoy atacando a estos poetas ni restándoles méritos. Su apuesta estética es sólida, fue y ha sido innovadora. Me gustan mucho y los he leído muy bien. Lo que estoy criticando es un aspecto muy concreto, no invalidando el total de la obra. Por favor, no me atribuyas una enmienda a la totalidad cuando aquí se habla de un asunto específico en el que afortunadamente disentimos.

    Saludos y abrazos a todos

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  65. Raúl:

    una postdata para decirte que en otra ocasión intentaré ser más listo, menos de trazo grueso.

    Pero ¿sabes? Me encanta defraudarte.

    Un placer, y abrazos, compañero

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