sábado, 8 de noviembre de 2008

Conversación teológica


-¿Crees en Dios?
-No, pero creo que él tampoco cree en mí.

Autobús de la línea Málaga-Nerja, digamos un tórrido agosto de 2001

9 comentarios:

  1. -¿Crees en Dios?
    -Todos los días, cuando lo confirmo en el espejo.

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  2. Je, je, muy bueno, Raúl.

    Como contexto, diré que el contenido de la entrada me ocurrió porque se me sentó un mormón al lado,
    en el autobús, y no había manera de quitármelo de encima. Y es que no sé qué tengo en la cara, quizá cierta tendencia mesiánica (?), porque los mormones, los testigos de Jehová, siempre me abordan por la calle. No falla. Cuando llevaba barba y el pelo largo era aún peor.

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  3. Genial y surrealista de pura cepa spanish, Stalker. ¿Sabes qué me recuerda eso? Cuando hace tiempo llamaban a la puerta de mi casa -lo hacían con pesada frecuencia- la pareja de Testigos Jehovaianos, en cuanto les veía las pintas, y sin dejarles abrir el pico, tomaba yo la iniciativa y les espetaba: "Lo siento, no compro nada". Como ellos creyeran que yo les había tomado por vendedores insistían bonachones: "No, si queremos hablarle del mundo infeliz y de salvarse...etc." Y yo: "Pues lo dicho, que no compro nada, tampoco de ese género".

    ¿Para qué entrar en teologías o sofismas de tres al cuarto?

    Avanti il popolo.

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  4. Pues tú tampoco te quedaste corto, Fackel. Me encanta eso de no querer comprar la salvación, de negarnos el paraíso enlatado, la redención que nos ofrecen a cambio de nuestra "alma" o nuestra sumisión al rebaño.

    Avanti la armada del popolo!

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  5. 'paraíso enlatado'.. qué buena definición. Yo no puedo evitar sentir lástima por esos predicadores del tres al cuarto, y me entran ganas de inundarles con mi propia incontinencia verbal para salvarles a ellos de sí mismos y toda esa mierda mal deglutida. Evidentemente no lo hago..
    No imagino a un Stalker barbudo y melenudo, jeje. Yo tuve un novio 'motero' con unas pintas que asustaban, pero curiosamente esa gente en lugar de abordarnos por la calle nos miraba -cuando andábamos juntos- como si no hubiese nada que hacer con nosotros, esquivándonos..

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  6. Sí, sí, barbudo y melenudo. Aún conservo lo segundo...

    Eran otros tiempos...

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  7. a mí tienden a asaltarme en la parada de autobús, no sé si me ven los ojos tristes o pinta de perdida, pero la cosa es que en la parada hay siempre varias personas y a quien se acercan es a mí. el otro día me llamó la atención los ojos de una de esas predicadoras, una mujer mayor de unos 70 años y tenía la mirada tan dolorida, la mujer me dio uno de sus papeles y yo lo guardé en la cartera, luego le enseñé el papel a un compañero de clase y nos reímos, pero recordando la mirada de la mujer algo me enturbiaba

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  8. La misma sensación tengo yo, la de que los atraigo... ¿a qué se deberá ese singular poder de atracción de predicadores e iluminados de variada índole?

    Lo triste es eso, el sufrimiento que hay detrás de muchas de esas personas, que se agarran a esa tabla de salvación y están desesperadas...

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  9. Un consejo, no les habléis de Darwin, pues entonces volveràn a la puerta de tu casa con argumentos peregrinos para desacreditar al inglés y convencerte de que Dios hizo el mundo tal como se cuenta en el relato bíblico.

    saludos

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