Querido Stalker: tengo henchido el corazón de tanta belleza, atravesada de líneas geodésicas, me deja temblando ese pequeño instante de amapola, roja caricia a la intemperie...
la epifanía de la vida, breve e infinita a la vez, que nos asalta.
Tu voz que nace para adentro y crece como un pequeño brote de bambú.
Toda tu indecible ternura dibujada en la sombra de unas manos atentas que saben mirar la lentitud, que respiran también con dulce vértigo en el gris del asfalto
Crecen las manos con la timidez y el alegre gemido de la delicadeza y la fragilidad
Amapola que ahora creces para siempre en este ínfimo instante que soy
Gracias , Stalker, por tu mirada y por tus manos,porque nos develas la suave alegría que todo recorre, Gracias por tu corazón mendigo abierto a esta silente epifanía
Gracias desde el mundo sublunar de los niños australes
Se siente la fuerza nombrada y vivir-la nos lleva a callar la conciencia e ir borrando el decir en el mismo momento en el que se dice. Creo recordar- aunque la cita pudiera ser un falso recuerdo - que Feijoo (el padre Benito Jerónimo) escribió algo sobre las flores que crecían en la frías piedras de las sepulturas como anunciando la santidad del difunto, demediando la suave euforia en aquel caso de la creencia en la luz de la razón ilustrada. Aceptemos aquí al botánico ilustrado que centra su atención en es gota de tierra que apuntas y hace posible la ilusión de maravilla.
Por lo mismo, en el abrazo a esa fuerza, no se desprecie al asfalto ni se ame la flor en el momento de la ejecución del granito y el chusco olor a goma quemada. Abrace el purpurado vegetal todo que lo enmarca su fugaz divinización, incluida esa sombra que rompe una inocencia, que provoca palabras y otras torpezas.
Haz rescatado un instante, una breve pincelada roja sobre el asfalto gris, he bebido de tus palabras y ahora el silencio es lo mejor para resguardarme de la intemperie que es la vida. Encontrar la lentitud como un caracol, acurrucarme para escuchar mejor tus palabras.
gracias a ti por tu generosidad y por acompañar con tanta atención esta silente epifanía y el calor que desprenden estos pequeños acontecimientos que nos abren un mundo...
es cierto que la sombra rompe la inocencia y abre el cauce a las palabras... y sin embargo se integra también en ese cálido flujo subterráneo que parece imantar la existencia, sin palabras...
un instante tan solo, esa tímida flor que canta en el gris...
Querido Stalker:
ResponderEliminartengo henchido el corazón de tanta belleza,
atravesada de líneas geodésicas,
me deja temblando ese pequeño instante de amapola,
roja caricia a la intemperie...
la epifanía de la vida, breve e infinita a la vez,
que nos asalta.
Tu voz que nace para adentro
y crece como un pequeño brote de bambú.
Toda tu indecible ternura dibujada en la sombra de unas manos atentas que saben mirar la lentitud,
que respiran también con dulce vértigo en el gris del asfalto
Crecen las manos con la timidez y el alegre gemido de la delicadeza y la fragilidad
Amapola que ahora creces para siempre en este ínfimo instante que soy
Gracias , Stalker, por tu mirada y por tus manos,porque nos develas la suave alegría que todo recorre,
Gracias por tu corazón mendigo abierto a esta silente epifanía
Gracias desde el mundo sublunar de los niños australes
anamaría
ResponderEliminarte escucho, te siento, te bebo, me hago chica-vampira y te vivo.
a veces canto con esta amapola:
http://youtu.be/fbOu_Gi4pM0.
a hilda la pondría en mi mesita de luz. a vos, también.
es madrugada y las flores empujan en las grietas del invierno polar.
alabadas sean las flores, las frágiles.
Ya dije gracias el otro día y lo repito, por esa sensibilidad que desborda existencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se siente la fuerza nombrada y vivir-la nos lleva a callar la conciencia e ir borrando el decir en el mismo momento en el que se dice. Creo recordar- aunque la cita pudiera ser un falso recuerdo - que Feijoo (el padre Benito Jerónimo) escribió algo sobre las flores que crecían en la frías piedras de las sepulturas como anunciando la santidad del difunto, demediando la suave euforia en aquel caso de la creencia en la luz de la razón ilustrada. Aceptemos aquí al botánico ilustrado que centra su atención en es gota de tierra que apuntas y hace posible la ilusión de maravilla.
ResponderEliminarPor lo mismo, en el abrazo a esa fuerza, no se desprecie al asfalto ni se ame la flor en el momento de la ejecución del granito y el chusco olor a goma quemada. Abrace el purpurado vegetal todo que lo enmarca su fugaz divinización, incluida esa sombra que rompe una inocencia, que provoca palabras y otras torpezas.
Bella reflexión, hermano y amigo. Like a player
Haz rescatado un instante, una breve pincelada roja sobre el asfalto gris, he bebido de tus palabras y ahora el silencio es lo mejor para resguardarme de la intemperie que es la vida. Encontrar la lentitud como un caracol, acurrucarme para escuchar mejor tus palabras.
ResponderEliminarGracias Stalker.
las ondas expansivas de tu calidez y de tu fragilidad llegan hasta este, mi lejano témpano a la deriva.
ResponderEliminarbrota el bambú.
un abrazo
Anamaría:
ResponderEliminargracias a ti por tu generosidad y por acompañar con tanta atención esta silente epifanía y el calor que desprenden estos pequeños acontecimientos que nos abren un mundo...
abrazos!
Pájaro de China!
ResponderEliminaralegría verte en esta pequeña casita!
gracias por el vídeo: vivimos en esa fragilidad y la cuidamos en el invierno polar
por dentro es primavera
abrazos!
Darío:
ResponderEliminargracias por seguir estas constelaciones hacia el desbordado cielo que todos guardamos dentro
un abrazo!
Luis:
ResponderEliminares cierto que la sombra rompe la inocencia y abre el cauce a las palabras... y sin embargo se integra también en ese cálido flujo subterráneo que parece imantar la existencia, sin palabras...
un instante tan solo, esa tímida flor que canta en el gris...
abrazo!
Lola:
ResponderEliminarlos caracoles, lo pequeño y frágil, siempre tendrán su morada y su espacio en este tránsito...
gracias por pasar con la delicadeza del ave zancuda
Querido Leonardo!
ResponderEliminarme hace muy feliz que hayas aparecido aquí, creciendo como un bambú, atento a esta vida pequeña que se define como impulso y caricia
te envío un abrazo fuerte y arraigo contra la deriva!