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Así pues, la realidad, el mundo real, sólo habrá durado un tiempo, el imprescindible para que nuestra especie lo hiciera pasar por el filtro de la abstracción material y el cálculo. Real desde hacía tiempo, el mundo no estaba destinado a seguir siéndolo mucho más. Habrá cruzado la órbita de lo real en unos cuantos siglos, y no tardará en perderse más allá.
En términos meramente físicos, podemos decir que el efecto de realidad sólo existe en un sistema de velocidad y continuidad relativas. En sociedades más lentas, como las primitivas, la realidad no existe, no "cristaliza", a falta de una masa crítica suficiente. No hay suficiente aceleración como para que haya linealidad, y con ella causas y efectos. En las sociedades demasiado rápidas, como la nuestra, el efecto de realidad se difumina: la aceleración trastorna los efectos y las causas, la linealidad se pierde en la turbulencia, la realidad, en su continuidad relativa, ya no tiene tiempo de existir. Así pues, la realidad sólo existe en una determinada almena de tiempo y de aceleración, en una determinada ventana o en una determinada playa de los sistemas en expansión.
Jean Baudrillard, El crimen perfecto (trad. Joaquín Jordá)
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De ahí la relatividad del tiempo y por ende de las cosas, de nosotros mismos.
ResponderEliminarUn saludo.
Marías, una mancha de sangre, los bordes de la mancha que se resisten a ser borrados, como ciertos bordes persisten en la memoria. Al final, la mancha se hace imperceptible, al final todas nuestras certezas pierden sus bordes.
ResponderEliminarEn efecto, José Antonio...
ResponderEliminareste fragmento expresa con precisión y elegancia una idea que me ronda desde la adolescencia. Ha sido increíble verla expresada con tanta lucidez y tan sucinta elocuencia por Baudrillard.
el ritmo de las cosas y su vida secreta sería otra arista po(e)sible de este intrigante asunto...
salud!
Joven:
ResponderEliminarno entiendo bien tu alusión a "Marías", pero me gustan los bordes que se resisten a ser borrados, y tu constante vigilancia de los límites,
un abrazo
Parece así que la realidad sólo habita en algún pliegue que se escapa a la estadística, a la perplejidad, a la lentitud o a la aceleración.
ResponderEliminarForzada, parece evanescente, sin geometría ni puntos cardinales, siempre agónica o siempre por nacer
abrazos espectrales
Anamaría:
ResponderEliminarparece que así fuera... la realidad sería sólo un pequeño fragmento de un espectro o continuum de irrealidad: espacio donde las energías se solidifican y es posible el pacto, la verdad convencional según la cual las cosas duran. Ese espacio estaría acotado por la vertiginosa impermanencia de lo irreal, lo a-real, lo hiper-real: inflaciones o carencias donde apenas somos, donde delegamos nuestra habitual discapacidad cognitiva a la tutela del Estado asistencial o la profilaxis estadística...
la realidad siempre por venir, me gusta esa idea, la idea de que lo real apenas ha sido producido, invocado, convocado: apenas hemos pronunciado lo real y ya lo perdemos por la insensata aceleración mental
antídotos: poema y lentitud (en el poema la lengua se hace lenta)
un abrazo en trance de real-izarse
Un felino aullando. Gracias.
ResponderEliminarD:
ResponderEliminaruna sombra maúlla lobo... dentro
/abrazo!