miércoles, 17 de septiembre de 2008
"Lógica borrosa", Chantal Maillard
Por pura pasión amo el amor que me consume. Por pasión: por dolor de amar. El objeto, siempre, es lo de menos.
No nos engañemos: la pasión no es el trayecto que nos guía hacia el otro, sino el vuelco sobre uno mismo, el vuelco hacía sí mismo. Por eso la sabiduría es indiferencia, la indiferencia ecuanimidad y la ecuanimidad, calma.
Por eso, y porque quiero vivir, decido observar en calma la pasión que sacude mi cuerpo y lo consume. En lograr cumplir con esta paradoja he empeñado mi existencia.
Sin embargo,
sin embargo,
sin embargo... No me
fío de mí. Nada es
permanente. Menos
lo es la palabra. Esto
tampoco,
esto tampoco,
esto tampoco. No me fío,
no te fíes de quien
dice, de quien
habla, de lo que se
dice, de lo que dices,
de lo que digo,
no me fíes,
no te fío.
La lucidez es una chispa, un
estado de conciencia
en las multiplicadas estancias
de la conciencia o que hacen
conciencia, las estancias
que se alargan, se prolongan, se
continúan, y así
se le llama conciencia
a aquella continuidad.
No me fío, no te
fíes de las estancias,
se estrechan,
se acortan,
se invaden,
desaparecen,
la lucidez es un instante
entre estancias,
ventanas en la mónada que
si permanece bajo
la luz del foco se hace estancia,
también ella, y sufre
las mismas convulsiones.
Sin embargo,
sin embargo,
sin embargo... lo
que intuyo ahora
se borrará mañana,
luego,
ahora,
apenas se haga pensamiento,
conciencia: estancia. Atrapamos
la sensación que invade las entrañas,
muy abajo,
muy adentro,
muy homogénea, la atrapamos
y la hacemos eso: "sensación",
la nombramos,
la describimos... la perdemos. Ya
no es ella, ya no es eso, ya no es.
Aún está allí pero
no es lo que digo,
lo es apenas,
no es lo que oís,
no es eso, no
os fiéis,
no me fíes,
no te fío.
De nuevo cae la tarde,
mengua la luz.
Los colores del otoño vienen del oeste,
decía aquel poeta chino.
El mundo está en mí.
No me apartaré.
Acojo todos los colores, el
estío dentro de mi otoño,
porque sé que no
hay fin, que no habrá término.
Todo comienza y termina en mí.
Yo soy el infinito proyecto de mí misma
por encima de mí
me sobrevuelo.
Boomp3.com
Me resulta algo incomprensible el regodearse, "amo el amor que me consume", esto lleva al camino de siempre. El hombre tropieza consigo mismo una y otra vez, y adora perderse en sí y elevar altares a sus propias lágrimas.
ResponderEliminarPobres de nosotros que estamos tan solos que no nos queda más que eso, ir a la búsqueda de la sensación, la convulsión, aunque sea con desconfianza.
Todo comienza y termina en mí. Y yo añadiría, porque ningún dios existe que venga a robarnos protagonismo (ni falta que hace).
La poesía es eso, dar cuenta del propio vértigo, de las propias contradicciones: la autora señala la paradoja y es muy consciente de ella.
ResponderEliminarPero hay más, mucho más que la mera búsqueda de la sensación en este poema. Hay una observación de los contenidos mentales, un no fiarse de las emociones, porque la senti-mentalidad pertenece a la "lógica borrosa", una lógica anímica y corporal difuminada, que sin embargo nos restaura en lo que somos y rige nuestros actos.
Para mí es un poema espectacular y nunca he escuchado leer de esa manera tan original.
Abrazos
voy.
ResponderEliminara menudo no me entero. me desentero. me hago pequeñas piezas que mi alma agarra y observa una y otra vez. ella, después, conscientemente lenta, me reconstruye. vuelven las piezas de mí o lo que puta sea el yo. pero distinto. más mejor. o menos mejor, pero mejor. no por más que, sino mejor entero. entero. eso es. entero significa el otro. también e inevitablemente lo otro. lo que soy/somos también. impepinablemente.
no, tampoco sé lo que disgo, poco importa, pero creo saber ser. como cualquier otro animal o brizna. mucho, entonces. eso, entonces, es posible el siguiente paso que me provoca el más feliz de los desequilibrios. avanzar, sin saber qué, a qué, en plena fe ciega, fe luz, despojado de dios.
no sé leer a maillard. la siento. lo que dice, aunque lo diga.
eso sí, en persona, en mi persona, soy un cachondo, me cachondo encima, para lo otro ergo para mí también.
cuando me enrollo, me enrollo y santas pascuas...
abrazos,
òscar.
Oscar, tu entrada en sí misma es ya un poema. Me alegra que sientas tan intensamente a Maillard y que genere en ti esas reacciones, ecos, encrucijadas.
ResponderEliminar¡Abrazos!
Oscar, te dediqué la entrada "Retrato de senectud" un poco más abajo. ¡Quién sabe si ésa no será también tu propia vejez!
ResponderEliminarSalud
Vaya, me explico como el culo -con perdón-, a mí el poema me ha gustado, y creo que lo he entendido, por lo menos el punto de vista desde el que está escrito.
ResponderEliminarYo misma soy la persona más indecisa y contradictoria que conozco, luchando constantemente contra mí.
Me fastidia haber dado la sensación contraria, le aseguro que si no me gustase o me hubiese parecido una simple paja mental lo habría dicho muy claramente.
(Poder escupir comentarios con libertad es lo que tiene..)
No, no, Condesa, ya sé que lo habías comprendido. Siento haber dado yo la impresión de no hacerme eco de ello. De hecho, estoy plenamente de acuerdo con tu primera impresión de que el hombre tropieza siempre con lo mismo, tan endebles somos y con tanta necesidad de ser amados...
ResponderEliminarAbrazos
me cago en mi estampa, me voy a ver senectud, por suerte gilipollas de mí...
ResponderEliminarmuchas gracias, amigo!!!
muás!!!
Gracias, Oscar, por ser tan "gilipollas". Intentaré serlo, también, como tú. Abrazos...
ResponderEliminarni imaginas lo agradecida que estoy por poder encontrarla de nuevo a través de ti.
ResponderEliminaresta noche no tengo mucho tiempo, pero en breve espero comentar debidamente este post.
Quimera, espero tus palabras... de hecho, quería pedirte, precisamente, un parrafito o una línea sobre cómo sientes a Maillard. Quiero hacer una entrada para recopilar impresiones de sus lectores. ¿Quizá es un poco delirante? No sé, pero me apetece hacerlo.
ResponderEliminarMe gusta mucho que compartamos a esta mujer.
Besos
Gracias Chantal, gracias Stalker.
ResponderEliminarZhivka
¡Muchas gracias a ti, Zhivka!
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