miércoles, 12 de agosto de 2009

La muerte



I

Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás. Quienquiera diría que, no siendo ahora, en otro tiempo fuisteis. Pero, en verdad, vosotros sois los cadáveres de una vida que nunca fue. Triste destino. El no haber sido sino muertos siempre. El ser hoja seca sin haber sido verde jamás. Orfandad de orfandades.

Y sin embargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida.

Estáis muertos.

*

En suma, no poseo nada para expresar mi vida sino mi muerte.

César Vallejo

***

Amanecemos
A la acumulación oscura de tus muertes,
De tus multiplicadas muertes solitarias,
Y a nuestro propio desengrendramiento
Para siempre y aquí.

*

No estabas tú, estaban tus despojos.

Luego y después de tanto
Morir no estaba el cuerpo
De la muerte.

Morir
No tiene cuerpo.
Estaba
Traslúcido el lugar
Donde tu cuerpo estuvo.

La piedra había sido removida.

No estabas tú, tu cuerpo, estaba
Sobrevivida al fin la transparencia.

José Ángel Valente

***

Por su amigo Enkidú
Gilgamesh
Lloraba amargamente y erraba
Por la estepa.
“¿No moriré acaso yo también
Como Enkidú?
Me ha entrado en el vientre la ansiedad.
Aterrado por la muerte,
Vago por la estepa”.

Gilgamesh, o la angustia por la muerte (versión ed. Kairós)

***

Nadie me conoce yo hablo los muertos

Alejandra Pizarnik

***

Si te murieras tú
y se murieran ellos
y me muriera yo
y el perro
qué limpieza.

*

Uno vive
con los muertos
que están ahí
con los sufrientes vive
y con los despistados
y con los presos
vive.

Idea Vilariño

***



Aquí, a la sombra de la muerte, es difícil
pronunciar la última palabra.
Sólo diré, pues,
“sin decir”.
Nada más,
nada más.

Dokyo Etan

***

Vine al mundo con las manos vacías,
Descalzo lo dejo.
Venir, partir:
Dos sencillos sucesos
Que se entrelazaron.

Kozan Ichikyo

***

La vida es como la neblina
Que exhala la gruta de una montaña
Y la muerte,
Una luna que flota
En su curso celestial.
Si piensas demasiado
En el significado de estas cosas
Estarás atado para siempre
Como un asno a su estaca.

Mumon Gensen

***

Cuando viene, ¡eso es!
Cuando se va, ¡eso es!
Ir y venir suceden cada día…
Las palabras que ahora digo, ¡eso es!

Musho Josho

***

Hasta ahora pensaba
Que sólo se morían
Los mediocres.
Pero si también mueren los que no lo son,
¿no producirán, seguramente, un estiércol mejor?

Morikawa Kyoriku

***

Creía que viviría
Dos siglos, o tres.
Pero ya me llega la muerte,
Cuando soy un muchacho
De apenas ochenta y cinco años.

Hanabusa Ikkei

***

Durante más de treinta años
Me he esforzado por anularme.
Salto ahora al abismo de la muerte.
El suelo se deshace,
El cielo gira.

Rankei Doryu

***

Me acerco
al brasero, y ah,
la eternidad

Gazen

***

He ponderado las enseñanzas de Buda
Durante 84 largos años.
Ahora las puertas se me cierran.
Nadie ha estado nunca aquí.
¿Quién es, pues, el que va a morir?
¿Y por qué lamentarse de nada?
¡Adiós!
La noche es clara,
La luna brilla, sosegada,
El viento entre los pinos
Suena como una lira.
Sin yo y sin otro,
¿quién oye su son?

Zoso Royo

***

De una tina (nacimiento)
a otra tina (muerte),
¡cuánta palabra inútil!

Issa


***



Amás aún, amas
Un cuerpo que ya no cree en sí mismo,
Amas su decrepitud, infarto y el abismo
Entre el posible cáncer de estómago y la cirrosis de hígado, o
Sea, amas un campo de batalla, en el que tú, un enemigo
Con aspecto rosáceo, coges entre tus brazos
Con tu fragilidad una fragilidad
Y matas con una mirada
Al tiempo ante ti al tiempo detrás de ti
A la muerte que es lo uno,
La muerte que es lo otro
Para ti, al que
Será la muerte,
Y esto es
Pronto

Ingeborg Bachmann

***

Y voy hacia la muerte que no existe
Que se llama horizonte en mi pecho.

*

La vida trabaja en la muerte con una convicción admirable.

*

Nadie nos dice cómo
Voltear la cara contra la pared
Y
Morirnos sencillamente
Así como lo hicieron el gato
O el perro de la casa
O el elefante
Que caminó en pos de su agonía
Como quien va
A una impostergable ceremonia
Batiendo las orejas
Al compás
Del cadencioso resuello
De su trompa

Sólo en el reino animal
Hay ejemplos de tal comportamiento
Cambiar el paso
Acercarse
Y oler lo ya vivido
Y dar la vuelta
Sencillamente
Dar la vuelta

Blanca Varela

***

He envejecido dentro de tus ojos; eras la dulzura y el exterminio
Y yo amé tu cuerpo en sus frutos nocturnos.

Tu inocencia es como un cuchillo delante de mi rostro,

Pero tú pesas en mi corazón y, como una miel oscura, yo te siento en mis labios
Al ir hacia la muerte.

*

Lame tu piel el animal del llanto, ves grandes números infecciosos y, en el extremo de la indiferencia, giras insomne, musical, delante del último dolor.

Vienen, extienden

Sobre tu corazón sábanas frías

*

Esta casa estuvo dedicada a la labranza y a la muerte

Antonio Gamoneda

***

Me aflige tanto que las década pasen tan rápidamente. Pero al menos
Estoy al otro lado del mundo.
Hasta tal extremo es duro morir.
En un momento de la vida, las cosas terminan.
Lo siento así: las cosas terminan.
Así es.

Te amaré hasta mi muerte.
Voy a tratar de no morir demasiado pronto.
Eso es todo, todo lo que tengo que hacer.

Marguerite Duras, C’est Tout

***

[…] símbolo que es realidad, realidad que se torna símbolo
Ante el rostro de la muerte.

Hermann Broch

***

La muerte se apoya sobre mi bastón

Mientras con lentitud
Me acerco a mi tumba

Dejó tras de mí
Una baba plateada.

Anise Koltz

***



La muerte es un hueso triste; contuso, se diría,
Y a pesar de todo ella me espera, año tras año,
Para reparar delicadamente una vieja herida.

*

La muerte correcta está escrita.
Colmaré la necesidad.
Mi arco está tenso.
Soy la bala y el garfio.
Estoy amartillada y dispuesta.

Anne Sexton

***

Mi centro es una herida dulce
Y su nombre es mi muerte.

*

No llore nadie por mi muerte:
El río me lleva
como el pez lleva sus escamas.

*

Si estuvieras un día fuera de ti solamente sabrías
lo intensa que es la muerte.

*

Morir no es la cuestión. Sino hundirse
despacio
en las arenas tibias de una ciénaga.
La cuestión es el barro que se empeña en seguir
la trayectoria habitual del aire al respirar.
La cuestión es que algo, una mano, un ojo, siga
agitándose en superficie mientras el corazón
desiste
y el cuerpo se acomoda
en el fondo.
Morir no es la cuestión. Sino saber atravesar
la vida con la leve insistencia
de los insectos que andan sobre el cieno,
saber alimentarse de carroña,
abrevarse en las aguas pútridas
y ofrecer el espíritu que germina en lo sólido.

Chantal Maillard

***

De modo que, al final de nuestra existencia, podamos decir que hemos existido en nuestro propio mundo y no tengamos que ir a la muerte con la vergüenza de haber tenido que existir sólo en el mundo de nuestros padres, porque esa vergüenza es la mayor.

Thomas Bernhard (Corrección)

***

En junio de 1872, una mañana temprano, asesiné a mi padre, acto que me impresionó vivamente en esa época.

Ambrose Bierce (El club de los parricidas)

***

¿Y no he intentado acaso pronunciar hacia atrás todos los alfabetos de la muerte?

Olga Orozco

***

¿Dónde negociaremos sobre la vida y la muerte?

Wislawa Szymborska

***

Y mostraré que nada puede acontecer más hermoso que la muerte…

Walt Whitman

***

Morir no es nunca nada más que forzar a la conciencia propia, en el momento mismo en que queda abolida, a despedirse de algunos barrios físicos activos o soñolientos de un cuerpo que nos fue medianamente extraño, pues que su conocimiento sólo nos vino a través de recursos mezquinos o esporádicos.

René Char

***

¿Cuál es el motivo de mi desencanto?
La vida humana es de seta matutina;
Cómo aguantarla si, en unas pocas décadas,
Parientes y amigos decaen y se ultiman.

En ésta la reflexión que me entristece,
La tristeza que no puedo reprimir.
Mas ¿qué remedio tiene lo irremediable?
Dejar el cuerpo, darse a la cara umbría.

Han Shan, también conocido como “el maestro del Monte Frío”



***

Sentí un funeral en mi cerebro,
Y los afligidos deudos de acá para allá,
No cesaban de andar – de andar – hasta que pareció
Que el Sentido se habría paso –

Y cuando todos estaban sentados,
Un Oficio, como un Tambor –
Estuvo golpeando – golpeando – hasta que pensé
Que mi mente se obnubilaba –

Y entonces les oí levantar una Caja
Que crujía en mi Alma
Con las mismas botas de plomo, otra vez,
Luego el Espacio – empezó a doblar,

Como si todos los Cielso fueran una Campana,
Y el Ser, sólo un Oído,
Y Yo, y el Silencio, alguna extraña Raza
Náufraga, solitaria, aquí –

Y entonces se le quebró una Tabla a la Razón,
Y yo caía, y caía –
Y golpeé un Mundo, en cada caída,
Y acabé por conocer – entonces

*

Morir sin morir
Y vivir sin la vida
Es el más arduo milagro
Propuesto por la fe

Emily Dickinson

***

Cultivo y tejo sólo para mi uso;
Hacer más no vale la pena.
¡Vamos, vamos, que en cien años
Cuerpo y nombre se habrán esfumado!

*

En el monte Shouyang calmé mi hambre con vegetales,
Junto al río Yi calmé mi sed con el agua corriente.
No encontré a nadie que me pudiera entender,
Sólo vi sus antiguos sepulcros.

Tao Yuanming, también conocido como "maestro de los Cinco Sauces"



II


Para quien reflexiona sobre ello, la muerte natural resulta ser, al final de su cadena de pensamientos, el fracaso máximo. Uno ha vivido, ha sido en vano, puesto que un día el mundo que uno llevaba dentro de sí, todo el mundo, se desmoronará.

Jean Améry, Levantar la mano sobre uno mismo. Discurso sobre la muerte voluntaria

***

Dice Cicerón que filosofar no es sino prepararse a morir, y esto es porque el estudio y la contemplación separan algo nuestra alma de nosotros y ocúpanla aparte del cuerpo, lo que supone en cierto modo, aprendizaje y parecido con la muerte; o bien, porque toda la sabiduría y el discernimiento del mundo se reduce al fin a este punto, a enseñarnos a no temer el morir.

*

Y para privar a la muerte de mayor ventaja contra nosotros, tomemos el camino contrario al del común de la gente. Que no nos sea extraña, tratémosla, frecuentémosla, que nada tengamos tan a menudo en nuestra cabeza como la muerte. En todo instante imaginémosla con todas sus caras.

*

Quiero que obremos las tareas de la vida tanto como sea posible; y que me halle la muerte plantando coles, pero indiferente a ella y más a aún a mi imperfecto jardín.

*

Aquel que enseñe a los hombres a morir, les enseñará a vivir.

*

Michel de Montaigne, “De cómo filosofar es aprender a morir”, Ensayos

***

Morir es cambiar de género, renovarse…

*

Se necesita una inmensa humildad para morir. Lo raro es que todo el mundo la posea.

E. M. Cioran, Ese maldito yo

***

El tiempo, la vida humana, un punto; su sustancia, fluyente; su sensación, turbia; la composición del conjunto del cuerpo, fácilmente corruptible; su alma, una peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su fama, indescifrable. En pocas palabras: todo lo que pertenece al cuerpo, un río; sueño y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la fama póstuma, olvido. ¿Qué, pues, puede darnos compañía? Única y exclusivamente la filosofía. Y ésta consiste en preservar el guía interior (daimon), exento de ultrajes y de daño, dueño de placeres y penas, sin hacer nada al azar, sin valerse de la mentira ni de la hipocresía, al margen de lo que otro haga o deje de hacer; más aún, aceptando lo que acontece y se le asigna, como procediendo de aquel lugar de donde él mismo ha venido. Y sobre todo, aguardando la muerte con pensamiento favorable, en la convicción de que ésta no es otra cosa que disolución de elementos de que está compuesto cada ser vivo. Y si para los mismos elementos nada temible hay en el hecho de que cada uno se transforme de continuo en otro, ¿por qué recelar de la transformación y disolución de todas las cosas? Pues esto es conforme a la naturaleza, y nada es malo si es conforme a la naturaleza.

*

En suma, examina siempre las cosas humanas como efímeras y carentes de valor: ayer, una moquita; mañana, momia o ceniza. Por tanto, recorre este pequeñísimo lapso de tiempo obediente a la naturaleza y acaba tu vida alegremente, como la aceituna que, llegada a la sazón, caería elogiando a la tierra que la llevó a la vida y dando gracias al árbol que la produjo.

Marco Aurelio, Meditaciones




***

Mi Dios, ¡cómo el amor impide la muerte! No sé lo que me quiero decir con eso: confío en mi incomprensión, que me ha dado vida instintiva e intuitiva, mientras que la llamada comprensión es tan limitada. Perdí amigos. No entiendo la muerte. Pero no tengo miedo de morir. Va a ser un descanso: una cuna finalmente. No la apresuraré, viviré hasta la última gota de hiel. No me gusta cuando dicen que tengo afinidad con Virginia Wolf: es que no quiero perdonar el hecho de que ella se haya suicidado. El horrible deber de ir hasta el final. Y sin contar con nadie.

Clarice Lispector, Revelación de un mundo

***

La primera tarea de una sociedad adulta, en lo que concierne a la muerte, debería ser la elaboración de unos rituales de duelo. La segunda, la observación de los miedos. La tercera, educarse en la compasión. No me refiero con ello al ejercicio de la lágrima fácil ni a la proyección en otros de los propios duelos. No se trata tampoco de la encomiable voluntad de ayudar a otros ofreciendo respuestas desde uno u otro código; para la conciencia posreligiosa no hay vuelta atrás. Me refiero a la solidaridad del individuo que se sabe compartir con otros la conciencia del dolor, del miedo y del común desamparo. Una conciencia en carne viva, una conciencia encarnada. La educación en la compasión, en el com-padecimiento (cum pathos) podría ser aquello en lo que convergiesen el Oriente budista y la conciencia desdichada de Occidente.
Yo, por mi parte, me confieso occidental y asumo mis contradicciones: aspiro a la simplicidad del haiku, pero abogo por la lucidez hiriente de la conciencia posmoderna. En la hora de mi muerte, me gustaría, como Santoka, en el presente dilatado de aquel último instante, que mi conciencia fuese: Mientras termino de morirme / la hierba / llueve…

Chantal Maillard, “Desaparecer: estrategias de Oriente y Occidente”, Contra el arte y otras imposturas.

***

El marcharse de la existencia es la ultima ratio de la persona singular. A ésta no le gusta aceptar esa marcha, raras veces lo hace por propia voluntad, aunque también eso ocurre. A regañadientes se deja convencer por su Physis de que ha llegado la hora; pero cederá. La persona singular siempre piensa en eso, pero raras veces lo comenta. La “última” hora es una hora solemne, lo es aun cuando se concentre en lo que dura un relámpago. Así como el salto en el tiempo es siempre numinoso, también la despedida es numinosa –sean cuales sean las circunstancias.

Ernst Jünger, La tijera

***

Entrada sobre Philipp Mainländer en el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora:

“Según Mainländer, Dios existió al principio como una unidad originaria; la muerte de Dios fue el nacimiento del mundo con su pluralidad y con la ley universal del sufrimiento que domina toda existencia. Sin embargo, la unidad originaria y su voluntad persisten en medio de la diversidad y se orientan hacia la destrucción de ésta con el fin de resucitar a Dios. La conciencia individual y la conciencia comunal advierten, a través de los tráfagos de la vida, que la no existencia es mejor que la existencia; la redención del mundo, hecha posible por este conocimiento, se cumple, pues, según Mainländer, en la medida en que el hombre se niega a perpetuarse y en que tiende a autoaniquilarse mediante el suicidio. De este modo se cumple el gran ciclo de la redención del ser; la adquisición por éste de la conciencia es el camino seguro para su disolución y salvación.

Obra capital: Filosofía de la redención [No hay traducción al castellano y ni siquiera puede conseguirse en alemán, se descatalogó en los años ochenta y no se ha reeditado; busco este libro desesperadamente, sin resultados]



***

La muerte se hizo cansancio.
La muerte es el límite.
A éstos (al habla, al ojo, a la oreja, etc.) los adiestró la muerte hecha cansancio, a éstos los capturó la muerte, y después de cogerlos los paralizó. Así es como se cansa la voz, se cansa al vista, y se cansa el oído. Pero a éste, que es el soplo vital, a éste no lo capturó.

Simone Weil, Cuadernos

***

El hombre debe tener siempre presente que la muerte le acecha a cada instante. Si así lo hiciera, ¿no sería más fina la capa de impurezas que cubre su corazón?

*

En todas las cosas, la uniformidad es un defecto. Es interesante dejar algo incompleto y por terminar; así se tendrá la sensación de que mediante esa imperfección se prolonga la vida de los seres.

Yoshida Kenko, Ocurrencias de un ocioso

***

Un escritor se evade en los vocablos; algunos de ellos lo siguen en la muerte.

*

Un día escribiremos, como Dios en el cielo, el invisible libro de la muerte. Dejaremos de leer a Dios. Seremos leídos.

*

La vida no preserva más que la muerte; reserva; nos reserva y se reserva. La vida no es más que la muerte que vibra.

*

Vivos y muertos tienen, ante sí, el mismo horizonte.

Edmond Jabès, El libro de las semejanzas

***

La maldición de tener que morir debe ser transformada en una bendición: la de poder morir cuando vivir resulta insoportable.

*

Odiar la muerte de cualquiera tanto como la propia; hacer las paces con todos mas nunca con la muerte.

*

Desde hace muchos años nada me ha inquietado ni colmado tanto como el pensamiento de la muerte. El objetivo serio y concreto, la meta declarada y explícita de mi vida es conseguir la inmortalidad para los hombres.

Elias Canetti, Apuntes

***

En estos tiempos de tinieblas, uno desearía que el grito de los muertos prevaleciera sobre el palabrerío lacrimógeno que atruena para ocultar el cobarde alivio de haberse salvado, o la vergüenza de haber sobrevivido a lo insoportable.
Mantenerse aparte, hacer silencio está por encima de las posibilidades humanas. ¿Quién de nosotros no tiene algo que decir sobre el estado desastroso del mundo?

*

No mirarse envejecer en el espejo que nos ofrece la muerte, tampoco desafiarla con grandes palabras, sino aceptarla, si es posible, en silencio, como le sonríe a su madre un niño en la cuna.

*

Desde el instante en que uno ya no mide sus palabras, la búsqueda deja de procurar un entendimiento, un testimonio de presencia en el mundo.
Romper la sintaxis para entrar en una relación intransmisible con la muerte no es ceder a la resolución de callarse, es como si ya no se supiera exactamente lo que quiere decir hablar, faltando siempre que llegue la última palabra, vuelta impronunciable por la ausencia de otra perspectiva que no sea una persistente invalidez.

Louis-René des Forets, Paso a paso hasta el último

***

La mayoría, si no la totalidad, de los hombres viven una vida desdeñable, desdeñable en sus alegrías y desdeñable en casi todos sus dolores, salvo en aquellos que se fundamentan en la muerte, porque en éstos colabora el Misterio (y la misma vida se desmiente)

Fernando Pessoa, Libro del desasosiego



***

A cualquier edad uno fracasa al enfrentarse a su propio fin. Por viejo que uno sea, uno muere siempre demasiado pronto: pues en esta materia todos los finales son prematuros. El hombre se enfrenta obligatoriamente a la muerte en condiciones de improvisación y de indisposición: el impromptu de la muerte es, literalmente, extemporáneo. La urgencia que nos impondría la inminencia es por tanto una causa de enloquecimiento. Lo que fiábamos a largo plazo convertido de pronto en amenaza inminente, el quimérico futuro fijado para mañana por la mañana: no hace falta más para que sintamos vértigo.

*

La vida eterna, es decir, el hecho innegable de haber sido, es un regalo que la muerte hace a la persona viva.

*

Olvidada de todos, perdida en la lejanía del pasado, al vida de no importa quién ha sido para siempre, por los siglos de los siglos y hasta el final de los tiempos, la única posibilidad de realización de ese no importa quién. Por otra parte, esa existencia casi inexistente es más bien quasi-nihil que nihil, y más bien mínimo-ser que no-ser. Ahora bien, entre nada y casi nada hay una distancia infinita…

*

Ese casi nada que es un instante, ese casi nadie que es un Hápax inimitable e imposible de encontrar, ese casi-nunca que tiene lugar una sola y única vez en toda la eternidad, ¡están separados del Nunca y del Nada por un casi!

Vladimir Jankélévitch, La muerte



***

El vivir, como el morir, no se aprende. Tan sólo podemos esperarlo. Juntos. Intentar enseñarnos el uno al otro a vivir, en una inquietud compartida y una difícil libertad, cuando cada uno espera para sí mismo morir: tránsito fuera de la vida, salvación en la noche. De ahí la necesidad repetida de no distinguir estas dos siluetas: el espectro y el niño. No sólo, desde luego, porque quien atraviesa la prueba de la muerte se prepara para dar el paso más allá “tan desarmado como el niño que acaba de nacer”, sino también, y sobre todo, porque la tarea del superviviente, es decir, de quien sobrevive provisionalmente al otro, al amigo, consiste, en lo sucesivo, en sobrellevar la desaparición. Este se prepara para llevar (tragen) la ausencia; mejor: para llevar el duelo como se lleva a un niño.

Jacques Derrida, Aprender por fin a vivir

***

Morir de muerte al amor y al saber es una muerte más noble y tiene más valor que todas las buenas obras que la Santa Cristiandad ha hecho, desde el comienzo hasta hoy, en el amor y en el saber y que aquellas que todavía debe hacer hasta el último día. Ellas mismas sirven únicamente a la muerte, porque es en esa muerte donde surge la vida eterna.

Maestro Eckhart, Sermones y tratados

***

Si, por medio de una reducción o una disidencia preliminar, pudiéramos separar muerte y morir, habla y escritura, obtendríamos, aunque fuese muy costosa y penosamente, una especie de tranquilidad teórica, de dicha teórica, esa tranquilidad y esa dicha que atribuimos, en el fondo de su tumba dichosa, a los grandes muertos, que son también, y como por excelencia, las figuras relevantes o los soportes de la teoría.

*

Supongamos que el morir no está iluminado por lo que parece darle sentido, el estar-muerto. La muerte, el estar-muerto, nos conmocionan con toda seguridad, pero como un acontecimiento bruto o inerte (la cosa misma) o bien como la inversión del sentido, el ser de lo que no es, el penoso no-sentido que, sin embargo, siempre es retomado por el sentido, allí donde sigue dominando, a su manera penosa y tranquilizadora, el poder de ser. Después de todo, “estar-muerto” consigue hacer que la palabra muerto/muerte pase en posición atributiva, como uno de lo atributos memorables del ser, como un signo sólo desconcertante de la omnipotencia del ser que rige siempre, aún, al no-ser. Pero morir, lo mismo que no puede rematarse o cumplirse, ni siquiera en la muerte, tampoco se deja situar o afirmar en relación con la vida, aunque sea una relación declinante, una declinación de la vida. Morir no se localiza en un acontecimiento, ni dura al modo de un devenir temporal: morir no dura, no se termina y, al prolongarse en la muerte, arranca a ésta del estado de cosa en el que querría apaciguarse. Morir es lo que vuelve sospechoso al muerto e inverificable a la muerte, retirándole de antemano el beneficio del acontecimiento. Y la vida no sabe nada del morir, no dice nada de él, aunque no lo confina al silencio. De pronto y desde siempre, hay un susurro en medio del habla, el rumor de ausencia que pasa por y fuera del discurso, una parada no silenciosa que interviene, allí donde el ruido de la escritura […]. Morir: aquello que no toma apoyo en la vida; pero también es la muerte la que nos impide morir.

Maurice Blanchot, Le pas au-delà [El paso (no) más allá]





Barbara, La mort


Jacques Brel, J'arrive

Apéndices

plas a la muerte de su padre", de Manrique.


Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor.
II
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por passado.
Non se engañe nadi, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
por tal manera.
III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.
INVOCACIÓN
IV
Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
non curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores.
Aquél sólo m'encomiendo,
Aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo,
el mundo non conoció
su deidad.
V
Este mundo es el camino
para el otro, qu'es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientra vivimos,
e llegamos
al tiempo que feneçemos;
assí que cuando morimos,
descansamos.
VI
Este mundo bueno fue
si bien usásemos dél
como debemos,
porque, segund nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Aun aquel fijo de Dios
para sobirnos al cielo
descendió
a nescer acá entre nos,
y a vivir en este suelo
do murió.
VII
Si fuesse en nuestro poder
hazer la cara hermosa
corporal,
como podemos hazer
el alma tan glorïosa
angelical,
¡qué diligencia tan viva
toviéramos toda hora
e tan presta,
en componer la cativa,
dexándonos la señora
descompuesta!
VIII
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos.
Dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
que acaeçen,
dellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallescen.
IX
Dezidme: La hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color e la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas e ligereza
e la fuerça corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega el arrabal
de senectud.
X
Pues la sangre de los godos,
y el linaje e la nobleza
tan crescida,
¡por cuántas vías e modos
se pierde su grand alteza
en esta vida!
Unos, por poco valer,
por cuán baxos e abatidos
que los tienen;
otros que, por non tener,
con oficios non debidos
se mantienen.
XI
Los estados e riqueza,
que nos dexen a deshora
¿quién lo duda?,
non les pidamos firmeza.
pues que son d'una señora;
que se muda,
que bienes son de Fortuna
que revuelven con su rueda
presurosa,
la cual non puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.
XII
Pero digo c'acompañen
e lleguen fasta la fuessa
con su dueño:
por esso non nos engañen,
pues se va la vida apriessa
como sueño,
e los deleites d'acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
e los tormentos d'allá,
que por ellos esperamos,
eternales.
XIII
Los plazeres e dulçores
desta vida trabajada
que tenemos,
non son sino corredores,
e la muerte, la çelada
en que caemos.
Non mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta
no hay lugar.
XIV
Esos reyes poderosos
que vemos por escripturas
ya passadas
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
assí, que no hay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
e perlados,
assí los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
XV
Dexemos a los troyanos,
que sus males non los vimos,
ni sus glorias;
dexemos a los romanos,
aunque oímos e leímos
sus hestorias;
non curemos de saber
lo d'aquel siglo passado
qué fue d'ello;
vengamos a lo d'ayer,
que también es olvidado
como aquello.
XVI
¿Qué se hizo el rey don Joan?
Los infantes d'Aragón
¿qué se hizieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué de tanta invinción
como truxeron?
¿Fueron sino devaneos,
qué fueron sino verduras
de las eras,
las justas e los torneos,
paramentos, bordaduras
e çimeras?
XVII
¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados e vestidos,
sus olores?
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
d'amadores?
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel dançar,
aquellas ropas chapadas
que traían?
XVIII
Pues el otro, su heredero
don Anrique, ¡qué poderes
alcançaba!
¡Cuánd blando, cuánd halaguero
el mundo con sus plazeres
se le daba!
Mas verás cuánd enemigo,
cuánd contrario, cuánd cruel
se le mostró;
habiéndole sido amigo,
¡cuánd poco duró con él
lo que le dio!
XIX
Las dávidas desmedidas,
los edeficios reales
llenos d'oro,
las vaxillas tan fabridas
los enriques e reales
del tesoro,
los jaezes, los caballos
de sus gentes e atavíos
tan sobrados
¿dónde iremos a buscallos?;
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?
XX
Pues su hermano el innocente
qu'en su vida sucesor
se llamó
¡qué corte tan excellente
tuvo, e cuánto grand señor
le siguió!
Mas, como fuesse mortal,
metióle la Muerte luego
en su fragua.
¡Oh jüicio divinal!,
cuando más ardía el fuego,
echaste agua.
XXI
Pues aquel grand Condestable,
maestre que conoscimos
tan privado,
non cumple que dél se hable,
mas sólo como lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas e sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?,
¿qué fueron sino pesares
al dexar?
XXII
E los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
c'a los grandes e medianos
truxieron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
qu'en tan alto fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que cuando más encendida
fue amatada?
XXIII
Tantos duques excelentes,
tantos marqueses e condes
e varones
como vimos tan potentes,
dí, Muerte, ¿dó los escondes,
e traspones?
E las sus claras hazañas
que hizieron en las guerras
y en las pazes,
cuando tú, cruda, t'ensañas,
con tu fuerça, las atierras
e desfazes.
XXIV
Las huestes inumerables,
los pendones, estandartes
e banderas,
los castillos impugnables,
los muros e balüartes
e barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
Cuando tú vienes airada,
todo lo passas de claro
con tu flecha.
XXV
Aquel de buenos abrigo,
amado, por virtuoso,
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
e tan valiente;
sus hechos grandes e claros
non cumple que los alabe,
pues los vieron;
ni los quiero hazer caros,
pues qu'el mundo todo sabe
cuáles fueron.
XXVI
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
e parientes!
¡Qué enemigo d'enemigos!
¡Qué maestro d'esforçados
e valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benino a los sujetos!
¡A los bravos e dañosos,
qué león!
XXVII
En ventura, Octavïano;
Julio César en vencer
e batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
e trabajar;
en la bondad, un Trajano;
Tito en liberalidad
con alegría;
en su braço, Aureliano;
Marco Atilio en la verdad
que prometía.
XXVIII
Antoño Pío en clemencia;
Marco Aurelio en igualdad
del semblante;
Adriano en la elocuencia;
Teodosio en humanidad
e buen talante.
Aurelio Alexandre fue
en desciplina e rigor
de la guerra;
un Constantino en la fe,
Camilo en el grand amor
de su tierra.
XXIX
Non dexó grandes tesoros,
ni alcançó muchas riquezas
ni vaxillas;
mas fizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
e sus villas;
y en las lides que venció,
cuántos moros e cavallos
se perdieron;
y en este oficio ganó
las rentas e los vasallos
que le dieron.
XXX
Pues por su honra y estado,
en otros tiempos passados
¿cómo s'hubo?
Quedando desamparado,
con hermanos e criados
se sostuvo.
Después que fechos famosos
fizo en esta misma guerra
que hazía,
fizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía.
XXXI
Estas sus viejas hestorias
que con su braço pintó
en joventud,
con otras nuevas victorias
agora las renovó
en senectud.
Por su gran habilidad,
por méritos e ancianía
bien gastada,
alcançó la dignidad
de la grand Caballería
dell Espada.
XXXII
E sus villas e sus tierras,
ocupadas de tiranos
las halló;
mas por çercos e por guerras
e por fuerça de sus manos
las cobró.
Pues nuestro rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portogal,
y, en Castilla, quien siguió
su partido.
XXXIII
Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero;
después de tanta hazaña
a que non puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa d'Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta,
XXXIV
diziendo: "Buen caballero,
dexad el mundo engañoso
e su halago;
vuestro corazón d'azero
muestre su esfuerço famoso
en este trago;
e pues de vida e salud
fezistes tan poca cuenta
por la fama;
esfuércese la virtud
para sofrir esta afruenta
que vos llama."
XXXV
"Non se vos haga tan amarga
la batalla temerosa
qu'esperáis,
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
acá dexáis.
Aunqu'esta vida d'honor
tampoco no es eternal
ni verdadera;
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal,
peresçedera."
XXXVI
"El vivir qu'es perdurable
non se gana con estados
mundanales,
ni con vida delectable
donde moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
e con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos e aflicciones
contra moros."
XXXVII
"E pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
e con esta confiança
e con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperança,
qu'estotra vida tercera
ganaréis."
[Responde el Maestre:]
XXXVIII
"Non tengamos tiempo ya
en esta vida mesquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
e consiento en mi morir
con voluntad plazentera,
clara e pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera,
es locura."
[Del maestre a Jesús]
XXXIX
"Tú que, por nuestra maldad,
tomaste forma servil
e baxo nombre;
tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como es el hombre;
tú, que tan grandes tormentos
sofriste sin resistencia
en tu persona,
non por mis merescimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona".
FIN
XL
Assí, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos e hermanos
e criados,
dio el alma a quien gela dio
(el cual la ponga en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió,
dexónos harto consuelo
su memoria.
Jorge Manrique, 1477



El capítulo LXXIV de la segunda parte del Quijote, cuando Alonso Quijano está ya en las últimas:

"¡Ay! —respondió Sancho llorando—. No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros y el que es vencido hoy ser vencedor mañana."


Montaigne: "Quien enseñe a los hombres a morir, les enseñará a vivir".



"Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados."

Es parte de un poema de Federico García Lorca de Alma.




Una frase de Marcuse condenso todo esto: "Asi, la sexualidad obedecera en ultima instancia al mismo principio que el instinto de la muerte"

Cezanne, por otro lado, desdibuja la existencia, refiriendose (superficialmente) a la pintura: "El hombre ausente, pero por completo en el paisaje"

Recuerdo tambien un verso de Philip Larkin: "El amor no es mas fuerte que la muerte porque dos estatuas hayan estado cogidas de la mano durante seiscientos años"

Char, diria: "El poeta no se irrita por la horrible extincion de la muerte"

Y finalmente Renee Vivien, condena con este epitafio: "El mundo es un jardin de placer y de muerte"


Siempre quedara Quilapayun con su ingenua y sana determinacion: "Entre morir y no morir, me decidi por la guitarra"

http://www.youtube.com/watch?v=quS__faKbMg

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ESTE POEMA ES EL DE ESTHER RODRIGUEZ CABRALES.

Triste baile de huesos.

"Porque te has muerto para siempre,

como todos los muertos de la Tierra,

como todos los muertos que se olvidan

en un montón de perros apagados."

del poema Alma ausente

(F.G. Lorca)


TRISTE BAILE DE HUESOS.



Hoy me pienso ellos,

con el tiempo detenido entre mis dedos

y el viento agitado de ausencia.

He traído a mi memoria

aquellos muros heridos

de silencioso terror

de miles de padres irrepetibles,

hijos,

hermanos que se olvidan

en un montón de perros apagados.


Hay una ruina de lápidas en el cielo,

un velo de ignorancia que daña,

de nombres prohibidos

que se escriben con letra pequeña.

Es el miedo esta ausencia de sentido

de gritos orillados en la tierra.

Hoy me pienso ellos

y rehuyo al dolor.

Lo peor

es que todos los muertos se olvidan,

pero

hoy me pienso ellos

y hay un triste baile de huesos,

aullando

por permanecer vivo.


Hoy, con el tiempo detenido entre mis dedos,

me pienso ellos,

muertos para siempre,

y sueño

lápidas.



"¿Y si morir tuviese el sabor de la comida cuando se tiene mucha hambre? ¿Y si morir fuese un placer, un placer egoísta?" CLARICE LISPECTOR



Epitafio de Chantal Maillard dice: "ESTO TAMBIÉN PASARÁ".

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El cielo tiene miedo de la noche
Cuando el mar hace dormir los barcos
Cuando la muerte se nutre en los rincones
Y la voz del silencio se llena de vampiros
Entonces alumbramos un fuego bajo el oráculo
Para aplacar la suerte
Y alimentamos los milagros de la soledad
Con nuestra propia carne
Entonces en el cementerio sellado
Y hermoso como un eclipse
La rosa rompe sus lazos y florece al reverso de la muerte

Fragmento de Altazor - autor: Huidobro.

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Volver a la raíz.
Sea tu meta el máximo de vacío.
Conserva la firmeza de la paz.
Nacen las cosas y entran en la existencia, pero desde allí la vemos regresar a su reposo.
Mira todas las flores que florecen: cada una vuelve a su raíz.
Volver a la raíz es encontrar el descanso.
Este descanso significa regresión al destino.
Regresar al destino significa durar constantemente.
Conocer lo constante es estar iluminado.
Pero no conocer lo constante es caer en la ceguera y el desastre.
Quien conoce lo constante, lo abarca todo.
El que todo lo abarca es justo con todos.
Lo universal es el ritmo del cielo.
Y lo que está en ritmo con el cielo, lo está con el Tao.
Y lo que está en ritmo con el Tao perdura eternamente.
Aunque su cuerpo muera, nunca perecerá.

Fragmento de Lao Tsé

Extraído de esta web que habla de Lao Tsé. http://www.proyectopv.org/1-verdad/laotse.htm





Le preguntan a Krishnamurti:

Usted ha dicho que la muerte, el amor, el nacimiento, son esencialmente una cosa. ¿Cómo puede sostener que no hay diferencia entre la conmoción y el dolor que implica la muerte y la felicidad del amor?
.

Krishnamurti: ¿Qué entiende usted por muerte? La pérdida del cuerpo, la pérdida de la memoria; y espera y piensa que después haya una continuación. Algo que se ha ido de aquí, eso es lo que llama muerte. Ahora bien, para mí la muerte es producida por la continuación de la memoria, y la memoria no es sino el resultado del anhelo, del apego, del deseo. De modo que, para una persona que está libre del anhelo, no existe la muerte, no hay comienzo ni final, ni el sendero del amor ni el sendero de la mente, el dolor. Por favor, estoy tratando de explicar que, en la persecución de un opuesto, creamos una resistencia. Si siento miedo, busco valor; no obstante, el miedo me persigue porque sólo estoy escapando de lo uno hacia lo otro. Mientras que, si me libero del miedo, no conozco ni el valor ni el miedo; y yo digo que la manera de hacer eso es volverse alerta, vigilante, no tratar de reunir valor, sino librarse del motivo contenido en la acción. O sea, si usted tiene miedo, no busque un motivo para la acción del valor, sino libérese del miedo. Ésa es la acción sin motivo. Si de verdad ha comprendido esto, verá que el tiempo, la muerte como futuro, ha cesado. La muerte no es sino la percepción de una intensa soledad, y así, estando atrapados en la soledad, nos precipitamos hacia lo otro, deseamos la unidad, o queremos descubrir qué existe del otro lado; para mí, ésas son maneras de perseguir los opuestos y, por tanto, maneras de sostener permanentemente la soledad. Mientras que, al afrontar la soledad, al regocijarnos plenamente en esa acción tornándonos lúcidamente conscientes de la soledad, la destruimos en el presente. Por tanto, no hay muerte.
Todas las cosas tienen que gastarse. Las cosas son los cuerpos, las cualidades, las resistencias, los obstáculos; todas ellas se gastarán, tienen que gastarse, pero el hombre que en sus pensamientos y emociones está libre de resistencias y obstáculos, conocerá la inmortalidad, no la continuación de sus propias limitaciones, de su propia personalidad o individualidad, la cual no es sino una serie de capas de anhelos, apegos y deseos. Usted podrá disentir, pero si está libre del pensamiento, si se ha abierto paso por medio de esa conciencia de sí mismo, de esa percepción alerta, de esa llama de intensidad, entonces hay inmortalidad, la cual es armonía perfecta, la cual no es "el sendero del amor" o "el sendero del dolor", sino aquello en que ha cesado toda distinción.




Añado aquí dos poemitas aztecas (en torno al año 1000, si el librito no miente) que abordan el tema:

¿Do es dónde he de ir? ¿Do es dónde he de ir?
¡El camino, el camino está presente del Dios de la Dualidad!
¿Acaso no hemos de ir todos las Descarnadero?
¿Es en el cielo, o en la tierra este Descarnadero?
Juntos nos vamos, juntos nos vamos a su casa:
¡Nadie queda en la tierra!
Es por lo que lloro:
nuestra muerte destruye, nuestro amor destruye el bello canto:
¡por un momento, muéstrate en la tierra!

***

Sólo vinimos a dormitar, sólo vinimos a soñar:
no es verdad, no es verdad que vinimos a vivir en la tierra.
En hierba de primavera vinimos a convertirnos:
llegan a reverdecer, llegan a abrir sus botones nuestros corazones,
es una flor nuestro cuerpo: algunas flores da y se seca.



D: dijo D:

"la muerte es una pasión discreta que nos habita".



MU'ALLAQA

No acampo en los altos por miedo.
Auxilio cuando se solicita mi auxilio.

No dejo de saciarme en vino y placeres,
de vender y gastar los bienes transmitidos y adquiridos
hasta evitarme toda tribu como a camello embreado.
Y tú, que censuras que asista a la guerra y a los
placeres me entregue,
¿puedes tú hacerme inmortal? Si no puedes evitar mi muerte,
déjame abordarla con lo que poseo.

Si el hombre lograra algún día burlar la muerte,
por vida tuya, que eso sería como soltar una amarra
asida por ambos cabos.
Yo soy el hombre enjuto que conocéis,
agudo como flamante cabeza de serpiente.


Tarafa (m. 569 d.C), de Poesía árabe clásica




lo que dice el Libro de la Sabiduría al respecto:
"Todos los que me odian, aman la muerte".


"Nada es la muerte, pues cuando ella está nosotros no estamos, y cuando nosotros estamos ella no está". Epicuro.


Spinoza decía que todo quiere perseverar en su ser, y esto también puede aplicarse a la conciencia, que no acepta extinguir su fuego.


ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE
( De memoria, del Romancero)

YO me estaba reposando
anoche, como solía.
Soñaba con mis amores
que en mis brazos se dormían.

Vi entrar señora tan blanca,
muy más que la nieve fría.
-¿Por dónde has entrado, amor?
-¿Por dónde has entrado, vida?

-Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías...
-No soy el amor, amante.
La Muerte que Dios te envía.

-Oh Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día.
-Un día no puedo darte,
una hora tienes de vida.

Muy deprisa se levanta.
Más deprisa se vestía.
-¡ Abreme la puerta,blanca!
¡ Abreme la puerta, niña!

-Mi padre no fue a Palacio,
mi madre no está dormida...
-¡ Si no me abres esta noche
ya nunca más me abrirías!

¡La muerte me anda buscando!
¡ Junto a ti vida sería!
-Vete bajo la ventana
donde bordaba y cosía.

Te echaré cordón de seda
para que subas arriba.
Si la seda no alcanzare
mis trenzas añadiría.

La fina seda se rompe.
La Muerte, que allí venía:
-Vamos, el enamorado.
La hora ya está cumplida.



del famoso relato de la Muerte y el comerciante. Ese en que le dice la Muerte:
-Mañana te recogeré.
Y el tipo se va galopando toda la noche hasta llegar a Samarcanda, para huir de ella. Y luego la Muerte le dice:
-Me extrañó verte en el mercado ayer, sabiendo que esta noche tenía que recogerte aquí, en Samarcanda.

AH, si no lo conoces no te debes perder de ninguna manera el quinteto de cuerda de Schubert titulado "La Muerte y la Doncella".


Un pequeño aporte...

Morte


Que triângulo ou círculo poderá cercar-te
para que te detenhas demorada e minha
para que nâo desças toda pela escada
*

Muerte

Qué triángulo o círculo podrá cercarte
para que te detengas demorada y mía
para que no bajes toda por la escalera

Sophia de Mello Breyner Andresen




El marcharse de la existencia es la ultima ratio de la persona singular. A ésta no le gusta aceptar esa marcha, raras veces lo hace por propia voluntad, aunque también eso ocurre. A regañadientes se deja convencer por su Physis de que ha llegado la hora; pero cederá. La persona singular siempre piensa en eso, pero raras veces lo comenta. La “última” hora es una hora solemne, lo es aun cuando se concentre en lo que dura un relámpago. Así como el salto en el tiempo es siempre numinoso, también la despedida es numinosa –sean cuales sean las circunstancias.

Ernst Jünger, La tijera "



Que no me olvide: otra grandísima pieza musical que viene a cuento: "Lecciones de Tinieblas", de Charpentier.




Fábula de la Fuente y el Caballo


Dicen que murió un caballo.
Contaron que pasó como una sombra, que galopaba
como noticia que va corriendo
todos los días hasta la fuente-agua y sonidos blancos,
jaurías blancas y galgo crepitar-
todos los días entre la nieve y en el deshielo,
sobre la hierba de mayo, año tras año
huía de los lobos
ese caballo que ahora está muerto,
atravesaba los bosques encendidos por la luna
quien lo saludaba fríamente.

Era castaño-acaso era una yegua-
ese caballo del que hablo. Nunca lo podré conocer.
Me han dicho que pasó como una sombra
que su vida no fue sino una sombra y sin embargo el caballo era luz.
Era un caballo ateniense.
En sus ojos brillaba el fuego
de la verdad y la belleza,
pero nadie lo conoció.

Ese caballo que ahora viene vigilante hasta este poema
con los ojos agrandados
por el insomnio de la muerte,
con la mirada de mi hermano
y la sonrisa de fábula
a veces miraba a los hombres,
pero los hombres no sabían
prestar atención a un caballo.
Ni el sabio ni el indiferente
se preocuparon de indagar.

Y así el caballo pudo ir año tras año
hasta la fuente aquella y dicen
que se hicieron compañía
durante los durísimos tiempos.
No hablaban más que de sus cosas
en un lenguaje desconocido,
más misterioso que el sueco
aquel caballo y aquella fuente.
La fuente era una comadre
de las que todavía quedan,
vividora, aficionada
a los chismes.
El caballo era un caballero,
no puede decirse otra cosa.
Dicen que galopaba
como noticia que va corriendo
a propagar la prosperidad,
como un mensaje
del rojo del verano.
Y nadie lo escuchó sino la fuente, nadie supo su signo
ni su símbolo,
nadie quiso saber sino la fuente
de aquel caballo color hoja seca.

En el interior de un verso sueco descansa de su soledad
y ahora ha llegado a este poema antes del amanecer
con grandes ojos semejantes
a los de un antiguo profeta,
con ojos que no se preguntan
si fue Dios quien hizo la muerte,
con grandes ojos elevados
a la categoría de potencias.

Sueño y sendero, sangre y oscuridad
que suenan como campanadas.
Hacia dónde vuelan. De su paso no queda
vestigio alguno.
Y el caballo-desde la noche-mira y aprueba
no los ojos de la Desapacible
sino la última luz de una brizna de hierba.

Blanca Andreu


No a todo alcanza Amor, pues que no puedo
romper el gajo con que Muerte toca.
Mas poco Muerte puede
si en corazón de Amor su miedo muere.
Mas poco Muerte puede, pues no puede
entrar su miedo en pecho donde Amor.
Que Muerte rige a Vida; Amor a Muerte.

Mecedonio Fernández


Trobriand con una endecha prematura…

“Hoy di la mano a la muerte
y vehementemente respete su círculo de tiza.
Vi tirados en el pasillo al jamás y al nunca más.
Abrazados sonreían iluminados por la luz antes presente en su rostro gris, hoy casi inerte.

30 metros de un corredor sembrado de lapidas.
Malsana y agridulce sensación, la crisálida del llanto aun sin formar.
Las manos que buscan contacto, creen poder guardar más y más y más y más...

Y esa frialdad que me condena, comienza a deshabitar. Mintiendo al recordar.”

"Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías".

"Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde."


"¡Y el toro solo, corazón arriba !"

Y otra vez:

"El toro ya mugía por su frente"

Y luego

"A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles"

Y en "Cuerpo Presente":


"La muerte es una piedra donde los sueños gimen"

Y después

"Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos (...)
Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me digan donde está la salida
para este capitán atado por la muerte"

Y el final:

"No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio. No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa. ¡También se muere el mar!"


("Al faro", V. Woolf) "morimos cada uno solo”.



SOLEDAD EN LA MUERTE


Hay que morir sin compañía...
Esposa mía y compañera:
tuya es mi vida toda entera,
¡pero mi muerte es sólo mía!

Toda la gracia del vivir
te di con mano generosa:
pero el cogollo de la rosa
no lo podemos compartir.

Tienes la vida y la verdad
del compañero y del amigo.
Pero aquel día... ¡yo conmigo
en mi infinita soledad!

Dos almas tienen sólo un Dios
y dos estrellas sólo un cielo.
Dos vidas viven un anhelo
¡pero no hay muertes para dos!

Por esa puerta no entrarás.
En esa senda no serás
ya mi consuelo y mi maestra.
Toda mi vida ha sido nuestra.
¡Mi muerte es mía, nada más!


versos de J. Ramón Jimenez.

1)

!Libro terrible-!muerte!-
y terrible momento
cuando-niños para él-nos toca
aprenderlo, tan fácil !ay! y tan dificil,)
tan corto !ay! tan largo!

2)

¿Qué hacemos cada día,
más que matar? ¿Cada acto
nuestro no es una muerte?
Nuestra vida
¿no es meter ataúdes
en los agujerillos
de los instantes?

!Qué cementerio el tuyo, vida mía!



Y estos versos también de Juan Ramón:

"No, no, vivos y muertos
somos los vencedores de la nada."



canción de Serrat:

Si la muerte pisa mi huerto
¿quién firmará que he muerto
de muerte natural?

¿Quién lo voceará en mi pueblo?
¿quién pondrá un lazo negro
al entreabierto portal?

¿Quién será ese buen amigo
que morirá conmigo,
aunque sea un tanto así?

¿Quién mentirá un padrenuestro
y a rey muerto, rey puesto...
pensará para sí?

¿Quién cuidará de mi perro?
¿quién pagará mi entierro
y una cruz de metal?

¿Cuál de todos mis amores
ha de comprar las flores
para mi funeral?

¿Quién vaciará mis bolsillos?
¿quién liquidará mis deudas?
A saber...

¿Quién pondrá fin a mi diario
al caer
la última hoja en mi calendario?

¿Quién me hablará entre sollozos?
¿quién besará mis ojos
para darles la luz?

¿Quién rezará en mi memoria:
"Dios lo tenga en su Gloria",
y brindará a mi salud?

¿Quién hará pan de mi trigo?
¿quién se pondrá mi abrigo
el próximo diciembre?

¿Y quién será el nuevo dueño
de mi casa y mis sueños
y mi sillón de mimbre?

¿Quién me abrirá los cajones?
¿quién leerá mis canciones
con morboso placer?

¿Quién se acostará en mi cama,
se pondrá mi pijama
y mantendrá a mi mujer

y me traerá un crisantemo
el primero de noviembre?
A saber...

¿Quién pondrá fin a mi diario
al caer
la última hoja en mi calendario?

218 comentarios:

  1. Como os prometí a algunos hace algún tiempo, aquí está la entrada sobre la muerte, el límite último, la singularidad que a todos nos agudarda y de la que quizá hemos emergido. Quizá sea cierto que "de lo que no se puede hablar, mejor es callar", pero aun así, conversemos. Sin miedo, sin prejuicios. Indagemos el sentido, o la asuencia de sentido: tejámoslo entre todos. En el entre-todos, el sentido que nos resguarde de la intemperie, el antídoto contra el miedo. Abolir el temblor en esta densa espera.
    Sea.

    Es una entrada larga, el blog no se actualizará hasta septiembre, para dar tiempo y espacio. Leed las citas aunque en varias fases, merecen la pena, de verdad. Sé que es largo pero haced el esfuerzo: encontraréis alguna que otra gema. Podemos empezar comentándolas y luego pasamos a exponer nuestro sentir, nuestra común perplejidad ante la muerte. Sólo quería decir que las citas no forman un corpus ni mucho menos exhaustivo; han sido extraídas al azar, de mi biblioteca, y ni siquiera en ella he realizado una búsqueda sistemática. Estas citas podéis comentarlas, negarlas, aportar otras nuevas, lo que queráis... lo más interesante será, por supuesto, vuestra opinión.

    El debate es completamente abierto porque (como ya muestran las citas) el tema de la muerte puede abordarse desde múltiples perspectivas (médica, antropológica, psicológica, metafísica, etc.). Me interesan todas ellas, me interesa el tema. A todos. En esa expectativa estamos porque el fin último nos aguarda a todos por igual y es mejor encararlo y hablar de ello en lugar de jugar al radical escamoteo practicado por nuestras instancias políticas y educativas (¿os hablaron de la muerte en la escuela? A mí, nunca).

    La palabra es vuestra.

    abrazos

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  2. Nota: no sé si queda del todo claro visualmente: los tres asteriscos señalan el paso de un autor a otro; un asterisco significa que pasamos a otro poema o cita dentro del mismo autor, cuyo nombre aparece al final de cada bloque.

    Los poemas breves están íntegros pero en los demás casos, en razón de su longitud, he optado por versos sueltos.

    Más abrazos

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  3. Estimado Stalker,

    Entrada que no llega a ser tan extensa en lo largo como en lo profundo.

    Sólo queríamos brevemente felicitarle por tan interesante blog y por esta entrada (se va usted superando). Por cierto, somos también rendidos admiradores de los hermanos Quay, y eso fué lo que nos llevó al blog. Ahora ya le seguimos de modo habitual.

    Un saludo y enhorabuena.

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  4. Ok. ya me había dado cuenta que la entrada necesitaba yo más de una noche entera para leerla con tranquilidad.

    No he leído nada de la entrada, pero si tus instrucciones de uso. Es magnifico. magnifico.

    Un abrazo Salker eres auténtico como tú solo.

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  5. Está claro y dulce y quema y serena. Tu catedral de gasas, hilos y agujas para mitigar el espanto perseverante de la herida. Tu bengala en el mar nocturno. Gracias, Stalker. Ante estos gestos la que nos cierra los ojos retrocede, porque nada la asusta tanto como que la miren a la cara.

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  6. ¡Tremenda entrada!
    Enhorabuena por ella.
    Prometo volver y volver otra vez para empaparme bien.

    Martha

    P.D.: respondiendo, de momento, a tan sólo una parte de los retos que aquí planteas, diré que a mí jamás me hablaron de la muerte en la escuela. Tuve que esperar al instituto, bien entrada la adolescencia, hasta que una profesora de literatura nos habló de ella leyendo "Las coplas a la muerte de su padre", de Manrique.
    Tanto me impresionaron, la clase y los versos, que los cité en un examen de biología a propósito de la descomposición del carbono (va en serio)... Ya os podéis imaginar la cara que puso el profe de biología, y la nota que tuve, claro, jejeje...

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  7. llevo 1 hora con el marco de comentario en blanco y pensando qué insectos viven unas horas o un día a lo sumo.

    hay una tendencia a querer vivir muchos años, a hacernos preguntas.

    esos insectos han escrito mucho mejor que nosotros sobre el tema.

    mientras, disfruto mucho aquí, con vosotros.

    muchas gracias, querido hermano búfalo, gracias a todos.

    besos,
    òscar.

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  8. Stalker. Al toparme con tu post casi me desvanezco; sin embargo, mi criterio ha variado en cuanto he leído las citas seleccionadas. Y después, mira por dónde, tengo la sensación de que es un post bastante breve (con esto no quiero decirte que lo amplíes, jaj), y no es ironía, porque...¿hay tema más comentado en esta vida que el de la Muerte? No hay autor de género literario o plástico o filosófico que al menos, junto con el tema del Amor, no haya tocado el de Tánatos. Y sin embargo, echo en falta una cita importante y significativa, así como preñada de esperanza y bastante salvífica, a mi modo de ver, que aparece en el capítulo LXXIV de la segunda parte del Quijote, cuando Alonso Quijano está ya en las últimas. Y es la siguiente, si me lo permites:

    "¡Ay! —respondió Sancho llorando—. No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros y el que es vencido hoy ser vencedor mañana."

    Melancolía -muerte en vida- y Muerte -extinción definitiva- son tocados aquí por la mano prodigiosa y sabia de Cervantes. Pero también el optimismo de la vida (si careces de él todo se te hace cuesta arriba) rezuma en el párrafo. Sí, creo que todos deberíamos ir al campo vestidos de pastores, y dejarnos de patochadas épicas que sólo sirven para dar morboso placer al Tánatos. Pero ya veo que no hay solución.

    Por mi parte, el problema -relativo- que tengo con la muerte es que por sí misma no me sugiere demasiado. Bueno, podría decir que me sugiere la vida, pero ello es de perogrullo. Considero el asunto en la medida en que vivo rodeado del acontecimiento desde siempre. De cerca o de lejos, el desenlace está presente en nuestras vidas, con la gravedad del drama inesperado en ocasiones, y poco cabe comentar sobre ello. Me niego a ver la muerte como ese ejercicio de pirotecnia cristiana que sublima la negación de la negación. ¿Me entiendes? A mi sí me hablaron los curas y frailes de la muerte, perdón, de su visión de la muerte. ¡Cómo no iban a hablarme, si es probablemente el pilar fundamental de su religión! Pero claro, no me hablaron con naturalidad del ejercicio vital de morirse. Sólo les interesaba la catequesis y el negocio. Y cuando vi la muerte de cerca, todo me pareció más vinculado a la naturaleza, a pesar del enorme peso de los ritos religiosos y sociales.

    Bueno, el tema da lo suyo y estará bien que la gente se moje en opinión. Aunque coincido con Soperos en que hay animales que viven escasamente y probablemente no se plantean nada al respecto, o se lo plantean simplemente viviendo ese tiempo breve. No obstante, los individuos de nuestra especie, aun soberbios y arrogantes, no deberíamos hacer dejación de un sano y modesto ejercicio de reconsideración ante un tema tabú.

    Gracias por tu esfuerzo al seleccionar las citas, Stalker.

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  9. ¡Ay la muerte! para qué pensar en ella si nos hemos de morir igual.

    Prefiero ser una hormiga y vivir simplemente al son de mis necesidades vitales. Amar, comer, dormir, escribir tal vez ..., o no escribir no es importante. Amar, comer, dormir, Amar de muchas maneras claro, dormir en una posición cómoda, comer lo que a uno le plazca y dejarse llevar. Ni siquiera la hormiga se plantea estas cosas, ella recoge brisnitas, migajas y las lleva al refugio para sobrevivir en invierno. Supongo que lo hace por instinto. El instinto de supervivencia.

    He leído palabras sabías de Falker.

    Pero tal vez la ESPERANZA sirva de refugio. Y si lo miramos bien, esa paz eterna no es más que eso. El vacío completo, la total nada, la propia negación de que después no hay nada.

    Y un blanco lucero albergará mi alma después de que mis pasos no hayan dejado huellas sobre la tierra firme. Y me esfumaré como si fuera viento, y se escuchará una voz lejana decir JAJAJAJA y nacerá el silencio.

    La hora de las burjas, son casi las 12 horas y entonces ...

    Saluditos a los topos.

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  10. Esta entrada o me la imprimo o no la digiero. Necesito tiempo y al parecer, gracias a Lucifer, lo vas a dar. Mañana me marcho hacia el mar una semana, lo dejo para la vuelta. La vuelta será a Barna, te pegare un toque. Achilipu.

    “llevo 1 hora con el marco de comentario en blanco y pensando qué insectos viven unas horas o un día a lo sumo”

    Amen òscar...

    Dios bendiga esta casa.

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  11. Bienvenido(s), Canibalibro...

    es un placer que los hermanos Quay unan a la gente, me hace feliz esa sintonía...

    Pasad y sed bienvenidos.

    Abrazos

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  12. Mariel:

    ésa es la cosa. Mirarla a la cara, plantar cara. Y aunque venga a nosotros, morir de pie. Se hace necesario un aprendizaje de la muerte.

    Hace tiempo imaginé que en los colegios se impartían clases de escritura fúnebre. Que los niños aprendieran a redactar epitafios: palabras que los definirían ante la eternidad provisional del mausoleo.

    Mirar a la cara y resistir el soplo frío, y reír aun cuando se insinúe el último temblor...

    abrazos

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  13. Martha:

    maravillos anécdota nos regalas. Al margen de la mala nota, mereció la pena. Me gustan esos pequeños actos que socavan lo real y desconciertan a quienes transitan por autopistas de un solo sentido. Yo hacía cosas parecidas, como ir disfrazado a una clase de derecho internacional, pero lo tuyo es más hermoso y rompe las barreras que nos enclaustran. ¡Deliciosa anécdota!

    abrazos

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  14. Hermano búfalo:

    al leer tu comentario he estado tentado de borrar esta entrada; me retuvieron los comentarios ya existentes... Me vuelves a dar una lección, y sin querer, porque tú no pontificas...

    Claro: yo aquí proponiendo debates mientras esos insectos se afanan por vivir su día, apurándolo hasta el fin, concentrados en su estar... A fin de cuentas la muerte es una ultimidad, y para pensarla tal vez haga falta extralimitar las facultades de la mente. Pensar el no-ser parece difícil a la conciencia que es. Aun así, persiste el deseo de apaciguamiento; restaurar el equilibrio interior para asumir el vértigo con ecuanimidad y dejarnos ir cuando se nos reclame...

    abrazos de un animal a otro

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  15. Querido Fackel:

    quise escapar a tu benévola mirada inquisitiva avisando de que las citas no son, ni muchísimo menos, exhaustivas... han sido elegidas al azar (un azar que me ha llevado muchas horas de búsqueda entre mis libros) y no pretenden ser definitivas en ningún sentido, sino tan sólo espolear la conversación. Si hubiera pretendido ser minucioso, habría consultado las "Tusculanas" de Cicerón o los escritos sobre la muerte de Jaspers, amén de muchos otros.

    La cita de "El Quijote" es oportuna y jugosa, y aún más tu comentario. Verás: estoy convencido de que Montaigne tiene razón cuando afirma que "Quien enseñe a los hombres a morir, les enseñará a vivir". Es una de esas gemas que ese sabio nos legó. Si aprendemos a morir nos deshacemos de la más gravosa hipoteca que podamos imaginar: el terror ante la disolución consume parte de nuestra energía consciente, que podríamo invertir en vivir con más plenitud y en estar más atentos a los demás.

    Hablas de la brutal enseñanza que te impartieron unos miserables. Ésa no cuenta, por supuesto, porque pretendían cambiarte la hipoteca de la angustia personal por la hipoteca de la recompensa ultraterrena, a cambio, nada menos, que de tu alma. Un pésimo negocio...

    No creo que esta tarea pueda hacerse en solitario. De ahí la invocación a la intimidad compartida, al libro flujo del entre-todos. Ya voy empezando a recibir vibraciones y abrevarme en los comentarios.

    Abrazos, portador de la antorcha. Un placer verte por aquí.

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  16. Lola:

    "Y me esfumaré como si fuera viento, y se escuchará una voz lejana decir JAJAJAJA y nacerá el silencio".

    Esa dilacerada carcajada última es un regalo que nos ofrendas. ¿Y si al caer el telón todo hubiera sido una farsa y una risa incorpórea nos testimonara su burla? Tendría gracia, después de todo...

    Siempre he pensado que la muerte y el sueño se parecen en una cosa: en que es muy difícil darse cuenta del momento exacto en que perdemos la conciencia y observarlo. Probad cuando vayáis a dormir: el momento en que soltamos el lastre de la conciencia es siempre huidizo, inasible; imperceptible, porque no podemos percibir la propia disolución de la conciencia con la conciencia. Necesitariamos una meta-conciencia, una meta-percepción cuyo origen no consigo imaginar. Por eso, el instante en el que caemos en la singularidad (singularidad en el sentido cosmológico: aquello de lo que nada podemos afirmar y en lo que las leyes físicas del universo conocido dejan de aplicarse) es un umbral que no podemos cruzar: cuando lo cruzamos, ya no estamos allí, hemos dejado de ser.
    No tengo evidencias al respecto, pero estoy persuadido de que el momento de la muerte nos es arrebatado. Estamos condenados, acaso felizmente, a cuestionar y observar, tan solo, la vida, aunque sea en la exasperación de una enfermedad dolorosa; la propia agonía es vida mayúscula, vida luchando contra su propia desintegración.

    Aprovecho tu respuesta, Lola, para ir soltando algunas babas de caracol...

    abrazos

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  17. Bashevis:

    Dios (mejor: los dioses) te bendigan a ti.

    Se te concede el tiempo que necesites para leer y comentar lo que gustes. Tu punto de vista ex-céntrico (fuera de todo centro) e insumiso, que no se pliega a ningún mandamiento, es importante y necesario. Deja por aquí la huella de tus perplejidades al regreso, y avisa cuando llegues a la ciudad condal o ciertas maldiciones eficaces ejercerán su devastación sobre tus descendientes hasta la quinta generación.

    Disfruta del mar, y abrazos.

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  18. Satlker, como bien dices tú y todos los cohabitantes de la casa, esta entrada es para masticarla con lentitud. Me vendré por aquí progresivamente, y dejaré caer gotitas entonces.

    Gracias

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  19. Portinari:

    tómate tu tiempo. Tengo mucha fe a todo lo que podrás exprimir a estas pepitas de pensadores y poetas, tamizándolas a través de la casi infinita capacidad germinativa de tu instinto traductor del mundo.

    Abrazos desde la espera...

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  20. Añadidos dos vídeos con canciones relacionadas el tema: "La mort", Barbara; "J'arrive", Brel.

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  21. Añado:

    "Porque te has muerto para siempre,
    como todos los muertos de la Tierra,
    como todos los muertos que se olvidan
    en un montón de perros apagados."

    Es parte de un poema de Federico García Lorca de Alma ausente y que a mi me fascina y fue pie de verso para mi Triste baile de huesos.

    La muerte siempre fue, es y será uno de los grandes temas a los que el poeta necesita recurrir.

    Regreso del mar para hablar de la muerte. Todo gira en torno a ella, incluso el amor.

    exesh

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  22. Tremenda entrada. De momento me he partido de risa con Abrose Bierce, me he quedado boquiabierto con los japoneses y he sufrido con el terrible poema de la Bachmann. También veo que está el amigo Blanchot -y la amiga Emily, claro- :)

    Volveré cuando los vaya rumiando.

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  23. Agradezco tu opinion y tu visita.

    *

    Siempre me ha interesado la perspectiva mortuoria ligada a la sexualidad (Eros-Tantatos), y por tanto, a las entrañas del psicoanalisis.

    Una frase de Marcuse condenso todo esto: "Asi, la sexualidad obedecera en ultima instancia al mismo principio que el instinto de la muerte"

    Cezanne, por otro lado, desdibuja la existencia, refiriendose (superficialmente) a la pintura: "El hombre ausente, pero por completo en el paisaje"

    Recuerdo tambien un verso de Philip Larkin: "El amor no es mas fuerte que la muerte porque dos estatuas hayan estado cogidas de la mano durante seiscientos años"

    Char, diria: "El poeta no se irrita por la horrible extincion de la muerte"

    Y finalmente Renee Vivien, condena con este epitafio: "El mundo es un jardin de placer y de muerte"

    Sigue, sigue y sigue...

    La muerte como Big Star de todas las vidas, al fin y al cabo.

    Siempre quedara Quilapayun con su ingenua y sana determinacion: "Entre morir y no morir, me decidi por la guitarra"

    http://www.youtube.com/watch?v=quS__faKbMg

    Un saludo. Prometo comentar la entrada con mayor detenimiento.

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  24. Gracias, Esther, por traernos los versos de Lorca...

    "Triste baile de huesos", me gusta el título de tu libro. ¿Te animarías a compartir el poema al que dio pie la estrofa de Lorca?

    Abrazos sin salitre...

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  25. Rubén:

    lo cierto es que me alegra mucho la compañía de todos estos escritores; a todos los considero amigos, por una u otra razón han iluminado ciertas sombras y me obligan a mirar, siempre, bajo la alfombra. Todos, sin excepción, son escritores imprescindibles, aunque no sea ésa la razón de su presencia aquí.

    Ambrose Bierce es un escritor y un personaje increíble. Hay que leer "El club de los parricidas", "El puente sobre el río del Buho", "El diccionario del diablo". Impagable inteligencia e ironía...

    El poema de Bachmann es demoledor, pero me quedo con la sencillez del de Blanca Varela, que me parece conmovedor hasta lo indecible, y con el de Han Sahn, que en cierto modo es complementario al de Varela: "Darse a la cara umbría" Ufff...

    Báñate en esta entrada cuanto quieras, hay tiempo de sobra...

    abrazos

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  26. Enrique:

    muy buenas semillas traes, cosa que te agradezco.

    Me gusta eso de "entre morir y no morir me decidí por la guitarra", aunque siempre sentí que la guitarra es una forma de afinarse, y afinarse ya es preparse para la disolución.

    Aunque no entiendo qué quiero decir con esto, siento que sólo el desafinado resiste.

    Abrazos y bienvenido.

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  27. Pues aquí te dejo mi Triste baile de huesos, un poema por encargo de mi hermano mayor, para un momento especial e íntimamente ligado a la muerte. No es un gran poema, simplemente es un poema.

    Abrazos sin salitre pero con sueño.



    "Porque te has muerto para siempre,

    como todos los muertos de la Tierra,

    como todos los muertos que se olvidan

    en un montón de perros apagados."


    del poema Alma ausente

    (F.G. Lorca)


    TRISTE BAILE DE HUESOS.



    Hoy me pienso ellos,

    con el tiempo detenido entre mis dedos

    y el viento agitado de ausencia.

    He traído a mi memoria

    aquellos muros heridos

    de silencioso terror

    de miles de padres irrepetibles,

    hijos,

    hermanos que se olvidan

    en un montón de perros apagados.


    Hay una ruina de lápidas en el cielo,

    un velo de ignorancia que daña,

    de nombres prohibidos

    que se escriben con letra pequeña.

    Es el miedo esta ausencia de sentido

    de gritos orillados en la tierra.

    Hoy me pienso ellos

    y rehuyo al dolor.

    Lo peor

    es que todos los muertos se olvidan,

    pero

    hoy me pienso ellos

    y hay un triste baile de huesos,

    aullando

    por permanecer vivo.


    Hoy, con el tiempo detenido entre mis dedos,

    me pienso ellos,

    muertos para siempre,

    y sueño

    lápidas.

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  28. gracias por la entrada, aún no la he leído completamente, me gustaría imprimirla porque la lectura en el ordenador no termina de ser de mi gusto.

    hoy pensé en la muerte, cosa que tampoco es rara en mí, ciertamente. después de tirarme todo el día delante del ordenador para escribir un texto que al final acabé borrando sin piedad -me encanta no tener piedad a la hora de borrar mis textos- pensé "la muerte se debe parecer a esto". luego salí a la calle, llovió muchísimo, me compré un libro de helene cixous ("la llegada a la escritura"), comí sushi, bebí heineken y volví a casa, obviamente también la muerte se debe a parecer a esto, también la muerte debe ser esto.





    "¿Y si morir tuviese el sabor de la comida cuando se tiene mucha hambre? ¿Y si morir fuese un placer, un placer egoísta?" CLARICE LISPECTOR

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  29. Hola:

    He leído todos vuestros comentarios. Esther bonito poema el Triste baile de huesos.
    No he podido leer aún la entrada, la he impreso.

    Tengo un epitafio de Chantal Maillard dice: "ESTO TAMBIÉN PASARÁ". Stalker como sé que te gusta Chantal y a otros topos también alli la dejo.

    Bueno no sé muy bien de la muerte. A mi me exclipa mucho el tema de las mediums. Hacían unos programas qeu unas mediums en EEUU encontraban la solución a asesinatos por resolver. Era un programa bastante serio. Si así es que los mediums se comunicaban con el alma de esas personas, es que debe de haber algo más detrás de todo esto. No sé, a lo mejor uno quiere aferrarse a después de la muerte, pero no porque me preocupe la mía, sino porque a lo mejor no quiero despegarme de los que se me fueron y ya no están. Entonces pienso que posiblemente siguen estando en algún lugar de alguna manera. En fin que la muerte, es natural pero no la comprendemos por eso la hablamos.

    Os dejo dos gramentos uno de Huidobro que me parece me encanta, lo he rescatado de Altazor. Obra que me encanta.
    Y el otro de Lao Tsé que también me gsuta mucho leer.

    El cielo tiene miedo de la noche
    Cuando el mar hace dormir los barcos
    Cuando la muerte se nutre en los rincones
    Y la voz del silencio se llena de vampiros
    Entonces alumbramos un fuego bajo el oráculo
    Para aplacar la suerte
    Y alimentamos los milagros de la soledad
    Con nuestra propia carne
    Entonces en el cementerio sellado
    Y hermoso como un eclipse
    La rosa rompe sus lazos y florece al reverso de la muerte

    Fragmento de Altazor - autor: Huidobro.



    Volver a la raíz.
    Sea tu meta el máximo de vacío.
    Conserva la firmeza de la paz.
    Nacen las cosas y entran en la existencia, pero desde allí la vemos regresar a su reposo.
    Mira todas las flores que florecen: cada una vuelve a su raíz.
    Volver a la raíz es encontrar el descanso.
    Este descanso significa regresión al destino.
    Regresar al destino significa durar constantemente.
    Conocer lo constante es estar iluminado.
    Pero no conocer lo constante es caer en la ceguera y el desastre.
    Quien conoce lo constante, lo abarca todo.
    El que todo lo abarca es justo con todos.
    Lo universal es el ritmo del cielo.
    Y lo que está en ritmo con el cielo, lo está con el Tao.
    Y lo que está en ritmo con el Tao perdura eternamente.
    Aunque su cuerpo muera, nunca perecerá.

    Fragmento de Lao Tsé

    Un beso nocturno y no nos pongamos serios que esto de la muerte es divertido en cierta medida mientras podamos hablar de ella. JAJAJAJA.

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  30. Esther:

    el poema es conmovedor, supongo que lo inspiró un acontecimiento triste. Gracias por traerlo y compartirlo con todos.

    Abrazos fresquitos.

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  31. Ana:

    si la muerte se parece a comer sushi y beber Heineken, firmo sin dudar (aunque una eternidad bebiendo cerveza se me hace intolerable, ¿me será posible cambiarla por agua y zumos?). La falta de piedad con tu texto me gusta; ese rigor propicia que tus escritos estén concebidos, casi, como mecanismos de precisión miniaturizados. Al lado de tu cirugía bella y concisa me siento como un campesino amontonando heno o quitando la nieve a paladas para que el carro pueda pasar.

    Sé que la idea de la muerte te asalta, por eso tus impresiones me son muy valiosas. Tú también rumias la desaparición.

    Abrazo

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  32. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  33. Lola:

    qué comentario más trabajado. ¡Gracias!

    En primer lugar, respecto a las médiums y la vida en el más allá o la existencia espiritual... todo es opinable, claro; siempre he sentido que no hay alma, o que el alma está en el cuerpo o en la mente. Se me hace difícil creer en la pervivencia más allá de la muerte. Opino que todo acaba, que no hay más: sólo queda el recuerdo y la desolación de los vivos. El hecho en sí de la muerte, la extinción de la conciencia, el límite de lo pensable, me interesa mucho... lo demás lo atribuyo a la imaginación religiosa o trascendente, a veces a la más burda superchería. Es una convicción bastante fuerte, como mi ateísmo absoluto. Pero aquí entramos en el terreno de la subjetividad y las creencias, y cada cual, supongo, necesita aferrarse a algunas para cruzar el desierto. Yo prefiero que el sol me dé de lleno, sin oasis. Acercarme así al centro, abolir los espejismos y pronunciar la pregunta informulable, cuya respuesta sin duda me fulminará.

    Tampoco me hago ilusiones: lleva toda la vida engendrar esa pregunta y alzarla a los labios. Cáliz de hiel ante el umbral irreversible.

    Respecto a los textos que traes, estoy encantado.

    "Esto también pasará", como epitafio. Claro: pasará el tributo que se paga a los muertos, pasará la tristeza, pasará la muerte misma, la misma vida. La humanidad se extinguirá y finalmente la tierra será un cascote humeante. Todo, hasta el propio universo, está condenado a la desaparición. Y por último morirá la muerte. Ese epitafio cifra la ley del aniquilamiento voraz de todo cuanto existe y existirá. Todo es fuego y el fuego se consume. ¿Y luego de la muerte del Universo y de la muerte misma? ¿Resurrección y muerte posterior, y así hasta la náusea? Así lo apuntan las cosmogonías indias, que además lo medían todo con kalpas, unidades de tiempo inconmensurables que se acercan a los cómputos de vida del cosmos conjeturados por la moderna cosmología.

    Muy bueno el fragmento de Huidobro, y especialmente el del Tao Te King. ¿Sabes que estuve repasando ese libro para hacer esta entrada? No sé por qué no di con el fragmento que traes a colación... ¿Qué edición tienes? Es un libro que consulto de vez en cuando. Lo abro al azar y respiro el texto que me ofrece. Por insólito que parezca, muy a menudo me ofrece consuelo, como me ocurre con Marco Aurelio. Bastones en las horas oscuras.

    Cómo te agradezco tu largo comentario, ave zancuda...

    abrazos

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  34. Ya te diré la edición que tengo de Lao Tsé. Curiosamente nada más ver la entrada me fuí a ver los autores y no encontré a Lao Tsé.
    Y yo también tengo el mismo sistema que tú, lo abro de vez en cuando y lo leo, es como entrar en un espacio de paz ese libro. Ahora mismo es que tenía algún fragmento por allí guardado, la edición que yo tengo es muy bonita, pero ya te daré más señas.

    Si en el fondo creo que no hay nada detrás ni delante. Que somos igual que las hormigas o algo parecido. Pero se murió mi padre y me pareció que por allí debe de estar jugando a dominó o a petanca con algún otro extraviado.
    Y otras veces me parece que si hay algo, pero infierno no hay, seguro el infierno esta en nosotros.
    También creo que la mente es poderosa y crea monstruos y cosas parecidas.

    Otra vez haciendo de ave zancuda sin saber muy bien como picotear el insecto de la palabra.


    Disculpar mi texto anterios ha salido lleno de fallos de escritura. Me parece que no me había puesto las gafas de pantalla y también escribir en estas ventanitas no me resulta cómodo.


    Un abrazo a todos.

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  35. El pasaje lo saqué de esta web que habla de Lao Tsé. http://www.proyectopv.org/1-verdad/laotse.htm

    Y el libro que tengo de Lao Tsé es una versión de Stephen Mitchell de la editorial Gaia.

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  36. Stalker querido: La entrada y los comentarios son tan ricos que imprimiré todo al amanecer (porque soy muy despistada y siempre se me cae algo estrepitosamente, especialmente en horas nocturnas), para leerlo tocándolo y contar, lo que siento.

    Quizá el estrépito de los despistados espante a la muerte, quizá debiera imprimir esto ya.

    Gracias, muchas gracias por tus tesoros que nos hacen mirar hacia adentro.

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  37. Lola:

    qué gran verdad que somos hormigas. Algo parecido: hormigas con ínfulas. Imaginar que alguien observa el hormiguero con severa curiosidad entomológica es tentador, desde luego...

    Gracias por la información sobre tu edición del Tao Te King...

    abrazos

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  38. Querida Mariel:

    miremos afuera con la mediación del "falso adentro de la mente".

    El regalo es el entusiasmo que siempre contagias...

    Besos

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  39. Le preguntan a Krishnamurti:

    Usted ha dicho que la muerte, el amor, el nacimiento, son esencialmente una cosa. ¿Cómo puede sostener que no hay diferencia entre la conmoción y el dolor que implica la muerte y la felicidad del amor?
    .

    Krishnamurti: ¿Qué entiende usted por muerte? La pérdida del cuerpo, la pérdida de la memoria; y espera y piensa que después haya una continuación. Algo que se ha ido de aquí, eso es lo que llama muerte. Ahora bien, para mí la muerte es producida por la continuación de la memoria, y la memoria no es sino el resultado del anhelo, del apego, del deseo. De modo que, para una persona que está libre del anhelo, no existe la muerte, no hay comienzo ni final, ni el sendero del amor ni el sendero de la mente, el dolor. Por favor, estoy tratando de explicar que, en la persecución de un opuesto, creamos una resistencia. Si siento miedo, busco valor; no obstante, el miedo me persigue porque sólo estoy escapando de lo uno hacia lo otro. Mientras que, si me libero del miedo, no conozco ni el valor ni el miedo; y yo digo que la manera de hacer eso es volverse alerta, vigilante, no tratar de reunir valor, sino librarse del motivo contenido en la acción. O sea, si usted tiene miedo, no busque un motivo para la acción del valor, sino libérese del miedo. Ésa es la acción sin motivo. Si de verdad ha comprendido esto, verá que el tiempo, la muerte como futuro, ha cesado. La muerte no es sino la percepción de una intensa soledad, y así, estando atrapados en la soledad, nos precipitamos hacia lo otro, deseamos la unidad, o queremos descubrir qué existe del otro lado; para mí, ésas son maneras de perseguir los opuestos y, por tanto, maneras de sostener permanentemente la soledad. Mientras que, al afrontar la soledad, al regocijarnos plenamente en esa acción tornándonos lúcidamente conscientes de la soledad, la destruimos en el presente. Por tanto, no hay muerte.
    Todas las cosas tienen que gastarse. Las cosas son los cuerpos, las cualidades, las resistencias, los obstáculos; todas ellas se gastarán, tienen que gastarse, pero el hombre que en sus pensamientos y emociones está libre de resistencias y obstáculos, conocerá la inmortalidad, no la continuación de sus propias limitaciones, de su propia personalidad o individualidad, la cual no es sino una serie de capas de anhelos, apegos y deseos. Usted podrá disentir, pero si está libre del pensamiento, si se ha abierto paso por medio de esa conciencia de sí mismo, de esa percepción alerta, de esa llama de intensidad, entonces hay inmortalidad, la cual es armonía perfecta, la cual no es "el sendero del amor" o "el sendero del dolor", sino aquello en que ha cesado toda distinción.

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  40. ¿d, le puedes dar las gracias a krishnamurti de mi parte?.

    muchas gracias.

    como siempre, gracias a todos.

    querido hermano búfalo, ¡qué bien, cuánto animal!.

    besos,

    òscar.

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  41. Querida D:

    gracias por traernos las palabras de Krishnamurti. Claro que la muerte no es nada; el problema es anticiparla en la vida y sobrellevar la ausencia de los que se han ido: para eso, Krishnamurti no ofrece respuestas.

    Ahora me gustaría saber qué piensas tú. No seas tímida, estás entre animales :)

    abrazos

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  42. ¡Cuánto animal, Òscar!

    ¡Y los que vendrán!

    Abrazos

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  43. Añado aquí dos poemitas aztecas (en torno al año 1000, si el librito no miente) que abordan el tema:

    ¿Do es dónde he de ir? ¿Do es dónde he de ir?
    ¡El camino, el camino está presente del Dios de la Dualidad!
    ¿Acaso no hemos de ir todos las Descarnadero?
    ¿Es en el cielo, o en la tierra este Descarnadero?
    Juntos nos vamos, juntos nos vamos a su casa:
    ¡Nadie queda en la tierra!
    Es por lo que lloro:
    nuestra muerte destruye, nuestro amor destruye el bello canto:
    ¡por un momento, muéstrate en la tierra!

    ***

    Sólo vinimos a dormitar, sólo vinimos a soñar:
    no es verdad, no es verdad que vinimos a vivir en la tierra.
    En hierba de primavera vinimos a convertirnos:
    llegan a reverdecer, llegan a abrir sus botones nuestros corazones,
    es una flor nuestro cuerpo: algunas flores da y se seca.

    (Lo del Descarnadero me ha parecido muy inquietante...)

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  44. Pienso que para sobrellevar la muerte de los que se han ido, está la memoria. Anticipar la muerte en la vida es y será siempre el deleite que más nos signifique. Pensar en la muerte será ese arrojarse, ese lanzarse a la vida. Pienso que la muerte es una pasión discreta que nos incita.

    Gracias por incitarme a lanzar mi (posible) timidez.

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  45. Stalker el primer cuadro que has dejado ese lecho y la gente alrededor cabizbajos y con ropa de luto. Representa muy bien nuestra manera de entener la muerte.

    Creo que la forma de mirar a la muerte, de entenderla nos condiciona en cierta medida la manera de vivir.
    Y acabo de leer este poema pero lo dejo aquí porque justo me viene bien para expresar lo que he querido decir:

    Si piensas demasiado
    En el significado de estas cosas
    Estarás atado para siempre
    Como un asno a su estaca.

    Mumon Gensen




    El poema de Cesar Vallejo: Ya lo había leído en alguna ocasión y creo que pienso lo mismo que entonces. No sé de quién habla, pero a veces me parece es demasiada sentencia y decidir que los demás están muertos en vida. No sé cuál es el motivo pero creo que nadie puede juzgar sobre la vida de los demás. Supongo que cada cuál busca su camino cada uno a su manera.

    José Angel Valente: Este poema es precioso precioso. No sé analizar ni expresar porqué me gusta. “morir no tiene cuerpo”. “no estabas tú, estaban tus despojos”. “Traslúcido el lugar donde tu cuerpo estuvo”.

    Yo digo: el día que yo me muera no podré ver tus ojos… Vivimos la muerte con dolor, nos han enseñado que la muerte es la gran perdida, es la mayor de las perdidas. Vivimos aferrados a las vidas de los que nos rodean y vivimos aferrados a nuestra propia vidas. Nos agarramos a ella como a un clavo ardiente. Y cuando se produce la muerte, tenemos la ruptura, la herida que cicatriza con el tiempo pero la seguimos teniendo. Bueno no sé…

    Y leo el poema de Gilgamesh y es justo lo que he expresado en el apartado anterior.


    Alejandra Pizarnik “Nadie me conoce yo hablo los muertos” no sé expresar lo que me hace sentir al leer este verso único. Fuerte. Me produce tanta soledad al leerlo, tanta tristeza, su voz es un grito.


    Idea Valeriño:

    …Uno vive
    con los muertos
    que están ahí …

    Eso es totalmente cierto. Yo conocí la muerte de pequeña, tenía dos años cuando se me murió una hermana que por la edad no puedo recordar. Aunque vivió con nosotros muchos años después. Mi hermana tenía 10 años cuando murió. Creo que eso marco la vida de mis padres y las nuestras. Idea Valeriño lo expresa perfectamente, el acierto es encontrar la palabra justa para decir lo que en verdad se siente.


    El cuadro de las calaveras: Lo he observado y me he paseado por el mismo, sintiendo ese frío y un viento que se me lleva. Es absolutamente tenebroso.




    Dokyo Etan. No conocía este autor, pero este poema que acabo de leer es impresionante. No le sobra ni una palabra, es justo, justo un poema redondo. Lo lees y te quedas en blanco. JAJAJA. Realmente es impresionante este poema.



    Aquí, a la sombra de la muerte, es difícil
    pronunciar la última palabra.
    Sólo diré, pues,
    “sin decir”.
    Nada más,
    nada más.

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  46. Sigo:

    Kozan Ichikyo: Puff que manera de escribir. Otro que no le sobra nada. Ha enlazado perfectamente los dos momentos principales de la existencia. Justo el nacimiento y la muerte. Todo lo demás no esta reflejado. Queda un largo vacío en medio de esos dos momentos. El poema deja al margen el camino, porque el camino es el vació.

    (Bueno eso es lo que me sugiere el poema). Sin embargo yo creo que el camino (la vida es un regalo que nos dieron si uno es bastante feliz) Creo que hay que aprovechar el camino y aprovecharlo de una manera digna y sin dañar a nadie, así cuando uno mira detrás no tiene que arrepentirse de casi nada de lo que hizo.


    Vine al mundo con las manos vacías,
    Descalzo lo dejo.
    Venir, partir:
    Dos sencillos sucesos
    Que se entrelazaron.


    De momento ya tengo algo leído y reflexionado más o menos. Lo dejo aquí porque he leído el poema de Musho Josho y me quedo perpleja. Supongo que mi cuerpo y mente de ave zancuda necesita leerlos más veces para poder decir algo. Esa es la ventaja de las aves que suelen volar bajo sin pensar en las consecuencias. Y pluff uno cae al vacío o al agua de un estanque.

    Querido Stalker siento no haberte mandado la foto de mi infancia aún. Es que depende de mi marido, así es que estoy esperando a que me cuelgue unos cuadros hace ya 6 años sin decirte ninguna mentira. JAJAJAJA. El día que me muera levantaré la cabeza y le miraré a los ojos y le diré “Acuérdate de colgarme los cuadros antes de morirte”. JAJAJAJA.

    Un abrazo a todos los animales de este rincón.

    (no cabe todo en un mensaje)

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  47. D:

    "la muerte es una pasión discreta que nos habita".

    Esto es como un guijarro que uno encuentra en el zapato, perfectamente pulido e ignorado. Hermoso, D, lo guardo como guardo la lengua de gato (un guijarro lenguadegato) que me regaló el búfalo el otro día.

    Me alegra que venzas tu (plausible) timidez.

    abrazos

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  48. Lola:

    el recorrido que haces por los versos es de lo más instructivo. Los leo tal y como los recreas, pasados por tu tamiz, y me llegan de otra forma. Es una sensación muy especial.

    Los poemas japoneses están escritos por monjes Zen en la hora de la muerte. Existe la tradición de escribir poemas en la agonía. Por lo tanto, muchos de ellos no ejercicios literarios (o lo son mínimamente) y sí una expresión vital doliente.

    Hubo un monje agonizante al que sacaron al sol y pidieron que escribiera un poema a su muerte. No podía hablar, así que con el dedo trazó un círculo sobre la arena. Acto seguido expiró.

    Gracias por el paseo poemático, ave zancuda.

    Abrazo

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  49. Imponente entrada, Stalker. Leyendo todos esos fragmentos, termino pensando que la muerte es un buen pretexto para escribir agudísima poesía. También Tarafa, hace mil quinientos años, hablaba de la necesaria tensión de la amarra.


    MU'ALLAQA

    No acampo en los altos por miedo.
    Auxilio cuando se solicita mi auxilio.

    No dejo de saciarme en vino y placeres,
    de vender y gastar los bienes transmitidos y adquiridos
    hasta evitarme toda tribu como a camello embreado.
    Y tú, que censuras que asista a la guerra y a los
    placeres me entregue,
    ¿puedes tú hacerme inmortal? Si no puedes evitar mi muerte,
    déjame abordarla con lo que poseo.

    Si el hombre lograra algún día burlar la muerte,
    por vida tuya, que eso sería como soltar una amarra
    asida por ambos cabos.
    Yo soy el hombre enjuto que conocéis,
    agudo como flamante cabeza de serpiente.


    Tarafa (m. 569 d.C), de Poesía árabe clásica

    Saludos

    Durandarte

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  50. Durandarte, bienvenido.

    Qué pretexto, sí; la exasperada conciencia lúcida, cuando se enfrenta a sus confines, ha generado versos maravillosos, de esos que uno aloja en un lugar recóndito o se incrusta en la respiración.

    Genial el poema que nos traes.

    Abrazos

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  51. Stalker: te devuelvo la visita gatuna.

    Te diré lo que creo sobre este asunto desde lo alto de la pirámide que soy, desde donde diez mil años de Historia te contemplan.

    En primer lugar, lo que dice el Libro de la Sabiduría al respecto:
    "Todos los que me odian, aman la muerte".

    En segundo: el espíritu humano rechaza la idea de la muerte absoluta por intuición, como rechaza cualquier otro tipo de mentira. Se sabe inmortal y le repugna la impostura
    y el atrezzo hamletiano de esa tenebrosa dama que no lo es tanto.

    Por eso cuando alguien querido se muere, siempre se oye decir: "¡ No puede ser!" Y se dice bien, porque la muerte "no es".

    Lo dice el primer principio de la metafísica.

    Desengáñate: Tanto Niesztche como Ciorán terminaron en sendos psiquiátricos, con el cerebro disgregado. No así Sócrates, Kant, Descartes y otros tantos "sabios que en el mundo han sido".

    La muerte es una puerta. La muerte es un telón dramático, tras el cual no tendremos más remedio que salir todos a saludar. Créeme. Y más vale haber elegido un buen papel.

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  52. Bienvenida, Blanca:

    entonces no tendremos más remedio que asumir la im-postura de una identidad (un papel) para después de la función. Dotarnos de una com-postura o a-postura, un rostro último que vestir, como un blasón, al cruzar ese umbral. O quizá, no, quizá la muerte sea la abolición de todo rostro y exija el tributo de la desnudez.

    En todo caso, habrá que rendir cuentas con el hambre, y pasar, como decía Issa, de una tina (nacimiento) a otra tina (muerte). En medio, nos recuerda con ironía, cuánta palabra inútil. También hablar de la muerte es palabra inútil: hojarasca: ínfima señal de combustión del animal humano sediento de re-unión para afrontar la intemperie. La necesaria intemperie. Sin temor.

    Una precisión: Cioran no acabó en un psiquiátrico. De hecho, mantuvo su feroz lucidez casi hasta el final, tal como me comentó un conocido que fue a verlo en sus últimos años (recibía en su casa de París, sólo había que llamar y te abría él mismo, en bata).

    Agradezco tu comentario y tu posición clara y rotunda.

    Abrazos

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  53. "Nada es la muerte, pues cuando ella está nosotros no estamos, y cuando nosotros estamos ella no está". Epicuro.

    ¿De quién es la traducción de "I felt a funeral..." de Dickinson? Buen gusto, es una versión muy buena, a mi parecer.

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  54. Rubén:

    muy oportuno Epicuro. Tiene razón, y sin embargo lo que tememos es perder la conciencia. Es la extinción del soplo lo que nos infunde pavor... Spinoza decía que todo quiere perseverar en su ser, y esto también puede aplicarse a la conciencia, que no acepta extinguir su fuego.

    Hay otro problema que Epicuro no sortea: la desaparición de los otros. Puede que la muerte no esté, pero "está" la ausencia de los que se van. Eso, precisamente eso, es lo que más me atormenta, porque la muerte en sí no es nada, está claro.

    La traducción es de Manuel Villar Raso y corresponde a la edición de Hiperión, una antología con el título "Crónica de plata". Es mi favorita con diferencia, y además trae casi el doble de poemas que la de Cátedra. Échale un vistazo, es una joya y la traducción, a mi juicio, está bastante bien y respeta su estilo, sin los edulcorantes y afeites con que otros traductores desactivan el abrupto balbuceo dickinsoniano.

    Sigo pensando que sobre este tema tienes mucho que decir, Rubén. Me gustaría que te mojaras más (pero si duele, ni se te ocurra).

    Abrazos

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  55. Tras la epístola moral a Fabio que te he endilgado, qué menos que echar un poco de leña al fuego y contribuir al muerterologió con aquello que considero más bello: la gran poesía.

    ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE
    ( De memoria, del Romancero)

    YO me estaba reposando
    anoche, como solía.
    Soñaba con mis amores
    que en mis brazos se dormían.

    Vi entrar señora tan blanca,
    muy más que la nieve fría.
    -¿Por dónde has entrado, amor?
    -¿Por dónde has entrado, vida?

    -Las puertas están cerradas,
    ventanas y celosías...
    -No soy el amor, amante.
    La Muerte que Dios te envía.

    -Oh Muerte tan rigurosa,
    déjame vivir un día.
    -Un día no puedo darte,
    una hora tienes de vida.

    Muy deprisa se levanta.
    Más deprisa se vestía.
    -¡ Abreme la puerta,blanca!
    ¡ Abreme la puerta, niña!

    -Mi padre no fue a Palacio,
    mi madre no está dormida...
    -¡ Si no me abres esta noche
    ya nunca más me abrirías!

    ¡La muerte me anda buscando!
    ¡ Junto a ti vida sería!
    -Vete bajo la ventana
    donde bordaba y cosía.

    Te echaré cordón de seda
    para que subas arriba.
    Si la seda no alcanzare
    mis trenzas añadiría.

    La fina seda se rompe.
    La Muerte, que allí venía:
    -Vamos, el enamorado.
    La hora ya está cumplida.

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  56. Blanca:

    este romance traduce mejor la perplejidad ante la muerte que muchos tratados filosóficos.

    Él le pide un día y la muerte le ofrece una hora. Podría ser peor...

    Muerterologio, me gusta.

    Gracias y abrazos.

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  57. También tiene el mismo componente de inevitabilidad del famoso relato de la Muerte y el comerciante. Ese en que le dice la Muerte:
    -Mañana te recogeré.
    Y el tipo se va galopando toda la noche hasta llegar a Samarcanda, para huir de ella. Y luego la Muerte le dice:
    -Me extrañó verte en el mercado ayer, sabiendo que esta noche tenía que recogerte aquí, en Samarcanda.

    AH, si no lo conoces no te debes perder de ninguna manera el quinteto de cuerda de Schubert titulado "La Muerte y la Doncella", que es una genialidad (por cierto, otro tópico del arte, aunque a mí el que más me divierte encontrar en los cuadros es el de "Et in Arcadia Ego" )

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  58. Blanca:

    es cierto, hay muchas leyendas que versan no sólo sobre la inevitabilidad, sino más específicamente sobre la imposibilidad de engañar a la muerte. Ella conoce todos los resortes y juega con ventaja; siempre aguarda a quien cree haberla burlado. En algunos cuentos que ahora no recuerdo, incluso aparece como una consumada maestra en lógica y retórica; incluso una filóloga metafísica: lo reduce todo a una cuestión de lenguaje, y siempre tiene la última palabra (pero, ¿acaso fue nuestra la primera palabra?)

    El Quinteto de Schubert es, en efecto, una maravilla. Voy a buscarlo para ponerlo ahora.

    Abrazos

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  59. Stalker: ciertamente la frase de Epicuro no aborda la manera en que podemos "vivir" la muerte a través de la muerte de otras personas. De hecho la mayoría de las citas que propones plantean la (im)posibilidad de la "muerte propia", no esta vivencia de la desaparición. Por lo que me conoces, sabes que de eso sé un poco, por desgracia, pero dudo haber aprendido algo: el miedo a que mueran las personas que quiero -sobre todo las jóvenes, para los mayores uno se va preparando, estoicamente- es el miedo más paralizante y absoluto que conozco. En comparación, la vez que tuve que plantearme seriamente la posibilidad de ir a morir me asustó mucho menos que cuando imagino morir a ciertas personas.

    Lamento no compartir tu entusiasmo por la edición de E.D. de Hiperión: reconozco su mérito, sobre todo por el número de poemas traducidos, pero considero que el exceso de "literalidad" le juega una muy mala pasada (oscurece expresiones que en el original son bastante claras, y sus elecciones léxicas se aferran a un clavo ardiendo para estar más "cerca" de las de Dickinson) y hay algunos errores de cajón que son incomprensibles en un experto de la categoría académica del traductor, y que sólo me cuadran como resultado de una excesiva prisa a la hora de revisar o escribir ñas versiones. Te pondría algún ejemplo aquí o por email, pero no tengo el libro a mano. Así que sigo considerándome acérrimo de la versión de M.Andaraz de Cátedra (aunque hay otras muchas muy interesantes).

    salud

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  60. Rubén:

    pues algo falla, porque la versión del poema de Dickinson es de ese libro cuya traducción no te gusta. Quizá no será tan mala traducción cuando ofrece cosas como ésta.

    Yo lo prefiero al de Cátedra, cuya versión, lo siento, me parece más fría y raquítica. Y si vamos a ser inquisidores, nadie se libra de errores a la hora de traducir a Dickinson, entre otras cosas porque, admitámoslo, es intraducible; sólo se la puede transcribir, ofrecer una pobre huella especular, transitarla apenas o recoger cierto aroma. También entiendo que a veces lo que juzgamos errores son elecciones interpretativas.

    Fíjate que las versiones que has ensayado tú mismo me parecen espléndidas. Deberías plantearte tu propia colección de Dikinsons...

    Lo que cuentas de la muerte lo comparto. Es más difícil acceder a la disolución de los seres queridos que a la propia.

    Además, me sorprende el hecho de llevar 32 años en este mundo y no haber visto un muerto aún. Algo debe andar mal en nuestra civilización cuando se nos escamotea, también, ese doloroso aprendizaje.

    Abrazos

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  61. Salkercillo mejor que no hayas tenido la muerte tan cerca, mucho mejor. No tengas prisa.

    De todas formas nuestra cultura, yo misma te estoy diciendo que no tengas prisa. Huimos de la muerte siendo que es un asunto natural pero doloroso. Y asi lo vivimos. Supongo que otras culturas lo viviran de otra manera pero también les duele estoy segura. Sobre todo la muerte de los que quieres.



    Un abrazo Salkercillo.

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  62. deberían pagarte un sueldo por todo esto... a ver si me pongo a disfrutar y a leer las citas ahora que estoy de vuelta a la normalidad.

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  63. Un pequeño aporte...

    Morte


    Que triângulo ou círculo poderá cercar-te
    para que te detenhas demorada e minha
    para que nâo desças toda pela escada
    *

    Muerte

    Qué triángulo o círculo podrá cercarte
    para que te detengas demorada y mía
    para que no bajes toda por la escalera

    Sophia de Mello Breyner Andresen


    PD Stalker ya tengo entre en mis manos 'Diarios indios'. Ya te contaré.

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  64. Raúl:

    el mérito es todo de los autores, aunque reconozco que hay unas cuantas horas para seleccionar las citas.

    Seguro que algo te llama la atención.

    Abrazos

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  65. Ella:

    gracias por el poema de Sophia...

    Me llama la atención el deseo de querer cercar a la muerte, cuando quizá por definición ésta sea lo más voluble e inasible del mundo. Una pura potencia de transformación, metamórfica también ella. Quizá la angustia del ser humano consiste en no poder nombrar, cercar y cosificar sus temores.

    Abrazos

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  66. Stalker querido: Estoy leyendo cada línea y juntando los pedazos que queman de mi memoria para intentar escribirlos.

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  67. Mariel:

    eso será un regalo impagable...

    Abrazones!!

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  68. Mi padre murió mirándome a los ojos, pero viendo algo que no estaba en ellos. Mis ojos eran en ese momento transparentes. Había vivido 23 años con el cáncer soplándole en la nuca y revirtiendo cada mala partida. Esta era la última y no tenía chances. Hacía 8 meses lo habían enviado a casa, a morir. Yo no acepté ese límite y objetivé a mi padre, convirtiéndolo en un objeto de estudio para salvarlo sin que me resultara insoportable. Quería encontrarle una segunda oportunidad. Viví ocho meses sin dormir, investigando, recorriendo y entrevistando a todos los equipos de cirugía de Buenos Aires. Reconstruí una historia clínica de más de dos décadas y esa segunda chance se esfumó en el quirófano, cuando su cuerpo abierto mostró lo que no mostraban los diagnósticos por imágenes. Otra vez volvió a casa, por corto tiempo. Cuando el dolor físico quemó, lo llevamos a la clínica donde había ingresado tantas veces. Estuvo allí solo una noche. Esa noche le leí el cuento de Pinocho, que era el que él me leía cuando era chica. Él navegaba en su mar de morfina y yo lo rescataba del vientre de la ballena. Era, sencillamente, la persona que más amaba. Éramos dos melancólicos y dos solitarios, que se comunicaban a través del silencio y los libros que se dejaban sobre la almohada. Heredé la forma exacta de sus manos y su ideología. Me enternece aún hoy su infancia de niño pobre, sin padre a los 8 años y con una madre que trabaja como obrera textil. Mi padre espera cada tarde a su madre en el umbral de una casa ajena donde lo han enviado a vivir. Y ella no llega. En esa casa ajena le da vergüenza tocar una manzana. Me voy de la clínica al amanecer y le digo: “vuelvo a las dos de la tarde y te sigo leyendo”. A las dos de la tarde está profundamente dormido, en ese mar extraño, con la cabeza vuelta hacia la derecha, hacia una pared. Me siento a su izquierda y recorro cada rasgo de su cara. Súbitamente, gira la cabeza hacia mi lado y me mira a los ojos, pero sé que está buscando la ventana de la habitación, desde la que se ve un árbol rotundamente verde. No me muevo y siento que mira el árbol a través de mi cuerpo. Está viendo algo que yo no puedo ver ni puedo describir. Sus ojos quedan clavados en el árbol. Es una escena de una inmensa ternura y serenidad.

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  69. Sólo cuando conoces la muerte de cerca se es capaz de enfrentarse a ella con valor. Creo, Mariel, que ese relato ferozmente bello y triste me acerca a tí. La enfermedad de mi padre, y su ineludible muerte, fue tremendo para mí. Y ése fue el punto de inflexión en mi vida. Todos estos comentarios, esta recapitulación de textos y los posts que, junto a Stalker, publicó Rubén, me han hecho rememorar ese infierno. También recordé que en esos amargos momentos de fluorescentes y olor de hospital, tuve un momento de observación hacia algo trivial, una mosca. Miraba cómo se frotaba las patas delanteras, como si fuese algo único e irrepetible. Siempre imaginé que mis padres no morirían. Que la muerte transitaba lejos de mi casa. Y allí la tenía. A mi lado.

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  70. Hace dos años, a los 39, me diagnostican una rara forma de cáncer. Supuestamente la he heredado de mi padre y, cómo él, tendré que jugar la partida de ajedrez de “El Séptimo Sello” esquivando cánceres a repetición. Mi padre jamás dijo “cáncer”. La tarde en que Hernán abre el sobre por mí, digo: “es cáncer y voy a pelear”. Se llama así. Nombrarlo, para mí, es la mejor forma de asirlo, domesticarlo e inclinarlo a mis pies. Mi primera reacción es la de un alivio inmenso: me tocó a mí y no a mi hermano. Esa misma tarde voy a visitar a Sandro, un librero amigo. No le digo nada y me traigo a casa “La enfermedad como metáfora”, de Sontag, y el “Diccionario de los Colores”, de Pastoreau. Me quedo toda la noche despierta enterándome de qué es exactamente lo que tengo y a la mañana voy a visitar, con Hernán, a quien es hoy mi médico. Le pido que saque todo lo que tenga que sacar. Que no dude. Que corte sin que le tiemble el pulso. Y que siempre me diga la verdad. A mi padre siempre le cambiábamos los diagnósticos y no hacía preguntas. Yo necesito saber. Y desdramatizar, porque lo que me pasa le pasa a tanta gente. ¿Por qué no a mí?, me digo. No podré tener hijos, pero honestamente nunca los hemos buscado. Crecí al amparo de mujeres que jamás fueron madres. Supongo que esto ya estaba escrito. Lo único que sé es que debo convertirme en una guerrera. La primera noche en el hospital me digo: “ahora soy una mujer técnicamente estéril”. La crueldad hospitalaria ha hecho que esté durmiendo a metros de la sala de partos. Un varón acaba de nacer. Lloro de felicidad. Me pregunto si soy idiota. Me deslumbra que la vida persista. Al mismo tiempo, siento que una fosa se abre entre mí y el resto de la gente. He ingresado en el reino de la enfermedad. El resto es previsible. Estoy un mes sin estadificación. Un mes en el que no sé cuánto voy a vivir. Todo depende de lo que diga un papel que está dentro de un sobre. A cinco días de la cirugía, en la que me insertan un catéter en el abdomen, empieza el tratamiento. Es como el desembarco en Normandía. La droga no pasa solo por vía endovenosa, sino que va directamente a mis órganos abdominales. Hay días en que siento que se me despega la tapa del cerebro. Pienso si el cerebro tiene tapa. Tengo el pelo largo hasta la cintura. Me rapo. A la semana empiezo a quedarme con mechones íntegros en la mano. Me afeito la cabeza. Llega el día en que el sobre está listo. Tengo la mejor estadificación posible. Un 95% de chances de sobrevida. Tengo la bendición de enfrentar Normandía con ese pronóstico. Armo un plan de lectura y de películas, para no desvariar y mantenerme en pie. Leo Proust, otra vez, y Flaubert y Moravia y ya no recuerdo cuántos, necesarios. Leo en otros idiomas, para entrenar un cerebro que insiste en despegárseme.


    Paso casi un año entrando y saliendo del hospital, poniendo y sacando drogas de la heladera. Con Hernán nos reímos mucho. Me río mucho, de mí misma. Le digo que estoy igualita a Michel Foucault. Hay días en que no coordino, días en que me estalla la cabeza, días que son como un coma. Los perros no quieren bajarse de la cama. Me abrazo a ellos. Canto, cuando puedo. Me aferro a la lectura. No saben muy bien cómo, pero logro llegar al final del tratamiento. La última aplicación me golpea el sistema nervioso central y me trastorna la visión. Por las dudas, me meten en un tubo para ver si hay cáncer en el cerebro. A la media hora viene a verme el neurólogo en jefe. Hernán está lívido y yo experimento eso que se llama terror. “Revisamos las placas y en el cerebro no hay nada”. “Eso ya lo sabíamos”, le digo. “Siempre estuvo vacío”. Me río. Durante un mes veo doble y esfumado, tengo que usar un parche en el ojo y ando a tientas. Ahora soy pirata. No saben decirme si recuperaré la visión normal. Hago yoga, como puedo, recuerdos cuadros, mentalmente, y leo aunque sea un párrafo por día, haciendo contorsionismo visual.

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  71. Cuando termina el tratamiento, empieza el tren fantasma de los controles. Sigue hasta hoy, pero cada día aterra menos. Como heredé el cromosoma desquiciado de papá, tengo que vivir en guardia. Vi a muchos morir con un buen pronóstico y a muchos sobrevivir espléndidamente, con pronósticos negros. Siento que mucho depende de la forma en que uno se pare en este mundo.

    A los seis meses vuelvo a la oficina, en calidad de abogada-rara-oveja-negra-resucitada. Mi confrontación con la institución llega a extremos. Los quiero mucho y me quieren también, mucho, lo sé. Pero no lo soporto. Durante 17 años escribí de contrabando y ejercí la profesión a contracorriente. Eso es lo que les gusta en el estudio pero a mí me hace sentir Humpty Dumpty, con un pie a cada lado de la medianera. Renuncio.

    Renuncio a vivir sin reírme, a usar metáforas para la enfermedad, a vivir cada día como si no fuera una aventura. No es cierto que lo que no nos mata nos hace más fuertes. Nos hace pedazos y seguimos siendo lo que siempre fuimos. La muerte no es para mí una entidad abstracta. Tengo su souvenir en forma de cicatriz inscripta en el cuerpo. Y las cicatrices mentales, que a veces se abren y me succionan. Cuando la vida se pone oscura, salgo a la calle y miro. Miro. Hay momentos en que la belleza del mundo me convulsiona. Me marea. Trabajo para expulsar la peste de la melancolía de mi interior. Y mis mierdas. Y mis taras. Me digo que el día debería tener muchas más horas, para poder asombrarse más. Es el asombro, además de los bisturíes y las drogas duras, lo que nos mantiene de este lado, que es el lado del paraíso.

    Y los lugares de comunión con nuestros compañeros de pasiones y desventuras. Lugares como Marienbad.

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  72. Mariel:

    perdona que no vaya a comentar tus últimos mensajes. Estoy muy emocionado. Las palabras no brotan, al menos ahora mismo.

    Gracias por tu sinceridad y tu inmensa sensibilidad devastadora.

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  73. (sobre mi padre)

    Mi padre no necesitaba nada material para vivir. Yo le regalaba perfumes franceses que custodiaba como un tesoro y le había puesto el último en su modesto equipaje de hospital. Me acosté a su lado, le cerré los ojos y le besé los párpados. Le dije: “vayas donde vayas, entrá perfumado”. Y le perfumé el cuello, como él lo hacía, repitiendo sus gestos menudos. Una enfermera entró llorando y murmuró que jamás había conocido un paciente tan dulce. Mi padre les pedía perdón por no poder ofrecerles mejores venas.

    Es extraño preparar el funeral de tu padre mientras aun está vivo. Algo sencillo, como era mi padre. Es difícil elegir un ataúd y volver a la noche al borde de su cama, a leer Pinocho. Corrí a casa y elegí la camisa que más le gustaba, una camisa que yo le había regalado, porque el jamás necesitaba nada. Y el banderín de seda de su equipo de fútbol, un equipo de perdedores invisibles y jugadores inolvidables. Volví a mi casa y busqué mis libros más queridos. Si tenía que irse de viaje, que esos libros le hicieran compañía. Le leí párrafos durante toda esa noche irreal en la que se vela a los muertos. Le leí las últimas páginas de “La revolución es un sueño eterno”, su novela preferida. Con mi hermano nos tomamos de la mano mientras sellaban esa caja en la que nos ponen cuando supuestamente nos hemos ido. Mi hermano me pedía que le jurara que papá no estaba ahí. No estaba ahí. En “El camino de Swann”, Proust dice que los seres que amamos y perdimos regresan y respiran en ciertos objetos o ciertas bestias. Que solo hay que saber reconocer su presencia transformada y escuchar esa respiración. Yo la he escuchado varias veces. Mi padre me mira, muchas noches insomnes, a través de los ojos de mis perros.

    Han pasado cinco años y es la primera vez que puedo escribirlo, desordenadamente. No he vuelto a leer lo que escribí. Solo siento que morir es doblar la esquina. Algo así dijo Pessoa. Mi padre dobló la esquina y yo sigo encontrándolo en todas partes.

    Creo que es no casual que haya podido decir todo esto en esta cueva, sobre mi padre y sobre mí misma, por primera vez. Ah, sí, y secándome las lágrimas con las mangas de la camiseta, algo que a mi padre siempre le daba ternura. Somos todos tan invulnerables y simultáneamente tan frágiles, tan frágiles, Stalker.

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  74. Perdí a mi hermano mayor cuando éste tenía treinta y seis años. Después, a mi marido. Cuando él murió yo tenía treinta y tres años y lo que sentí fue que era yo la que había muerto, y no él.
    Fue una muerte espantosa, trágica, donde sucedieron cosas tan horriblemente monstruosas que a veces he dicho recordándola: "Yo he estado en Auszwich". El año pasado, tras años de sostener eso, pensé: estoy exagerando, así que cogí un libro sobre el campo de concentración: y en efecto, vi que podría haber entrado muy bien como episodio, que habría podido ser sin desdoro una paginita de esa crónica de crímenes inhumanos.

    Creo que esa muerte me ha inmunizado, en cierto modo. T
    ras ella, todo me parece "light".

    Después perdí a mi padre-muerte que temía-y no sentí ningún desgarramiento sino una gran paz. Lo cierto es que no sólo murió sin agonía sino que ni siquiera tuvo estertor. Fue de un día para otro: el jueves pasó consulta y el viernes se murió tan campante.
    Tras ello, otro hermano mío, el más cercano a mí por edad, que sufría horriblemente, se metió un escopetazo en el pecho. Tampoco sentí el dolor abismal: me pareció bien que hubiera dejado de padecer.
    A lo mejor me he convertido en piedra. A lo mejor soy sabia y me he convertido en diamante. Sólo puedo decir una cosa: la muerte no posee existencia, lo que existe es la agonía y el sufrimiento. El dolor, ese es el enemigo. Cuando alguien se va con mucho padecimiento, ese sufrir suyo es lo que duele.

    Te lo
    dice,Stalker,una "profesional":

    Vi a mi prima Tite, de diez años, muerta cuando yo tenía once. Era una niña santa con la que yo tenía poco trato. Para mí era una marciana. Era tan santa que siendo la primera de la clase dejaba a las demas copiar y no se chivaba nunca. Fuimos todas las compañeras a verla,Y NOS DEJARON PASAR a ver el cadaver. Atreverse a entrar era como una prueba iniciática. Lo cierto es que no sentí nada.

    Vestí su último traje al cuerpo de mi marido, tras cerrar sus ojos. Ayudé a mi amigo Finat a bien morir.

    Tras tanto trato con "esa dama que no lo es tanto"te digo lo mismo que le dije en vida, tantas veces, a Pepe Hierro, el poeta: da igual que no creas en nada, pero cuando te mueras, sal del cuerpo y no te asustes de que "haya cosas en este mundo, Horacio, que no contempla tu filosofía".
    Cuanto más te hayas aferrado a la idea de la eliminación, más perplejidad y susto sentirás"al otro lado". Así que deja abierta la ventanita del "por si acaso", no vaya a ser que te atrape el miedo aprovechando tu desconcierto.

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  75. MAriel: tu hermano tenía razón. No estaba ahí. En cualquier sitio, menos ahí.

    Cuando murió mi marido, montaron un foklore impresionante de gente entrando y saliendo. Algunos robaron cosas. Otros decían:
    -Quiero ver a Juan.
    Y entraban a ver un cadaver desfigurado por los funerarios, que le habían cambiado el gesto noble y triste por una sonrisa monstruosa, vampírica.
    Me recuerdo diciendo con angustia a todos justamente eso:
    -¡ No entreis!¡ El no está ahí, no está ahí!
    Posteriormente, lo supe a ciencia cierta.

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  76. Blanca:

    lamento ese sufrimiento atroz por el que has pasado.

    Creo que no me expliqué bien: sí he tenido tratos con la muerte, evidentemente, pero se me ha "escamoteado", la experiencia. Siempre llegué tarde o fueron féretros cerrados.

    Entiendo que hay muertes atroces y que lo que hay que temer es el sufrimiento, ese que siempre está en la vida.

    Por mi parte, he tenido cercanía con dos madres que han perdido a sus hijos y en materia de dolor nunca vi nada igual. Aunque parezca un tópico, el dolor de una madre es insuperable, tan devastador como una supernova. Nadie se recupera de eso ni se transforma en diamante, ni siquiera en piedra. Sólo quedan cenizas que se declinan, si acaso, en el balbuceo o el temblor.

    Agradezco que me avises del otro lado. Por desgracia no encuentro ninguna razón -salvo la esperanza humana- que justifique ningún tipo de pervivencia psíquica o espiritual después de la muerte. Para mí es una creencia arbitraria e ilógica. Pero quien cree en ello, como quien cree en Dios, me merece el mayor de los respetos. Me emociona, incluso, por mucho que no comparta esa proyección ultraterrena que no deja de ser una manera de estar en el mundo.

    Gracias por tu sinceridad a quemarropa y por compartir.

    Abrazos

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  77. algo ha cambiado en mí después de leer a mariel. gracias.

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  78. Busqué esta entrada mientras pensaba en Mariel, a saber por qué. Busqué entre los comentarios los de Mariel, a saber por qué. Leí a Mariel, porque la estaba buscando en mis pensamientos, y me llené de ella cuando leía. Dejé de pensar en Mariel y la vi sentada frente a mí, moviendo sus labios, contándome en siencio su historia. La vi delante de su computadora, escribiéndome, comtándome su historia. Dejé de ver a Mariel, y me quedé con su piel y sus pupilas. Con lo que había en sus pupilas cuando creyó ver a la muerte. Creyó que vio a la muerte. La vio, pero no como yo veo a Mariel aquí a mi lado, o como su padre vio el árbol en Mariel. Encontró a la muerte y le dijo que en ella no había pasiones secretas, ni versos funestos para invocarla. No había muerte en Mariel. Estaba fuera, y por eso pudo verla. No es lo mismo que yo vea a Mariel como ella vio a la muerte.
    La valkiria se convirtió en Mariel, porque no hay valkirias como Mariel. Sólo alguien hecho de madera sabe que el fuego puede consumirlo. Extraer de sí el fuego y observarlo; eso es ser Mariel, y siento una profunda admiración por ella. Guardar cada palabra como un tesoro, a pesar de la memoria. Y seguir viendo a Mariel en cada palabra, pensando en ella, encontrándola donde sé que estará de seguro.

    No puedo decirte más pues jamás conseguiría decírtelo todo. Gracias por ser Mariel, aquí donde puedo encontrarte.

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  79. Stalker: mi madre ha perdido dos hijos. El último de ellos hace cuatro años. Puedo decirte que es sumamente amorosa y clara. Nada de piedra. Y es muy feliz.
    También yo soy feliz, pese a lo que pasó.
    A lo mejor somos dos mujeres aberrantes, pero yo creo que lo que tenemos es mucha fe. Estoy por hacerme un blog especial para que puedas leer algunos fragmentos de la novela que estoy terminando, donde aparecen lo que yo llamo "encuentros en la tercera fase", esto es, las experiencias esotéricas posteriores a la muerte de mi marido.

    Fueron varias, pero dos-que por otro lado se contradicen entre sí-fueron impresionantes y con "pruebas documentales"inscritas en lo que llamamos el mundo real.

    Te diré otra cosa: yo no es que crean en Dios: a mí me consta. Fuí atea desde los 14 hasta los 28, cuando, como diría San Juan "me cogió el Espíritu por uno sólo de mis cabellos"y empezaron a pasarme cosas tan raras que no pude menos que dedicarme a investigar a conciencia. ( Cuando leí el libro de las coincidencias de Paul Auster me dió risa lo inanes que me parecían respecto a lo que yo viví)

    Me hice atea por amor a la verdad. Por el mismo motivo indagué la posibilidad de la existencia de Dios-no el Dios católico, sino la Inteligencia Universal, anterior al Big-Ban, que no tiene que ver con nada de lo que le atribuyen-
    Busqué y encontré.
    Cuando mi madre se pone triste, le digo: -Tampoco te falta tanto para verlos. Es como si estuvieran en Australia.
    Y ella me responde: -Pues es verdad. Y se consuela.

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  80. Hola.

    No puedo decir mucho. Mariel y Blanca me habeís conmovido las dos. No tengo mucho que decir, sino que lo siento.

    Mi madre perdió una hija de 10 años y mi padre murió de un cancer. La noche que murió eran las 4:30 de la madrugada y yo me desperte. A los 15 minutos sono el telefono mi marido me dijo ¿Quién será ahora? Le respondí es mi padre que ha muerto.

    No tengo muchas más experiencias con la muerte. Pero la muerte de mi hermana nos condicionó en cierta medida la vida.

    Blanca yo también creo que hay algo más, ese Dios o Dioses del Universo o algo así. Desde que mi padre murió creo que si hay algo detrás. Es como si estuviera presente en alguna manera. No sé muy bien. Yo también tenía una relación muy especial con mi padre. Y lo siento que esta por allí.


    Mariel Mariel que puedo decirte. Ahora entiendo tus incursiones en los cuadros y esa manera tuya de entrar en ellos y sentirlos.

    La muerte no es la muerte es el dolor.


    Un abrazo a todos los topos.

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  81. Blanca:

    lo que cuentas es conmovedor y muy especial.

    En mi caso tuve una experiencia no relacionada con la muerte, pero sí con una persona que estuvo cerca, que estuvo en peligro. Me ocurrió algo que me señaló, quizá, que hay alguna verdad en la idea del inconsciente colectivo junguiano; se produjo una interconexión inexplicable racionalmente (de acuerdo a la razón instituida). No sé, quizá algún día me animaré a contarlo por aquí.

    Estaré encantado de leer los fragmentos de esa novela. Además, sólo conozco tus poemas, nunca te he leído en formato prosa. Es extraordinario lo que cuentas y me interesa mucho.

    abrazos

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  82. Portinari:

    me sumo a tu alegato. Gracias por ser Mariel, no se puede decir otra cosa, hoy.

    Abrazos a ambas

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  83. Lola:

    recuerdo que comentaste lo de tu hermana en algún lugar. Has andado un largo camino en el aprendizaje de la pérdida.

    Los topos cobijan al ave zancuda...

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  84. Mariel, lo que cuenta Mariel. No sé si escribir en 3ª o 2ª persona, así que escribiré en primera: he sentido vértigo, miedo y admiración por haber traspasado una experiencia así. Pero no hay palabras.

    No es mal momento para aludir a lo mío. No me gusta escribir sobre estos temas, pero me protegen los 85 comentarios (hasta ahora), así que sé que sólo lo leerá quien quiera.

    Mi experiencia de la muerte que más me ha marcado empezó hace 10 años. 1999 fue un periodo extremo donde se concentraron muchas pérdidas y muy extremas.

    Uno de los amigos más cercanos del instituto, un chaval entrañable que siempre faltaba a clase aunque no sabíamos por qué, es ingresado en el hospital. Sus amigos asistimos a una larguísima agonía por cáncer. La última vez que lo vi estaba tan mal -aparte de la degradación física, la desesperación que intentaba no trasmitir- que no tuve valor para volver a entrar a su hospital; aún me siento culpable por eso. (Haciendo un inciso sobre hipocresía y peste religiosa, el cura en el funeral destacó el hecho de que hubiera muerto "sin pecado", se refería a que no había tenido relaciones sexuales, supongo. Todo un consuelo. También había unas monjas del instituto que se jactaban de su alegría, porque su antiguo alumno había entrado en el Reino de los Cielos, y a los que estábamos destrozados nos restregaban su goce celestial en la cara. Ellas que no habían ido a verle ni una vez.)

    Después murió mi abuelo paterno, un anciano bueno y tranquilo que afortunadamente murió como había vivido. A finales de septiembre se me informa de que A., mi mejor amiga, está en la UCI a causa de un incendio, un incendio cuyas circunstancias son demasiado complicadas de explicar y no merece la pena, dejémoslo en que fue provocado. Cuando la vi yo estaba más asustado que ella; recuerdo que le apreté el pie con la mano, pues era una de las pocas zonas de su cuerpo que no tenía quemaduras. Con todo estaba estable y nada indicaba que días después moriría en la operación que iba a arreglar el brazo que tenía más abrasado. En octubre hará diez años de eso. Hoy tendría mi edad. Nunca me he atrevido a llevarle flores a su tumba, o algo así, a pesar de que es raro el día que no me acuerdo de ella, de una forma u otra. (Más hipocresía, o no sé cómo llamarla, esta vez familiar: un miembro muy cercano de mi familia tiene el acierto, al verme llorar por A., de preguntarme suavemente, como con verdadera curiosidad: ¿por qué lloras ahora y no cuando murió el abuelo? ¿es que te ha dolido más lo de tu amiga? Sin comentarios...)

    Después entré a estudiar mi carrera, y entre la gente estupenda e intelectualmente fascinante con la que traté de comunicarme estaba K., un chaval de mirada fija y palabras muy sosegadas, que contrastaba con el furor postadolescente de los demás. Empezamos a hacernos amigos y quedamos que en las navidades íbamos a intercambiar nuestros poemas. El 26 de diciembre llamé a su casa, pregunté por él y, tras una tensa pausa, su hermano me pone a la madre, quien me comunica que dos noches antes K. se arrojó por la ventana, noveno piso -aunque parezca absurdo, el detalle me lo dio la pobre mujer-. Fui el encargado de comunicarlo a todos los amigos comunes de la facultad. Supongo que pensaron que ya tenía experiencia.

    ¿Qué he sacado de esto? posiblemente el odio a ciertas instituciones, el miedo a perder a quienes quiero, y por decir algo positivo, todo esto me empujo a salir de mi burbuja de autocompasión. El dolor de verdad era eso. Y había que vivir, vivir para cumplir lo que los amigos muertos no pudieron.

    un abrazo a todos

    PD: Stalker, es cierto que esa traducción en concreto sí me parece lograda, y también que es imposible errar cuando uno traduce y que es una cuestión muy subjetiva el gusto por una versión u otra. Prometo revisitar la de Villar Raso si tú le echas otro ojo a la de Cátedra, que tiene a mi juicio una precisión admirable y mucho más sentido del ritmo.

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  85. Rubén:

    tu desgarradora confidencia me ha dejado sin habla; esperaba una reflexión abstracta sobre la desaparición, no un informe exhaustivo y doloroso. Entiendo tu annus horribilis y estoy seguro de que tu visión del mundo ha cambiado desde entonces.

    Después de lo que me has contado, las traducciones de Emily Dickinson me parecen algo lejano e insignificante.

    Aunque sirva de poco, aquí tienes un amigo.

    abrazos

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  86. Rubén, que puedo decirte.

    Hablar de esas cosas duele pero si las guaramos se enquistan. Un abrazo muy fuerte.

    Siempre hay comentarios idiotas que la gente hace en ciertas circunstancias. A una amiga mía que murió de cancer una del pueblo le dijo textualemente "Que me han dicho que tienes una pata aqui y otra allá".

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  87. Cuando murió mi hermano mayor, estuve muy triste. Un día me llamó Javier Marías, para ir al Cock.
    Le dije:
    -No me apetece, porque estoy muy triste por la muerte de mi hermano.
    -¡ Pero si hace ya un mes!-me respondió.

    Mariel: leí lo que escribiste. Creo que tienes un valor admirable.

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  88. Rubén, te presto mi hombro para cuando el vacío y el miedo te amedrenten. Espero que sepas contar con él en los momentos que veas necesidad.
    A mí me sucede como a Stalker; parece que todas las palabras semejan insignificantes, pero me gusta hacerlas brotar, sólo por llenar el intenso vacío sabiendo que no podré equivocarme.
    Una vez oí a una amiga decirme que a su abuela no le gustaban las flores porque le recordaban a los muertos. Desde entonces las rosas ya no me recuerdan a lo mismo de antaño, así como primera impresión establecida, aunque luego sí se sofoque este rumor entre otros oleajes internos.
    Podría decirte que tienes mala suerte; te agradezco que te abrieras, pues te he podido ver como a Mariel, moviendo la boca, contándome tu devenir pasado; tu porqué. No te diré sin embargo que has tenido mala suerte, porque para mí este concepto no existe.
    Siento que a los tuyos les hayan doblado las campanas antes de tiempo. Siento tu soledad. De nuevo el hombro, y un abrazo fuerte.

    Otro día, más lúcida, podré decir más cosas.

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  89. yo no sé nada, pero, rubén, puedo ofrecerte mi presente.

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  90. Gracias, topos, por esta emocionante entrada. No podía ser de otra manera con personas tan excepcionales.

    Siempre estáis a la altura, o a la bajura. Extravasados, siempre.

    Ana, eso es una declaración de amor.

    abrazos

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  91. Portinari:

    se echan de menos tus comentarios a las citas (muchas veces superiores a las propias citas). Claro que aquí la tarea es ingente, pero por pedir... ;)

    Hagamos brotar un géiser de palabras-herida que nos digan, frente a la avalancha de los adocenados discursos que nos in-significan. Juguemos.

    Abrazos

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  92. Cuando se murió mi marido, estuve cinco años sin vivir. No confiaba en nadie, por culpa de lo que me había pasado durante aquella atrocidad que sucedió y que me parece demasiado desasosegante como para infligirla aquí. Sobre todo porque ya no necesito hacerlo como entonces, que no hablaba de otra cosa.
    El caso es que comencé a desprenderme de todo. Hasta doné su retrato al Colegio de Ingenieros de Madrid, porque me preocupaba pensar a donde iría a parar cuando me muriera, es decir, a la vuelta de la esquina. El cuerpo me empezó a fallar, puesto que mi cerebro lo único que contemplaba era la salida de este horrible mundo. El sufrimiento era bestial y continuo. Lo único que quería era que mi vida acabara de una vez, a fuerza de identificar vida con dolor.
    Entonces conocí a Vicente Ferrer. El me curó. ¿Qué hizo por mí? Ser mi amigo, un amigo en el cual podía confiar por completo, porque en él no tenía cabida la maldad y sí un saber que sobrepasaba lo "inteligente". "Escríbeme todo"-me dijo. Y le escribí todo. Y el mal se fue diluyendo en el bien del amigo, en su amor que no tenía sombras.

    Por eso pienso que este apartado de este blog es una gran idea, sobre todo cuando veo la amistad y el calor que os dais unos a otros: eso justamente es lo que cura.
    Podría decir que es un afecto virtual: mejor: nunca podrá ser destruído por aquello que Maiakovski llamaba "los escollos de la vida diaria"

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  93. ah, mariel, te parece bonito hacerme llorar?. pues sí, ya lo creo, es bonito.

    estaba desayunando sandía y poco a poco he dejado de desayunar, claro, porque estaba poniendo la pantalla perdida con mis buabuá y las pepitas salían como torpedos de vida, pero igual un asco...

    así que esta notita es para decirte que me debes un desayuno...

    a blanca le mando un beso...
    os leo, a todos, con mucho agradecimiento...

    somos bien poquita cosa eh... como hormigas en árbol ah... me gusta...

    querido hermano búfalo, la que montaste, qué gozada jugar a la muerte y que en la partida no deje de salir vida...

    bueno, como esta mañana vamos un ratito a la playa, querida mariel, prometo darme un baño por vos y cagarme bien en la puta madre, porque creo que va a servir de algo...

    besos,

    òscar.

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  94. ayer descubrí que no sabía nada, yo, que tanto había pensado en la muerte, que tanta ansiedad me había producido pensar en la muerte, en la mía y en la de la gente a la que quiero, me di cuenta leyéndooos, leyendo a mariel, a rubén, a lola, a vosotros, que yo no sabía nada, incluso lo dije en voz alta, yo no sé nada. y ante esa ignorancia sólo tengo mi presente, sólo puedo ofreceros mi presente, ayer se lo ofrecí a rubén porque acababa de leer su comentario y me emocioné, me emocioné especialmente porque hacía tan sólo un rato nos habíamos pasado música y yo había estado escuchando esa música que él me había pasado, pero os lo ofrezco a todos, a mariel, a portinari, a lola, a stalker, mi presente y mi ignorancia, mi amor.

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  95. Jugar, que eso espanta a la Parca.

    Me llevo a la cama los versos de Vallejo y a ver qué hice con ellos después del sueño.

    Besos, topos.

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  96. Blanca:

    Qué bueno que lo escribieras todo y fueras sanando gracias a la amistad...

    Marienbad es la cueva de topos y de la amistad. Nos conocemos virtualmente desde hace tiempo; ha habido cosas bellísimas, indescriptibles, como la entrada sobre la infancia (más abajo) o el poema que escribimos conjuntamente a propósito del cuestionario Marcel Proust.

    Éste se ha convertido en un lugar especial por la gente que lo habita y cómo entregan el cuerpo, cómo no se guardan nada, cómo cuidan y comparten. Bellos, bellos topos.

    abrazos

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  97. Querido búfalo:

    tienes razón; al hablar de la muerte sólo sale vida.

    Qué suerte ser efímeras hormigas en el árbol. Pronto el tiempo nos borrará y nadie recordará nada de todo esto. Y pasado el tiempo el propio mundo en que vivimos será destruido y no habrá nadie que lo recuerde. Ese olvido, esa disolución en la nada, la definitiva ausencia de posteridad, es un don incalculable.

    Desaparecerá la estirpe humana y en algún mundo remoto se abrirá una conciencia, exhibiendo una difusa perplejidad al principio... No pasa nada: seguro que ellos también tiene algo que cumple la función de los búfalos, animales de los que tanto sabes.

    Abrazos de un animal a otro

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  98. Ana:

    no puedes ofrecer nada más hermoso que tu presente y tu ignorancia. Algo vamos a hacer, con esa generosa arcilla estremecida. Gracias.

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  99. Ayer, a primera hora -hablo de las ocho de la mañana, hora peninsular-, estaba tan feliz... Tenía ganas de hablar, de conocer. Mandé un correo a alguien especial preguntando: "Dime, Mariel, ¿cómo es Argentina? y dime ¿cómo es Mariel? ¿es como Argentina?..." No imaginé que lo que venía fuera así de feroz, de emotivo.

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  100. vaya mi abrazo para todos,he ido leyendo vuestros testimonios y todavía dudo en si participar en esta extraña terapia o no. no tengo necesidad de exorcizar demonios aunque los haya pues ese trabajo ya lo hice dentro de mi coco que es donde esas cosas tienen sentido.

    Con todo, es verdad que he tenido cierta relación con la muerte, he visto muertos, he visto gente morir, he sentido como la muerte ha llamado a la casa de mi cuerpo y le he abierto la puerta (aunque al final no acabará quedándose como es obvio).

    La muerte es un tema paradigmático en el sentido de que es uno de los más abstractos pero al mismo tiempo es uno de los que más asimilamos a nuestras propias experiencias y a nuestra relación con ella. ¿Hablar de la muerte es hablar de nuestras muertes? no sé, supongo que incluso son dos cosas distintas.

    Estoy tentado a exhibir mis muertes: con camiones atronando, cuerdas oscilando, ojos que se abren en un último aliento, pastillas para dormir... pero no me parece de recibo, llamadme soso o poco comunicativo.


    stlaker otra vez hurga en nuestro interior a saber por qué oscuras razones.

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  101. Raúl:

    valoro tu escepticismo. En un principio la idea era hablar de la muerte en abstracto, darle vueltas a ver qué salía de ahí. No pretendía una confesión comunitaria, pero somos humanos y, como dices, hablamos desde nuestras experiencias. Entonces se produce la confesión y yo la considero un regalo. Es algo además libre, ha surgido espontáneamente, sin un plan preconcebido.

    El propósito de la entrada no es hurgar en ninguna herida. No hay oscuras razones ni un plan maestro. La idea es reunirnos y dar rienda suelta a nuestra perplejidad ante la común intemperie.

    Utilizaría la palabra "transparencia" si sucesivas generaciones de poetas, con Valente a la cabeza, no la hubieran vaciado de contenido. Habrá que inventar otra. Algo que tenga que ver con la resonancia y el tejido, quizá... o con la tensa espera ante lo irremediable, la sensación de inmenencia. Hablemos desde el temblor de la "conciencia desdichada de Occidente", sin perder de vista otros horizontes ni negarnos a nada.

    Hablemos desde la grieta.

    Sin miedo.

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  102. "El marcharse de la existencia es la ultima ratio de la persona singular. A ésta no le gusta aceptar esa marcha, raras veces lo hace por propia voluntad, aunque también eso ocurre. A regañadientes se deja convencer por su Physis de que ha llegado la hora; pero cederá. La persona singular siempre piensa en eso, pero raras veces lo comenta. La “última” hora es una hora solemne, lo es aun cuando se concentre en lo que dura un relámpago. Así como el salto en el tiempo es siempre numinoso, también la despedida es numinosa –sean cuales sean las circunstancias.

    Ernst Jünger, La tijera "

    Digo, es como un relámpago. Pero esto no hace ruido, es mudo, através del cuerpo. Único en sí. Desaparición. Desvanecimiento. La misma muerte muere, en el olvido o en su antítesis.
    El punto de ebullición en los cuerpos, el relámpago.
    La tijera, se llama, este insante que corta. Pero aquél, contrario, también es su inversión, cuando aquella se abre dejando espacio al aire.

    Pensaba, y a veces también me asalto con esto, que sólo si me convenzo de mi mortalidad moriré algún día.

    Por otra parte, no hay explicación razonable para nada y sólo nos quedan nuestras divagaciones.

    El estudio de Jünger acerca de la desaparición no me convence. De momento.

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  103. Mariel:

    con los versos de Vallejo se pueden hacer muchas cosas. Hay mucha vida aun cuando hable de la muerte...

    dulce sueño...

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  104. Portinari:

    no hay, en efecto, explicación razonable para nada, quizá porque nuestra "razón" abarca poco y queda atrapada en el balbuceo cuando trata de superar sus confines.

    Pero cierto lenguaje sí nos sirve; aunque no aprendamos, nos alimenta. Tu última intervención es prueba de ello.

    A mí tampoco me convence la cita Jünger; de hecho, lo puse como contrapeso a otras propuestas más interesantes.

    Abrazos desde la gozosa incomprensión...

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  105. No podremos entender la muerte aunque lo intentemos. Pero si abrimos el corazón, con las uñas lo abrimos y sacamos lo que hay dentro, invisible están las palabras: Mariel, Blanca, Salker, POrtinari,öscar, Falker, Basheris, Portinari, Esther, Martha,Casicalibro ? no sé su nombre, Enrique, Ana, D:, Dudandarte, Blanca, Ella, Raúl. Están también todos los que viven en nosotros, los que están y no están. Los que se fueron, los nombramos, los evocamos, con las manos los acariciamos, miramos sus últimas miradas, sus noches.

    Nuestra transparencia o nuestra foscorecencia.

    Y luego me pregunto para qué sirve la poesía???

    Me han emocionado todos vuestros comentarios, Óscar desayunando, Raúl diciendo que ha renacido o algo así.

    Bueno, el ave zancuda no sabe ya que decir. Mis pensamientos positivos para todos y un abrazo.

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  106. pareces un predicador, stalker.

    yo respeto mucho el dolor de la gente y por supuesto de todos los que hablan por aquí, pero yo a mí no me gusta abrir mis entrañas así como así, y menos en un foro público. No se trata de miedo sino de respeto.

    puedo hablar de mis demonios y mis cenizas ante una taza de café y una mirada cómplice pero no aquí.

    un abrazo.

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  107. Raúl:

    celebro tu énfasis pero no se te ha pedido que hagas nada, y menos algo que no quieras hacer.

    En cuanto a mi vocación de predicador, eres el primero en verla. Pronto mi estilo virará hacia la homilía edificante...

    salud

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  108. Entiendo lo que dice Raúl, pues ayer al terminar de escribir -en ese momento me apetecía hacerlo- tuve cierta sensación de náusea por haber sacado todo eso a la luz, pero sobre todo por la insignificancia de las palabras escritas. Como si tanto dolor pudiera convertirse en una historia, algo narrable, así, en cinco o diez minutos de tecleo. Pero al leer las vivencias de Mariel, Lola, Blanca, y las palabras tan cálidas de los demás, me parece que estamos realizando un acto importante entre todos, igual que lo de los cuadros o lo del cuestionario Proust, no es algo reducible a una terapia colectiva pues nadie pretende curarse de nada. Me ha gustado mucho la afirmación de Blanca sobre que si éste es un afecto virtual, mejor, porque es más intocable. Así que os doy las más sinceras gracias a todos, empezando por Stalker que, pretendiéndolo o no, ha vuelto a crear una comunión inesperada en su cueva.

    Portinari, como siempre eres lúcida y tu sensibilidad llega a los lugares que fundan, llega a las causas. Has dicho que lo que he contado es "mi porqué", me he quedado sorprendido por lo preciso de esta expresión, sí, todo eso me ha construido, me debo a mi "mala suerte", me ha convertido en lo que soy, y estoy relativamente contento de lo que soy. Tu hombro seguro que es un lugar donde apoyarse, mucho más firme de lo que parece.

    Ana, te aseguro que no sé más que tú, a pesar de todo aquello, al menos si he sabido algo ya se me ha olvidado -lo cual casi me sugiere que el olvido es la forma más perfecta del saber, el "conocimiento último", pero no sirvo como filósofo. Tu presente es tuyo y sólo tuyo, y que me lo tiendas para compartirlo de algún modo es el don más valioso y valiente que puede ofrecer alguien.

    abrazos

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  109. hno una vez mas y con controversia incluida nos , me dejas k.o.

    La muerte o mejor dicho el memento mori", debiera ser otro paso mas en la vida pero hete aqui que no que es el postrero aquel que entra casi sin avisar y con permiso y orden exclusiva de la biologia y por orden de aquel que lo manda(caso de ser creyente)

    Mi experiencia es dolorosa tambien, pero muy similar a las contadas aqui
    No tengo padres, y vi morir con honor y muchisima dignidad y paz a mi madre año1994 y en años siguentes a mis abuelos maternos

    MI MADRE NOS ENSEÑP A VIVIR PERO TAMBIEN,AL MENOS ASI LO PIENSO YO, DE FORMA INVOLUNTARIO COMO TODAS LAS MUERTES A MORIR.

    Después de un largo proceso con sus oscuridades y luces vi a una mujer serena y lucida aceptando su partida sin dolor y serena.ya cuento con mas tiempo pero doy un tiron de orejas cariñoso a Raul ,acepto las reservas pero me duele y sorprende el fondo aspero y algo dolorido selcomentario haya paz hnos ebtre nosotros!adolfo.
    stalker llamame!

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  110. Oscar querido: Te debo un desayuno, sí, señor. Y un almuerzo y una cena, después de lo que vertí en esta cueva. Vos elegís la ciudad. Te pago el pasaje y te duermo en el avión. Y gracias por el baño y sobre todo por esa furibunda y rotunda cagada espanta-parca que solo vos podés dedicarle a la susodicha. Abrazo fuerte.

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  111. Raúl: Lamento mucho haber iniciado esta "extraña terapia" en la entrada de Stalker, porque fui yo la primera que "abrí mis entrañas" y "exorcicé mis demonios" en un "foro público", lo que "no te parece de recibo" porque se trata de cuestiones que deben resolverse "en el coco" o ante "una taza de café y una mirada cómplice", a riesgo de faltar "el respeto". Lamento haberte faltado el respeto, entonces (los cánceres son muy irrespetuosos, sí, te lo aseguro, pero no son demonios).

    Tengo un problema (neurológico, posiblemente): no concibo la literatura si no la anudo a la vida. Y la vida es en este caso la propia. La literatura no está ahí, arriba, y yo acá, abajo. Estamos mezcladas y confundidas.

    Stalker simplemente propuso una conversación sobre textos vinculados a la muerte. A mí esos textos no me sirven absolutamente de nada si no los revuelco y los ensucio con mis propias vivencias personales. No puedo hablar de la muerte según Vallejo sin hablar de mi propia experiencia de la muerte, como ciertamente Vallejo no podía escribir sobre la muerte sin entrelazarla con su biografía.

    En la escritura sale lo que somos, con mayores o menores matices. Nadie nos la dicta, salvo nosotros mismos. Primo Levi habló de su cuerpo, de su triturado y jodido y espléndido cuerpo, en "Si esto es un hombre" y "La tregua".

    Jamás sentí que Marienbad fuera un "foro público". Para mí ha sido un refugio de criaturas que comparten pasiones. Una taza de café y una mirada cómplice, muchas veces más honda y más cálida que las tangibles.

    Le pido a Stalker por favor que publique esto, porque quiero que quede claro:

    Me limpio soberanamente el culo con toda la literatura que en este mundo ha sido si no puede, en definitiva, contener y proteger a un ser humano. Si no puede ejercer ese gesto sensible, me limpio el culo con ella una y otra vez.

    Y si puedo decir que me limpio el culo con cierta literatura, es porque sé que otra cierta literatura me ha salvado. De morirme. Ya dije de qué literatura se trataba y no creo que sus autores estén revolcándose en sus tumbas por mis confesiones.

    Algunos decidimos compartir el dolor en zonas donde nos sentimos protegidos, Raúl, porque nuestra frágil cabeza, sola, a veces no nos alcanza.

    Honestamente no te creo que respetes el dolor ajeno, cuando descalificás a renglón seguido la forma de manifestarlo.

    Honestamente, no te creo. No te creo nada.

    Como en ciertas cuestiones soy terminante (porque para mí no tienen protocolos) y Stalker ya es lo suficientemente generoso en la construcción de esta casa como para oficiar también de moderador, te pido por favor que no me leas nunca más, que en esa tarea serás correspondido.

    Y con mi mayor vena poética te digo: zafaste porque vivo en el hemisferio sur, porque si te tenía a mano te cagaba a sopapos.

    Advertirás que para los enfermos lo último que se pierde no es la esperanza, sino el sentido del humor.

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  112. A mí no me parece que éste sea un sitio público, sino un lugar secreto, de difícil acceso, de entrada disuasoria.
    Creo que lo que se hace aquí es sano para el alma. No me parece morboso ni he visto a nadie enfangado. Me he acordado, leyendo los escritos de Mariel,por ejemplo, de una frase de un hadiz del Profeta Muhamad: "La sinceridad es de un valor tal que convierte en oro todo cuanto toca".
    Tampoco pienso que Stalker esté al borde de la homilía. Me parece que lo que tiene es cortesía y delicadeza y grandes reservas de humanidad conciliadora. Y también bondad. Esa impresión me da, aunque no lo conozco. Puede que en realidad sea más malo que el Dr. Menguele y más falso que la Gran Ramera de Babilonia. Pero me extrañaría.

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  113. Ayer ví un documental que hablaba de la muerte de Lorca. Le quedaba tanto por escribir... Y cuantas muertes inútiles, no solamenet la de Lorca sino la de todos los que mueren de forma violenta y sin sentido.

    Sigo pensando que esta cueva de topos es eso una cueva, donde encendemos un fuego y charlamos de la vida y de la muerte y también de literatura, de cine, de múcisa.

    Gracias Salker este lugar es único y tus entradas una joya.

    No puedo decir más. Un abrazo a todos.

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  114. Adolfo:

    lo que me cuentas me parte por la mitad. Te llamo esta semana sin falta.

    Abrazos

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  115. Vuestros últimos mensajes están llenos de generosidad (a veces, de algunos inmerecidos elogios). No sé cómo corresponderos así que os envío un gran abrazo a todos, así sin más, abrazo-colmena que se quiere individualizar en cada uno de vosotros.

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  116. mariel,

    quedo un poco estupefacto al leer tu comentario, y espero verdaderamente que sea, como creo, parte de tu sentido del humor. No he querido ofender a nadie y menos a ti y a tu historia, por supuesto me pareció emocionante leerlo y comprender mejor cómo eres y tu "porqué" como decía Portinari. No me es grato haberte molestado pues te considero una persona especial y valiosa.

    Lo que quise reflejar, yo creo que libremente y sin ánimo de ofender, fue la sensación que me embargó al ver la cadena de testimonios en carne viva que se fueron generando, y cómo me planteé hacer lo mismo,porque Mariel, todos tenemos una historia y la mía también tiene miga. Me planteé escribir mi vida y mis demonios pero decidí que no, que por respeto a mí mismo no iba a hacerlo (soy una persona muy celosa de su intimidad) y comenté mi parecer,lo compartí con vosotros para abrir otro cauce de reflexión si acaso.

    Si el tono empleado pudo en algún momento herirte, que sepas por descontado que no era mi intención. Y que voy a leerte porque me interesa y me enseña lo que escribes.

    Lo único que digo es que a mí no me gustaría que no hubiera Atlántico para recibir tus sopapos sino para tomar ese café y hablar mirándonos a los ojos, porque nos guste o no en la red estamos expuestos a las miradas de todos.

    Insisto en que respeto tu derecho a manifestar tu dolor, faltaría más, en el fondo lo ha dicho estupendamente stalker cuando me dijo que nadie me había pedido nada, y es cierto, yo me lo he comido y yo me lo he guisado.


    Y por cierto, Stalker me cae muy bien y lo de llamarle predicador no era más que una pequeña broma de las tantas que ambos nos hacemos, aunque veo que no ha salido a la palestra a aclararlo. Sus razones tendrá.



    Un abrazo, Mariel, y reitero mis disculpas en la medida de mi ofensa.

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  117. Uff... Mariel, comprendo perfectamente que cuando nos exponemos como tú o yo lo hemos hecho, nos quitamos la armadura, y sentimos el impulso de defendernos con uñas y dientes si nos sentimos atacados. Pero como amigo de Raúl te aseguro que no era su intención descalificar a nadie, ni descalificar el acto de contar estas cosas. Simplemente quería manifestar que él es incapaz de hacerlo, por respeto a sus propios demonios (no por respeto a los demás). Yo lo conozco, es uno de mis mejores amigos y sé que es una persona muy reservada y pudorosa con su propio dolor y con el dolor ajeno.

    Lo de las "oscuras razones" y la vocación de "predicador" de Stalker es una broma entre dos amigos a los que les gusta picarse, al menos eso me parece y a estas alturas dudo de equivocarme.

    Que haya paz, de verdad. Y un fuerte abrazo a todos.

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  118. LLegué a este rincón por Chantal Maillard. Este rincón que para mí como para Blanca, no es un sitio público, sino un lugar secreto. Chantal Maillard en sus libros habla de su vida y también habla de su enfermedad. Vida y literatura junta. Si no fuera así qué sentido tendría leerla. Nos iríamos a leer los típicos tochazos best sellers.
    No leeríamos a Dickinson, a Bachmann, Bernhard, Kristof, Woolf, Pizarnik, Rilke, Plath, etc, etc,

    P.D a Stalker: De Andrei Tarkovski, su cine. Pero ¿has leído su libro "Esculpir el tiempo"?.


    Un saludo

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  119. Querido amigos:

    disculpad si no he intervenido. No lo he hecho porque no he querido echar leña al fuego y porque pensé que las cosas estaban claras.

    En primer lugar, es obvio que adoro a Mariel. Su frescura, su valentía, su pasión son admirables. Su reacción ha sido apasionada, y entiendo que tanto ella (como, no lo olvidemos, Adolfo) haya podido sentirse ofendida por las palabras de Raúl.

    En cuanto a Raúl, es un gran amigo virtual y sé que es un hombre sensible y mesurado que no pretende ofender a nadie. Pongo la mano en el fuego porque no
    ha sido ésa su intención, ni mucho menos. Ahora bien, las formas empleadas no han sido afortunadas en un caso tan delicado, y con tanta implicación emocional, como el que estamos tratando. Es normal que algunos se pudieran sentir heridos por un tono que puede interpretarse como hiriente aunque en el fondo, puedo jurarlo, no lo es ni lo pretende. Raúl ha usado unas formas poco apropiadas y no ha calibrado la posibilidad de que éstas hicieran mella en temperamentos apasionados, que viven cada segundo con una intensidad lúcida y devastadora. Es más un error de cálculo que un deseo de ofender, y lo comprendo porque a veces a mí también se me va la mano...

    Esto es todo lo que puedo decir. No me gustaría que os peleárais ni dejárais de leeros, evidentemente. Pero no me quiero meter y respeto cualquier decisión en cualquier sentido. Os doy un abrazo a ambos y os espero a los dos aquí, en próximas citas.

    Raúl: es evidente que lo de "predicador" me lo tomo a broma. Observa mi réplica varios post más arriba:

    "En cuanto a mi vocación de predicador, eres el primero en verla. Pronto mi estilo virará hacia la homilía edificante..."

    No creí que después de decir eso fuera necesaria más aclaración.

    Abrazos

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  120. Bienvenida, Marian:

    tu entrada me hace feliz. Si has paseado por el blog, te habrás dado cuenta de que por él circulan cinco o seis lectores excelentes de Chantal Maillard. Un azar feliz los ha traído hasta aquí y hemos compartido momentos preciosos, de esos que uno guarda en ámbar, para siempre.

    Me permito citar a Laura Giordani, que a propósito de una entrada sobre Maillard dice lo siguiente: "Aprender a desaparecer, vencer el miedo a la disolución es quizás una manera de ir aprendiendo a morir y -por tanto-de vivir en voz más bajita, con más humildad".

    Esa lección: cierto empequeñecimiento consciente. "Los lectores de Chantal Maillard saben hacerse pequeños, habitar la grieta que ella propone y mirar el mundo desde ahí."

    En ello estamos.

    En cuanto a Tarkosvki, ¿qué puedo contarte?

    Adoro "Esculpir en el tiempo" y lo utilizaré este año en un curso de cine, donde trabajaremos la película "Stalker" (el año pasado tocó "Sacrificio").

    Nada de lo que tenga que ver con Tarkovski me es ajeno.

    Abrazos mil

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  121. Aquí vengo en son de paz, habiendo leído las palabras de Raúl. Ahora la situación me queda clara y le ofrezco a cambio de los sopapos un beso de reconciliación en los morros, que esos también son poesía (un piquito, diríamos en Buenos Aires, y que ni Raúl ni su chica se ofendan, eso no).

    Ya sé y presiento que cada cual tiene su miga, Raúl.

    Todos somos sobrevivientes, todos.

    Stalker, yo no solo te adoro, ¡te venero!

    Prometo que volveré y no mencionaré mi culo (que sería poesía decadente, en todo caso) pero sí a Vallejo, que invariablemente refulge.

    Besos a todos los topos.

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  122. Que no me olvide: otra grandísima pieza musical que viene a cuento: "Lecciones de Tinieblas", de Charpentier. Me parece que son varios "oficios"y que el del viernes es impresionante.
    Y ahora, por alusiones, y en vista de que no hay problemas de espacio, me voy a tomar la libertad de anotar una elegía que escribí y que publiqué en un libro oscuro. Como la página no me permite el verso largo, he tenido que cortar por hemistiquios un poco a lo loco. Disculpadme, por eso y por la osadía.

    Fábula de la Fuente y el Caballo


    Dicen que murió un caballo.
    Contaron que pasó como una sombra, que galopaba
    como noticia que va corriendo
    todos los días hasta la fuente-agua y sonidos blancos,
    jaurías blancas y galgo crepitar-
    todos los días entre la nieve y en el deshielo,
    sobre la hierba de mayo, año tras año
    huía de los lobos
    ese caballo que ahora está muerto,
    atravesaba los bosques encendidos por la luna
    quien lo saludaba fríamente.

    Era castaño-acaso era una yegua-
    ese caballo del que hablo. Nunca lo podré conocer.
    Me han dicho que pasó como una sombra
    que su vida no fue sino una sombra y sin embargo el caballo era luz.
    Era un caballo ateniense.
    En sus ojos brillaba el fuego
    de la verdad y la belleza,
    pero nadie lo conoció.

    Ese caballo que ahora viene vigilante hasta este poema
    con los ojos agrandados
    por el insomnio de la muerte,
    con la mirada de mi hermano
    y la sonrisa de fábula
    a veces miraba a los hombres,
    pero los hombres no sabían
    prestar atención a un caballo.
    Ni el sabio ni el indiferente
    se preocuparon de indagar.

    Y así el caballo pudo ir año tras año
    hasta la fuente aquella y dicen
    que se hicieron compañía
    durante los durísimos tiempos.
    No hablaban más que de sus cosas
    en un lenguaje desconocido,
    más misterioso que el sueco
    aquel caballo y aquella fuente.
    La fuente era una comadre
    de las que todavía quedan,
    vividora, aficionada
    a los chismes.
    El caballo era un caballero,
    no puede decirse otra cosa.
    Dicen que galopaba
    como noticia que va corriendo
    a propagar la prosperidad,
    como un mensaje
    del rojo del verano.
    Y nadie lo escuchó sino la fuente, nadie supo su signo
    ni su símbolo,
    nadie quiso saber sino la fuente
    de aquel caballo color hoja seca.

    En el interior de un verso sueco descansa de su soledad
    y ahora ha llegado a este poema antes del amanecer
    con grandes ojos semejantes
    a los de un antiguo profeta,
    con ojos que no se preguntan
    si fue Dios quien hizo la muerte,
    con grandes ojos elevados
    a la categoría de potencias.

    Sueño y sendero, sangre y oscuridad
    que suenan como campanadas.
    Hacia dónde vuelan. De su paso no queda
    vestigio alguno.
    Y el caballo-desde la noche-mira y aprueba
    no los ojos de la Desapacible
    sino la última luz de una brizna de hierba.

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  123. Mariel, me alegro que vuelvas y con Vallejo (ibas a rumiar un poema en tu sueño...)...

    Ahora recuerdo, a propósito de la intimidad y la exhibición, una película documental de Naomi Kawase en la que filmaba (con su consentimiento) los últimos días de un amigo suyo, enfermo terminal. La cámara oscila alrededor del cuerpo yacente, buscando asideros, palpando los poros del mundo, la secreta raíz telúrica que pueda hermanar el aliento desfallecido del agonizante con el murmullo del bosque cercano. La atención al detalle se convierte en una breve pero intensa redención. Silencio, satori en la imagen. La herida se sutura gracias a una mirada compasiva, que al mirar cauteriza, deshace los límites y desfonda, sin pretenderlo, la intimidad última del ser entrega todo lo que tiene, porque la muerte también es eso: entrega absoluta. En cierto modo la apoteosis de la "generosidad". Uno se pone en ella con todo el cuerpo, sin reservas. Uno se extravasa y explora los confines de su cuerpo y desteje el argumento que la razón construye ante el umbral definitivo.

    ¿Y la muerte como renuncia al argumento, como emancipación de la condición de personaje, escisión radical, exilio del relato?

    Como desenmascaramiento, también.

    Todo lugares comunes, claro.

    Abrazos

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  124. Blanca:

    bienvenidas tus osadías. Infinitas gracias por el poema. Como información para los topos, pertenece al libro "Capitán Elphistone".

    Las "Lecciones de tinieblas" de Charpentier no las conozco, pero me apresuro a enmendar esa carencia.

    abrazos

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  125. Joder...

    Blanca Andreu ese poema ya lo he leído hace tiempo. Eres Blanca Andreu, vaya he admirado tus poemas. Los conocí en el primer curso que dí de poesía con un profesor muy bueno. Creo que si buso en el curso que tengo guardado aún estarán mis comentarios a este poema.

    Cuando leía Blanca Andreu en el blog pensé: mira se llama como la poeta.
    Me gusta mucho como escribes.

    Un abrazo.

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  126. Lola:

    ¿qué poetas trabajaste en ese curso? Tengo curiosidad por conocer la lista, y por lo tanto, el enfoque.

    Abrazos

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  127. Stalker te haré la lista completa de los autores que trabajé en el curso.
    Para mi será interesante volver.
    Estaban muy bien y aprendí mucho de ellos.
    Ahora estaba precisamente buscando a dónde estaba ese poema dentro del curso.

    Un abrazo.

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  128. No a todo alcanza Amor, pues que no puedo
    romper el gajo con que Muerte toca.
    Mas poco Muerte puede
    si en corazón de Amor su miedo muere.
    Mas poco Muerte puede, pues no puede
    entrar su miedo en pecho donde Amor.
    Que Muerte rige a Vida; Amor a Muerte.

    Mecedonio Fernández

    Gracias por todo.

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  129. Me dan ganas de decir : Joder, Lola.
    El otro día pensé: otra como yo, que firma con el apellido también.
    Me encantaría leer tus comentarios, aunque no creo que éste sea el sitio indicado. Si los encuentras, buscamos un modo.

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  130. Ok Blanca ya los encuentro, igual tardo un poco porque mi ordenador es un desastre y me cuesta mucho encontrar las cosas.

    Si quieres Stalker puedes hacer de correo y se los pasamos a Blanca.

    Lo que no recuerdo es qué comentaba. JAJAJA. Seguramente mis comentarios no serán muy lúcidos dado que estaba empezando a adentrarme en la poesía.

    Un abrazo Blanca estoy encantada con el encuentro.

    Stalker y demás topos un saludo.

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  131. Blanca ya los tengo. Ya tengo los comentarios.

    El tema que trataba era justo tu poética. SI quieres te mando todo el taller completo te resultará agradable la lectura, estoy segura.
    Y a mi como hormiga poética me hace mucha ilusión que lo leas, sobre todo porque seguro que te lo pasas bien y lo disfrutas.

    Un abrazo. Eres una gran poeta.

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  132. “Me di cuenta leyéndoos, leyendo a mariel, a rubén, a lola, a vosotros, que yo no sabía nada, incluso lo dije en voz alta, yo no sé nada. Y ante esa ignorancia sólo tengo mi presente, sólo puedo ofreceros mi presente”…

    Yo tampoco se absolutamente nada.
    1 o 2 estúpidas cosas.

    Una vez me despertó una muerte, y ya despierto espere la llamada que la confirmara. Igual me despertó la pena, el arrepentimiento, el saberme despedido a la fuerza. Luego tuve en la mano una ultima cena, escrita sin gracia, en un papelajo sin valor. Le di un poder cultual para al segundo abandonarlo y tenerlo siempre presente como momento determinante ante un amado cadáver.

    Otra vez una muerte me llevo a abrir Trobriand con una endecha prematura…

    “Hoy di la mano a la muerte
    y vehementemente respete su círculo de tiza.
    Vi tirados en el pasillo al jamás y al nunca más.
    Abrazados sonreían iluminados por la luz antes presente en su rostro gris, hoy casi inerte.

    30 metros de un corredor sembrado de lapidas.
    Malsana y agridulce sensación, la crisálida del llanto aun sin formar.
    Las manos que buscan contacto, creen poder guardar más y más y más y más...

    Y esa frialdad que me condena, comienza a deshabitar. Mintiendo al recordar.”

    De esto no aprendí más que una cosa. El significado de la palabra DESPEDIDA.

    Me voy sin comentar ni una sola de las letras de la entrada...espero volver Hermano.

    SaLuz Topera. No sé si es este un lugar privado o público. A mí me parece más un lugar púbico, de aquí saldrá todo.

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  133. Blanca y Lola:

    si queréis intimidad es perfecto que uséis un canal privado. Pero si no os importa compartir públicamente no seáis tímidas: de hecho, en Marienbad ha habido muchos debates sobre poesía, que es el tema de la mayor parte de las entradas.

    Lola:

    ¿no te animas a escribir el guión del curso? Al menos la lista de poetas, los temas, algo del enfoque. ¿Fue el curso de Julio Espinosa Guerra?

    Abrazos

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  134. Bash:

    De aquí saldrá todo...

    Ya se sabe: first we take Manhattan...

    Abrazos

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  135. Stalker: Yo lo decía por no molestar.

    Lola: me divertirá, seguro. Y si has dado con algunas de las alusiones ocultas, me sorprenderá.

    Elige tú la vía, que para eso eres la autora de los comentarios.

    Volviendo al tema,los versos para mí definitivos son los del "Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías".

    "Eran las cinco en punto de la tarde.
    Un niño trajo la blanca sábana
    a las cinco de la tarde."


    "¡Y el toro solo, corazón arriba !"

    Y otra vez:

    "El toro ya mugía por su frente"

    Y luego

    "A lo lejos ya viene la gangrena
    a las cinco de la tarde.
    Trompa de lirio por las verdes ingles"

    Y en "Cuerpo Presente":


    "La muerte es una piedra donde los sueños gimen"

    Y después

    "Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
    Los que doman caballos y dominan los ríos (...)
    Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
    Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
    Yo quiero que me digan donde está la salida
    para este capitán atado por la muerte"

    Y el final:

    "No quiero que le tapen la cara con pañuelos
    para que se acostumbre con la muerte que lleva.
    Vete, Ignacio. No sientas el caliente bramido.
    Duerme, vuela, reposa. ¡También se muere el mar!"

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  136. "Amanecemos
    A la acumulación oscura de tus muertes,
    De tus multiplicadas muertes solitarias,
    Y a nuestro propio desengrendramiento
    Para siempre y aquí.

    *

    No estabas tú, estaban tus despojos.

    Luego y después de tanto
    Morir no estaba el cuerpo
    De la muerte.

    Morir
    No tiene cuerpo.
    Estaba
    Traslúcido el lugar
    Donde tu cuerpo estuvo.

    La piedra había sido removida.

    No estabas tú, tu cuerpo, estaba
    Sobrevivida al fin la transparencia.

    José Ángel Valente"

    Vengo de amanecer en amanecer a santo de Dickinson, un poco fugaz, pero me acostumbro.
    De manera particular la poesía de Valente me ofrece un surco en la tierra para desprenderme. Un surco directo a mi realidad más próxima, si puedo llamarla así.
    En sus primeros versos veo el amanecer de nuevo, como en Dickinson, aunque en esta última más coagulado en una persona (o mejor, en sus vísceras, se acerca más a mi visión). Desengendramiento es a visceral, es a amanecer las muertes multiplicadas (complicadas y solitarias, siempre solas, como "yo"y "tú" singulares que somos) en cada des-membramiento por partícula del alma. Para siempre y aquí, contraposición sin embargo anulada en y por sí misma. Bienvenidos a Utopía. Esta es la Idea. Y mi misterio a quién se refiere.

    En los últimos me acuerdo del "conocer a Dios por transpariencia" de Orozco. La transparencia como desvanecimiento. La transparencia como última revelación del amanecer interno; visceral, del que nos habla Dickinson también, del que la Biblia dice del resucitado. Porque no hay porqué saberlo, la piedra estaba fuera de sitio, y no había despojos. Y quizás esta historia sea simplemente que después no hay nada. Más allá de ti no hay más prolongación de tus mundos. Mueren contigo tus palabras, imágenes. No hay despojos en tu cabeza después de cerrar los ojos. No hay tú, solo tu transparencia. Y ahí, ya no digo nada, quizás la Idea divina pueda ser hallada. Pero no veo la divinidad allí enterrada, quizás Valente se lo hiciera. Sólo la trasparencia sabe y está claro que hasta encontrarla no nos lo va a decir.

    Saludo desde el amanecer no figurado (aún quedan unas horas pero cuenta ;) )

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  137. Vale os lo mando para compartir mis comentarios a Blanca Andreu.

    Primera pregunta:

    1. Después de la lectura de toda la lección y de los poemas, ¿cuál es tu visión crítica general de la poesía de Blanca Andreu..

    Nombraré en primer lugar el rasgo que se percibe nada más leer sus poemas, es la utilización de referentes mitológicos en sus poemas, y las citas a poetas y escritores. Pero yo al leer [Pero a mí] sus poemas me provocan cierto desconcierto, y al mismo tiempo cierto desasosiego. Son poemas muy bellos y algunos muy duros como “Corónate, juventud, de una hoja más aguda SAINT-JOHN PERSE”.

    Desde luego que la voz de Blanca Andreu es propia, nadie puede negar que sus poemas tienen un aire a Blanca Andreu, y también a surrealismo. Tiene imágenes surrealistas que provocan ese desasosiego, una especie de intranquilidad.

    Me encanta pero también me desconcierta un poco. Sus poemas son como una espiral de palabras y de imágenes en las cuales a veces me pierdo. Es como si me provocaran vértigo.

    Además sus poemas son líricos parece que cuentan una historia, como el ejemplo de Elphistone o el de la Fábula del la fuente y del caballo. Nada que ver con lo que había leído. Eso es creo lo que hay que hacer, inventarse nuevas formas de escribir.

    Se trata de encontrar formas nuevas de decir, querida Lola, y eso lo hace muy bien Andreu. Has tocado tres elementos muy propios de su escritura: la mitología, el surrealismo y la creación de un lenguaje otro, un lenguaje diferente.
    En cuanto a lo primero, Andreu intenta, mezclando lo pasado con lo presente, crear su propia mitología. Y creo que, especialmente en su primer libro, lo logra. El único problema que le veo a esta opción es que a veces puede sonar grandlocuente, grandilocuencia que en la mayoría de las ocasiones anula con citas a pequeñas cosas, fijando la vista en lo más sencillo.
    En cuanto al surrealismo, sabemos que se trata de una forma de abrir brechas en el lenguaje y por tanto en la realidad. Su problema es crear imágenes por el puro hecho de crear imágenes. O sea, palabras sin sustancia, puro empaque. Como en el punto anterior, a veces le sucede esto a la autora, pero la mayoría de las ocasiones se trata de imagenes con sustancia.
    Para finalizar, reafirmar que la característica más importante de su poética es la búsqueda de un lenguaje que nombre lo que no se nombra. Esa es la característica de toda gran poesía. Es hacía allá donde también debes ir tú.

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  138. 2. Elige uno de los poemas (y si es muy largo, el fragmento de un poema), y coméntalo detenidamente, tal como lo hemos hecho hasta ahora en las demás lecciones.

    (Julio al final aún he leído varias veces los poemas y he intentado comentar un poema, creo que así se aprende mucho, porque uno fuerza la lectura para ver lo que el poeta quiere decir. Bueno no sé, lo he intentado). El comentario lo he efectuado sobre la marcha en el mismo ordenador mientras lo iba leyendo.
    ELPHISTONE

    Es la hiedra negra, en las raíces, entre las hojas
    del invierno, caídas hojas bajo la nieve, en las estrellas
    del invierno, estrellas gastadas.
    Yo lo recuerdo de la misma manera que el invierno
    cuando con sus grandes botas pisotea la tierra,
    como la sombra que divide así yo lo recuerdo
    entre arbotantes y grandes maderos, en tanto el viento
    escapa hacia el altar.
    Yo recuerdo la luz de su fría república,
    -sin duda la luna u otra materia maléfica.
    Yo recuerdo su luz mientras el viento escapa
    y una sombra torcida cruza hacia el altar.
    Esta estrofa me da la sensación de que es un sueño, un mal sueño, cuando habla de la “hiedra negra, en las raíces, entre las hojas del invierno, caídas hojas bajo la nieve, en las estrellas del invierno, estrellas gastadas.” Estrellas gastadas dice, como si no fueran estrellas relucientes como si estuvieran apagadas. “La luz de su fría república”, mientras “El viento escapa y una sombra torcida cruza hacia el altar”. Al leer este párrafo parece que nos introduce en ese sueño, desconcertante, frío, inquietante bajo la nieve.

    **** mando el comentario a trozos***

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  139. Qué señor de las noches, qué guerreros, qué ausentes,
    qué silencio crecido en un secreto como las ramas y
    las catedrales
    cuando la música de marzo tiene la verdad a sus pies.
    Qué estaciones donde nada hay y ningún mensajero
    recuerda
    aquella música lejana, aquellos ojos que brillan en la
    oscuridad
    como dos animales vivos.
    Como si el sueño fuera un gigante cuyos ojos brillan en la oscuridad como dos animales vivos. Y en esta estrofa llega la memoria, “los sentimientos negros, huraños pasillos de la memoria”. Los sentimientos negros, tal vez tristes pero más que tristes sombríos como “la sombra de la bodega”, mal interpretados. Ese desasosiego que producen a veces los recuerdos negativos, y con ello sus sentimientos.

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  140. Sobre la niebla, entonces, propagaba su pensamiento
    y relaciones y analogías relucían semejantes a peces,
    recuerdos refulgiendo sobre el lomo del mar, huraños
    pasillos de la memoria, entonces -los últimos
    sentimientos, negros como la sombra en la bodega,
    se saben todavía mal interpretados-
    Y en esta estrofa llega la memoria, “los sentimientos negros, huraños pasillos de la memoria”. Los sentimientos negros, tal vez tristes pero más que tristes sombríos como “la sombra de la bodega”, mal interpretados. Ese desasosiego que producen a veces los recuerdos negativos, y con ello sus sentimientos.
    qué astrolabio
    y qué brújula, qué viento del noroeste
    para el sombrío capitán Elphistone, para su mirada
    cuando saluda a las constelaciones, el Boyero y las
    Cabrillas
    contra el incendio de las tempestades
    o bien qué mueca definitivamente fría como un hueso.
    Aquí el capitán Elphistone esta perdido sin brújula, y saluda a las constelaciones, perdido entre el universo, y va saludando contra corriente, “contra el incendio de las tempestades”, dice Blanca Andreu. Como si el sueño, y los recuerdos le llevarán a perderse en un universo.

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  141. Gesto de sable pájaro, ademán de orgullo
    cuando con los días contados
    finges, te creces, injurias con la voz que va derecha.
    Y a pesar de las adversidades, contra-corriente remando entre los recuerdos, los sueños negros y los sentimientos, el capitán “con un gesto de sable pájaro”, con un “ademán de orgullo “, finge, se crece, injuria con la voz. Se rebela. ¿No será el poeta el capitán Elphistone?.
    Fugaces cortesías de los mares se disputan tu honor
    y cierto género de noticias o silencios muy elocuentes,
    espías del recuerdo las estrellas evocadoras, oleajes
    de postrimerías bendiciones, cuando
    -bajo la advocación del Holandés- te desposas con el
    aparejo
    y el viento oficiante murmura
    sobre el podrido tálamo de lona
    mientras que la madera entona el réquiem.
    Y las estrellas evocadoras son espías del recuerdo, el viento oficiante murmura, como si de una misa se tratara sobre un podrido tálamo de lona, y la madera entona el réquiem.
    Menudo viaje por el poema me acabo de dar. Pareciera que al leerlo uno se encuentra inmerso en un diluvio universal, perdido entre la sombra negra del sueño, los recuerdos, el viento de una tormenta entre estrellas gastadas y una música mística que produce el viento y la madera como en una misa surrealista, escuchando un réquiem.

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  142. Comentario de Julio creo que es interesante también que lo leaís:

    Creo que se trata de una buena lectura, Lola. Me quedo con ese “¿no será el poeta? Efectivamente pienso que los tiros van por ahí y que se trata de la relación del creador con la realidad. Eso sí, estoy casi seguro de que no hay nada terrible, no hay pesadilla. Lo único es esa cosa que leemos a través del lenguaje y llamamos realidad, pero ¿la realidad, qué es, Lola, sino una mar medio fantasma, que vemos a través de la noche de los vocablos?
    Pues bien, es esa una de las posibles lecturas de este libro, es esa la lectura con la que me quedo, indudablemente. Visto desde allí, ya toda la simbología cobra un nuevo valor... Léelo entonces así y verás la fuerza, la relevancia que tiene.

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  143. 3. Elige una imagen que te haya gustado mucho de la lectura de los poemas de Blanca Andreu y escribe un poema que tenga dicha imagen, dicho verso, como referencia. No se trata de copiar el estilo de Blanca Andreu, sino de escribir un texto con tono propio, pero que nazca del desasosiego que haya provocado un poema, un verso o una imagen escrita por ella.



    CARTELERA


    El amor del ruiseñor

    Cierra tus puertas, muerte de los sueños
    Blanca Andreu



    Eleva tus alas en los ojos de Itis

    Abre tu garganta
    y renacerá en estrella tu grito

    Aprieta en tu sexo [saliva] la noche

    Deja que brote un manojo de laurel
    sobre tu lengua mutilada.

    Nota: Obra de Timberlake Wertenbaker.


    Me gusta mucho tu poema, Lola, pero lo dejaría en los versos que están en negro, cambiando “sexo” por “saliva” y titulándolo “poética” o “arte poética”.
    Eso sí, me olvidaría de ruiseñores y palomas, para dejar el texto lo más limpio y sencillo posible. Lo de la nota, no lo sé... Es tu opción.

    Estoy contento, porque cada vez tengo menos cosas que decirte. Creo que vamos llegando de una forma magistral al final de este ciclo.:)

    Un besote, Julio.


    (Es muy largo lo siento).

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  144. Portinari:

    una vez más lo consigues. Tu comentario tiene más miga que el poema original. Y tiene muchas lecturas posibles.

    Gracias,

    abrazos

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  145. Lola:

    gracias por el comentario. Lo leeré detenidamente.

    ¿Podrías enviar el programa? O al menos los poetas que habéis trabajado. Mi curiosidad sigue intacta.

    Abrazos

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  146. Te mando el indice del primer curso:



    I. POESÍA

    1. Poesía y realidad.

    2. La poesía: filosofía, psicología, sociología, autoayuda… ¿qué?

    3. La poesía, una manera de mirar: asombro, originalidad e imagen poética.

    4. Forma, fondo y poema: la santísima trinidad.

    5. El poema más allá de la técnica: base de toda creación.



    II. LEER

    1. ¿Por qué, para qué y qué leer?

    2. Lectura de las imágenes reales y poéticas.

    3. Poetas ejemplares en nuestra lengua: lectura y ejercicios (Vallejo, Huidobro, García Lorca, Neruda). De Huidobro leímos Altazor, de García LOrca Poeta en Nueva York, de Neruda Residencia en la Tierra)



    III. ESCRIBIR

    1. ¿Qué escribir? Contar y poetizar; la escritura de las imágenes; la tensión poética.

    2. El proceso creativo: La necesidad de escribir: la inspiración: ¿diosa o trabajo?, la idea sobre el papel, tiempo de cura: la lejanía y la corrección, el texto definitivo.

    3. La experiencia y la creación poética.

    4. Figuras literarias.





    ( en cada curso habían lecturas de poemas). Algunos poemas de Enrique Lihn, de Angel Gonzalez, de muchos autores según le venía bien para el curso mandaba algún poema de algún autor.







    Segundo curso.



    Habian temas que era enfocados a la escritura propia de un libro. Como llegar a la unidad del poemario.



    Y otros temas que eran de lecturas: Trabajamos Fernando Pessoa, Nicanor Parra, T.S. Elliot,, Gamoneda, Octavio Paz, Olvido García Valdés , Charles Simic, Raúl Zurita, Blanca Andreu, Diego Maqueira, Leopoldo María Panero. Olga Orozco.

    El profesor es Julio Espinosa Guerra. Los cursos están muy bien enfocados.

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  147. Bashevis, cómo comprendo tus palabras.

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  148. Gracias, Lola. Has tenido muy buen profesor.

    ¿Sabes qué curioso? Al leer las entrevistas a Julio, sus ideas sobre poesía (tanto sobre la poíesis en sí como sobre la poesía española y sudamericana contemporánea) son prácticamente idénticas a las mías, punto por punto. Me sorprendió esa afinidad especular.

    Abrazos

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  149. Esta muy bien Stalker. Eres un gran lector de poesía y aunque no escribas poesía eres un gran poeta.

    Julio es excelente dando cursos y como poeta también.

    Un abrazo.

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  150. LOS MOTIVOS DEL LOBO

    Lola, Elphistone es un libro muy negro, que escribí intentando que en ningún momento apareciera el Yo, que había protagonizado mis dos libros anteriores. Con este libro aprendí que de lo que se escribe se vive, y también que o bien los poemas son profecías menores, o bien sacan de la no existencia a la existencia algo que determina el futuro. Los poemas fueron cumpliéndose, algunos con una exactitud sorprendente. Los personajes invocados aparecieron, incluso el del verso que citas como "favorito", que no era en esencia sino una invocación satánica hecha desde la inconsciencia y el afán estético.
    Apareció Calasso( que es el sujeto más parecido a Satanás que existe entre la intelectualidad europea, además de un devoto de todo lo demoníaco y un publicista de la materia más oscura) se enamoró de mí, y me amargó la existencia durante muchísimos años.

    En cuanto a Elphistone: desde luego, no era yo, y sospecho con fundada opinión que no era otro que Juan, Juan Benet, mi marido, que fue el que me proporcionó las claves para escribir los poemas y el que en cierto modo "encargó"el libro, rechazando durante cinco años todo lo que iba apareciendo y aprobando con entusiasmo lo que brotó en esa veta.

    Elphistone es un libro que habla de una tragedia, de soledad extrema, obstinación y una amargura que trasciende el acíbar. Juan era un hombre maravilloso, pero así era su sombra,su parte negra, porque había sufrido más de lo que se puede soportar y porque presentía lo que aún le quedaba por pasar en el capítulo de la muerte.

    Ese infierno, que yo sufrí por acompañarlo, es lo que relata-con antelación -Elphistone.

    Desde entonces, no quiero saber nada con la sombra. Es más, me pregunto que hago escribiendo bajo un epígrafe como éste o entrando en otros blog de gente que aún no sabe que aquello que cantes será lo que determinarás para ti, para tu vida, y que vendrá.
    Gente que trata lo oscuro como elemento para levantar la arquitectura de su estética o su literatura. Sin saber que lo que pida le será concedido.

    Yo pido otra cosa, yo busco otra cosa. Elphistone me apena. Salvo "la fábula"aunque sea una elegía porque termina hablando de la luz.

    Te agradezco, Lola, el trabajo que te has tomado apuntando todo. Me he quedado asombrada cuando lo he visto. Me he dicho a mi misma esa bella palabra, tan expresiva, que te he copiado ya anteriormente en este blog, y que tan oportunamente trajiste a colación: ¡ Joder!

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  151. Lola:

    conocí la poesía de Julio a través de su libro "NN", que me gustó mucho. No he vuelto a encontrar nada suyo.

    Gracias por el apelativo de "poeta", aunque aplicado a mí es bastante inapropiado y testimonia más tu gratitud que una realidad inverosímil.

    Abrazos

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  152. Blanca:

    "gente que aún no sabe que aquello que cantes será lo que determinarás para ti, para tu vida, y que vendrá".

    Es la primera regla en la misteriosa economía del dar y recibir. Casi un principio entrópico infalible. Por eso, quizá, hay que tener cuidado con lo que se pide, y con lo que se canta...

    abrazos

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  153. Gracias Blanca por haberme dado las claves de ese libro oscuro. Gracias por haberte sincerado aqui, con una persona que no conoces de nada. Ojála no lo hubieses escrito, lo digo porque tal vez así no lo hubieses vivido.
    No quisiera haberte abierto una brecha ahora con los recuerdos.

    He leído en varios sitios que lo que uno piensa se convierte en realidad. Por eso hay que pensar en positivo dicen por allí.

    Me parece que ahora tu mirada es más luz, más clara, miras hacia el cielo y el cielo es azul, es luminoso, es mucho más esperanzado. Me alegro tanto por ello. Lo digo porque en uno de tus mensajes hablabas sobre la muerte, pero decías qeu dejabas una puerta abierta, eso es la esperanza. Cuando le decías a tu madre el comentario de Australia. Eso es la esperanza, y la esperanza da mucha riqueza en cuanto a felicidad. Comentabas qeu ahora eres una persona feliz. Me alegro mucho.


    A veces cuando leo versos sombra, versos oscuros como los de Alejandra Pizarnik tan atormentados u otros del estilo. Pienso que terrible y cuánta sensibilidad en sus palabras. Pero que terrible.

    Tus poemas me impactaban en aquel momento. Y me siguen impactando. Tiene fuerza.

    Ese trabajo de estudiar tus poemas lo hice hace tiempo y estaba debatiendome en aprender de los mejores poetas. Tü estas entre ellos.

    Un abrazo muy fuerte.

    ¿Me puedo guardar tus palabras y adjuntarlas junto con lo comentarios en el curso, si me das tu permiso? (Solo por tenerlas guardadas junto con tus poemas.)

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  154. Julio tiene otro libro qeu ganó el premio Leganés de poesía de no sé que año. Se llama la Metamorfosis de un animal sin paraíso. Pero en la dedicatoria que me hizo me ponía: "Aqui tienes un ejemplo de lo que no tienes que hacer" JAJAJA.
    Luego tiene escrito una pequeña novela que se llama "EL día que fue ayer" que trata de la dictadura Chilena. Pero en España creo que no está a la venta.

    NN es lo mejor que tiene publicado, la novela esta bastante bien.

    Esta elaborando otro poemario pero aún tardará según me dijo un día.

    Bueno, por el blog pareces poeta. NO es agradecimiento es que lo pienso. Y soy muy testaruda, no se me puede hacer la contraria.
    Palabra de ave zancuda.


    Un abrazo.

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  155. Me han demolido la generosidad y la ternura de Lola y la honestidad inmensa del comentario de Blanca. Siento que el intercambio entre ambas ha sido precioso. Que entre los papeles de trabajo sobre poesía de Lola esté Blanca, que Lola los comparta uno por uno, que aparezca el caballo ateniense y la fuente de Blanca, que Lola acerque lo que había sentido sobre la poesía de Blanca antes de conocerla y el poema que la poesía de Blanca le había suscitado, que Blanca se abra el pecho en canal para contar las razones del libro donde vive la fuente y el caballo ateniense ... todo es de una intensidad tan conmovedora.

    Gracias a ambas por ser testigo de una escena tan bella entre dos altas mujeres y gracias a vos, Stalker, por crear una casa donde, no azarosamente, transcurren escenas como ésta. Yo me la imaginé filmada mientras las leía. Sería un cortometraje precioso.

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  156. dice mi hermano que esto es un libro. yo no. quiero decir que yo no leo libros.

    desde hace pocos años sólo me dedico a hacer un par o tres de verbos. leer no es uno de ellos. lo que hago aquí es agradecer.

    tengo pendiente seguir el curso de un río -no muy grande- desde su nacimiento hasta la desembocadura. aunque quizás decida hacerlo al revés.

    sois personas muy bonitas. el tema es lo de menos.

    besos,
    òscar.

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  157. Lola:

    tendremos cuidado de no llevarte la contraria. Aquí puedes contrariarme siempre que quieras. Pero no dejes de ser ave, eso sí...

    abrazos

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  158. Mariel:

    ha sido, en efecto, muy entrañable. Qué bien que pasen estas cosas.

    abrazos

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  159. Hermano búfalo:

    me lanzo de cabeza a tu mensaje. Entro en el como un búfalo y me cubro de barro. Chapoteo.

    "Personas bonitas", sí. Pero eso no cortocircuita la aspiración a la animalidad. Caer en lo gutural o despeñarse en la inocencia.

    abrazos

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  160. Cada vez que entro en este recinto es para emocionarme y dejarme la piel leyendo los mensajes. Cada vez todos los mensajes, no me puedo perder ni uno, todos son de una generosidad y de una calor inpresionantes.


    Esta cueva es un lugar puff.. no sé como decirlo. Es maravilloso.
    Si el mundo fuera así sería un paraíso.

    Stalker tú eres el afitríon y yo un ave zancuda.

    Jo. que fuerte.

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  161. Lola: por supuesto, puedes guardarte mi comentario. Me gustaría, sin embargo, que no apareciera el nombre de Calasso, pues cuanto menos se hable de él, mejor. Esta mañana me he despertado preocupada por haberlo escrito y acordándome de él y de su cómplice y esposa, Fleur Jaeggy, de la que conservo por escrito declaraciones en prensa donde habla "del gozo de la perversidad" y del "placer de la crueldad".
    En fin.Como decía Napoleón de Talleyrand: "mierda en un guante de seda".
    En realidad, lo que te he contado es sólo una de las facetas del libro: podría haberte hablado de sus fuentes literarias. Por otro lado, también lo que he dicho de su parentesco con Juan es muy tosco y una simplificación, ya que ese personaje, Elphistone, está inspirado en de nombre de una saga de lores. Al parecer, según me contó un amigo de Juan, el actual Lord Montgomery del Alamein ( lo cito porque era una amistad de la que estaban orgullosos ambos)la familia Elphistone era de origen escocés.
    Juan descubrió varias cosas sobre Elphistone: en la sala de billar de la casa de campo de Zarzalejo teníamos un viejo cartel de subastas donde se hablaba de una fragata española, la Santa María, capturada por uno de ellos .
    De ahí que yo lo imaginara pirata. Y en eso nada que ver con Juan, que era-te lo voy a decir con una palabra antigua-un hombre probo.
    Cuando volví a publicar "Elphistone" en un libro que se llama "El sueño oscuro", le añadí un prologuito donde lo contaba.También que Juan me proporcionó un estudio cuando nos fuimos a vivir juntos en el 83, dos años antes de casarnos, amueblado con muebles de barco, donde había un pequeño escritorio colgante con una dedicatoria: "Se lo regala a Don Angel Loño el Capitán Elphistone".
    Tras la publicación del libro,
    a punto de viajar a la India, descubrí que un lord Elphistone fue gobernador de Bombay, uno de los pocos considerado como "humanitario" y gran persona.
    También descubrí que otro lord Elphistone condujo a Napoleón a Santa Elena. Y mi amigo, el joven y malogrado historiador Juan Finat, me habló de una lady Elphistone intima amiga de Mary Shelley.
    Por último, también-fíjate qué gracia-me lo he encontrado en el "Hola"en una boda de algún miembro de la realeza británica.

    STalker:más que una topera yo veo esto como la cámara secreta que posee Oberón entre las raíces de un enorme tejo que se alza en lo más oculto del bosque más profundo del reino, provista de encantamientos en su entrada para que los humanos no puedan acceder, y de todas las comodidades para sus pobladores. Tendremos cuidado con Puck.

    Mariel: para mí, contar la verdad me resulta más fácil y menos desgarrador que andar disfrazándola. También me parece más bella que la trapacería. Se ve que no tengo pudor. Un antiguo enamorado encargó para mí una cinta de moebius virtual con tres palabras: "nadalacubre". Me gusta ser transparente. Y uno de los atributos que prefiero de la divinidad es "Al Haq", "El Verdadero", "Lo Real", "La Verdad". Dice Ibn Arabí que Al Haq es el más extremo y comprensivo de los grados ontológicos de la Divinidad y también le llama "el Ser Necesario por Sí Mismo".

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  162. Primero, gracias de nuevo por tu visita. Cuando vi tu firma, me pregunté si tendría que ver con Tarkovsky. Y llegué hasta aquí, dispuesta a decirte eso, que coincidíamos con Tarkovsky, y tal vez en otras muchas cosas. Pero ahora, cualquier cosa que diga, me parece una frivolidad.
    He tenido que volver varias veces, para leer como se merece tu entrada, para repasar palabras ya conocidas, para descubrir otras, para pararme y buscar ese sentido, y, tal vez, ¿abolir el temblor? ¿Será posible?
    Hace años, cuando era muy joven, y pasadas las angustias de la niñez para la comprensión de la muerte, cuando el cuerpo era tan feliz y la muerte era todavía aquello que les sucede a otros, una frase recurrente en una lectura ("Al faro", V. Woolf) "morimos cada uno solo", me desveló uno de los aspectos más terribles, tú lo dices, la singularidad.
    Ahora ya la he visto de cerca varias veces, la he tenido entre mis manos, he tenido que elaborar duelos y conjurar sombríos días de desesperanza.
    También he vuelto varias veces para leer todos los comentarios, para conmoverme y procesar todas esas emociones inesperadas al llegar a un blog desconocido. Disculpad que no sea capaz como vosotros de decir algo más íntimo o directo, pero gracias, muchas gracias a Stalker y todos los que habéis ofrecido tanto saltándoos, como Stalker, el consejo del sr. Wittgenstein.
    Abrazos agradecidos.

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  163. Blanca no te preocupes si al final me guardo la entrada, quitaría las sitas. En cualquier caso solo era para tenerlo junto al taller que me guardo con mucho cariño y respeto hacia tus letras.

    Y muchas gracias por tu transparencia.

    Que bueno que conocieras al Padre Vicente Ferrer, es genial.

    Un abrazo.

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  164. Os parecerá aberrante que traiga hasta aquí a este poeta tan desacreditado, pero desde que era niña me ha gustado este poema reivindicativo, y el mensaje de Bel sobre la soledad en la muerte me lo ha traído a la memoria. Lo que más me gusta es que habla de la muerte llamándola "el cogollo de la rosa". Si os parece ripioso o infantil, lo siento. A mí me parece que aquí acertó: por lo menos en la primera estrofa, que ya es proverbial.

    SOLEDAD EN LA MUERTE


    Hay que morir sin compañía...
    Esposa mía y compañera:
    tuya es mi vida toda entera,
    ¡pero mi muerte es sólo mía!

    Toda la gracia del vivir
    te di con mano generosa:
    pero el cogollo de la rosa
    no lo podemos compartir.

    Tienes la vida y la verdad
    del compañero y del amigo.
    Pero aquel día... ¡yo conmigo
    en mi infinita soledad!

    Dos almas tienen sólo un Dios
    y dos estrellas sólo un cielo.
    Dos vidas viven un anhelo
    ¡pero no hay muertes para dos!

    Por esa puerta no entrarás.
    En esa senda no serás
    ya mi consuelo y mi maestra.
    Toda mi vida ha sido nuestra.
    ¡Mi muerte es mía, nada más!

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  165. Blanca:

    me gusta: tendremos cuidado con Puck...

    Y no hay poemas aberrantes, puedes traer lo que quieras, cuando quieras. "Mi muerte es sólo mía", está muy bien reclamar eso como privilegio exclusivo... Por desgracia, en el mundo de hoy incluso la muerte entra en cómputos estadísticos y es sometida a la ciencia infusa de los expertos. La muerte es convertida en mercancía pública al ser descontextualizada de su ámbito privado y sometida a operaciones de exégesis y ocultamiento. Reivindiquémosla como algo propio, conservémosla en el cerco de lo singular...

    Abrazos

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  166. Bel:

    gracias a ti por tu atención dispuesta y tu conciencia ofrecida. Se percibe el latido y la ternura en tus palabras. Aquí estamos para lo que quieras, incluso para saltarnos a Wittgenstein las veces que haga falta (la suya es sin duda una frase que ha dado mucho que hablar y que inaugura un vasto campo para la transgresión).

    Pásate cuando quieras.

    Abrazos

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  167. Blanca, disculpa, pero no reconozco al autor ¿quién es?
    Quizá gracias a eso he podido leerlo sin prejuicios y, sí, muy certera tu mirada. Gracias por traerlo aquí.
    Abrazos a todos.

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  168. Stalker:
    Estábamos escribiendo a la vez. Como veo que te interesa, ahí va la respuesta de Derrida a W.: "Lo que no se puede decir no hay que callarlo, sino escribirlo".
    Y sospecho que tú lo haces con frecuencia.
    Otro abrazo.

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  169. El poema me parece estupendo. es bonito.

    Estabamos comiendo en familia y yo estaba pensando, Blanca en tus palabras. Según veo las palabras, incluso la poesía puede cambiar las cosas. Y si las puede cambiar las puede cambiar a peor, también y en la misma, pero inviertiendo las flechas a MEJOR.

    Asi que hay que escribir. ESCRIBIR para anular el dolor, para anular las perdidas, para vivir.

    Un abrazo a todos los topos.

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  170. Gracias, Stalker. Eres el perfecto anfitrión.

    Bel: me encanta la frase de Derrida, aunque no me gusta su pelo. Simple, pero definitiva.

    En cuanto al poema, esperaremos algo más de tiempo para mencionar a su desprestigiado autor. Así si alguien más lee el poema, podrá hacerlo sin prejuicios, como tú.

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  171. Poco se puede añadir a tan interesante post y vivo debate. Poco más se puede decir.

    Mi pequeña aportación son estos versos de J. Ramón Jimenez.

    1)

    !Libro terrible-!muerte!-
    y terrible momento
    cuando-niños para él-nos toca
    aprenderlo, tan fácil !ay! y tan dificil,)
    tan corto !ay! tan largo!

    2)

    ¿Qué hacemos cada día,
    más que matar? ¿Cada acto
    nuestro no es una muerte?
    Nuestra vida
    ¿no es meter ataúdes
    en los agujerillos
    de los instantes?

    !Qué cementerio el tuyo, vida mía!



    Y estos versos también de Juan Ramón:

    "No, no, vivos y muertos
    somos los vencedores de la nada."

    Un saludo.

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  172. Jo, que buenos poemas también los de J.R. Jimenez.

    Stalker hay que trabajar en recopilar las citas y poemas que se han dejado aqui para añadirlos al post. Bueno es una idea. SI quieres te ayudo cuando tenga un ratito esta semana que viene. Leo las entradas y te voy sacando los poemas y citas para que tu las puedas incluir.

    Ahora tenemos además un enigma que se resolverá al final con el poema del autor desconocido.

    Es impresionante cuanta poesía. Sois impresionantes todos.

    Un abrazo.

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  173. una pequeña y obvia aportación al debate: la muerte como faro heroico.


    http://farm1.static.flickr.com/22/25993575_4ea5966baa_o.jpg

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  174. Raúl, lo del faro heroico me ha dejado K.O., pero el cuadro que has linkeado más aún. Todo junto y en tu cabeza: cómo interpretarlo!
    Me voy a madurar esta idea. Vuelvo con el sueño reparado.

    Buenas noches topos.

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  175. Hola Raúl no he podido abrir el enlace qeu has dejado. Una lástima.

    Un abrazo muy fuerte topo.

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  176. Stalker se me olvido decirte que Julio Espinosa tiene también confeccionada una Antología de poesía Chilena publicada por Visor. Yo la tengo también y es interesante los autores que tiene. Tuvo cierta polémica esa antología.
    Un abrazo.

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  177. Lola:

    a ver si te va bien este otro enlace, el cuadro seguro que lo conoces pero eso no oculta su belleza y un poquito de escalofrío


    http://dic.academic.ru/pictures/wiki/files/68/Death_of_Marat_by_David.jpg



    y ya puestos, en la selección de pinturas sobre la muerte nunca debe faltar el ejemplo capital del "Memento Mori" barroco como son las Postrimerías de Valdés Leal, que se pueden visitar en el Hospital de la Caridad de Sevilla. Van aquí los dos enlaces para los que no los conozcan.

    http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/ca/In_ictu_oculi.jpg/590px-In_ictu_oculi.jpg




    http://gasolinero.es/wordpress/wp-content/uploads/finis_gloriae_mundi_from_juan_valdez_leal.jpg

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  178. Me acabo de acordar de la tremenda canción de Serrat:

    Si la muerte pisa mi huerto
    ¿quién firmará que he muerto
    de muerte natural?

    ¿Quién lo voceará en mi pueblo?
    ¿quién pondrá un lazo negro
    al entreabierto portal?

    ¿Quién será ese buen amigo
    que morirá conmigo,
    aunque sea un tanto así?

    ¿Quién mentirá un padrenuestro
    y a rey muerto, rey puesto...
    pensará para sí?

    ¿Quién cuidará de mi perro?
    ¿quién pagará mi entierro
    y una cruz de metal?

    ¿Cuál de todos mis amores
    ha de comprar las flores
    para mi funeral?

    ¿Quién vaciará mis bolsillos?
    ¿quién liquidará mis deudas?
    A saber...

    ¿Quién pondrá fin a mi diario
    al caer
    la última hoja en mi calendario?

    ¿Quién me hablará entre sollozos?
    ¿quién besará mis ojos
    para darles la luz?

    ¿Quién rezará en mi memoria:
    "Dios lo tenga en su Gloria",
    y brindará a mi salud?

    ¿Quién hará pan de mi trigo?
    ¿quién se pondrá mi abrigo
    el próximo diciembre?

    ¿Y quién será el nuevo dueño
    de mi casa y mis sueños
    y mi sillón de mimbre?

    ¿Quién me abrirá los cajones?
    ¿quién leerá mis canciones
    con morboso placer?

    ¿Quién se acostará en mi cama,
    se pondrá mi pijama
    y mantendrá a mi mujer

    y me traerá un crisantemo
    el primero de noviembre?
    A saber...

    ¿Quién pondrá fin a mi diario
    al caer
    la última hoja en mi calendario?

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  179. Dillinger:

    sé bienvenido y muchas gracias por el poema de Juan Ramón, que no tenía presente pero viene como anillo al dedo...

    Abrazos

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  180. Lola:

    intentaré recopilar las citas y subirlas a la entrada. Has tenido una buena idea. Lástima que voy siempre muy escaso de tiempo; de hecho, a veces me cuesta responder a vuestros comentarios como se merecen.

    Abrazos

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  181. Lola:

    conozco la antología aunque no la tengo. Tu observación me hará repasarla con mayor interés.

    Gracias...

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  182. Raúl:

    este contrapunto pictórico cae como agua en el agosto tórrido. Habrá que demorarse en los cuadros hasta que éstos griten por nosotros...

    salud

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  183. Blanca:

    una letra que esconde pepitas. Esto en concreto:

    "¿Quién será ese buen amigo
    que morirá conmigo,
    aunque sea un tanto así?"

    ... es extraordinario...

    Te estoy muy agradecido por las cositas que vas trayendo. Con tus ramitas ayudas a construir el nido.

    Abrazos

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  184. Stalker dejame en esta semana a ratitos te hago la recopilación. La paso a un word y te la mando.
    Vale.

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  185. Raúl ya he visto el cuadro. Realmente es tenebroso. Puff...

    Gracias por el enlace.

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  186. Me ha costado menos de lo que pensaba. La recopilación ya la tienes en tu correo. Espero no haber pasado por alto ninguna cita.

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  187. Stalker, lo que has encontrado en tu biblioteca deberías también contarlo aquí, que es donde está parte de la historia.
    Me ha alegrado mucho tu hallazgo, por esa providencial y simbólica separación.
    El propio Calasso me escribió en su primera carta: "Los signos siempre se despiertan cuando algo sucede".
    Eso es una verdad. Los pérfidos tambien dice verdades a veces. Una vez escribí una frase que tal vez te parezca muy enfática: "En el corazón del Malo la verdad y la mentira yacen enterradas juntas"

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  188. stalker,

    ya que has puesto los apéndices de las citas nuevas, podrías agregar (así le das un poco de color) los cuadros que te he puesto, y si acaso te voy poniendo otros tantos, si así gustas, man.

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  189. Blanca:

    lo cuento aquí: al hilo de lo Blanca decía sobre Calasso (más arriba), entre mis libros descubrí que "El sueño oscuro", volumen que recoge sus poemas de los ochenta, estaba "La ruina de Kasch", de Roberto Calasso. Entre Blanca y Calasso se interpone una monografía sobre Dreyer, el cineasta de la resurrección.

    No es necesario tirar del hilo metafórico para adivinar un tectónico desplazamiento de significados.

    Los que me conocéis sabéis que no soy supersticioso ni dado a inventar las cosas. Es tal cual lo cuento. Otro inesperado viraje en el tejido de la causalidad...

    abrazos

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  190. Raúl:

    los subo, por supesto...

    abrazos

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  191. Querido Stalker, aunque tarde, por aquí paso. Tu entrada me ha disparado algunas cosas. Si somos “ser-para-la-muerte” una ética que lo asuma plenamente también llevará la marca de la finitud. Cuando uno se sabe finito, no caben los gestos omnipotentes: los grandes sistemas, los Héroes, los Ídolos, el Hombre como Dios o Señor y Dios mismo… garante último de la imposibilidad de la muerte. Porque si hay Dios, hay resurrección y no hay muerte sino pasaje de vida-a-otra-vida. Cabría aquí interrogarse si las religiones no están hechas para negar la muerte, para conjurarla como disolución y decir: después de la vida hay otra vida. La trascendencia es eso: imposibilidad de muerte. Incluso la teoría de la reencarnación supone la posibilidad de una sucesión ascendente, aunque admita posibles regresiones. En todas, al menos las monoteístas, la promesa de consuelo está ahí; niegan el abismo del ser humano.

    Otro camino es la preparación serena –si cabe- para la muerte, un aproximarse con la conciencia de los contrastes y la certeza de la desaparición. En esa paradoja habitamos: cuanto más mortal sabemos nuestra vida más podemos valorarla en su singularidad. Quienes se sienten invulnerables –no tanto exentos de la certeza de la muerte sino más bien de sus incómodas implicaciones, inventando mitos de inmortalidad- actúan fuera de la autolimitación ética y eso suele conducir al desastre. Lo vemos en las guerras, pero también en los vínculos amorosos o de otro tipo. Quien no acepta la posibilidad de la finitud termina matando o desconociendo la contingencia del estar ahí… También es cierto que un cínico bien podría hacerlo también sabiendo de su pronta extinción: “dado que todos morimos, ¿qué más da el Sacrificio (del Otro)?”.

    Me viene, en otro registro, una película de Lisandro Alonso “Los muertos”. Me interesa más que la muerte en general, porque la muerte siempre es muerte de alguien (siempre la muerte de los otros, a menos que nos imaginemos nosotros mismos en ese espacio imposible). Todo el relato parece decir: ¿quién no carga sus muertos? Aunque pueda remontar ríos, reencontrarme con los míos, reconocer las pequeñas dulzuras, aún así: cargo muertos. Y sus espectros hablan. A veces terriblemente. Como en “La mujer sin cabeza” de Lucrecia Martel. La muerte de otro retorna; aunque un entorno clasista diga: no importa esa muerte, fue apenas un susto, un accidente sin importancia…hasta llegar a la renegación: es que no hay muerte, no murió nadie, sólo un perro. Ya puedes hablar y bailar la presunta felicidad de que no haya pasado nada.

    (sigo)

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  192. En fin, conciencia de muerte y existencia angustiada convergen. La angustia del pasaje, de la nulidad cósmica del “yo” y todos sus delirios de soberanía. “No morir demasiado pronto”, dice M. Duras, ¿pero cuándo no lo es? ¿Cuándo la muerte no es ya muerte prematura? (“uno muere siempre demasiado pronto: pues en esta materia todos los finales son prematuros”, V.J. y esto ya lo dijo antes Séneca). No porque para el Otro así le parezca, sino quizás, para un puñado de seres capaces de amar(nos) y nosotros a ellos. Morir habitado, quizás. Alguien nos llorará, en la medida en que el Eros está ahí –uniendo aquello que está destinado a la muerte, esto es, a separarse, a salirse del tiempo, sin siquiera más eternidad que la que puede labrar la finitud: el éxtasis del tiempo, el salirse de sí, la negación inmanente del tiempo en pequeños raptos. (La idea de eternidad me interesa mucho más que la de inmortalidad. Como idea pagana, ni siquiera afirma la perduración de todo, sino a lo sumo, un “sentimiento” de algo que se sustrae al tiempo, una intemporalidad que de todas formas se disolverá).

    Interminable es todo esto para uno. No sólo hay una sabiduría de la vida, sino también una sabiduría de la muerte: el saber-morir (“poder morir cuando vivir resulta insoportable”, E.C.), que es el trabajo del duelo previo y la aceptación del miedo, el aprender a vivir con la sombra, con la falta de plenitud, y aún así, apostar nuestros huesos entusiastas… con cierta ironía incluso, como Cioran. Lo dice mejor D.: “sobrellevar la desaparición”. No me sorprende que también Maillard hable de “compasión”, más próximo a “solidaridad” ante otro que también yo seré, que del concepto cristiano de “caridad”. La muerte es el límite (S.W.), sí, pero también permite también dar sentido vital. Doble vínculo con la muerte: nos niega y nos hace posibles en esta singularidad.

    Pero quizás todavía dijimos poco de la muerte como tal. Porque “el otro lado” nos resulta inaccesible. Quizás sólo podamos hablar de nuestro vínculo vital con la muerte, de nuestra filosofía o ética, incluso del proceso de morir. Del resultado final, incertidumbre…

    Ya muchas palabras, amigo. Va un abrazo,
    Arturo

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  193. Querido Arturo:

    la multiplicidad de sentidos a los que apuntas quedarán tallados aquí para siempre, en la roca viva de esta incertidumbre compartida...

    Apuntas en muchas direcciones, y ciertamente nos encontramos ante un acontecimiento (que supone la negación de acontecimientos venideros) abordable desde tantas perspectivas que nunca lo agotaríamos. Al final tienes razón y hablamos de la vida, desde la via. Avanzamos a tientas, medio ciegos, y nos aguarda una ceguera última, que a lo mejor resulta ser un crisol llameante, una verdadera "transparencia" luminosa (con recelo utilizo estas palabras).

    Morir habitado, dices. Cuánto nos hace falta dejarnos acompañarnos así, dejar que el otro abra sus raíces en el cauce seco del adentro. El hombre parece ser honda leña muerta y necesita resonar en los otros y aceptar la resonancia de los demás. Morir habitado debería ser un imperativo en un mundo donde pasamos como transeúntes deshabitados, enfermos, balbucientes y anhelando un centro dolorosamente visible para entrañarnos, pues venimos de la extrañeza, el exilio y la ignorancia de nuestro propio rostro.

    "Apostar nuestros huesos entusiastas". Me gusta.

    Quizá al final lo único que podemos hacer, como ya se ha dicho, es acompañarnos. Estar aquí y escuchar al otro. Cuidarlo un poco.

    Tu comentario excava una galería abovedada en la cueva de topos. Es impagable.

    Abrazos

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  194. Me contó Vicente Ferrer que una vez estaba enfermo y comenzó a sentirse maravillosamente bien. Los médicos le querían mover, llevar, traer, y Vicente, que no quería sino sentir aquella felicidad, les dijo: "Dejadme en paz de una vez".
    "No podemos, Vicente, te tenemos que reanimar porque te estás muriendo"-le respondieron

    Esa es la cuestión. Cómo hay que montárselo para que cuando llegue el día del último viaje te parezca el gran plan y no un horror incalificable.

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  195. Blanca:

    así es. Lograr que el viaje sea una plácida excursión, pagado el óbolo. En esa perplejidad estamos comprometidos...

    abrazos

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  196. tanto copiar y pegar me da ganas de vomitar

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  197. Bravo por el pareado, nubetortuga.

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  198. Desde luego, cuánto tarado hay suelto...

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