lunes, 19 de octubre de 2009
La belgitude I. Los corazones tiernos
Los corazones tiernos
Hay quien tiene el corazón tan grande
que a él entramos sin llamar
hay quien tiene el corazón tan grande
que apenas vemos la mitad.
Hay quien tiene el corazón tan frágil
que lo romperíamos con un dedo
hay quien tiene el corazón demasiado frágil
para vivir como tú y yo.
Llenos de flores los ojos
los ojos a flor de miedo
miedo de faltar a la hora
que conduce a París.
Hay quien tiene el corazón tan tierno
que en él descansan los pájaros,
quienes lo tienen demasiado tierno
mitad hombre mitad ángeles.
Hay quien tiene el corazón tan vasto
que está siempre de viaje
hay quien tiene el corazón demasiado vasto
para privarse de espejismos.
Llenos de flores los ojos
los ojos a flor de miedo
miedo de faltar a la hora
que conduce a París.
Hay quien tiene el corazón afuera
y no puede más que ofrecerlo
el corazón tan afuera
que todos se sirven de él.
Aquel tiene el corazón afuera
y tan débil, y tan tierno;
malditos los árboles muertos
incapaces de atenderle.
Llenos de flores los ojos
los ojos a flor de miedo
miedo de faltar a la hora
que conduce a París.
No recordaba esta maravilla de J. Brel. Ha sido como la irrupción de pronto de una nana triste. Una caería en la tentación de dejarse mecer, pero no, hay que estar atenta, pues el traidor te va lanzando piedrecitas al corazón como:
ResponderEliminar"los ojos a flor de miedo
miedo de faltar a la hora
que conduce a París".
Gracias, Stalker, por su hermoso y envenenado regalo.
Es mucho Brel, Stalker. Lo que para ti puede que sean descubrimientos para mi son nostalgias. ¿Qué decir a estas alturas de Brel? Sucede como con los innumerables cantantes franceses de aquella época. Una músicas extraordinariamente cadenciosas, unas voces enérgicas y firmes y unas letras que son poesía en estado peatonal.
ResponderEliminarSalud y resistencia siempre, que falta nos va a hacer.
Canción cantada, a solas, una y otra vez. A oscuras. En la habitación. Esperando el subte. Mentalmente. Con las manos en los bolsillos del tapado de lana. Con las manos sobre los ojos, cerrados.
ResponderEliminarCanción escuchada, una y otra vez. En la adolescencia, aprendiendo francés. Aprendiendo que a cada hombre le corresponde un corazón y que por sus corazones (no por sus nombres) los reconoceremos.
Abrazo, con flores en los ojos, la mitad de tu corazón que está afuera. Todo tu corazón está afuera, pero es tan grande que la otra mitad no se puede ver.
Jo es precioso. A mi me emociona escucharlo.
ResponderEliminarGracias Stalker por estos regalos diarios. Eres poeta y tienes el corazón que se te sale del pecho.
Un abrazo de ave zancuda.
Querido stalker:
ResponderEliminarQué bueno recordar ese tema de Brel, es hermosamente emotivo para mí. De esa música que se abre paso por el pecho y te saca el corazón. Mariel ha hablado de que tu corazón está afuera,( clarividente Mariel, única) yo lo siento así también.
Gracias por ese corazón que no se retacea.
Un abrazo y cuidate mucho,
Laura.
Ésta es mi canción favorita de Brel! terrible, hermosa, deja sin palabras.
ResponderEliminarun abrazo
Bel:
ResponderEliminarfíjate que no veo que el regalo de Brel está envenenado. Pero como Barbara, siempre advertía a su público, les advertía para que no bajaran la guardia.
Barbara: "Restons en colère, soyez vigilantes". Conservemos la cólera, permanezcamos atentos, sí. Con los ojos a flor de miedo, a coeur battant, a contre-vie si c'est precis. Cela, et le silence après le depouillement...
...et se battre avec tendresse, pero ya cargamos la ternura, la investimos, la informamos, la transformamos en arma, arma con poder transformador sobre la inflexible realidad. ¿La ternura como subversión? Eso y algo más...
abrazos
Fackel:
ResponderEliminarqué bueno verte por aquí, errante trashumante...
Poesía en estado peatonal, me gusta. Diré más: poesía en estado de fe, como una herida enconada en el fervor. Ataraxia que adviene tras toda supuración. Arte para curar.
Descubrí a Brel hace diez años y no ha dejado de acompañarme. Es cierto que lo traigo menos a colación porque en mi universo personal Barbara se me impone, cada día, como una evidencia: ella me es tan necesaria como respirar, y aunque no la escuche, no hace falta, ya está en el adentro. A Brel sí necesito escucharlo de cuando en cuando, porque oscila entre el adentro y el afuera, aunque esta canción, concretamente, pasa de contrabando a las estancias más recónditas...
abrazos
Mariel:
ResponderEliminarQué grande que te acompañen estos versos, esta delicada fuerza para sentir el mundo y esperar el vagón de metro. Para seguir ese y otros itinerarios donde el miedo acecha.
Y gracias por tu cariño infinito y tus palabras. No se merecen, pero las acojo como un regalo que nunca sabría tasar.
abrazones
Lola:
ResponderEliminarme alegra que compartas estas sensaciones.
Lo de ser poeta lo atribuyo a tu generosidad sin límite. No he escrito nunca un verso porque no tengo nada que decir, y también porque todo lo que podría decir ya se ha dicho admirablemente (e insuperablemente). Otros harán el trabajo de zapa o la búsqueda, a mí no me es necesaria. Prefiero buscar un rincón tranquilo que remontar la corriente del lenguaje, que es el único modo, creo, de escribir significativamente, abriendo grietas y encontrando, y destruyendo, la fuente de todo lenguaje. Pero eso es otra cuestión.
Gracias, besos.
Querida Laura:
ResponderEliminarhabría que celebrar una misa in-solemne o a-solemne para rendir culto a la clarividencia marielana (¿marielita?). Quizá sólo su entrega y generosidad estén por encima de su lucidez.
Qué bueno que disfrutes de esta canción. Brel no acaba nunca y habría que reinvindicarlo a cada instante, también como un ejercicio de resistencia frente al imperio de la música popular anglosajona, que ha dado grandes cosas pero a veces nos impide rastrear gemas como ésta.
Abrazos
Rubén:
ResponderEliminarmira que era difícil coincidir y que ésta fuera tu canción favorita. Quizá también es la mía, aunque hay otras dos o tres candidatas al podio (Ces gen´-là, La ville s'endormait, etc.) En esta canción ocurre que la potencia ostensiblemente declamatoria de Brel, esa manera de acercarse a la canción embistiéndola, trepanándola, extrayendo de ella toda su fuerza arrolladora, cede el paso a una delicada contención que expresa mejor el concepto-idea que pretende vehicular. Brel abandona el ring y nos susurra al oído, y es lenta la nana-letanía que se nos infiltra en la savia más oscura.
abrazos
una canción perfecta no es música ni canción. afecta a nuestro vivir tan intensamente como el sonido de una mosca a la que hemos liberado del cristal de la ventana.
ResponderEliminarstalker, lo sé, dedica su vida a eso. libera moscas. solamente.
el próximo verano, cuando una de esas moscas se pose en tu pierna o en tu brazo, no la espantes, ábrele tu corazón para que beba y vuele adonde tenga que ir.
muchas gracias,
besos,
ò.
Sigo pensando que hay poetas sin necesidad de escribir versos.
ResponderEliminarA mi me gusta escribir, pero cuando tengo algo que escribir.
Y eso es casi nunca.
Un beso.
"porque la muerte de una mosca es la muerte" M.D.
ResponderEliminarUn abrazo,Òscar.
(el regalo envenenado era el que nos hacía Stalker con esta entrada, pero tal vez envenenado no sea la mejor expresión, ¿mejor las flores que ocultan el áspid, bondadosa, pero áspid al fin y al cabo?)
Si volviera a nacer,
ResponderEliminaramaría a este hombre.
Stalker, Stalker, Stalker,... tenemos una gran neceidad de nombrar, de apropiarnos con palabras de lo que creemos que existe. Algo que es, y como tal, lo hacemos formar parte de nosotros con un nombre: bautismo.
ResponderEliminarYo no sabría como bautizarte.
El bautismo de Brel para mí han sido sus ojos. Los vi, y según ocurrió supe que era Brel, que me cantaría en francés a todos esos corazones que pululan dentro de váyase a saber qué cáscara llena de circuitos inconformistas.
Canta a la ternura, "tendresse", -bonita palabra, que parece cuajarse, romperse, crujir de hielo dicha en francés- de lo que apropiamos vulgarmente como corazón. ¿Qué es un corazón? una cáscara de rocío que acabará por evaporarse. Un día desaparecerá lo que lo mueve automáticamente, como un reloj que un día duerme, y sigue durmiendo sin que nadie pueda despertarlo de esa letanía. No como era antes.
A pesar de todo, el bautismo no es el comienzo. Las cosas son, tú eres, el corazón es; me adueño de las cosas conforme las nombro, al mirarlas, al tocarlas. Las nombro en mis miembros, en mi mente. Enmudezco y pienso en Brel. En un corazón que bombea. En la sangre que son palabras.
Stalker, no sé si eres poeta. No sé si existen los poetas, si existieron. Sé que no puedo bautizarte, y esa inabarcabibilidad ya lo dice todo de un, ese, tu corazón.
Abraciño.
P.S.: Lola, espero no te moleste como concibo los nombres, por aquello de que me apropié de tu bautismo a Stalker para darle otro enfoque a mi tortilla.
Abraciño a ti también.
Corazón desblindado
ResponderEliminarabierta pulsion de sol,
bajo,
bajo
una manta de sombras,
ni
más tibio que el abejaruco
ni tan sabio como la brizna
que el caballo galopa.
Corazón sin torres ni muro,
itinerario
donde los que escuchan
cobijan
la palabra irresumible.
Tú entre tú y yo
no desapareciendo,
con posibilidad en deshielo
con vínculos al
reverdecer noviembre.
Portinari es un privilegio escucharte, leerte, escuchar tu voz, tu corazón nombrar.
ResponderEliminarEs un privilegio poder escucharos a todos. Sentir vuestras palabras, no saber expresarme pero si llegar a vuestra voz.
Yo leo todos vuestros mensajes y comentarios y me encanta.
Un abrzo.
Los corazones tiernos, amigo, como el tuyo, como el que a veces uno encuentra, como esos que apenas vemos por la mitad y que tememos dañarlo.
ResponderEliminarConozco esos extraños seres frágiles. Los más vulnerables. Los que florecen en nosotros, los que nos señalan un horizonte posible.
Hermosa canción…
Un fuerte abrazo,
Arturo
Yo esta cancion la entiendo muy bien, y me llega al corazon, o lo que sea que me palpita en el pecho. Un saludo.
ResponderEliminarQué necesaria la ternura, aunque la canción francesa no sea lo mío, muy necesaria la ternura. Afortunadamente aunque la chanson no sea lo mío de manera general -sí de manera particular, algunas canciones, algunos momentos- también se puede apreciar ternura en músicas más "académicas" -entre comillas porque no me gusta la palabra- por ejemplo en las piezas más desnudas de Mertens, ternura y sobre todo recogimiento, ojos muy abiertos -siempre asocio la ternura con los ojos muy abiertos porque cuando siento ternura lo siento sobre todo concentrado en los ojos, no sé si a vosotros también os pasa.
ResponderEliminar¿Para cuando una entrada de Ingrid Caven? Ah, me gustaría que tradujeras alguna canción suya :)
Un abrazo.
p.d- Llevo unos días bastante soprendida porque vi que en tu barra de videos había un video de Laura Pausini ¿?
Querido búfalo:
ResponderEliminarlibero una mosca para ti, ahora mismo. Así, tan ricamente...
abrazos bestiales
Bel:
ResponderEliminarno me gustaría que te picara ese áspid... Más bien entiendo que Brel, como otros muchos, trabaja con antídotos: utiliza el mal de vivre y la desolación de la condición humana para fomentar espacios de resistencia y abolir la distancia que nos separa de nuestro vértigo. Para cuidar esa intemperie. El antídoto está hecho de veneno, se lo puede confundir con él, pero su función es muy otra... espero.
Besos
Esther:
ResponderEliminarpuedes amarlo en esta vida. En mi caso le tengo un cariño entrañable, una sensación fraterna. Cuando se introduce uno en el universo de Brel y se empapa bien de él, no se puede dejar de quererlo. Fue un hombre simultáneamente tierno y feroz, de despiadada lucidez no exenta de controversia (por ejemplo, en su ataque siempre frontal al nacionalismo flamenco). Los contrarios se hermanan en él sin fisuras, es un caso evidente de reflejo especular mutuo entre vida y obra.
abrazos
Portinari:
ResponderEliminarme gusta tu vuelta de tortilla, creo que tienes muy buena mano... ;)
Acepto, gozoso, ese no bautizo y conservo tu mensaje como un regalo.
Abrazos
Querido Viktor:
ResponderEliminarno es la primera vez que improvisas un poema como respuesta. Y sólo me queda acoger esa pájaro trémulo con todo mi agradecimiento.
abrazos
Lola:
ResponderEliminarqué razón tienes, escuchar a Portinari es un verdadero privilegio. De verdad.
Besos
Arturo:
ResponderEliminaresos corazones tiernos existen, he conocido algunos y son tal como los describe la canción. Tampoco hay que ir muy lejos, están muy cerca, en este mismo blog.
Abrazos
Emma:
ResponderEliminarbienvenida, me gusta que dudes de esa interioridad. "Lo que sea que me palpita en el pecho". Es estupendo, sea lo que sea ese músculo, late...
abrazos
Ana:
ResponderEliminarevidentemene, no se trata de con-vencerte. Sé que la estética de la chanson te es ajena, pero en su espíritu, en sus letras, en su manera de entender y abarcar el mundo, hay cosas que son muy afines a ti. Lástima que la lengua y la encarnación formal de esos pensamientos y emociones no te seduca estéticamente, porque esa afinidad te haría vibrar de muchas formas.
En mi caso no hay que forzar nada. Esa música es mi música y mi manera de "leer" el mundo. Hay una inmediatez absoluta y una entrega, y un placer estético, muy intensos y que otras músicas no me procuran.
Lamento comunicarte que Ingrid Caven sólo es intérprete, no compone ni escribe sus canciones. Tampoco toca el piano en el maravilloso "Chambre 1050". Si fuera compositora sería una figura comparable a Barbara, pero hélas... no le ha sido concedido el don de la creación, aunque es una intérprete maravillosa. Sin duda llegará el momento de hacerle una entrada y recordar, también, sus papeles como actriz de Fassbinder.
La barra de vídeos tiene vida propia, los vídeos que coloqué en su día se han perdido y aparecen otros, automáticamente. No sé cómo controlar ese chisme, así que sin más, lo acabaré quitando. Aunque admito que tendría su punto que ahora empezara a gustarme Laura Pausini... :)
Abrazos
¡Qué canciones nos regaló Brel para poder regalarnos! ¡Cuántos corazones podemos encontrar reflejados aquí! Brel como tu amada Bárbara estaban muy, muy cerca del corazón tierno de lo humano.
ResponderEliminarGracias por esta tarde.
En verdad que a mi me chocó que te gustara Laura Pausini. Y al leer el comentario me fui a la barra de videos y más raro me pareció no encontrar ning´´un video de Barbara que es lo que yo quería escuchar en ese momento. Y me resulto eso aún más estraño.Esta mañana pensé "vaya ya no están los videos de Barbara". A veces los escuchaba.
ResponderEliminarEsta canción a mi me lleva a mi infancia. Luego me he ido al you- toub y he buscado más canciones de Brel y esa estética del blanco y negro me llevo al olor de la nieve, de los árboles sin hojas, al televisor en blanco y negro. A mi abuela sentada en su sillón y a tantas cosas que me hace sonreír.
Esa canción de Brel los corazones tiernos es preciosa pero es la interpretación es la que la hace aún más maravillosa.
Luego me he ido a you toub "ne me quitte pas" y he vuelto a la edad de oro o de hojarasca, no lo sé. Esa edad mágica o no tanto, pero que uno le queda la sensación del frío en la cara cuando caminaba hacia el colegio. En fin la sensación de perdida...
Brel la interpreta muy bien esa canción. En otra interpretación creo que no resultaría tan sugerente.
Tal vez Barbara la pudiera hacer vivir de esta manera.
Un abrazo de ave zancuda.
Si alguien estudiase la canción francesa en orden alfabético, cuando llegase a la "B" tendría que dedicar varios meses sólo a esta letra: Barbara, Brassens, Brel,...
ResponderEliminarSaludos tiernos.
Este verano pasado en Bruselas me acordé de Brel. Naturalmente... Y de entre todas las ideas atroces de la canción prefiero la que recuerda que no hay nada más triste que no estar a punto cuando la vida te lleva a París. Imperdonable. Uno siempre ha de tener un pie en París. Abrazos.
ResponderEliminarLeonardo:
ResponderEliminarestaban muy cerca, sí, y mucho más aún...
Me alegra que te sacudan estos remotos seísmos.
abrazos
Lola:
ResponderEliminartocas el meollo del asunto: la interpretación. En el caso de los grandes de la chanson, las versiones rara vez están a la altura. Sería como tratar de copiar las huellas digitales: algo impensable, imposible, absurdo. Por eso tampoco hacían versiones de otros, Brel sólo se puede cantar a sí mismo, sólo él es capaz de medir así la temperatura de su desasosiego.
La infancia, claro... tanto Brel como Barbara tienen una canción titulada "La infancia". Próximamente habrá que traerlas por aquí.
Besos
Sorel:
ResponderEliminarqué bueno que aparezcas por aquí. Ya sabía yo que tocando a Francia asomarías tu siempre oportuna mirada por esta ventanita.
abrazos
Ramón:
ResponderEliminarexacto, uno ha de tener siempre un pie en París y el otro en ese centro sin nombre que late dentro del hambre y niega la posibilidad de la jaula.
Bravo por tu viaje a Bruselas.
abrazos
En este blog siempre me encuentro con algo y luego lo quiero. ¿Te enfadas si me lo llevo?
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Querida Tera:
ResponderEliminarpor supuesto es tuyo, sírverte lo que quieras, que tu corazón tierno se lleve todo lo que le guste.
Abrazos
Qué sorpresa (nuevamente)! Aunque alguna traducción de Brel ya me había sorprendido, ésta no la conocía y es mayúscula. Gracias por este nuevo tesoro!
ResponderEliminarUn abrazo!
Susana:
ResponderEliminargracias a ti por recibirla. La chanson da muchas sorpresas gratas...
abrazos
Hola! mi conexión a intenet es perfecta, pero no tengo ordenador...Ironías de la vida.
ResponderEliminarLo malo de estar 'desaparecida' es que casi me pierdo esta canción. Maravillosa. Gracias.
Un abrazo