viernes, 12 de junio de 2009
Tallar la herida. Poemas de Idea Vilariño
El que come noche
Hombre tu boca
canta
bebes estrellas hombre
te devoras la noche
mientras cantas
desdeñado el cielo de dios de la sonrisa.
Bebes
tu boca canta
en la más pura ley número blanco
hondo número blanco y entegado
a la mano de piedra
a la mano del resplandor inerte
a la del canto y cantas
y he aquí que la vida
he aquí que la muerte
su tijera cansada.
Oh nume número número blanco y piedra
tigre florido almendra
de amargura.
Qué canta así qué busca
qué busca así qué salta
de la boca del verde controlado
de la boca de ver de la del verde
de la de verde canto y paz y blanca piedra
qué busca así qué canta
qué canta así qué acento.
Oh nume número blanco y pieda
tarea sin grandeza
amarga obra escuela
de silencio.
***
Esto
Esto que va que viene
que llevamos traemos
de un lado a otro
huesitos ganglios médulas
la voz el tacto dulce
el cristalino
el pubis
esto que cada noche
guardamos
frágil cosa
todo esto
qué es esto
sangre
aliento
piel
nada.
***
En el centro del mundo
En el centro del mundo
el centro de la noche
bajo el cielo sin fin
sobre mí desplegado
inmóvil entre el caldo
tibio espeso del aire.
Áspero olor a pinos
la voz clara lejana
de un pájaro
una niña
un relámpago blanco
y silencioso
y yo
que me quedé sin nombre
y sin mí y sin sentido
nadie
alguien
en cero.
Fue un momento
un momento
en el centro del mundo.
***
Ni con delicadeza
ni con cuidado.
Acaso
tiene delicadeza
vivir
romperse el alma.
***
Es mentira.
Sin duda.
Pero qué
pero cómo
pero de qué otro modo
con qué cara
seguir vivo
seguir.
***
Tuve que ir
sin dudas
sin reproches
sin asco
y entregada
sin nombre
ya sin mí
ya sin nada
poner de buena gana
la cabeza en el tajo.
***
Qué asco
qué vergüenza
este animal ansioso
apegado a la vida.
***
Alguno de estos días
se acabarán las bromas
y todo eso
esa farsa
esa juguetería
las marionetas sucias
los payasos
habrán sido la vida.
***
Si te murieras tú
y se murieran ellos
y me muriera yo
y el perro
qué limpieza.
***
Y te diré que estoy triste
qué otra cosa decir
nada más
que estoy triste.
Estoy triste.
Eso es todo.
***
No sé quién soy.
Mi nombre
ya no me dice nada,
No sé qué estoy haciendo.
Nada tiene que ver ya más
con nada.
Tampoco yo
tengo que ver con nada.
Digo yo
por decirlo de algún modo.
***
Yo quiero
yo no quiero
yo aguanto
yo me olvido
yo digo no
yo niego
yo digo será inútil
yo dejo
yo desisto
yo quisiera morirme
yo yo yo
yo.
Qué es eso.
***
Me cortan las dos manos
los dos brazos
las dos piernas
me cortan la cabeza.
Que me encuentren.
***
Cómo aceptar la falta
de savia
de perfume
de agua
de aire.
Cómo.
***
Uno vive
con los muertos
que están ahí
con los sufrientes vive
y con los despistados
y con los presos
vive.
***
Alzar los ojos
al misterio abismal de las estrellas
que será a no dudarlo
algo tan sucio
tan mezquino y sucio
como todo esto.
***
Inútil decir más.
Nombrar alcanca.
Idea me clava la mirada desde su rostro de esfinge, de princesa abandonada y de guerrera.
ResponderEliminarSí, si uno se come la noche, a mordiscones, como un animal, es posible que la muerte se retire, con la tijera cansada. Es posible que podamos ganarle a la muerte por cansancio, si no paramos de morder.
Y los huesitos de Idea, huesos en diminutivo, como los de Juan Gelman. Sus ganglios, sus médulas. Ella dice que no son nada, porque sabe que somos muy chiquitos, muy frágiles (¿será por eso que instintivamente corremos a reunirnos y calentarnos y protegernos en tribus de búfalos?)
Idea siente asco. Dice "asco". Y todo el tiempo dice "Yo". No ha muerto el sujeto, solo nos tenemos a nosotros mismos y de algún modo somos pequeños dioses que nombramos, les ponemos nombres a las cosas, las hacemos nacer con el gesto adánico de bautizarlas por primera vez.
Se me encoge el corazón, Stalker, ella nos hacía falta, nos deja un poco más solos todavía.
Gracias por tu generosidad de hacerte invisible y encarnarte en aquéllos que recogés para que no sean olvidados.
Nos deja un poco más solos, pero con el páramo desolado, conciso y extrañamente reconfortante de sus versos.
ResponderEliminarInvisibilidad, sí; últimamente he sido demasiado protagonista y ahora me apetece más dejar paso a los que importan. Claro que ellos se hacen visibles a través de un cauce. Pero ese cauce, idealmente, ha de ser invisible para hacerlos latir. Como decía Valente, la luz no basta, claro.
Abrazos
Mariel:
ResponderEliminarolvidé decir que me ha encantado tu comentario.
Este campo se hace fértil con tus palabras. Gracias de verdad.
Me encanta leer vuestras conversaciones.
ResponderEliminarSoy una hormiga a vuestro lado.
Un bezaso.
hermano búfalo y compañeros,
ResponderEliminarla diferencia entre tocar y ser tocado. indagar ahí. cambiarlo. ser tocado cuando tocamos.
poesía.
idea sigue en este campo. puntiaguda como hacer el beso redondo de la muerte, celebrando lo vivido, echándole ascuas de agua.
por enésima vez, gracias.
tallar la herida es hermoso, porque se hace con delicadeza y canturreando sin letra, entregada, la imagino, en alma y cuerpo, por este orden...
besos,
legado infinito.
òscar.
Un poema maravillos, de una poeta excepcionalmente rara como todos sus antecesores uruguayos: herrera, laforgue, lautreamont...
ResponderEliminarun besito fuerte, stalkercillo.
Joder. Pensar que hasta este mismo momento no había leído a esta mujer.
ResponderEliminar"Esto" me ha parecido una absoluta maravilla. Me tenéis que recomendar un libro para empezar.
A mí también me ha paralizado la cara de Idea, recuerda a la máscara mortuoria de Blake...
Salgo de los poemas de Idea Vilariño con el alma encogida. Ese arrebatarle toda su importancia al mundo mejor conocido, tanta tristeza... qué bello y cuánto vacío nos deja; con qué apuro una dice ahora lo que YO opino, lo que YO pienso o lo que YO siento. Si después de pasar por ella, ni mis neuronas, ni mis válvulas son ya nada. Si nos arrebata hasta los pronombres... una sale de todo eso siendo sólo una 'idea'...
ResponderEliminarMariel, cómo me ha gustado también tu comentario. Muchos, en general, de los que corren por aquí, pero éste habla con voz de poema.
Stalker, gracias una vez más. Tu generosidad es inmensa...
Lola:
ResponderEliminaryo quisiera ser el palito chico que lleva el tú-hormiga. Eso mismo.
Abrazos
¿Qué te voy a decir, animal, búfalo hermano?
ResponderEliminarMe dejas pajarito una vez más. Pajarito para picotear la piel del búfalo.
Te quiere entrañablemente, es decir, desde la entraña.
el estalkerillo
Rubén:
ResponderEliminarLumen publicó la poesía completa a un módico precio. Además, es una poesía completa muy breve para una mujer que vivió 89 años. Largos silencios entre libros, e imagino que romper muchas cosas...
Es una lectura que no debes perderte, creo.
Abrazos
Susana:
ResponderEliminarno se sale ileso, otra vez. Hay tanta poesía que nos ciega "para no ver el fondo" que por una vez se agradece a alguien que nos desfonde sin contemplaciones y hurgue sin piedad en la herida propia, que al final no es sino la común herida de todos.
Pero más abajo está el azul y sólo hay que llegar hasta él para respirar.
Abrazos
Todos esos poemas que has dejado me gustan mucho.
ResponderEliminarMe quedo con este:
Qué asco
qué vergüenza
este animal ansioso
apegado a la vida.
-- Dice mucho con pocas palabras. Los dos últimos versos son tan reales. Magnifico.
Un abrazo.
Querido Stalker:
ResponderEliminarComer noche... ahí para mí está el poema, no porque no pueda extenderse, no porque no se puedan beber estrellas, desdeñar a Dios o cantarles a las piedras, sino porque esa imagen inaugural instala una intensidad difícil de sostener... como si uno no pudiera sacudirse su resonancia.
Me quedo con ese poema que me ha dejado sabor a noche.
Un abrazo fuerte,
Arturo
Idea tiene la mirada regia y triste.
ResponderEliminarAl igual que Rubén, es la primera vez que leo algo de esta mujer.
Cuando se sabe nada y se ha de llamar de alguna manera recurre a lo esencial "yo", porque se sabe que uno es uno, aunque no sea nada. Ausencias de identidad cuando manda buscarse; descuartizada ¿qué parte de su todo es?
"Alzar los ojos
al misterio abismal de las estrellas
que será a no dudarlo
algo tan sucio
tan mezquino y sucio
como todo esto."
Paraíso deshabitado, somos sombras, igual de mezquinas que las estrellas. Una mentira en combustión.
"Nombrar alcanza"
Ser en la palabra.
Gracias Stalker.
Esa condensación, Lola, como un vaho que empaña para ver luego mejor.
ResponderEliminarArturo:
ResponderEliminartienes razón. A veces Vilariño parte de imágenes primigenias, fundacionales, que inauguran toda una poética. Lo decís muy bien: sostener una intensidad. Frágil urdimbre la del poema, a veces, que sostiene una densa trama legible sólo para quien se siente convocado.
Tu presencia por aquí siempre es motivo de alegría.
Abrazos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar"Una mentira en combustión", me gusta, Portinari.
ResponderEliminarMi abuelo, hombre del campo, es un hombre de pocas palabras. Siendo yo muy chico se me ocurrió preguntarle qué era el mundo. Recuerdo que yo iba en un mulo que bordeaba un barranco. Mi abuelo iba en otro mulo, delante. Le pregunté qué era el mundo y me dijo, secamente:
"El mundo es un embuste"
Muchos años después supe que a esa misma conclusión, refinada por retóricas inmensamente sutiles, habían llegado las escuelas de pensamiento y las filosofías más antiguas del mundo. Mi abuelo no conocía todo aquello, ni le hace falta.
Siempre me pareció un hombre profundamente desesperado pero que amaba intensamente la vida, sobre todo en las cosas pequeñas, sin grandes expresiones de afecto.
Caray, lo que es tirar del hilo...
Ni con delicadeza
ResponderEliminarni con cuidado.
Acaso
tiene delicadeza
vivir
romperse el alma.
Stalker, no sabes cuánto aprendo. Y no sólo de los poemas.
De repente le dio a todo el talento por morir... Blanca Varela, Benedetti (tan necesario su molde), Ullán... Idea Vilariño. Esta mujer tiene uno de los nombres más bonitos de la literatura. Idea. Qué bonito. Y sus poemas son como cuchillas de humo, su aparente levedad corta tremendamente. Ha estado muy bien la selección. Y curiosamente los poemas con el "yo" cuestionado me han hecho mucha gracia, porque hoy he estado trabajando en un poema de esos de encargo para un especial sobre una película (ya te contaré) y ese era el tema, el matiz, del poema. ¿yo? qué es eso?
ResponderEliminarun abrazo.
Tera:
ResponderEliminarme alegra que te guste y que aprendas aquí. Gracias por tu presencia...
Raúl:
ResponderEliminarEstá siendo un mal año poético, sí.
Avisa cuando esté listo tu encargo. Otra buena pepita nos dejarás, seguro.
salud, Camorrada...
Me ha encantado esa anécdota de tu abuelo. ¿Es el mismo que el del macaco? curiosidad.
ResponderEliminar"Siempre me pareció un hombre profundamente desesperado pero que amaba intensamente la vida, sobre todo en las cosas pequeñas, sin grandes expresiones de afecto."
Desesperación-intensidad, así supongo que se han de amar las cosas pequeñas; quizás una cosa lleve a la otra, como tensar un hilo.
En cuanto a lo de que el mundo es un embuste, creo que lo llevamos tatuado a fuego. Como estrellas fugaces directas al exilio último. Qué bueno que tu abuelo se diera cuenta de eso :)
Portinari:
ResponderEliminarno es el del macaco, éste es el otro, mi abuelo materno, un campesino milenario al que a veces los niños confundían con un árbol.
Tatuado a fuego: me gusta. Un último exilio. Ese no lo veremos pero poco importa: podemos imaginarlo y ya Idea Vilariño nos lo dibuja sombrío y mezquino. Las estrellas serán una repetición de nuestro violento pasado tribal (tristemente repetido en la infamia del presente).
Pensándolo bien, he tenido unos abuelos increíbles. Y unos bisabuelos que, según me cuentan, también fueron muy singulares. En algún caso, demasiado.
Aquellos aguerridos campesinos eran sorprendentes, rudos y lúcidos.
Abrazos
Ana:
ResponderEliminarse te ve tan pequeña que ni vi tu comentario. Discúlpame.
Me alegra que te guste Idea Vilariño: cosa extraña, porque sus poemas están muy centrados en el yo, bien porque le duele bien porque se burla de él...
Abracadabras para ti, hala.
Qué decir de los resplandores de Portinari. Donde otros escriben una novela que pesa como un ladrillo, ella lo resume todo en tres líneas.
ResponderEliminarStalker, se comprueba nuevamente que en las venas nos corre la sangre de los ancestros. Cada día nos hacés un regalo, como si cada día fuese nuestro cumpleaños. Es entrañable que pese a todo celebremos, con plena conciencia en este caso, el acto de nacer.
es una verticalidad que quema. y sus ojos también -me ha sorprendido su rostro y su fijeza.
ResponderEliminarademás coincido mucho con tu selección.
por cierto, no te he dejado comentario en michaux porque leo despacio, pero todo mi asentimiento a ese ensayo-poema.
un abrazo.
Sí, Mariel:
ResponderEliminarcorre esa sangre, de manera inevitable. Eso me inquieta un poco, porque entre mis ancestros hay algún que otro gesto terrible y quién sabe si eso late en uno.
abrazos
Ana:
ResponderEliminara mí me gusta mucho mirar los ojos y la expresión de los autores. Casi tanto como oír su voz. Complementos indispensables en el viaje hacia el poema.
La mirada de Idea es la de una efigie que reprime su cólera, su miedo. Impresionante.
Abrazos
Mirar a los ojos al autor... próximamente va a caer algo de Blanchot en mi blog, y colgaré una de sus (dos) fotos, deteriorada y fantasmal, en ella tiene una mirada que es idéntica a su obra.
ResponderEliminarabrazos
Esperaremos a ese Blanchot con las manos abiertas para rezar y el corazón listo para golpear.
ResponderEliminarSalud